Comentario de Filipenses 3:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque nosotros somos la circuncisión: los que servimos a Dios en espíritu, que nos gloriamos en Cristo Jesús y que no confiamos en la carne.

3:3 — » Porque nosotros somos la circuncisión «, los cristianos, «linaje de Abraham» (Gál 3:29), porque «no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra» (Rom 2:28-29). (Véanse también Efe 2:11; Col 2:11; Gál 5:6; Gál 6:12; Gál 6:15). En la actualidad los cristianos son el pueblo escogido de Dios, el «Israel de Dios» (Gál 6:16).

Aun bajo la ley la circuncisión física no era suficiente. Varios textos hablan de la circuncisión del corazón (Lev 26:41; Deuteronomy 10:36; 30;6; Jer 4:4; Eze 44:7); también la del oído (Jer 6:10); y la de labios (Éxo 6:12; Éxo 6:30). Por lo tanto, aun bajo la ley de Moisés la circuncisión verdadera, la que Dios quería, era muy semejante a la circuncisión espiritual enseñada por el Nuevo Testamento.

— » los que en espíritu servimos a Dios», «los que tributamos culto por el Espíritu de Dios» (VHA). El culto de la iglesia es guiado por el Espíritu. «¡Oh Gálatas insensatos!… ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?» (Gál 3:1-3). ¿Cómo comenzaron por el Espíritu? Por el evangelio. ¿Cómo quieren acabar «por la carne»? Volver a la ley de Moisés.

Otro factor importante con respecto a adorar a Dios por el Espíritu es que adoremos «en espíritu y en verdad» sin preocuparnos tanto por lugares de reunión. Cristo enseña que no importa el lugar de reunión: «Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad» (Jua 4:20-24).

Desde luego, es necesario tener algún sitio donde podamos reunirnos como iglesia, pero bien puede ser la casa de alguna familia (Rom 16:5; Col 4:15; Flm 1:2). La Biblia no pone énfasis alguno en el lugar de reunión. El hecho de que alguna iglesia tenga edificio bien acomodado y costoso no es evidencia de que sea iglesia espiritual. Sin embargo, los cristianos de cualquier lugar, por pobres que sean, deben hacer lo posible para proveer algún sitio adecuado para la adoración a Dios.

— » y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne » (1:26), como hacían los judaizantes: «quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gál 6:13-14). Dijo a los corintios (1Co 2:2), «Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado».

Hoy en día no existe el mismo problema combatido por Pablo; no hay líderes religiosos que quieran obligar a la gente a circuncidarse para obtener la salvación, pero la palabra «carne» es palabra amplia, como Pablo explica en los versículos siguientes. Tiene que ver con todo aspecto de la religión externa (privilegios externos, Mat 3:9; Jua 8:33-34, etcétera). La «carne» no puede servir como base de justificación delante de Dios.

Por lo tanto, podemos decir que el tener confianza en la «carne» abarca cualquier confianza que no sea la que está bien puesta en el evangelio de Cristo. La «carne» incluye todo aquello que está opuesto a Cristo y al Espíritu.

Pero es importante recordar que » confiar en la carne» no significa «confiar en la obediencia». Pablo no menosprecia la sujeción al evangelio. «Confiar en la carne» no tiene nada que ver con la aceptación de Cristo y la obediencia a sus mandamientos. Muchos enseñan que cualquier acto como el bautizarse, tomar la cena, etcétera, es algo «externo» y no tiene nada que ver con la salvación. Es necesario entender cómo se usa la expresión «confiar en la carne» en el texto y también en el contexto.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

nosotros somo la circuncisión. Gén 17:5-11; Deu 10:16; Deu 30:6; Jer 4:4; Jer 9:26; Rom 2:25-29; Rom 4:11, Rom 4:12; Col 2:11.

en espíritu servimos a Dios. Mal 1:11; Jua 4:23, Jua 4:24; Rom 1:9; Rom 7:6; Rom 8:15, Rom 8:26, Rom 8:27; Efe 6:18; Jud 1:20.

y nos gloriamos en Cristo Jesús. Flp 3:7-9; Sal 105:3; Isa 45:25; Jer 9:23, Jer 9:24; 1Co 1:29-31; Gál 6:13, Gál 6:14.

no tiendo ninguna confianza en la carne. Flp 3:4-6; 1Pe 1:23-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo define la verdadera circuncisión como un asunto del corazón y no de la carne. Revela tres aspectos de la verdadera circuncisión:

(1) El servicio de Dios en espíritu;

(2) el gloriarse en Cristo; y

(3) el no poner la confianza en ningún honor o empresa humana como medio de alcanzar a Dios. El AT. también enseña que la circuncisión era más que un ritual de la carne (Lev 26:41; Deu 10:16; Deu 30:6; Jer 4:4; Eze 44:7).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA JUSTICIA QUE ES DE DIOS. La justicia de los creyentes consiste ante todo en ser perdonados, justificados y aceptados por Dios mediante la fe (véase Rom 4:5, nota).

(1) Sin embargo, su justicia es más que eso. La Palabra de Dios dice que la justicia del creyente es Jesucristo mismo, que vive dentro su corazón (cf. Flp 1:20-21; Rom 8:10; 1Co 1:30; Gál 2:20; Efe 3:17; Col 3:4); en el AT al Mesías se le llama «Renuevo justo» y «Jehová, justicia nuestra» (véase Jer 23:5-6, nota). Así que la justicia que tienen los creyentes no es de ellos sino de Jesucristo, en quien ponen su fe (1Co 1:30, nota, Gál 2:20, nota). Mediante la presencia de Cristo en ellos, los creyentes llegan a ser en Él «la justicia que es de Dios» (véase 2Co 5:21, nota).

(2) El fundamento de la salvación y la única esperanza de justicia para el creyente es la muerte expiatoria y la sangre derramada de Cristo (Rom 3:24; Rom 4:2; Rom 5:9; Rom 8:3-4; 1Co 15:3; Gál 1:4; Gál 2:20; Efe 1:7; Heb 9:14; 1Pe 1:18-19; 1Jn 4:10) y su vida de resurrección en el corazón (Rom 4:25; Rom 5:9-10; Rom 8:10-11; Gál 2:20; Col 3:1-3; véase Rom 4:22, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

nosotros somos la circuncisión. El verdadero pueblo de Dios no posee tan solo un símbolo de la necesidad de un corazón puro (vea la nota sobre Gén 17:11), sino que en realidad han sido limpios de pecado por Dios (vea las notas sobre Rom 2:25-29). en espíritu servimos a Dios. La primera característica que Pablo usa para definir a un creyente verdadero. La palabra griega que se traduce «servimos» también significa «adorar» y se refiere a dar un servicio espiritual reverente y de todo corazón. Vea las notas sobre Jua 4:23-24. nos gloriamos en Cristo Jesús. La palabra griega que se traduce «nos gloriamos» significa «jactarse con gozo rebosante». El cristiano verdadero da a Cristo todo el crédito de lo que ha llegado a ser (cp. Rom 15:17; 1Co 1:31; 2Co 10:17; vea la nota sobre el v.Flp 3:1). no teniendo confianza en la carne. Con la palabra «carne» Pablo se refiere a la condición humana no redimida que solo depende de la capacidad y los logros individuales aparte de Dios (vea la nota sobre Rom 7:5). Los judíos depositaban su confianza en el hecho de haber sido circuncidados, ser descendientes de Abraham y cumplir las ceremonias y deberes externos de la ley mosaica, nada de lo cual podía salvarlos (vea las notas sobre Rom 3:20; Gál 5:1-12). El creyente verdadero ve su carne como pecaminosa, sin capacidad alguna para hacerlo merecedor de la salvación ni para agradar a Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:3 — » Porque nosotros somos la circuncisión «, los cristianos, «linaje de Abraham» (Gál 3:29), porque «no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra» (Rom 2:28-29). (Véanse también Efe 2:11; Col 2:11; Gál 5:6; Gál 6:12; Gál 6:15). En la actualidad los cristianos son el pueblo escogido de Dios, el «Israel de Dios» (Gál 6:16).
Aun bajo la ley la circuncisión física no era suficiente. Varios textos hablan de la circuncisión del corazón (Lev 26:41; Deuteronomy 10:36; 30;6; Jer 4:4; Eze 44:7); también la del oído (Jer 6:10); y la de labios (Éxo 6:12; Éxo 6:30). Por lo tanto, aun bajo la ley de Moisés la circuncisión verdadera, la que Dios quería, era muy semejante a la circuncisión espiritual enseñada por el Nuevo Testamento.
— » los que en espíritu servimos a Dios», «los que tributamos culto por el Espíritu de Dios» (VHA). El culto de la iglesia es guiado por el Espíritu. «¡Oh Gálatas insensatos!… ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?» (Gál 3:1-3). ¿Cómo comenzaron por el Espíritu? Por el evangelio. ¿Cómo quieren acabar «por la carne»? Volver a la ley de Moisés.
Otro factor importante con respecto a adorar a Dios por el Espíritu es que adoremos «en espíritu y en verdad» sin preocuparnos tanto por lugares de reunión. Cristo enseña que no importa el lugar de reunión: «Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad» (Jua 4:20-24).
Desde luego, es necesario tener algún sitio donde podamos reunirnos como iglesia, pero bien puede ser la casa de alguna familia (Rom 16:5; Col 4:15; Flm 1:2). La Biblia no pone énfasis alguno en el lugar de reunión. El hecho de que alguna iglesia tenga edificio bien acomodado y costoso no es evidencia de que sea iglesia espiritual. Sin embargo, los cristianos de cualquier lugar, por pobres que sean, deben hacer lo posible para proveer algún sitio adecuado para la adoración a Dios.
— » y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne » (1:26), como hacían los judaizantes: «quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gál 6:13-14). Dijo a los corintios (1Co 2:2), «Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado».
Hoy en día no existe el mismo problema combatido por Pablo; no hay líderes religiosos que quieran obligar a la gente a circuncidarse para obtener la salvación, pero la palabra «carne» es palabra amplia, como Pablo explica en los versículos siguientes. Tiene que ver con todo aspecto de la religión externa (privilegios externos, Mat 3:9; Jua 8:33-34, etcétera). La «carne» no puede servir como base de justificación delante de Dios.
Por lo tanto, podemos decir que el tener confianza en la «carne» abarca cualquier confianza que no sea la que está bien puesta en el evangelio de Cristo. La «carne» incluye todo aquello que está opuesto a Cristo y al Espíritu.
Pero es importante recordar que » confiar en la carne» no significa «confiar en la obediencia». Pablo no menosprecia la sujeción al evangelio. «Confiar en la carne» no tiene nada que ver con la aceptación de Cristo y la obediencia a sus mandamientos. Muchos enseñan que cualquier acto como el bautizarse, tomar la cena, etcétera, es algo «externo» y no tiene nada que ver con la salvación. Es necesario entender cómo se usa la expresión «confiar en la carne» en el texto y también en el contexto.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— del Espíriutu divino: Según variante de bastantes mss., habría que traducir: los que ofrecemos a Dios un culto espiritual; o bien: nosotros somos los verdaderos adoradores de Dios.

— en algo humano: Lit. en la carne. Ver nota a Rom 7:5.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Deu 10:16; Rom 2:28-29; Rom 12:1; Col 2:11.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “nosotros somos la circuncisión”.

(2) “Rindiendo servicio sagrado.” Gr.: la·tréu·on·tes; J17(heb.): ha·‛o·vedhím, “los que servimos (adoramos)”. Véase Éxo 3:12, n.

REFERENCIAS CRUZADAS

d 118 Deu 10:16; Jer 4:4; Rom 2:29; Col 2:11

e 119 Hch 2:17; Rom 8:26

f 120 Gál 6:14; Heb 9:14

g 121 2Co 11:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

3 (1) Los creyentes neotestamentarios, verdaderamente circuncidados por la crucifixión de Cristo (véanse las notas 11 (1) de Gá 5 y 11 (1) de Col 2), Ellos son absolutamente diferentes de los judaizantes. Sirven como sacerdotes por el Espíritu de Dios, no por las ordenanzas de la ley; se glorían en Cristo, no en la ley; y no tienen confianza en la carne, sino en el Espíritu.

3 (2) En el griego, servimos aquí y servicio en 2:17 se refieren al servicio sacerdotal.

3 (3) En los vs.2 y 3 hay un contraste triple: los creyentes que sirven por el Espíritu de Dios, en contraste con los perros; los creyentes que se glorían en Cristo, en contraste con los malos obreros; y los creyentes que no confían en la carne, en contraste con los mutiladores del cuerpo.

3 (4) La carne aquí comprende todo lo que somos y tenemos en nuestro ser natural. El hecho de que los judaizantes confiaran en su circuncisión era señal de que su confianza se basaba en su carne, y no en el Espíritu.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

la circuncisión… Es decir, la verdadera, la del corazón → Rom 2:29; Col 2:11.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M46 Οἱ πνεύματι θεοῦ λατρεύοντες puede referirse a aquellos cuyo servicio divino es de tipo espiritual (y no material). El dativo tiene un sentido adverbial. Este significado llega a ser más plausible, si se omite θεοῦ (como P46). Parece que la variante con θεῷ es una corrección (comp. T239); el dativo tiene un sentido instrumental -R540). [Editor. La primera sugerencia parece preferible, ya que Pablo presenta el contraste entre la verdadera adoración espiritual y las meras ordenanzas externas.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., el cortamiento;(gr., peritomé)

O, adoramos a Dios en espíritu

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, la verdadera, la del corazón g Rom 2:29; Col 2:11.

3.3 N los que en espíritu servimos a Dios (pero Dios no está en acusativo sino en genitivo).

Fuente: La Biblia Textual III Edición

* Literalmente “carne,” así como en el versículo Flp 3:4.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento