Comentario de Gálatas 5:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos de la carne.

5:16

— Digo, pues: Andad — conducta habitual, Rom 6:4; Rom 8:4; 1Co 3:3; Flp 3:18.

— en (por, LBLA) el Espíritu, — por la regla (6:16) o la enseñanza del Espíritu.

— y no satisfagáis los deseos (no cumpliréis el deseo, LBLA) de la carne. — La traducción de La Biblia de las Américas es correcta aquí; Pablo dice que si andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos malos. La palabra deseos ( epithumian) se usa en sentido bueno en Luc 22:15; Flp 1:23; y 1Ts 2:17, etc., pero la expresión «deseos de la carne» se refiere a deseos malos en Efe 2:3; 1Pe 2:11; 2Pe 2:18; 1Jn 2:16. Estos textos no se refieren a los deseos inocentes (normales) del hombre.

Algunos filósofos griegos explicaron este conflicto diciendo que el cuerpo es malo, que es la cárcel del alma, que el alma está corrompida por el cuerpo, etc., pero véanse Rom 12:1; 1Co 6:19. De tal filosofía falsa vino la doctrina del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre. El calvinismo enseña que la carne es «la naturaleza corrupta» o «la naturaleza pecaminosa». Muchos religiosos enseñan la «depravación hereditaria total» del hombre, es decir, que nace totalmente depravado, y que no puede creer en Dios ni amar a Dios hasta que el Espíritu Santo lo mueva. Se enseña que el hombre peca porque tiene que pecar (peca porque es hombre). Se enseña esta teología torcida porque los hombres quieren evitar la responsabilidad por sus pecados. Si el hombre nace pecador, ¿de quién será la culpa? Desde luego, el hombre no tiene la culpa porque no escogió nacer, mucho menos nacer pecador. No lo quieren admitir pero los proponentes de la teoría del pecado original y la depravación hereditaria total del hombre (que el hombre nace con naturaleza corrupta) en realidad están culpando a Dios, porque El es el Padre de nuestros espíritus (Heb 12:9).

Los deseos de la carne son simplemente los deseos del corazón malo. La palabra corazón se usa en la Biblia muchísimas veces para hablar del intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Pablo habla de «las concupiscencias (deseos malos) de sus corazones » (Rom 1:24) y luego hace una lista aun más larga de pecados como los de Gál 5:19-21. Los deseos de la carne son, pues, los deseos del corazón malo. También dice que «su necio corazón fue entenebrecido » (Rom 1:21). Entonces (2:5) habla del » corazón no arrepentido «. Al hablar de tales pecados en Efe 4:18 se refiere a «la dureza de su corazón «. Jesús dice, «Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez» (Mar 7:21-22). ¡Los «deseos de la carne» son, pues, los deseos del corazón malo!

En lugar de traducir la palabra griega sarx como carne, algunas versiones la traducen «la naturaleza pecaminosa», pero no son consecuentes. Por ejemplo, la palabra sarx aparece diez veces en Efesios, pero la New International Version la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Efe 2:3; la palabra aparece nueve veces en Colosenses, pero la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Col 2:11; Col 2:13. Es decir, la traducen así cuando les conviene para apoyar su doctrina falsa de la depravación hereditaria total del hombre.

Pero ¿qué dice la Biblia? Eze 18:20 enfáticamente enseña que «El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre». Jesús dice (Mat 18:2-4) que tenemos que ser como niños para heredar el reino de los cielos; por eso, los niños no son pecadores. En la parábola del sembrador hay cuatro clases de tierra (cuatro clases de corazón) y ninguna de las cuatro es depravada. Una de las cuatro es tierra buena (Luc 8:15).

La verdad es que el hombre no nace con naturaleza corrupta (Eze 18:20; Mat 18:3; Luc 18:16). El hombre es responsable por sus pensamientos y sus hechos y puede controlarlos. Tiene malos pensamientos porque quiere tenerlos y hace maldades porque quiere hacer maldades. La Biblia condena los malos pensamientos y los malos deseos. El que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón (Mat 5:28); el que aborrece a su hermano ya es homicida (1Jn 3:15); el avaro es idólatra (Col 3:5). Por lo tanto, Pablo dice, «Andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne», porque los deseos de la carne no caracterizan la «nueva criatura en Cristo» sino el viejo hombre (Rom 6:6; Efe 4:22-32; Col 3:5-14, etc.).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Digo pues. Gál 3:17; 1Co 7:29.

Andad en el Espíritu. Gál 5:25; Gál 6:8; Rom 8:1, Rom 8:4, Rom 8:5, Rom 8:12-14; 1Pe 1:22; 1Pe 4:6; Jud 1:19-21.

y satisfagáis los deseos de la carne. Gál 5:19-21; Rom 6:12; Rom 13:13, Rom 13:14; 2Co 7:1; Efe 2:3; Col 2:11; Col 3:5-10; 1Pe 1:14; 1Pe 2:11; 1Pe 4:1-4; 1Jn 2:15, 1Jn 2:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Estos versículos presentan la diferencia entre la obra del Espíritu y la obra de la carne en la vida de los creyentes. ¿Se debería entender que el «Espíritu» es una referencia al Espíritu Santo o al espíritu humano? La carne es la tendencia que mora en nosotros como resultado de la caída. Satanás obra por medio de la carne para llevarnos hacia el pecado, mientras Dios obra a través de nuestro espíritu humano por medio de su Espíritu Santo para provocar las virtudes cristianas que le agradan. Como quiera que entendamos, Espíritu o espíritu, ello no cambia la verdad de estos versículos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La única manera coherente para superar los deseos pecaminosos de nuestra naturaleza humana (la carne) es vivir paso a paso en el poder del Espíritu Santo cuando obra por medio de nuestro espíritu (v. Gál 5:25).

no satisfagáis: Es una promesa sorprendente. El caminar cada momento por la fe en la Palabra de Dios bajo el control del Espíritu nos asegura la victoria absoluta sobre los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Andad en el Espíritu. Todos los creyentes tienen en su interior la presencia del Espíritu Santo que mora en ellos (cp. Rom 8:9; 1Co 6:19-20) como el poder personal para vivir de forma agradable a Dios. La forma del verbo griego que se traduce «andad» indica una acción continua o un estilo de vida habitual. Andar también implica progreso, pues a medida que el creyente se somete al control del Espíritu y en obediencia responde a los mandatos básicos de las Escrituras, crece en su vida espiritual (vea las notas sobre Rom 8:13; Efe 5:18; Col 3:16). la carne. No solo se trata del cuerpo físico, sino que incluye la mente, la voluntad y las emociones porque todas están sujetas por igual al pecado. Se refiere en general a nuestra condición humana no redimida. Vea las notas sobre Rom 7:5 ; Rom 8:23; cp. v. Gál 5:13.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:16 — Digo, pues: Andad — conducta habitual, Rom 6:4; Rom 8:4; 1Co 3:3; Flp 3:18.
— en (por, LBLA) el Espíritu, — por la regla (6:16) o la enseñanza del Espíritu.
— y no satisfagáis los deseos (no cumpliréis el deseo, LBLA) de la carne. — La traducción de La Biblia de las Américas es correcta aquí; Pablo dice que si andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos malos. La palabra deseos ( epithumian) se usa en sentido bueno en Luc 22:15; Flp 1:23; y 1Ts 2:17, etc., pero la expresión «deseos de la carne» se refiere a deseos malos en Efe 2:3; 1Pe 2:11; 2Pe 2:18; 1Jn 2:16. Estos textos no se refieren a los deseos inocentes (normales) del hombre.
Algunos filósofos griegos explicaron este conflicto diciendo que el cuerpo es malo, que es la cárcel del alma, que el alma está corrompida por el cuerpo, etc., pero véanse Rom 12:1; 1Co 6:19. De tal filosofía falsa vino la doctrina del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre. El calvinismo enseña que la carne es «la naturaleza corrupta» o «la naturaleza pecaminosa». Muchos religiosos enseñan la «depravación hereditaria total» del hombre, es decir, que nace totalmente depravado, y que no puede creer en Dios ni amar a Dios hasta que el Espíritu Santo lo mueva. Se enseña que el hombre peca porque tiene que pecar (peca porque es hombre). Se enseña esta teología torcida porque los hombres quieren evitar la responsabilidad por sus pecados. Si el hombre nace pecador, ¿de quién será la culpa? Desde luego, el hombre no tiene la culpa porque no escogió nacer, mucho menos nacer pecador. No lo quieren admitir pero los proponentes de la teoría del pecado original y la depravación hereditaria total del hombre (que el hombre nace con naturaleza corrupta) en realidad están culpando a Dios, porque El es el Padre de nuestros espíritus (Heb 12:9).
Los deseos de la carne son simplemente los deseos del corazón malo. La palabra corazón se usa en la Biblia muchísimas veces para hablar del intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Pablo habla de «las concupiscencias (deseos malos) de sus corazones » (Rom 1:24) y luego hace una lista aun más larga de pecados como los de Gál 5:19-21. Los deseos de la carne son, pues, los deseos del corazón malo. También dice que «su necio corazón fue entenebrecido » (Rom 1:21). Entonces (2:5) habla del » corazón no arrepentido «. Al hablar de tales pecados en Efe 4:18 se refiere a «la dureza de su corazón «. Jesús dice, «Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez» (Mar 7:21-22). ¡Los «deseos de la carne» son, pues, los deseos del corazón malo!
En lugar de traducir la palabra griega sarx como carne, algunas versiones la traducen «la naturaleza pecaminosa», pero no son consecuentes. Por ejemplo, la palabra sarx aparece diez veces en Efesios, pero la New International Version la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Efe 2:3; la palabra aparece nueve veces en Colosenses, pero la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Col 2:11; Col 2:13. Es decir, la traducen así cuando les conviene para apoyar su doctrina falsa de la depravación hereditaria total del hombre.
Pero ¿qué dice la Biblia? Eze 18:20 enfáticamente enseña que «El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre». Jesús dice (Mat 18:2-4) que tenemos que ser como niños para heredar el reino de los cielos; por eso, los niños no son pecadores. En la parábola del sembrador hay cuatro clases de tierra (cuatro clases de corazón) y ninguna de las cuatro es depravada. Una de las cuatro es tierra buena (Luc 8:15).
La verdad es que el hombre no nace con naturaleza corrupta (Eze 18:20; Mat 18:3; Luc 18:16). El hombre es responsable por sus pensamientos y sus hechos y puede controlarlos. Tiene malos pensamientos porque quiere tenerlos y hace maldades porque quiere hacer maldades. La Biblia condena los malos pensamientos y los malos deseos. El que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón (Mat 5:28); el que aborrece a su hermano ya es homicida (1Jn 3:15); el avaro es idólatra (Col 3:5). Por lo tanto, Pablo dice, «Andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne», porque los deseos de la carne no caracterizan la «nueva criatura en Cristo» sino el viejo hombre (Rom 6:6; Efe 4:22-32; Col 3:5-14, etc.).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LAS COSAS MALAS

Gálatas 5:16-21

Tened presente lo que os digo: Que vuestra conducta y conversación estén bajo el control del Espíritu, y no dejéis que los deseos de la parte inferior de vuestra naturaleza se salgan con la suya. Porque los deseos de vuestra naturaleza inferior son todo lo contrario de los deseos del Espíritu, y los deseos del Espíritu son todo lo contrario de los de vuestra naturaleza inferior, y ambos se oponen radicalmente entre sí para que no podáis hacer lo que queráis. Las obras de la naturaleza humana inferior son bien conocidas: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, brujería, enemistad, rivalidad, celos, furia iricontrodada, interés propio, disensión, divisiones heréticas, envidia, borracheras, juergas y cosas por el estilo. Os advierto, otra vez, que los que hacen cosas así no heredarán el Reino de Dios.

No hay nadie que haya sido más consciente que Pablo de la tensión que hay en la naturaleza humana. Como decía el soldado del poema de Studdert Kennedy:

Yo soy hombre, y un hombre es una mezcla desde el instante de su nacimiento: una parte procede de la tierra, y otra parte, del cielo.

Para Pablo era esencial el que la libertad cristiana no se tomara como libertad para complacer a la parte inferior de la naturaleza humana, sino para conducirse en la vida del Espíritu. Nos da todo un catálogo de cosas malas. Cada una de las palabras que usa nos presenta todo un cuadro.

Fornicación: Se ha dicho, y es verdad, que la única virtud totalmente nueva que aportó el Cristianismo al mundo fue la castidad. El Cristianismo llegó a un mundo en el que la inmoralidad sexual no solo se permitía, sino se consideraba como algo esencial a la vida normal.

Impureza: La palabra que usa Pablo (akatharsía) es interesante. Puede querer decir el pus de una herida infectada, o un árbol que no se ha podado nunca, o un material que no se ha colado debidamente. En su forma positiva (katharós, adjetivo que quiere decir puro) se usa corrientemente en los contratos de casa para describir una casa que se deja limpia y en buenas condiciones. Pero el uso más sugestivo de katharós es con referencia a la pureza ceremonial que le permite a una persona participar en los cultos a Dios. La impureza, pues, es lo que hace que una persona no esté en condiciones de acercarse a Dios, la contaminación de la vida con cosas que nos separan de Dios.

Desenfreno: Esta palabra (asélgueia) se traduce corrientemente por lujuria en la versión Reina-Valera (Mr 7:22 ; 2Co 12:21 ; Gal 5:19 ; Ef 4:19 , libertinaje; 1Pe 4:3 , lascivias; Jud 1:4 , libertinaje; Rm 13:13 , y 2Pe 2:18 , vicios). Se ha definido como «disposición para cualquier placer.» La persona que lo practica, se dice que no tiene freno, que está desenfrenada, que hace todo lo que el capricho y la insolencia puedan sugerirle. Josefo le aplicaba esta cualidad a Jezabel cuando construyó un templo dedicado a Baal en Jerusalén. La idea que encierra es la de una persona que está tan avanzada en el deseo que ha dejado de importarle lo que los demás puedan decir o pensar.

Idolatría: Esto quiere decir el culto de dioses que han hecho las manos humanas. Es el pecado en el que las cosas materiales han desplazado a Dios y tomado Su lugar.

Brujería: Esta palabra quiere decir literalmente el uso de drogas. Puede querer decir el uso conveniente de drogas que hace un médico; pero también puede querer decir envenenar, y llegó a relacionarse muy especialmente con la utilizacón de las pócimas en la magia, que era muy corriente en el mundo antiguo.

Enemistad: La idea es la de una persona que es permanentemente, característicamente hostil a sus semejantes; es precisamente lo contrario de la virtud cristiana del amor a los hermanos y a todos los seres humanos.

Rivalidad: En un principio esta palabra tenía que ver principalmente con la rivalidad para obtener premios. Hasta se podía usar en un buen sentido en relación con las competiciones deportivas; pero mucho más corrientemente se refería a la rivalidad que se manifiesta en peleas y riñas.

Celos: Esta palabra (zélos, de la que deriva la palabra española) tenía en un principio un sentido positivo. Quería decir emulación, el deseo de alcanzar la nobleza que se admira. Pero se fue degenerando; llegó a querer decir el deseo de tener lo que otro tiene, un deseo malo de lo que no nos corresponde.

Furia incontrolada: La palabra que usa Pablo quiere decir explosiones de rabia. Describe, no una ira a largo plazo, sino una rabieta que se inflama y se consume pronto.

Interés propio: Esta palabra tiene una historia muy, iluminadora. Es eritheía, y quería decir en su origen el trabajo de un obrero contratado (erithós). De ahí pasó a significar el trabajo que se hace por una paga. Pasó a significar hacer campaña para obtener puestos políticos, y describe a la persona que quiere figurar, no para prestar un servicio, sino para obtener el máximo provecho personal.

Disensión: Literalmente la palabra quiere decir mantenerse aparte. Después de una de sus grandes victorias, Nelson la atribuyó al hecho de que había tenido la felicidad de tener a sus órdenes a un grupo de hermanos. Disensión describe una sociedad en la que se produce la situación contraria, en la que los miembros se separan en lugar de acercarse cada vez más.

Divisiones heréticas: Esto se podría describir como una disensión que cristaliza. La palabra es hairesis, de la que se deriva la palabra española herejía. Haíresis no era en un principio una palabra negativa. Viene de una raíz que quiere decir escoger, y se usaba para describir a una escuela de seguidores de un filósofo, o un grupo de personas que compartían unas creencias comunes. La tragedia de la vida es que las personas que tienen puntos de vista diferentes acaban frecuentemente por no entenderse ni gustarse, no entender ni encontrar agradables, no los puntos de vista del otro, sino al otro mismo. Debería ser posible no compartir las ideas de otro y seguir siendo amigos.

Envidia: Esta palabra (fthonos) es una palabra rastrera. Eurípides la llamaba » la peor de todas las enfermedades humanas.» Su esencia es que no describe el espíritu que desea, noble o innoblemente, tener lo que otra persona posee, sino el espíritu que resiente el hecho de que el otro tenga esas cosas o cualidades. No es que quiera tenerlas él para -sí; simplemente quiere quitárselas al otro. Los estoicos lo definían como » el disgusto que produce el bien ajeno.» Basilio lo llamaba » disgusto ante la buena suerte del prójimo.» Es la cualidad, no tanto del celoso, sino más bien del amargado.

Borrachera: En el mundo antiguo, este no era un vicio muy corriente. Los griegos bebían más vino que leche; hasta los niños bebían vino; pero lo bebían mezclado con agua: dos partes de vino y tres de agua. Los griegos condenarían la ebriedad lo mismo que los cristianos como algo que convertía a una persona en una bestia.

Juergas: Esta palabra (komos) tiene una historia interesante. Un komos era un grupo de amigos que acompañaban al vencedor en los juegos después de la victoria. Danzaban y reían y cantaban sus alabanzas. También describía los grupos de devotos de Baco, el dios del vino. Describe lo que llamaríamos una juerga o una jarana. Quiere decir un desmadre incontrolado, un regocijo que se ha convertido en la peor disolución.

Cuando llegamos a la raíz del sentido de estas palabras vemos que la vida no ha cambiado tanto después de todo, aunque ha pasado bastante tiempo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Pablo utiliza la expresión griega lego de para proseguir una idea ya iniciada, desarrollándola en un nuevo sentido, explicándola y, sobre todo, subrayándola. Es la misma que usa en Gál 3:17 y Gál 4:1. Por tanto, en la traducción se puede usar la misma expresión que se eligió previamente, con el sentido: “Lo que estoy tratando de decirles es lo siguiente”. Varias versiones pueden servir de modelo: «Por eso les digo» (TLA), «así que les digo» (NVI), «por tanto les pido» (BA), «os encargo» (BP).

El verbo “caminar” es usado con frecuencia por Pablo y Juan con el sentido figurativo de “forma de vivir” o “conducta personal”. En este capítulo, el sentido es equivalente o muy cercano al de las expresiones “guiado por el Espíritu” (v. Gál 5:18), “vida en el Espíritu” (v. Gál 5:25) y “caminar en las huellas del Espíritu” (v. Gál 5:25).

Pablo ya advirtió a sus lectores y lectoras del peligro de abusar de la libertad y no vivir en amor, sino en enemistad. Ahora les asegura que ellos no sucumbirán a tales abusos, si sus vidas están controladas por el Espíritu. Aunque el original sólo dice “Espíritu”, es claro que Pablo se refiere al Espíritu Santo o «Espíritu de Dios» (TLA). A continuación, presentamos algunas buenas traducciones: «Vivan según el Espíritu» (DHH96), «obedezcan al Espíritu de Dios» (TLA), «os encargo que procedáis según el Espíritu» (BP), «caminen según el Espíritu» (BA), «proceded guiados por el Espíritu» (NBE), “vivid animados por el Espíritu” (Vidal: 111). El tiempo presente del verbo griego indica una acción que está en progreso. Aquí puede entenderse como “continúen caminando”, “sigan avanzando en el camino del Espíritu”.

Luego de la exhortación positiva, Pablo agrega una exhortación negativa: Y no satisfagáis los deseos de la carne. La palabra carne remite aquí a sus connotaciones negativas. El verbo “completar” se refiere a “satisfacer”, “cumplir” o “llevar a cabo”. Deseos debe entenderse aquí en sentido negativo, es decir, como las inclinaciones destructivas de cada persona. Hay varias versiones que traducen con términos más cotidianos, al tiempo que mantienen el sentido del texto original: «Y no busquen satisfacer sus propios malos deseos» (DHH96), «y así no desearán hacer lo malo» (TLA), «y no se dejen arrastrar por los apetitos desordenados» (BA), «y no ejecutéis los deseos del instinto» (BP), «y nunca cederéis a deseos rastreros» (NBE), “y así no llevaréis a cabo la apetencia de la naturaleza egoísta” (Vidal: 111).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Rom 7:14-23; Rom 8:4-5; 1Pe 2:11.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

d 264 Rom 8:5; Rom 8:13

e 265 Rom 6:12; 1Pe 2:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Andad por el Espíritu. Es decir, vivir o comportarse conforme a la voluntad de Dios (Ro 6:4; 8:4; 2 Co 10:3). Así Pablo indica que el creyente debe estar lleno y controlado por el Espíritu de Dios (vers. 18), y no por las pasiones carnales ni las ambiciones personales.

Fuente: La Biblia de las Américas

16 (1) Esta palabra griega significa caminar por todas partes, andar por doquier por lo tanto, conducirse y actuar en la vida cotidiana, lo cual implica un diario andar común y habitual (cfr. Rom_6:4 ; Rom_8:4 Flp_3:17-18).

16 (2) Según el contexto del capítulo, este Espíritu debe de ser el Espíritu Santo, quien mora en nuestro espíritu regenerado y se mezcla con el mismo. Andar por el Espíritu es permitir que nuestro andar sea regulado por el Espíritu Santo desde nuestro espíritu. Esto está en contraste con permitir que nuestro andar sea regulado por la ley en la esfera de nuestra carne. Véase la nota 3 (2) del cap.3. La carne es la máxima expresión del hombre tripartito caído ( Gén_6:3) , y el Espíritu es la máxima realidad del Dios Triuno procesado ( Jua_7:39). Debido a la redención de Cristo y la obra de regeneración llevada a cabo por el Espíritu, nosotros en quienes Dios se ha infundido podemos andar por el Espíritu, por el Dios Triuno procesado, en lugar de andar por la carne, por nuestro ser caído. Pablo escribió este libro no sólo para rescatar a los creyentes gálatas que habían sido distraídos y llevados a la ley, sino también para llevarlos a comprender que los creyentes en su espíritu tienen el Espíritu todo-inclusivo y vivificante, a fin de que en este Espíritu puedan vivir, andar y existir.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Andad en el Espíritu. Mejor, por el Espíritu lo cual dará la victoria sobre la carne y sus obras.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

espíritu… Espíritu… → §117; §118.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R834 Τελέσητε se usa como un aoristo que expresa como un solo hecho una acción realizada durante un tiempo; comp. MT118 y 130): no satifagan.

M44 Πνεύματι se usa como un dativo instrumental: por el Espíritu.

T75 El presente de imperativo significa: continúen andando.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

espíritu g §117. (ver comentario §118.).

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 16:? ?Digo pues: andad en el Espíritu, y no daréis satisfacción (lat. Perficietis) a los deseos de la carne.? ??El apóstol quiere decir: «Mi advertencia de que no os mordáis ni os comáis significa tanto como:? ?quiero que viváis en el Espíritu; de esto resultará entonces que no haréis tales cosas. Sé que de vez en? ?cuando se levantan en vosotros deseos de esta naturaleza; pero no les deis lugar, sino andad en el Espirita,? ?es decir, progresad, y haceos siempre más espirituales». El mismo pensamiento lo expresa Pablo también? ?en ?Romanos 8? ( v. 13 ) : «Si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras? ?de la carne, viviréis»: El «hacer morir por el Espíritu las obras de la carne» lo llama aquí «andar en el? ?Espíritu» y resistir a la tentación, a los efectos de no morderse mutuamente y morir. Ninguno de nosotros? ?puede evitar del todo que le ataque esa inclinación al «morder y comer». Pero por medio del Espíritu? ?debemos resistir a tales inclinaciones.? ??Esta alegoría del «morderse y comerse», muy acertada por cierto, se halla con mucha frecuencia en? ?las Sagradas Escrituras. Vayan algunos ejemplos: E1 ?Salmo 57? (v. 4) dice de los hijos de los hombres que? ?«sus dientes son lanzas y saetas», y el ?Salmo 3? (v. 7): «Los dientes de los pecadores quebrantaste». En? ?Proverbios 30? (v. 14) se habla de la «generación cuyos dientes son espadas, y cuyas muelas mastican para? ?devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres». Una expresión equivalente es? ?el «tragar» de ?Proverbios 1? (v. 12): «Lo tragaremos vivo como el Seol» y ?Salmo 51? (52:4) : «Has amado? ?palabras que destruyen ( quiere decir que tragan, que devoran), engañosa lengua». Parece, sin embargo, que? ?con «morder» el apóstol entiende el inculpar, calumniar y censurar a otros, con «comer» en cambio el? ?ejercer venganza y opresión por parte de estos otros, mientras que con «consumir» parece referirse a la? ?consiguiente ruina de ambas partes.? ??Si el apóstol dice «no daréis saos facción», se debe prestar mucha atención al significado peculiar? ?de esta palabra. Pues entre el «hacer» los deseos de la carne o del espíritu, y el «darles satisfacción» existe,? ?conforme al entendimiento paulino, esta diferencia (como lo hace notar San Agustín en el último capitulo? ?del 3?. libro «Contra Juliano»):?75? Hacer los deseos es tenerlos, ser incitado y sentirse movido por ellos ya? ?sea a la ira, ya sea a la lascivia; en cambio, dar satisfacción a los deseos es darles lugar y cumplirlos; y esto? ?son entones las obras de la carne. Pero el tiempo en que «no tendremos» o «no haremos» los deseos, sólo? ?llegará cuando ya no tengamos tampoco nutra carne mortal, como observa San Agustín en el 1. libro de sus? ?Retractaciones, capitulo 24.?76? Es por esto, dice San Agustín, que todos los santos siguen siendo en parte? ?carnales, a pesar de ser espirituales en cuanto a su hombre interior (Libro 6. Contra Juliano).?77? Así, el amor? ?mismo desea, conforme a su desear espiritual, tener la capacidad de no sentir los deseos de la carne; pero? ?no logra dar satisfacción a tal deseo espiritual, puesto que no es capaz de mantener completamente alejados? ?de sí a los deseos de la carne. Me parece oportuno advertir, de paso, que Pablo llama «deseos de la carne»? ??no sólo a la lascivia, sino al deseo dirigido hacia todas esas obras que luego enumerará (cap. 5:19-21). Por? ?esto, Agustín dice textualmente: «El `no dar satisfacción’ a los deseos de la carne ocurre cuando uno no? ?consiente en ellos: por más que se muestren activos mediante incentivos, sin embargo no son concretados? ?mediante obras. De ahí que Pablo dijera a los romanos: El querer el bien está en mí. pero no el hacerlo ( ?Ro.? ?7:18? ). Pues `hacer el bien’ es no dar curso a los malos deseos, `consumar el bien’ en cambio es no tener? ?malos deseos.?78? De esta manera, los deseos de la carne no se `consuman’, a pesar de que se `hacen presentes’;? ?y por otra parte, tampoco nuestras buenas obras `se consuman’, a pesar de que `se hacen»’.? ??Todo esto nos hace ver claramente qué es la vida cristiana, a saber: una tentación, una milicia, y una? ?lucha. Y nos muestra además cómo se ha de instruir a los que se ven atacados por diversas tentaciones, a fin? ?de que no caigan en desesperación al no sentirse aún libres de las funestas inclinaciones a toda suerte de? ?pecados. Así se lee en ?Romanos 13? (v. 14): «No proveáis para los deseos de la carne», y en ?Romanos 6? (v.12): «No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias».? ??Nadie puede evitar los malos deseos; pero no obedecer a los malos deseos: esto sí podemos.? ?Si me he referido a este punto con mayor diligencia y amplitud fue a causa de esos teólogos que? ?operan con significados «impropios» (propter improprüstas meos), quienes sin que toda acción buena? ?realizada en esta vida sea al mismo tiempo parcialmente mala, y afirman que el pecado de la concupiscencia? ?sólo puede llamarse pecado «en un sentido impropio”.?79? Tú, por el contrario, debes creer al apóstol? ?y a Agustín, quienes dicen que lo bueno es «hecho» pero no «consumado». Que lo bueno sea «hecho» está? ?muy bien; pero que Úb sea «consumado», está muy mal; porque la ley de Dios debe ser consumada. Pero? ?aun los santos en su totalidad la cumplen sólo en forma defectuosa, y así pecan en cada una de sus obras.? ??Además, tal cosa como un «pecado en sentido impropio» no existe, sólo hay pecado en sentido propio;? ?porque tampoco existe una gracia en sentido impropio ni un Dios en sentido impropio ni un Cristo en? ?sentido impropio ni un Espíritu Santo en sentido impropio que perdona estos pecados y nos limpia de ellos.? ?Verdad es que en el bautismo ha sido quitada la culpa del pecado, como lo atestigua Agustín;?80? sin embargo,? ?el impulso sigue existiendo. Esto es: Dios no «culpa de iniquidad al hombre», conforme a las palabras? ?del ?Salmo 31? ( 32:2) sino que sana (la iniquidad); pues si quisiera culpar al hombre, como en verdad y con? ?pleno derecho podría hacerlo, todo estarla sujeto a muerte y condenación.? ?

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero