Biblia

Comentario de Gálatas 4:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Gálatas 4:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre;

4:26 — Mas la Jerusalén ( no Herosoluma sino Ierousalem, como en Apocalipsis ) de arriba, — Flp 3:20; Col 3:1-3; Heb 11:10; Heb 11:16; Heb 12:22; Apo 3:12; Apo 21:2; Apo 21:9. Jerusalén fue el lugar donde el pueblo de Dios le adoraban y, por eso, llegó a ser sinónimo del pueblo mismo.

— la cual es madre de todos nosotros, es libre. — 5:1; Jua 8:32; Jua 8:36; 2Co 3:17.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Jerusalén. Sal 87:3-6; Isa 2:2, Isa 2:3; Isa 52:9; Isa 62:1, Isa 62:2; Isa 65:18; Isa 66:10; Joe 3:17; Miq 4:1, Miq 4:2; Flp 3:20; Heb 12:22; Apo 3:12; Apo 21:2, Apo 21:10-27.

madre de todos nosotros. Cnt 8:1, Cnt 8:2; Isa 50:1; Ose 2:2, Ose 2:5; Ose 4:5; Apo 17:5.

es libre. Gál 4:22; Gál 5:1; Jua 8:36; Rom 6:14, Rom 6:18; 1Pe 2:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

la Jerusalén de arriba representa la esperanza judía de que el cielo vendrá finalmente a la tierra (Apo 21:1-27; Apo 22:1-21). Puesto que todos nosotros alude evidentemente a los que son libres por la fe en Cristo (v. Gál 4:7), Pablo deja implícito que la pregunta en cuestión no era sobre la lealtad a Jerusalén; sino sobre la lealtad a cuál Jerusalén, ¿la antigua o la nueva? ¿Seguirán los gálatas a la miope Jerusalén de la actualidad con sus legalismos y lo demás, o a la libertad de la Jerusalén celestial?

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

la Jerusalén de arriba … es libre. El cielo (Heb 12:18; Heb 12:22). Aquellos que son ciudadanos del cielo (Flp 3:20) son libres de la ley, las obras y la servidumbre propias del pacto mosaico, así como de todos los esfuerzos continuos e inútiles para agradar a Dios en la carne. madre. Los creyentes de la Jerusalén celestial, la «ciudad madre» del cielo. A diferencia de la esclavitud de los hijos de Agar, los creyentes en Cristo son libres (Gál 5:1; Isa 61:1; Luc 4:18; Jua 8:36; Rom 6:18; Rom 6:22; Rom 8:2; 2Co 3:17).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:26 — Mas la Jerusalén ( no Herosoluma sino Ierousalem, como en Apocalipsis ) de arriba, — Flp 3:20; Col 3:1-3; Heb 11:10; Heb 11:16; Heb 12:22; Apo 3:12; Apo 21:2; Apo 21:9. Jerusalén fue el lugar donde el pueblo de Dios le adoraban y, por eso, llegó a ser sinónimo del pueblo mismo.
— la cual es madre de todos nosotros, es libre. — 5:1; Jua 8:32; Jua 8:36; 2Co 3:17.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Pablo contrasta este versículo con el precedente, pero forma con ambos una unidad de pensamiento. El contraste puede expresarse por «en cambio» (BA), “por el contrario”, “de manera opuesta”. Recordemos que Pablo sigue hablando alegóricamente: Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Se debe evitar comunicar la idea de que se trata de dos ciudades, ubicadas geográficamente una más alta que la otra. La expresión Jerusalén de arriba es una imagen usada dentro del judaísmo para referirse a la esperanza de una Jerusalén renovada donde habitaría directamente la presencia de Dios. Esta imagen también aparece en otros escritos del Nuevo Testamento, especialmente en el Apocalipsis (cf. Apo 3:12; Apo 21:2, Apo 21:9). Algunas versiones traducen «Jerusalén celestial» (DHH96) o «Jerusalén del cielo» (TLA).

La Jerusalén actual se refiere a la ciudad material, a la que Pablo relaciona con la gente que se esfuerza por vivir según las instrucciones de la ley. La Jerusalén de arriba es el lugar que espiritualmente habitan los que han depositado su confianza en Cristo y viven liberados del cumplimiento de cualquier ley. Estas dos ciudades no representan el judaísmo y el cristianismo, sino las conductas religiosas “bajo la ley” y “libre de la ley”.

Pablo amplía la figura de la madre. En efecto, esta Jerusalén celestial es madre de todos nosotros: «Pero la Jerusalén celestial es libre, y nosotros somos hijos suyos» (DHH96), «en cambio, la otra, la Jerusalén de arriba, es libre, y ésa es nuestra madre» (BA). Sara no es mencionada específicamente, pero Pablo asume que los gálatas harán la conexión. TLA prefiere hacer explícita la referencia: «Pero Sara representa al nuevo pacto, por el cual pertenecemos a la Jerusalén del cielo, la ciudad de todos los que somos libres».

Con este otro texto del Antiguo Testamento, Pablo quiere reforzar su argumento, aunque en cierto sentido lo complica. El texto es de Isa 54:1, tomado de la Septuaginta. Este pasaje refleja el tiempo en que los judíos estaban en el exilio de Babilonia, lejos de su propio país.

En la traducción debe utilizarse la misma fórmula para introducir citas que se usó previamente: “Se puede leer en la Biblia”, “hay un pasaje en la Escritura que dice”, o cualquier otra expresión que se haya elegido. También se debe utilizar de manera consecuente el recurso de destacar gráficamente la cita mediante comillas o letra cursiva, como hacen varias versiones. Otras versiones prefieren comunicar la cita en forma de verso, lo cual es aplicable tanto al texto original del Antiguo Testamento como a esta cita de Pablo. Para que la cita quede más clara dentro de la argumentación de Pablo, se puede seguir el ejemplo de TLA. Esta versión menciona específicamente a Sara, la cual probablemente estuviera en la mente de Pablo cuando éste incluyó la cita: «Refiriéndose a Sara, la Biblia dice».

El único problema serio de traducción lo ocasiona la ausencia de verbo en la frase del original: “Pues muchos los hijos [ ] de la estéril”. Algunas versiones complementan con un verbo en tiempo presente, lo cual no ofrece un sentido lógico: «Más son los hijos de la abandonada» (BJ). Nos parece más lógico complementar con un verbo en tiempo futuro, que encaja mejor con el contexto del texto original del Antiguo Testamento y con la argumentación de Pablo: «“Porque la mujer que fue abandonada tendrá más hijos que la mujer que tiene esposo”» (DHH96), «porque la abandonada tendrá más hijos que la casada» (BP), «“y tú, mujer abandonada, ¡ahora tendrás más hijos que la mujer casada!”» (TLA).

Es preciso señalar un problema de interpretación, ya que, en realidad, Sara es la mujer casada, y Agar, la abandonada y sin marido. A nuestro parecer, Pablo lleva la alegoría a un extremo en el que ya no es posible seguirla hasta sus últimas consecuencias. Sin embargo, ese ya no es un problema directo de la traducción, sino de la interpretación.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Heb 12:22; Apo 3:12; Apo 21:2; Apo 21:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

x 225 Isa 54:5; Gál 4:31

y 226 Gén 3:15; Isa 54:13; Flp 3:20; Rev 12:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Jerusalén…es nuestra madre. Sara, que representa a la libre Jerusalén futura (He 11:11, 16), dio a luz a Isaac, el hijo de la promesa. Así pues, esta Jerusalén representa la madre de todo creyente, que son también hijos de la promesa (vers. 28).

Fuente: La Biblia de las Américas

26 (1) La Jerusalén de arriba, finalmente, será la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva ( Rev_21:1-2), y está relacionada con el pacto de la promesa. Ella es la madre de los creyentes neotestamentarios, que no son esclavos bajo la ley sino hijos bajo la gracia. Todos nosotros los creyentes neotestamentarios nacimos de la Jerusalén de arriba y estaremos todos en la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

nuestra… TR registra de todos nosotrosRom 4:16.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., la cual

Fuente: La Biblia de las Américas

TR registra todos nosotros g Rom 4:16.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 26:? ?Mas la Jerusalén que está arriba, es la libre; y ésta es la madre de todos nosotros.?Pablo debiera haber dicho: «El otro testamento es el que proviene de la Jerusalén que está arriba»; pero al concentrar entre tanto su atención en la otra Jerusalén, cambió la construcción sintáctica recurriendo nuevamente a un anacoluto,?99? salvando sin embargo el sentido, sólo con otras palabras. En efecto: el otro testamento comenzó realmente en Jerusalén, cuando el Espíritu Santo fue enviado desde el cielo al monte de Sión, como se lee en ?Isaías 2? (v. 3) : «De Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor», y en el ?Salmo 109? (110:2) «El Señor enviará desde Sión la vara de tu poder». Pero como la Jerusalén terrenal era, por cierto, la herencia prometida en el Sinaí por medio del testamento anterior, y a nosotros en cambio se nos promete otra herencia en el cielo, tenemos también otra Jerusalén que no es colindante con el monte Sinaí ni relacionada estrechamente con la esclavitud de la ley ni emparentada con ella, por decirlo así. Pero existe también esta otra diferencia: La ley de la letra fue dada desde el monte Sinaí a aquellos a quienes se hicieron promesas referentes a bendiciones temporales; en cambio, la ley del Espíritu fue dada no desde Jerusalén, sino desde el cielo mismo, en el día de Pentecostés; y a esta ley le fueron prometidos bienes celestiales. Por consiguiente: así como Jerusalén es la madre y ciudad capital de todos aquellos que están bajo la ley sinaítica, que son sus hijos y sus ciudadanos, así la Jerusalén de arriba es la madre de todos aquellos que están bajo la ley de la gracia celestial, que son los hijos y los ciudadanos de ella Pues éstos “ponen la mira en las cosas que están arriba, y no en las que están sobre la tierra» (?Mt. 16:23?), porque ellos tienen como prenda el Espíritu (?2 Co. 1:22?) y poseen las arras de la promesa; suyas son las primicias de la herencia futura, la ciudad eterna y la nueva Jerusalén.?

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero