Comentario de Gálatas 5:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!

5:12

— ¡Ojalá se mutilasen (apokopos) los que os perturban! — Este es el versículo más fuerte de la carta. Lo que practicaban los judaizantes no merecía el nombre circuncisión; más bien él les llama (Flp 3:2) «los mutiladores del cuerpo» (literalmente, la mutilación, LBLA). Pablo habla de la verdadera circuncisión en Rom 2:28-29.

Dice Vine: » Apokopto, ver CORTAR… se utiliza metafóricamente en Gál 5:12… de separarse a sí mismos, excomulgarse». Otros (McGarvey, Barnes, JFB, Clarke) están de acuerdo con él, pero toda palabra ha de entenderse en su sentido literal a menos que el contexto y otros textos requieran que se entienda en sentido figurado. En este caso el sentido literal no está en conflicto con el contexto ni con otros textos porque Pablo discute la circuncisión física; por eso, el acto de ir más allá de la circuncisión (mutilarse) debe entenderse literalmente.

La palabra apokopos significa cortar y la mayoría de los comentaristas competentes la consideran física (literal): Lightfoot, Meyer, Vincent, Lenski, Expositor’s, Robertson, Ferguson, y casi todos los intérpretes antiguos como Jerónimo, Ambrosio, Agustín y Crisóstomo. Según el léxico de Grimm-Thayer, la palabra apokopto significa cortar, amputar (Mar 9:43; Jua 18:10; Jua 18:26; Hch 27:32. Este léxico entiende la palabra en su sentido literal (físico) y cita Deu 23:1. Dice que los que interpretan la palabra en sentido figurado son incorrectos. El léxico de Arndt-Gingrich está de acuerdo con Grimm-Thayer. De Gál 5:12 dice «que se hagan eunucos de sí mismos».

Hay algunos que al leer esto se ofenden y piensan que no le convenía a Pablo hablar así, pero el problema no es con Pablo sino con ellos. Tal vez los mismos no hubieran dicho lo que Jesús dijo en Mat 18:6, «Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar». En realidad algunos tienen poco amor por la verdad y el lenguaje fuerte que la defiende y condena el error les escandaliza. Estaba en juego no solamente la salvación de los gálatas sino también la nuestra . Entonces, el caso fue sumamente serio.

Como dice Hendriksen, Pablo razona de esta manera: «Ya que la circuncisión ha perdido su valor religioso, no es más que una mutilación (cf. Flp 3:2) que difiere solamente en cantidad pero no esencialmente de las prácticas de los sacerdotes paganos, prácticas bien conocidas por los gálatas. Pero puesto que los judaizantes que están perturbando a los gálatas creen que un poco de mutilación física es de valor espiritual, que sean consecuentes y corten más radicalmente. Que lleguen al extremo de castrarse, de esa manera haciéndose eunucos como los sacerdotes de Cibele en sus ‘devociones’ descontroladas». Al hacerlo serían excluidos de la casa de Dios (Deu 23:1) y llegarían a ser como los paganos a quienes imitaban.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

se mutilasen. Gál 5:10; Gál 1:8, Gál 1:9; Gén 17:14; Éxo 12:15; Éxo 30:33; Lev 22:3; Jos 7:12, Jos 7:25; Jua 9:34; Hch 5:5, Hch 5:9; 1Co 5:13; Tit 3:10.

los que os perturban. Hch 15:1, Hch 15:2, Hch 15:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

se mutilasen: El daño espiritual que causa la enseñanza legalista con respecto a la circuncisión y la Ley es tan grave que Pablo utiliza palabras fuertes y sarcásticas para hacer énfasis en este punto. Los falsos maestros deben ir más allá de la circuncisión y deberían castrarse a sí mismos. Esta afirmación exagerada revela su frustración con quienes enlodan el claro mensaje del evangelio sobre la gracia de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

se mutilasen. Esta expresión griega se empleaba para aludir a la castración, como la que se practicaba en el culto a Cibele, cuyos sacerdotes se hacían eunucos a sí mismos. Pablo establece con ironía que como los judaizantes insistían tanto en la circuncisión como medio para agradar a Dios, deberían llegar a ese mismo extremo de devoción religiosa y castrarse por completo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:12 — ¡Ojalá se mutilasen (apokopos) los que os perturban! — Este es el versículo más fuerte de la carta. Lo que practicaban los judaizantes no merecía el nombre circuncisión; más bien él les llama (Flp 3:2) «los mutiladores del cuerpo» (literalmente, la mutilación, LBLA). Pablo habla de la verdadera circuncisión en Rom 2:28-29.
Dice Vine: » Apokopto, ver CORTAR… se utiliza metafóricamente en Gál 5:12… de separarse a sí mismos, excomulgarse». Otros (McGarvey, Barnes, JFB, Clarke) están de acuerdo con él, pero toda palabra ha de entenderse en su sentido literal a menos que el contexto y otros textos requieran que se entienda en sentido figurado. En este caso el sentido literal no está en conflicto con el contexto ni con otros textos porque Pablo discute la circuncisión física; por eso, el acto de ir más allá de la circuncisión (mutilarse) debe entenderse literalmente.
La palabra apokopos significa cortar y la mayoría de los comentaristas competentes la consideran física (literal): Lightfoot, Meyer, Vincent, Lenski, Expositor’s, Robertson, Ferguson, y casi todos los intérpretes antiguos como Jerónimo, Ambrosio, Agustín y Crisóstomo. Según el léxico de Grimm-Thayer, la palabra apokopto significa cortar, amputar (Mar 9:43; Jua 18:10; Jua 18:26; Hch 27:32. Este léxico entiende la palabra en su sentido literal (físico) y cita Deu 23:1. Dice que los que interpretan la palabra en sentido figurado son incorrectos. El léxico de Arndt-Gingrich está de acuerdo con Grimm-Thayer. De Gál 5:12 dice «que se hagan eunucos de sí mismos».
Hay algunos que al leer esto se ofenden y piensan que no le convenía a Pablo hablar así, pero el problema no es con Pablo sino con ellos. Tal vez los mismos no hubieran dicho lo que Jesús dijo en Mat 18:6, «Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar». En realidad algunos tienen poco amor por la verdad y el lenguaje fuerte que la defiende y condena el error les escandaliza. Estaba en juego no solamente la salvación de los gálatas sino también la nuestra . Entonces, el caso fue sumamente serio.
Como dice Hendriksen, Pablo razona de esta manera: «Ya que la circuncisión ha perdido su valor religioso, no es más que una mutilación (cf. Flp 3:2) que difiere solamente en cantidad pero no esencialmente de las prácticas de los sacerdotes paganos, prácticas bien conocidas por los gálatas. Pero puesto que los judaizantes que están perturbando a los gálatas creen que un poco de mutilación física es de valor espiritual, que sean consecuentes y corten más radicalmente. Que lleguen al extremo de castrarse, de esa manera haciéndose eunucos como los sacerdotes de Cibele en sus ‘devociones’ descontroladas». Al hacerlo serían excluidos de la casa de Dios (Deu 23:1) y llegarían a ser como los paganos a quienes imitaban.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Pablo lleva su argumento al extremo y termina con una de esas frases fuertes, frecuentes en él, dictadas en medio de la polémica y en un estado de gran emotividad. Pablo expresa su deseo, no exento de burla, de que los que andan molestando a los gálatas con la exigencia del corte ritual vayan hasta el extremo y terminen por castrarse ellos mismos.

Al traducir será suficiente seguir de cerca alguna de las varias buenas versiones y expresar la castración con un giro de lenguaje propio de la región de destino de la traducción. La expresión de Pablo en el original tiene algo de grosero, lo que tranquilamente se puede dejar en la traducción. Ofrecemos tres buenos ejemplos: «¡Ojalá que quienes los molestan no sólo se circunciden sino que se corten todo de una vez!» (TLA), «pero esos que los andan perturbando a ustedes, ¡ojalá se castraran a sí mismos de una vez!» (DHH96), «¡ojalá que esos instigadores acabaran por mutilarse del todo!» (NVI).

Reflexión bíblica y pastoral

Este pasaje marca el paso de una argumentación muy teológica a la concreción práctica de toda la enseñanza, aunque es verdad que en la teología de Pablo ―como en toda buena teología― no es posible ni sano intentar distinguir tajantemente entre la teoría y la práctica. Ambas se complementan y ayudan a comprender mejor y a vivir más fielmente la vida cristiana.

Según Pablo, volver a la circuncisión significa renunciar a la libertad que concede la fe en Cristo. En efecto, la fe en Cristo trae consigo la recepción del Espíritu, cuya primera manifestación es la libertad que otorga a los creyentes. Quien goza de esta libertad no tiene necesidad de someterse de nuevo a ningún sistema opresor, ya sea religioso, político, económico o social.

En tiempos de Pablo, el aceptar la circuncisión como requisito para la salvación implicaba la aceptación de toda la ley; significaba que no se consideraba suficiente la gracia de Cristo en la vida de un creyente. Y de este tipo de cristianismo aún hay huellas en nuestro tiempo, pues en algunas iglesias se ve con frecuencia intentos de vivir una religión muy centrada en los méritos propios o en el cumplimiento de mandamientos que nada tienen que ver con el evangelio. Estos intentos son, en ocasiones, ocurrencias de gente que puede ser bien intencionada, pero que no tiene fundamento en la enseñanza bíblica.

Pablo toma con mucha seriedad y preocupación el intento de algunos gálatas de complementar su fe con el cumplimiento de la ley. Considera esto como equivalente a caer de la gracia, es decir, estar separado de Dios y abandonar el principio de que Dios otorga vida y salvación gratuitamente. En efecto, caer de la gracia es también hacer nula la asociación con Cristo y ya no permanecer “en Cristo”.

Para el apóstol, la única actitud correcta y válida es poner toda la confianza en Cristo, lo cual provoca la recepción del Espíritu Santo y la asimilación de una nueva personalidad, ahora caracterizada por la libertad y la práctica de la caridad cristiana. La fe en Cristo no es vista como un cambio religioso, sino como una forma de vivir y seguir el ejemplo de Cristo, bajo la guía de su Espíritu. Al asumir este tipo de fe, la persona creyente queda vinculada por la acción del Espíritu a la esperanza y al amor. Y la persona que es capaz de tener esperanza y amor, no puede ser sino una persona libre.

Probablemente, los misioneros que enseñaban el cumplimiento de la ley como complemento de la vida cristiana no eran mal intencionados. Podrían haber sido cristianos sinceros, pero con una concepción diferente de la de Pablo. Lo que es definitivo, es que no confiaban en que la obra de Cristo fuese suficiente, cosa que sí afirmaba Pablo. En nuestras iglesias también puede haber gente bien intencionada, pero cuya enseñanza es falsa, y, por tanto, dañina. Por eso es necesario seguir siempre el consejo de Pablo de examinar todo con mucho cuidado. No toda persona que se dice enviada o inspirada por Dios va a traer, necesariamente, una palabra de edificación a las iglesias.

Pablo tiene un criterio claro sobre la predicación cristiana, y es que ésta se funda en el “escándalo de la cruz”. Para los maestros rivales, la sola idea de una salvación que se obtenía por medio de la fe en un Mesías crucificado ―sin necesidad de hacerse judío y someterse a la ley de Moisés― era ofensiva y escandalosa. Por esa razón, querían quitar algo de ese escándalo al mensaje cristiano. Desafortunadamente, muchos predicadores modernos también tratan de quitar parte de su escándalo al mensaje cristiano y hacerlo más asequible para algunos grupos de la sociedad. También hoy hay intentos de sustituir la predicación cristiana de libertad, de práctica solidaria del amor, de eliminación de barreras de género, cultura, clase social, y otras, por una religión de cumplimiento de preceptos humanos. Es muy importante volver al mensaje radical de Pablo. Él nos enseña que la fe en Cristo crucificado es el origen de la salvación, y que quienes ponen su fe en él reciben el Espíritu, la adopción como hijos e hijas de Dios, y se comprometen en la práctica irrestricta de la caridad.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— se castrasen de una vez: Además del crudo sarcasmo que encierra la frase, es probable que Pablo aluda a un rito del culto frigio que se practicaba en Galacia en honor de la diosa Cibeles.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Hasta se castraran”, P46אABD; J7,8: “hasta fueran cortados de delante de los ojos de Jehová”.

REFERENCIAS CRUZADAS

u 255 Deu 23:1

v 256 Hch 15:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

12 super (1) El apóstol Pablo quería que los judaizantes, quienes perturbaban a los gálatas insistiendo en la circuncisión, no sólo quitaran su propio prepucio, sino que incluso se quitaran a sí mismos. El yo de ellos los perturbaba y los molestaba, y debía ser quitado.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

mutilaran… Lit. se mutilarán.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R809 El verbo en voz media ἀποκόψονται es causativo: que se castren (la voz media aquí se usa con el sentido de dejarse uno …; hacerse emascular -BD317).

R940 Ὄφελον con el futuro indicativo aparece para indicar un deseo futuro (comp. B27; BD384): Deseo que.

MT201 Hay un ejemplo de ὄφελον con el futuro en el N.T. (G?l 5:12); esto junto con el uso de καί indican que nunca tuvo el propósito de que se tomara en serio. [Editor. Καί se usa en la cláusula de deseo con ὄφελον, y significa: deseo que. Aquí no hay indicación de que el deseo no deba tomarse en serio.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. se mutilarán.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 12:? ?¡Ojalá sean mutilados los que os perturban!.?43? ??San Jerónimo cree que con estas palabras el apóstol pronuncia una maldición; pero pone gran? ?empeño en hallar una excusa para Pablo, o al menos un atenuante.?44? Sin embargo, de lo dicho en una? ?oportunidad anterior?45? hemos aprendido que es cosa común que los santos pronuncien maldiciones, y lo era? ?ya en tiempos muy remotos. El mismo Cristo maldijo la higuera (?Mt. 21:19?), o, sí el maldecir una higuera? ?parece no tener importancia: Elíseo por cierto maldijo a seres humanos, a los muchachos de Bet-el, en el? ?nombre del Señor (2 R. 2:24). En ?1 Corintios 5? (v. 5) Pablo «entregó a Satanás» a un hombre que había? ?cometido fornicación, y en el último capítulo de la misma carta dice (?1 Co. 16:22?): «El que no amare al? ?Señor Jesucristo, sea anatema, maran-ata». (Burgensis afirma que esta palabra es el peor tipo de maldición? ?entre los hebreos, mientras que nuestros eruditos interpretan el «maran-ata» erróneamente, creo- como «el? ?Señor viene»,?46? ) No sería de extrañar, pues, si también aquí el apóstol pronunciase una maldición, deseando? ?que el mal cayera sobre el hombre «exterior», al que veía obstaculizar la comunicación del bien por? ?parte del Espíritu.? ??Jerónimo relaciona el «sean mutilados» con las partes pudendas del cuerpo, pues piensa en personas? ?que son sometidas a la castración. Esta es una desgracia tan grande que si alguien se la inflige a un? ?hombre contra la voluntad de éste, el tal es castigado con todo rigor por las leyes del Estado; y el que se la? ?aplica voluntariamente, incurre en una acción infamante. En ?Deuteronomio 23? (v. 1) leemos (Vulgata): «El? ?eunuco que tenga magullados o amputados los testículos y cortado su miembro viril, no entrará en la? ?congregación del Señor», y en el capitulo 25 (v. 11, 12) se ordena que se debe cortar sin misericordia alguna? ?la mano de la mujer que en una riña entre su marido y otro hombre, «asiere a aquel otro de sus partes? ?vergonzosas para librar a su marido». ¿No son esto disposiciones necias y ridículas, aunque estuvieren? ?escritas en libros de autores paganos? Lo serían, sin duda, si no fuera que Dios a propósito convierte en? ?tontería la sabiduría del mundo (?1 Co. 1:20?). Él no quiso que nuestro altivo desprecio de cosas tan vergonzosas? ?(vergonzosas, sin embargo, sólo a causa de nuestra pecaminosidad) nos hiciera mirar con desdén? ?misterios tan sublimes. Los dos testículos, de esto no cabe duda, son los dos testamentos; porque «el? ?escriba docto en el reino de los cielos sacará de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas» (?Mt. 13:52?). ¿Y no? ?es la matriz de la mujer un símbolo de la voluntad y de la conciencia? Pero prefiero pasar por alto estas? ?cosas, porque los que son puros las descubrirán por sí solos, y los impuros no las pueden oír sin correr? ?peligro. La mano de la mujer empero, que debe ser amputada por haber asido de sus partes vergonzosas a? ?un hombre extraño, me parece significar la temeridad de aquellos que en la controversia entre uno que? ?enseña la verdad y uno que enseña mentiras, ponen a un lado o hasta tergiversan las Escrituras, o intentan? ?obtener la victoria mediante su propio entendimiento y mediante opiniones humanas.? ??Pero ¿qué significan aquellas palabras («ojalá sean mutilados» etc.)? Significan sin duda que Pablo,? ?hombre sumamente versado en cuestiones referentes a la ley, al hablar de la circuncisión y de quienes la? ?enseñan (como necesaria) parece desearles que sean no sólo circuncidados sino hasta mutilados enteramente,? ?no sólo en cuanto al prepucio sino también en cuanto a los testículos y al miembro viril. Con esto? ?alude claramente al sentido oculto al que señala también el texto griego que añade la cópula «también»:? ?«ojalá sean también mutilados». Tendremos entonces: «Ya que a toda costa quieren ser circuncidados, mi? ?deseo es que sean también mutilados, y que sean eunucos con los testículos y el miembro viril amputados»,? ?quiere decir, personas incapacitadas para enseñar Y para engendrar hijos espirituales,?47? personas que deben? ?ser expulsadas de la iglesia. Pues un obispo, o más propiamente aún: Cristo mismo, es el esposo de la? ?iglesia, a la cual él fecunda con el semen de la palabra de Dios mediante sus testículos y su miembro viril,? ?en perfecto pudor y santidad. Los miembros de los impíos empero deben ser extirpados por cuanto ellos? ?fecundan con semen espurios y palabra adúltera.? ?

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero

† No debe tomarse de manera literal, por supuesto, sino simbólicamente, llevando la filosofía de la circuncisión al extremo.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento