Aunque yo tengo de qué confiar también en la carne. Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más:
3:4 — » Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne «. La Biblia de las Américas dice «aunque yo mismo podría confiar en la carne», pero la traducción literal es «aunque yo mismo teniendo confianza». Pablo afirma que no había virtud en las cosas de la carne, estas cosas que en seguida mencionará, en las cuales muchos hermanos judíos todavía confiaban. Pablo estaba altamente calificado para hablar de tales cosas externas, porque él las poseía en sumo grado. Nadie podía decir, «Pablo habla de tales cosas porque es envidioso, y si las tuviera él, no las criticaría». La verdad es que Pablo superaba a muchos de sus contemporáneos. «En el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación» (Gál 1:14).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
2Co 11:18-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo habla como quien tiene de qué confiar en la carne, para mostrar que la razón por la cual no se fiaba de las credenciales judías no era porque no las tuviera, sino porque estas no permitían alcanzar la rectitud que sólo Dios podía otorgar.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Para contrarrestar la afirmación de los judaizantes en el sentido de que ciertas ceremonias y rituales del judaísmo eran necesarios para la salvación, Pablo describió sus propios logros inmejorables como judío que eran mucho más «meritorios» que los que pudiera reclamar cualquiera de sus opositores, pero que no lo beneficiaron en absoluto para la salvación.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:4 — » Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne «. La Biblia de las Américas dice «aunque yo mismo podría confiar en la carne», pero la traducción literal es «aunque yo mismo teniendo confianza». Pablo afirma que no había virtud en las cosas de la carne, estas cosas que en seguida mencionará, en las cuales muchos hermanos judíos todavía confiaban.
Pablo estaba altamente calificado para hablar de tales cosas externas, porque él las poseía en sumo grado. Nadie podía decir, «Pablo habla de tales cosas porque es envidioso, y si las tuviera él, no las criticaría». La verdad es que Pablo superaba a muchos de sus contemporáneos. «En el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación» (Gál 1:14).
Su argumento es que si tales ventajas hubieran servido como base de confianza, entonces él mismo podría haber confiado en ellas.
— » circuncidado al octavo día «, como un judío verdadero de nacimiento (Luc 2:22). Los ismaelitas se circuncidaban al año décimotercero, y los prosélitos al judaísmo a una edad madura.
— » del linaje de Israel «, no era un prosélito, sino del linaje original, un descendiente verdadero de Israel (Jacob) quien recibió la bendición de Isaac, quien a su vez la recibió de su padre Abraham.
— » de la tribu de Benjamín «, hijo menor de Jacob y, como José, hijo favorito. De esta tribu vino el primer rey de Israel (Saúl). Esta tribu quedó con la de Judá cuando las diez tribus se rebelaron contra el rey Roboam, bajo el mando de Jeroboam, para formar el reino del norte.
— » hebreo de hebreos «, lo superlativo. Aunque nació en Tarso, lejos de Jerusalén, era de sangre pura. Sus padres eran verdaderos hebreos y retenían las cualidades hebreas en el idioma y en las costumbres (en contraposición a los helenistas, «griegos», Hch 6:1). Demostraron su gran celo por la ley cuando enviaron a su hijo a Jerusalén para estudiar a los pies del famoso Gamaliel. «Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios» (Hch 22:3).
— » en cuanto a la ley, fariseo «, «la más rigurosa secta de nuestra religión» (Hch 26:5) en contraste con los «saduceos» (los materialistas o «modernistas» de aquellos tiempos) y los «herodianos» (que tenían ambiciones políticas). Jesús denunció fuertemente la hipocresía de los fariseos (Mat 23:1-39), pero había fariseos sinceros como vemos en el caso de Pablo. «Los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas» (Hch 23:8). Por eso, dijo Pablo «Varones, hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la resurrección de los muertos se me juzga» (Hch 23:6).
— » en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia «, la prueba o demostración de su celo. Pablo nunca rindió servicio mediocre a Dios, ni antes ni después de su conversión. Como fariseo era celoso, un partidario tenaz. Fue el instigador principal de la «persecución que hubo con motivo de Esteban» (Acts 11:19; 7:58; 8:1–9:1). Otros fariseos creían que la iglesia de Cristo era una herejía, pero no poseían el celo de Pablo. Había consecuencia entre su creencia y su conducta; él creía que los cristianos eran enemigos de Dios y trataba de acabar con ellos (Hch 9:1-2; Hch 22:1-30; Hch 1:1-26; Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 26:9-15; 1Co 15:9). En 1Ti 1:13-16 revela su propio concepto de su conducta en aquel entonces.
Demostrar celo por Dios es digno de alabanza. Un buen ejemplo es Finees (Núm 25:11-15). El ejemplo perfecto es Cristo (Jua 2:17). Sin embargo, el celo por una causa falsa es inútil y mortal (Rom 12:2). Así fue el celo de Saulo de Tarso. Gracias a Dios, fue convertido y demostró el mismo celo por la causa de Cristo (2Co 11:2).
— » en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible «. Sabía y practicaba la ley (Gál 1:14). Pablo no decía que él nunca había pecado (Rom 3:9-10; Rom 3:23), sino que su vida anterior era bien conocida por los judíos (Hch 26:4-5) y no podían acusarle de infracciones de la ley de Moisés. Pablo guardaba concienzudamente la ley de Moisés, y aun las tradiciones de los padres. Era ejemplar (sacó calificación perfecta) en la práctica del judaísmo.
Era muy excepcional en que no violaba su conciencia (Hch 23:1; Hch 24:16). Era hombre muy sincero, muy dedicado a su religión. ¡Qué demostración más clara de que los más religiosos pueden estar equivocados! «Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; lo cual también hice… » (Hch 26:9-10).
Otra verdad obvia en este texto es que la ley de Moisés no podía «hacer perfectos a los que se acercan» a Dios por medio de ella (Heb 10:1-4). Saulo de Tarso era un ejemplo bueno de esto también, porque si algún judío sincero pudiera haber logrado este propósito Saulo lo habría hecho.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS PRIVILEGIOS DE PABLO
Filipenses 3:4-7
Y sin embargo, que quede claro que yo también tengo todos los motivos imaginables para poner mi confianza en mis condiciones meramente humanas. Si alguien tiene motivos para creer que tiene base para poner su confianza en su herencia y logros humanos, más tengo yo. Fui circuncidado al octavo día de nacer; soy de la raza de Israel, de la tribu de Benjamín, un hebreo de pura cepa. Por lo que se refiere a la Ley, soy fariseo; en cuanto al celo, fui perseguidor de las iglesias; en cuanto a la justicia que confiere la Ley, intachable. Pero tales cosas, que yo podría considerar ganancias según la contabilidad humana, he llegado a la conclusión de que no eran más que pérdidas en relación con Jesucristo.
Pablo acaba de atacar a los maestros judíos, y de insistir en que somos los cristianos, y no los judíos, los que tenemos la verdadera circuncisión y somos el pueblo del pacto. Sus oponentes podrían haber intentado objetarle: » Pero tú eres cristiano, y no sabes de lo que estás hablando; tú no sabes lo que es ser judío.» Así es que Pablo presenta sus credenciales, no para presumir, sino para mostrar que había disfrutado de todos los privilegios de un judío, y había alcanzado todas las prerrogativas a que cualquier judío pudiera aspirar. Sabía lo que era ser judío en el más alto sentido de la palabra, pero había renunciado a todo ello a sabiendas por causa de Jesucristo. Cada frase de este catálogo de los privilegios de Pablo tiene un sentido especial; veámoslas una a una.
(i) Había sido circuncidado a los ocho días de nacer. Ese había sido el mandamiento que le había dado Dios a Abraham: » A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros» (Ge 17:12 ); y ese mandamiento se había repetido como una ley de Israel de. carácter permanente (Lv 12:3 ). Pablo deja bien claro que no es un ismaelita, que se circuncidaban a los trece años (Ge 17:25 ), ni un prosélito que hubiera llegado más tarde a la fe judía y se hubiera circuncidado en la madurez. Subraya el hecho de que había nacido en la fe judía, y había conocido sus privilegios y observado sus ceremonias desde su nacimiento.
(ii) Era de la raza de Israel. Cuando los judíos querían hacer hincapié en su relación especial con Dios en su sentido más único usaban la palabra israelita. Israel fue el nombre que Dios le dio a Jacob después de su lucha con Él (Ge 32:28 ). Era de Israel de quien de una manera especial recibían su herencia. De hecho, también los ismaelitas eran descendientes de Abraham, porque Ismael fue el hijo que tuvo Abraham de Agar; los edomitas también eran descendientes de Isaac, porque Esaú, el fundador de .su nación, era hijo de Isaac; pero los israelitas eran los únicos que podían trazar su descendencia desde Jacob, a quien Dios había puesto el nombre de Israel. Al llamarse israelita, Pablo subrayaba la pureza absoluta de su ascendencia.
(iii) Era de la tribu de Benjamín. Es decir, no sólo era israelita, sino que pertenecía a la elite de Israel. La tribu de Benjamín ocupaba un lugar especial en la aristocracia de Israel. Benjamín había sido hijo de Raquel, la esposa predilecta de Jacob, y fue el único de los Doce Patriarcas que nació en la Tierra Prometida (Ge 35:17 s). Fue de la tribu de Benjamín de la que procedió el primer rey de Israel (1S 9:1 s), y sin duda fue del recuerdo de ese rey, Saúl, de donde procedía el primer nombre de Pablo, Saulo. Cuando el reino se dividió bajo Roboam, diez de las tribus se separaron con Jeroboam, y Benjamín fue la única tribu que permaneció fiel con Judá (1R 12:21 ). Cuando volvieron del exilio, fue de las tribus de Benjamín y de Judá de las que se formó el núcleo de la nación renacida (Esd 4:1 ). La tribu de Benjamín ocupaba el puesto de honor en la formación guerrera de Israel, y el grito que guerra de Israel era: » ¡En pos de ti, Benjamín!» (Jue 5:14 ; Os 5:8 ). La gran fiesta de Purim, que se celebraba todos los años con gran regocijo, conmemoraba la liberación que es el tema del Libro de Ester, y la figura central de esa historia fue Mardoqueo, un benjaminita. Cuando Pablo afirmaba que era de la tribu de Benjamín quería decir que no era un israelita de tantos, sino que pertenecía a la aristocracia de Israel.
Así es que Pablo afirmaba que era fiel a la Ley judía desde su nacimiento; que su linaje era de tal pureza que no cabía más, y que pertenecía a la tribu más aristocrática de Israel.
LOS LOGROS DE PABLO
Filipenses 3:4-7 (conclusión)
Hasta ahora, Pablo ha expuesto los privilegios que tenía de nacimiento; ahora pasa a exponer sus logros en la fe judía.
(i) Era un hebreo nacido de padres Hebreos. Esto no es lo mismo que decir que era un verdadero israelita. El detalle es el siguiente. Los judíos habían sido dispersados por todo el mundo. Había judíos en todas las naciones, las ciudades y los pueblos del mundo. Había docenas de millares de ellos en Roma; y en Alejandría eran más de un millón. Se negaban testarudamente a ser asimilados por las naciones donde vivían; retenían fielmente su propia religión y costumbres y leyes. Pero ocurría a menudo que olvidaban su lenguaje ancestral. Hablaban griego por necesidad porque vivían y se movían en ambientes griegos. Un hebreo era un judío que era no sólo de pura ascendencia racial sino que había conservado, a menudo laboriosamente, la lengua hebrea. Un judío de esos hablaría la lengua de su país de residencia, pero también el hebreo, que era su lenguaje ancestral.
Pablo no era sólo un judío de pura raza, sino que además hablaba hebreo. Había nacido en la ciudad gentil de Tarso, pero había ido a Jerusalén para educarse a los pies de Gamaliel (Hch 22:3 ), y podía, cuando se le presentaba la ocasión, hablar a los judíos de Jerusalén en su propia lengua (Hch 21:40 ).
(ii) Por lo que se refería a la Ley, se había educado para ser fariseo. Esa era una cualidad a la que Pablo se refiere más de una vez (Hch 22:3 ; Hch 23:6 ; Hch 26:5 ). No había muchos fariseos, nunca más de seis mil; pero eran los atletas espirituales del judaísmo. Su nombre quería decir Los separados. Se habían apartado de la vida corriente y de todas las tareas ordinarias para hacer que su único objetivo fuera guardar la Ley en todos sus más mínimos detalles. Pablo declara que era, no solamente un judío que había conservado la religión ancestral, sino que había dedicado toda su vida a su más rigurosa observancia. Nadie sabía mejor que él por experiencia personal lo que era la religión judía en sus demandas más elevadas y minuciosas.
(iii) En cuanto a su celo religioso en el judaísmo había sido un perseguidor de la Iglesia. Para un judío, el celo era la cualidad más elevada de la vida religiosa. Finees había salvado al pueblo de la ira de Dios, y había recibido un sacerdocio a perpetuidad porque había demostrado tener celo por su Dios (Nm 25:11-13 ). Y el salmista proclama: «Me consumió el celo de Tu Casa» (Sal 69:9 ). Un celo ardiente por Dios era la cima de la religión judía. Pablo había sido un judío tan celoso que había hecho todo lo posible por destruir a los que creía los enemigos del judaísmo. Eso era algo que él nunca olvidó. Una y otra vez habla de ello (Hch 22:2-21 ; Hch 26:423 ; 1Co 15:8-10 ; Gal 1:13 ). No se avergonzaba de confesar su vergüenza, y de decir que antes había odiado al Cristo al Que ahora amaba, y había tratado de raer la Iglesia que ahora servía. Pablo pretendía conocer el judaísmo en su ardor más intenso y hasta fanático.
(iv) En cuanto a la justicia que la Ley podía producir, era irreprochable. La palabra original es ámemptos, y J. B. Lightfoot especifica que el verbo mémfesthai, del que deriva, quiere decir reprochar de pecado u omisión. Pablo pretende que no había ninguna demanda de la Ley que él no hubiera tratado de cumplir.
Así es que Pablo enumera sus logros. Había sido un judío tan leal que no había perdido la lengua hebrea; era no solamente un judío religioso, sino que formaba parte de la denominación más estricta y disciplinada; había tenido en su corazón un celo ardiente por lo que creía que era la causa de Dios, y había cumplido la Ley de tal manera que nadie le podía reprochar ni lo más mínimo.
Todas estas cosas Pablo podría haber pretendido poner en su haber; pero cuando se encontró con Cristo, las pasó a la otra hoja como nada más que malas deudas. Las cosas que había creído que eran sus glorias eran de hecho inútiles. Todo logro humano tenía que descartarse para poder aceptar la gracia gratuita de Cristo. Tenía que despojarse de toda pretensión humana de honor para poder aceptar con completa humildad la misericordia de Dios en Jesucristo.
De este modo demuestra Pablo a esos judíos que tenía derecho a hablar. No está condenando el judaísmo desde fuera. Lo había experimentado al nivel más alto; sabía que no era nada comparado con el gozo que Cristo le había dado. Sabía que el único camino a la paz era abandonar el camino de los logros humanos y aceptar el camino de la gracia.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Objetivos en la vida anterior de Pablo
4 Pablo sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos. El podía enumerar una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto, pensaba que le daban crédito para con Dios.
5, 6 Enumera siete cosas que consideraba como ganancia en la vida profundamente religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús. (i) Fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento como lo requería la ley (Gén. 17:12). (ii) Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo de Dios. (iii) Podía nombrar su tribu (Benjamín), a la que pertenecía el primer rey de Israel y la que había permanecido fiel cuando las otras no lo fueron. (iv) No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, es decir, alguien que hablaba arameo (cf. Hech. 6:1; 22:2; 2 Cor. 11:22), hijo de padres hebreos, no como muchos que habían perdido el uso de su lengua nativa. (v) Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto (Hech. 23:6; 26:5; cf. Gál. 1:14). (vi) Su celo religioso quedó evidenciado en que persiguió a los cristianos (Hech. 8:3; 9:1). (vii) Podía decir que en cuanto a lo concerniente a las demandas externas de la ley, la ley mosaica por la que había tratado de vivir, era irreprensible. Esto, sin embargo, era una cuestión de justicia de la ley, de tratar de ser justo ante Dios sobre la base de la obediencia a la ley.
7 Ahora Pablo consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida. “Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor” (DHH). Había llegado a considerarlas como una base de confianza falsa y aun un obstáculo. Prosigue describiendo el camino infinitamente mejor que había encontrado.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
h 122 2Co 11:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Pablo se refleja aquí en todo el curso de su vida, lo que le daba el derecho de criticar al falso judaísmo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R1129 Καίπερ se usa para hacer evidente la idea concesiva: aunque.
M179 El participio aparece en καίπερ ἐγὼ ἔχων, donde el verbo conjugado en modo personal ἔχω (con una alternativa correspondiente para καίπερ) hubiera sido estrictamente correcto. [Editor. El participio se usa con un sentido concesivo y la partícula καίπερ se emplea para agregar fuerza a la concesión. En verdad, no hay nada gramaticalmente incorrecto en esta construcción (comp. Heb 5:8 y Heb 7:5).]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., tener confianza
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. piensa otro.