Comentario de Gálatas 2:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres, cosa que procuré hacer con esmero.

2:10 — Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer. — Pablo admite que los otros apóstoles le hicieron una recomendación acerca de la obra (acordarse de los pobres), pero ya lo estaba haciendo (Hch 11:27-30), y en sus cartas habla mucho acerca de la ayuda para los santos pobres de Jerusalén (Rom 15:25-27; 1Co 16:1-4; 2Co 8:1-24 y 9). Esta benevolencia no solamente suplió la necesidad de los santos pobres, sino que también sirvió para estrechar relaciones entre los hermanos gentiles y judíos (2Co 9:12-14). Los cristianos de los primeros siglos

— y mayormente los del primer siglo — sufrieron mucho por causa del evangelio (Matthew 10:17-28; 34-37; 1Co 7:12-15). Por causa de Cristo muchos perdieron sus hogares, su empleo, su herencia y verdaderamente participaban de los sufrimientos de Cristo (1Pe 4:13).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que nos acordásemos. Hch 11:29, Hch 11:30; Hch 24:17; Rom 15:25-27; 1Co 16:1, 1Co 16:2; 2Co 8:1-24 2Co 9:1-15; Heb 13:16; Stg 2:15, Stg 2:16; 1Jn 3:17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

QUE NOS ACORDÁSEMOS DE LOS POBRES. Un tema que se repite en las Escrituras es la importancia de ayudar a los pobres (Éxo 23:10-11; Deu 15:7-11; Jer 22:16; Amó 2:6-7; Mat 6:2-4; Jua 13:29). Siempre habrá quienes necesiten ayuda. Los pobres, sobre todo «los de la familia de la fe» (Gál 6:10), necesitan ayuda material y las oraciones de la iglesia (véase el ARTÍCULO EL CUIDADO DE LOS POBRES Y NECESITADOS, P. 1196. [Amó 5:12-14]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Al relatar los detalles de su viaje más importante a Jerusalén después de su conversión, Pablo ofreció pruebas convincentes de que el mensaje que proclamaba era idéntico al de los otros doce apóstoles.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

que nos acordásemos de los pobres. Algo práctico que Pablo y el número creciente de cristianos gentiles debían recordar. La cantidad de cristianos en Jerusalén creció con rapidez al principio (cp. Hch 2:41-45; Hch 6:1) y muchos que visitaron la ciudad para la fiesta del Pentecostés (Hch 2:1; Hch 2:5) se quedaron al convertirse y nunca regresaron a su lugar de origen. Aunque en un principio los creyentes repartieron entre todos sus recursos (Hch 2:45; Hch 4:32-37), muchos tenían demasiado poco. La iglesia de Jerusalén había contado con recursos escasos durante muchos años. Vea la nota sobre Hch 11:28.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:10 — Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer. — Pablo admite que los otros apóstoles le hicieron una recomendación acerca de la obra (acordarse de los pobres), pero ya lo estaba haciendo (Hch 11:27-30), y en sus cartas habla mucho acerca de la ayuda para los santos pobres de Jerusalén (Rom 15:25-27; 1Co 16:1-4; 2Co 8:1-24 y 9). Esta benevolencia no solamente suplió la necesidad de los santos pobres, sino que también sirvió para estrechar relaciones entre los hermanos gentiles y judíos (2Co 9:12-14). Los cristianos de los primeros siglos — y mayormente los del primer siglo — sufrieron mucho por causa del evangelio (Matthew 10:17-28; 34-37; 1Co 7:12-15). Por causa de Cristo muchos perdieron sus hogares, su empleo, su herencia y verdaderamente participaban de los sufrimientos de Cristo (1Pe 4:13).

Fuente: Notas Reeves-Partain

La expresión griega es aquí muy sintética, lo que se presta a diversos énfasis en la traducción. La primera parte del versículo dice, literalmente, “sólo que de los pobres nos acordáramos”. Las versiones tienen que complementar con algo para hacer claro el sentido: Nos pidieron, «la única condición que nos pusieron» (TLA). Otras posibilidades son las siguientes: «solamente nos invitaron a tener presente» (BL), o «sólo que nosotros debíamos tener presentes a los pobres» (BJ), “sólo que deberíamos socorrer a los pobres” (Vidal: 85), “que estuviéramos pendientes para extender siempre la mano a los necesitados”

Varias versiones especifican más respecto a qué pobres se refiere el texto: «De la iglesia de Jerusalén» (TLA), «la pobreza de los hermanos de Jerusalén» (BL), «los pobres de allí» (NBE). El texto griego no es tan explícito, pero el contexto general de los escritos de Pablo y de los Hechos de los Apóstoles avala la referencia a Jerusalén. No se trata sólo de “acordarse”, sino que está implícita la idea de dar apoyo: “No olvidar la precaria situación de los hermanos y hermanas pobres de Jerusalén, para procurar auxiliarles”.

La frase lo cual también procuré con diligencia hacer indica en el griego un accionar continuo. La traducción de RV95: «Lo cual también me apresuré a cumplir con diligencia» no recoge toda la amplitud del original. Otras versiones comunican mejor esta idea de cuidado constante: «Y eso es precisamente lo que he estado procurando hacer» (TLA), “y eso es lo que he venido haciendo con esmero”. Más enfático aún: “Y esto es lo que siempre tengo presente y me empeño en hacer con mucho entusiasmo”, “lo cual no he descuidado en ningún momento”.

Es importante conservar el paso del “nosotros” al “yo” al traducir este versículo, pues corresponde al estilo y a la teología de Pablo. En efecto, el “encargo” fue hecho para todos, pero Pablo fue el que lo llevó adelante, especialmente con la gran colecta organizada por razones de cuidado pastoral y con el propósito de marcar un signo de la unidad de esta iglesia compuesta por judíos y no judíos.

Reflexión bíblica y pastoral

Pablo fue a Jerusalén para encontrarse con los otros apóstoles después de casi diecisiete años de trabajo misionero y reflexión teológica. El representante de la iglesia de Antioquía no era ningún improvisado, sino un experimentado teólogo y misionero. Esta imagen puede servir a algunas comunidades cristianas de la actualidad, las cuales otorgan con demasiada facilidad tareas muy delicadas a gente sin suficiente preparación y experiencia. En las iglesias contemporáneas podrían evitarse muchas situaciones dolorosas, si cuidáramos un poco más la asignación de responsabilidades.

La intención de la ida de Pablo a Jerusalén era exponer con amplitud el contenido del mensaje que había estado predicando entre los no judíos durante gran parte de ese tiempo. Seguramente, todos esos años le proporcionaron un cúmulo de valiosas experiencias y una relación profunda con Dios, mediada por la acción del Espíritu, en cuyo ámbito Pablo siempre procuraba caminar. Esa permanente comunión con Dios le dio a Pablo la sensibilidad necesaria para reconocer y aceptar la revelación de Dios, quien le pedía emprender el viaje.

Pablo tenía una voluntad fuerte y mucha iniciativa, pero siempre trataba de depender de Dios en sus acciones, especialmente en las circunstancias más delicadas. El equilibrio entre la iniciativa propia y comunitaria, por un lado, y la búsqueda atenta de la voluntad de Dios, por otro lado, permite que los proyectos de iglesias o personas cristianas caminen por buen rumbo. El equilibrio y la mesura no se oponen al entusiasmo y el desarrollo de proyectos.

En nuestros días es importante rescatar la dimensión revelatoria de la vivencia cristiana. En ambientes donde el secularismo adquiere cada vez más fuerza, la predicación y la enseñanza cristiana pueden ser oportunidades para reforzar nuestra disposición a abrirnos a esta dimensión tan importante de la fe. No se trata de andar imaginando que Dios nos deja señales por todos lados, sino de desarrollar una actitud madura y espiritual, sensible a su voluntad. Para este propósito son importantes la lectura responsable de la Biblia, la oración constante, la escucha atenta de personas sabias y una disposición interna de humildad. Las formas que Dios utiliza para comunicarse con su iglesia siguen siendo diversas.

En la reunión de Jerusalén, Pablo defendió la libertad en la que debe vivirse el evangelio. La fe en Cristo nos libera de querer agradar a Dios por méritos propios o por la práctica de algún tipo de legalismo. La fe en la obra salvadora de Cristo y la presencia y la guía del Espíritu nos hacen libres, y no así el seguimiento de normas humanas, las cuales, generalmente, coartan esa libertad. Algunas iglesias contemporáneas generan estructuras muy rígidas. Los creyentes se ven sometidos y obligados a cumplir tantos requerimientos, que pierden de vista el hecho que el evangelio es un mensaje de liberación, y no de restricción.

Pablo y Bernabé, y seguramente también los apóstoles de Jerusalén, estaban empeñados en defender la unidad de la iglesia y el mensaje de salvación del evangelio. No obstante, también eran conscientes de que el mensaje único debía ser flexible para poder comunicarlo a grupos diversos en sus propias circunstancias culturales, históricas y religiosas. Con frecuencia, la falta de flexibilidad, sensibilidad y respeto a los contextos específicos ha hecho imposible el arraigo del evangelio en muchos lugares. De igual manera que en la traducción bíblica, la enseñanza, el culto y todas las actividades propias de la iglesia cristiana deben desarrollarse con mucha atención a las características propias de cada cultura y región.

Resulta muy aleccionador descubrir cómo Pablo siempre actuaba bajo la convicción de que Dios obraba a través suyo. No obstante, como vemos en este pasaje, el apóstol también era capaz de reconocer que Dios actuaba en Pedro y en otros creyentes, aun cuando tuvieran posturas diferentes sobre algunos temas. Pablo sabía que el Espíritu actuaba tanto en él como en Pedro, y que el mismo Dios que había enviado a Pedro a predicarles a los judíos lo había enviado a él a hacerlo con los no judíos. Sin embargo, esta realidad no eliminaba la responsabilidad humana respecto a poner en claro posiciones diferentes e intentar llegar a acuerdos.

La guía del Espíritu no convierte a los creyentes en autómatas sin voluntad, pero tampoco los convierte en seres infalibles. El Espíritu nos mueve al encuentro y al diálogo, para dar así ejemplo concreto de lo que es la unidad en Cristo. Esta unidad no significa, en ningún caso, una homogenización o una decoloración simplistas.

La nota final del acuerdo entre los apóstoles no es un agregado insignificante o carente de importancia. Acordarse de los pobres era algo de lo que no estaba exento ninguno de los grupos cristianos, pues es precisamente ahí, en el servicio a los pobres, donde el evangelio deja de ser discurso religioso y se convierte en mensaje de vida compartida. Seguramente en este encuentro de Jerusalén hubo mucha discusión y hubo acuerdos que no dejaron contentos a todos. Sin embargo, el acordarse de los pobres fue algo que Pablo, una persona nada fácil de convencer, asumió plenamente, no como un compromiso temporal, sino como una de las tareas más importantes de su ministerio apostólico. El acordarse de los pobres sigue siendo una vocación y un desafío para la iglesia de nuestro tiempo.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— con todo esmero: Alusión a la colecta organizada por Pablo a favor de los hermanos necesitados de las iglesias cristianas de Judea, especialmente de Jerusalén (ver Rom 15:25-31 y 2Co 8:1-24; 2Co 9:1-15).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Ver Hch 11:29-30.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

a 74 Deu 15:8; 1Co 16:1

b 75 Hch 11:29

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Pablo refiere los acontecimientos registrados en Hch 11:1-30 (si la carta fue escrita a las iglesias de sur de Galacia) o los registrados en Hch 15:1-41 (si fue escrita a las iglesias del norte de Galacia).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

los pobres. Los santos en Jerusalén eran notoriamente pobres (Rom 15:26; cp. también 1Co 16:1-4).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Se inserta nos pidieron para suplir elipsis del original.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R723 Aquí hay un uso intensivo de αὐτό, pero τοῦτο es pleonástico (es decir, una repetición después del pronombre relativo; juntos significan: eso fue precisamente lo que).

R933 En este caso parece que ἵνα sólo tiene carácter explicativo con el subjuntivo volitivo (parece que la construcción es imperativa: sólo debíamos recordar -M144); comp. T95; indirectamente imperativa -M179). [Editor. En esencia se llega a una conclusión similar en cuanto a si ἵνα tiene carácter imperativo o si el subjuntivo debe tomarse como un verbo volitivo; se obtiene una explicación más probable si se toma la palabra ἵνα con carácter imperativo.]

R960 El sentido de la cláusula relativa se desliza desde la simple explicación hasta la base o razón (es decir, la causa). [Editor. No es necesario obtener por la fuerza un significado inusual de una cláusula relativa, cuando fácilmente puede tomarse como explicación simple: eso fue precisamente lo que.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego