y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios por la fe.
3:9 — » Y ser hallado en él «, 1:20,21; Gál 3:27; Apo 14:13.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y ser hallado. Gén 7:23; Deu 19:3, Deu 19:4; Heb 6:18; 1Pe 3:19, 1Pe 3:20.
en él. Rom 8:1; Rom 16:7; 1Co 1:30; 2Co 5:17.
no teniendo mi propia justicia. Flp 3:6; 1Re 8:46; 2Cr 32:25, 2Cr 32:31; Job 9:28-31; Job 10:14, Job 10:15; Job 15:14-16; Job 42:5, Job 42:6; Sal 14:3; Sal 19:12; Sal 130:3, Sal 130:4; Sal 143:2; Ecl 7:20; Isa 6:5; Isa 53:6; Isa 64:5, Isa 64:6; Mat 9:13; Rom 9:31, Rom 9:32; Rom 10:1-3, Rom 10:5; 2Ti 1:9; Tit 3:5; Stg 3:2; 1Jn 1:8-10.
que es por la ley. Deu 27:26; Luc 10:25-29; Rom 3:19, Rom 3:20; Rom 4:13-15; Rom 7:5-13; Rom 8:3; Rom 10:4, Rom 10:5; Gál 3:10-13, Gál 3:21, Gál 3:22; Stg 2:9-11; 1Jn 3:4.
la justicia que es de Dios. Sal 71:15, Sal 71:16; Isa 45:24, Isa 45:25; Isa 46:13; Isa 53:11; Jer 23:6; Jer 33:16; Dan 9:24; Jua 16:8-11; Rom 1:17; Rom 3:21, Rom 3:22; Rom 4:5, Rom 4:6, Rom 4:13; Rom 5:21; Rom 9:30; Rom 10:3, Rom 10:6, Rom 10:10; 1Co 1:30; 2Co 5:21; Gál 2:16; Gál 3:11; 2Pe 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
por la ley: En los vv. Flp 3:6 y Flp 3:7 Pablo expone la inutilidad de la justicia que es en la Ley. Aquí revela que su propia justicia, la cual fue en la Ley, resultó también en vano.
por la fe de Cristo: Pablo se da cuenta de que la verdadera justicia es un asunto de fe, no de obras. Es la justicia de Dios la que viene a través de Cristo, no nuestra propia justicia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ser hallado en él. Pablo estaba «en Cristo» (vea la nota sobre Flp 1:1). Su unión con Cristo era posible solo gracias a que Dios le imputó la justicia de Cristo para que fuera contada por Dios como suya propia (vea las notas sobre Rom 1:17 ; Rom 3:24). no teniendo mi propia justicia, que es por la ley. Esta es la justicia vana y orgullosa de la moralidad externa, las ceremonias y rituales religiosos, así como de las buenas obras. Es la justicia producida por la carne que no puede salvar del pecado (Rom 3:19-20; Gál 3:6-25). la fe de Cristo. Fe es la confesión continua y confiada de dependencia total de Jesucristo y confianza absoluta en Él para los requisitos necesarios que permiten la entrada al reino de Dios (vea la nota sobre Rom 1:16). Esos requisitos se resumen en la justicia de Cristo, la cual Dios imputa a cada creyente (vea la nota sobre Rom 3:24).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:9 — » Y ser hallado en él «, 1:20,21; Gál 3:27; Apo 14:13.
— » no teniendo mi propia justicia, que es por la ley «. Pablo se refiere a la ley de Moisés. De ella habla en los vers. 5,6, «en cuanto a la ley… en cuanto a la justicia que es en la ley». Es la ley que requirió la circuncisión. Los judaizantes decían, «Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés» (Hch 15:5). Es importante que se entienda y que se recuerde que Pablo se refiere a la ley de Moisés, porque los evangélicos casi no pueden decir «ley» sin incluir la ley de Cristo.
El gran deleite de los comentaristas y pastores evangélicos es condenar el «legalismo» y al hablar de «ley» (o «la ley») no les gusta distinguir entre la ley de Moisés y la ley de Cristo. Hablan de «ley» (o «la ley») como si hubiera solamente una ley, y siempre hablan con tonos bien negativos acerca de «ley» (o «la ley).
Pablo habla claramente acerca de la ley de Moisés en su carta a los Romanos. Rom 2:1-29 se dirige con toda claridad a los judíos. Al decir «tú» se dirige al judío (vers. 1,3, etc.). En el ver. 17, dice, «tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley». ¿En qué ley se apoyaba el judío? Rom 3:1, «¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?» ¿Quién no puede entender que Pablo está hablando de judíos literales y de la ley de ellos (la ley de Moisés)?
Entonces, en Rom 3:20 declara con todo énfasis que «por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él». La palabra «justificado» y las expresiones «ser justo» o «tener justicia» se refieren a la misma cosa: la salvación. En el ver. 21 dice, «aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios», es decir, el plan de Dios para justificar o salvar al hombre por medio de Jesucristo (el evangelio). Dios perdona al hombre que obedece al evangelio y le pronuncia «justo» o «justificado» porque ya no es culpable de pecado. El hombre justo es el hombre absuelto de culpa. Esta es la «justicia» de la cual Pablo habla en Flp 3:9.
Recuérdese, pues, que al decir «ley», Pablo no se refiere a la ley de Cristo (que es simplemente el evangelio o el Nuevo Testamento), sino a la de Moisés. Muchos hermanos en Cristo han caído en el error del calvinismo. Hasta la fecha este error amenaza el alma de muchos hermanos.
No había perfección bajo la ley de Moisés (Heb 7:11; Heb 8:7; Heb 10:1), y fue quitada (Col 2:14; Heb 7:12). La ley no podía perfeccionar porque no proveía un salvador. Condenaba pero no podía salvar porque «la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados» (Heb 10:4). La ley sirvió como «ayo» para llevar a los judíos a Cristo (Gál 3:24).
La única manera de «salvarse» bajo la ley de Moisés era simplemente no «perderse», es decir, guardar la ley perfectamente sin pecar (Gál 3:10, «Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas»). Porque el judío, habiendo pecado, no tenía salvador. Observaba los sacrificios de la ley que apuntaban hacia Cristo, el «Cordero de Dios que quita los pecados del mundo» (Jua 1:29), y luego al venir Cristo, su sangre limpió sus pecados. Bajo la ley no había remisión de pecados, sino que «en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados» (Heb 10:3), hasta que viniera el Perfecto Sacrificio, y entonces habría «remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto» (Heb 9:15). Con esta breve explicación de la naturaleza y limitación de la ley, se puede entender por qué Pablo no podía ser salvo por la ley. El habla de «mi propia justicia, que es por la ley», porque desde el punto de vista del judaísmo, Pablo ya sostenía una relación correcta con Dios a través de su observación de la ley, pero Pablo reconocía claramente que esa «justicia» no valía nada. Era justicia «humana» (mía) pero no divina (de Dios). Pablo no quería esa clase de «justificación» porque no valía nada.
— » sino la que es por la fe de Cristo, la justicia de Dios por la fe «. La Biblia de las Américas dice, «sino la que es por la fe en Cristo», pero el griego dice » de Cristo». Compárese «del conocimiento de Cristo» (no «del conocimiento en Cristo», ver. 8; y «la cruz de Cristo» (no «la cruz en Cristo»), ver. 18. En estos tres textos la palabra «Cristo» aparece sin el artículo y en el caso genitivo, CHRISTOU. Pablo dijo que él quería ser hallado teniendo la justicia que «es por la fe de Cristo», es decir, «la justicia que es de Dios por la fe». Es de Cristo. Es de Dios. La única justicia verdadera es la justicia que Dios provee por medio de Cristo.
Podemos tener esta justicia o justificación de Dios por medio del evangelio, que en este texto y en muchos otros se llama «la fe». Es la fe objetiva (el evangelio) de Cristo (Rom 1:5; Rom 16:26; Gál 3:25; Jud 1:3). Los evangélicos casi siempre interpretan la palabra «fe» como «fe subjetiva» (la fe de la persona, o como ellos dicen, «aceptando a Jesucristo como su único Salvador»). En realidad en muchos textos la palabra «fe» significa la fe objetiva (la cosa creída), o sea, el evangelio. Además, la palabra «fe», aun cuando es fe subjetiva, significa en la mayoría de los textos «fiel» y «fidelidad» (equivale a obediencia) en lugar de pura aceptación mental o confianza. La «fe sola» se menciona una sola vez en las Escrituras (Stg 2:24) y en ese texto se condena: «Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe».
La palabra «fe» sí significa «confianza», pero es confianza expresada en obediencia. La doctrina de «la salvación por la fe sola» contradice la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis. Es una teología fundada sobre la arena.
La justicia que Pablo quería, pues, es la justicia que el evangelio hace posible. Es la justicia hallada en la religión de Cristo, en contraste con «la justicia que es por la ley» de Moisés. Rom 3:27, «la ley de la fe » es el evangelio de Cristo; Gál 3:23, «antes que viniese la fe » (el evangelio de Cristo); Gál 3:25, «venida la fe (el evangelio), ya no estamos bajo ayo (la ley de Moisés)»; Jud 1:3, » la fe que ha sido una vez dada a los santos». La palabra «fe» en estos textos no se refiere a la fe subjetiva, la fe de la persona, sino a la cosa creída, el objeto de la fe subjetiva, es decir, el evangelio. Es la fe objetiva, la fe como un objeto, lo que debemos creer, lo que debemos defender (Jud 1:3). Esta fe «vino», y cuando vino, ya los judíos no seguían bajo la ley.
Debemos agregar un detalle más. El comentario de Hendriksen es típico del modo de pensar de los «evangélicos». Dice, «la única justicia que tiene valor delante de Dios es la justicia de Cristo contada al pecador como don de Dios». Al decir esto los «evangélicos» quieren decir que la justicia personal de Jesús, la justicia que El tenía por haber llevado una vida perfecta, es contada o atribuida al creyente. De esta manera el hombre nunca tiene justicia propia sino solamente la de otro, la justicia personal de Cristo. La Biblia no enseña esta doctrina. Pablo dice (Rom 4:3) «Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia». ¿Qué fue contado? «Creyó» él mismo (él era fiel a Dios, ver. 12) «y le fue contado por justicia», es decir, la fe o fidelidad de Abraham a él mismo le fue contada para (EIS) justicia (compárese Hch 2:38).
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
p 131 Rom 3:20; Rom 10:3
q 132 Rom 4:5; Rom 9:30; Gál 2:16
r 133 Rom 1:17; Rom 3:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
No…mi propia justicia. Nadie puede satisfacer los requisitos de un Dios santo por medio de esfuerzos personales. Para justicia, véase coment. en Ro 1:17.
fe en Cristo…base de la fe. En las cartas de Pablo hay gran énfasis en la doctrina de la salvación por la fe (Ro 3:21– 5:21; Gá 3:1– 14; 21– 24).
Fuente: La Biblia de las Américas
9 (1) Pablo había estado metido de lleno en la religión judía bajo la ley y siempre había sido hallado por otros en la ley. Pero en su conversión fue trasladado de la ley y de su antigua religión a Cristo, llegando a ser «un hombre en Cristo» ( 2Co_12:2). Ahora él contaba con que sería hallado en Cristo por todos los que lo observaban, es decir, los judíos, los ángeles y los demonios. Esto indica que aspiraba a tener todo su ser sumergido en Cristo y saturado de El para que todos los que lo observaran lo hallaran totalmente en Cristo. Es sólo cuando seamos hallados en Cristo que El será expresado y magnificado ( Flp_1:20).
9 (2) «No teniendo mi propia justicia… sino… la justicia procedente de Dios»; ésta era la condición en la cual Pablo deseaba ser hallado en Cristo. El quería vivir no en su propia justicia sino en la justicia de Dios, y ser hallado en tal condición trascendente, expresando a Dios al vivir a Cristo, y no por guardar la ley.
9 (3) La justicia que proviene de los esfuerzos del hombre por guardar la ley, como lo menciona el v.6.
9 (4) Lit, la fe de Cristo. Véase la nota 22 (1) de Ro 3. La fe con la cual nosotros creemos en Cristo proviene de nuestro conocimiento de Cristo y nuestro aprecio por El. Es Cristo mismo, infundido en nosotros mediante nuestro aprecio por El, que viene a ser nuestra fe, la fe en El. Por esto, es la fe de Cristo la que nos introduce en una unión orgánica con El.
9 (5) La justicia que es Dios mismo vivido y expresado en nosotros para ser nuestra justicia por medio de nuestra fe en Cristo. Tal justicia es la expresión de Dios, quien vive en nosotros.
9 (6) Es decir, sobre la base o la condición de fe. La fe es la base, la condición, sobre la cual recibimos y poseemos la justicia que proviene de Dios, la justicia más elevada, que es Cristo ( 1Co_1:30).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Aquí Pablo contrasta la justicia por obras, que está basada en la ley, con la justicia que es por fe, la cual procede de Dios mediante la fe en Cristo. Rom 3:21-31; Rom 4:1-25; Rom 5:1-21 es un buen comentario sobre esta verdad.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
T191 Por lo general el adjetivo posesivo aparece pospuesto; en consecuencia, cuando aparece antepuesto (es decir, antes del sustantivo que modifica), generalmente indica hincapié. Aquí se usa como predicado (sin artículo): justicia que es la mía (comp. BD285[2]: una justicia de mí mismo).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Biblia Peshitta 2006 Notas:
[3] 3.9 Arameo, jaimanuta du180?Mu180?shija. No se refiere aquí al acto de creer en o en creerle a Jesucristo, sino al Evangelio mismo, la vida y la obra del Ungido de Dios, su doctrina y su práctica. El creer es para todo mundo, pero el tener la fe del Cristo pertenece sólo a los que por la gracia han sido perdonados y han nacido de nuevo, cuya vida es el Evangelio y la obediencia a éste. Ver nota a Mar 11:32.
Fuente: Peshitta en Español