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Comentario de Gálatas 5:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Gálatas 5:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pues en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la fe que actúa por medio del amor.

5:6

— porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, — Pero en Galacia la circuncisión ¡era el disturbio principal!

— sino la fe que obra — «Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor» (Flp 2:12); estos texto demuestran claramente que no hay conflicto entre Pablo y Santiago («la fe sin obras está muerta», Stg 2:26). «Mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas… obraban en nuestros miembros» (Rom 7:5), pero ahora la fe obra las obras de Dios.

— por el amor. — Con sinceridad, con propósito sano. 1Ti 1:5; 1Ts 1:3; 1Co 13:1-13. En varios textos Pablo combina estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor (1Co 13:13; 1Ts 1:3; Col 1:4-5).

Este texto crea problemas para la teología de los evangélicos (los que enseñan la salvación por la fe sola). Por ejemplo, dice JFB, «El amor no se une con la fe en el acto de justificar, sino que es el principio de las obras que siguen tras la justificación por la fe»; es decir, la fe sola

— sin amor — justifica (¡el hombre es justificado o salvo sin amar al Señor!)

Esto bien ilustra el extremismo de los proponentes de la salvación por la fe sola. Aun excluye el amor como requisito para ser salvo. Según esto la persona que no ama al Señor sino solamente cree en él se salva y entonces el amor «es el principio de las obras que siguen tras la justificación por la fe». Pero Jesús dice, «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Jua 14:15); «El que me ama, mi palabra guardará» (Jua 14:23). El amor, pues, es lo que nos mueve a obedecer.

Al luchar fuertemente contra las obras del catolicismo, los protestantes han ido al extremo de menospreciar los mandamientos y obras del Nuevo Testamento. Dice Barnes, «¿Quién no sabe del peligro de depender de oraciones, limosnas, sacramentos y Extremaunción, y penitencia, y formas vacías para la salvación?»

Pablo no dice que cualquier fe salva, sino la fe que obra por amor. Jesús dice, «El que me ama, mi palabra guardará» (Jua 14:23). ¿Qué pues? La fe que salva es la fe que obedece de corazón al evangelio (Rom 6:18). Desde luego, la expresión «de corazón» incluye el amor y siempre que se predique el evangelio esto debe explicarse porque el primer mandamiento es, «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mat 22:37).

En otros textos Pablo emplea otras palabras para enseñar la misma cosa. Compárense los siguientes textos:

Gál 5:6, «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor».

Gál 6:15, «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva criatura». ¿Cómo se llega a ser nueva criatura? Jua 3:5.

1Co 7:19, «La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios». Estos tres textos dicen la misma cosa.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

porque en Cristo Jesús. Gál 5:2, Gál 5:3; Gál 3:28; Gál 6:15; Rom 2:25-29; Rom 3:29-31; 1Co 7:19; Col 3:11.

sino la fe. Mat 25:31-40; 2Co 5:14; 1Ts 1:3; Heb 11:8, Heb 11:17-19; Stg 2:14-26; 1Pe 1:8; 1Jn 3:14-20; 1Jn 4:18-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Por la fe es posible cumplir los mandatos de amor a nuestro prójimo (vv. Gál 5:13, Gál 5:14; Jua 13:34, Jua 13:35).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA FE QUE OBRA POR EL AMOR. La Biblia sostiene que una persona es salva mediante la fe (Gál 2:15-16; Rom 3:22; Efe 2:8-9).

(1) En este pasaje Pablo define la naturaleza exacta de esa fe. La fe salvadora es la fe viva en el Salvador vivo, una fe tan vital que no puede dejar de expresarse con obras motivadas por el amor.

(2) La fe que no ama ni obedece a Cristo con sinceridad (cf. 1Jn 2:3; 1Jn 5:3), ni muestra un verdadero interés por la obra del reino de Dios (cf. Mat 12:28), ni le opone resistencia al pecado y al mundo (vv. Gál 5:16-17) no llena los requisitos de fe salvadora (cf. Stg 2:14-16; véase el ARTÍCULO LA FE Y LA GRACIA, P. 1582. [Rom 5:21]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión. Cp. Gál 6:15. Nada que se haga en la carne, incluido todo tipo de ceremonias religiosas, hace la diferencia en la relación personal con Dios. Todo lo externo carece de relevancia eterna y es inválido mientras no sea el reflejo de una verdadera justicia interna (cp. Rom 2:25-29). la fe que obra por el amor. La fe que salva demuestra su carácter auténtico mediante obras de amor. Aquel que vive por fe está motivado en su interior por el amor a Dios y a Cristo (cp. Mat 22:37-40), que fluye de forma sobrenatural en adoración reverente, obediencia genuina y sacrificio amoroso por los demás.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:6 — porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, — Pero en Galacia la circuncisión ¡era el disturbio principal!
— sino la fe que obra — «Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor» (Flp 2:12); estos texto demuestran claramente que no hay conflicto entre Pablo y Santiago («la fe sin obras está muerta», Stg 2:26). «Mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas… obraban en nuestros miembros» (Rom 7:5), pero ahora la fe obra las obras de Dios.
— por el amor. — Con sinceridad, con propósito sano. 1Ti 1:5; 1Ts 1:3; 1Co 13:1-13. En varios textos Pablo combina estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor (1Co 13:13; 1Ts 1:3; Col 1:4-5).
Este texto crea problemas para la teología de los evangélicos (los que enseñan la salvación por la fe sola). Por ejemplo, dice JFB, «El amor no se une con la fe en el acto de justificar, sino que es el principio de las obras que siguen tras la justificación por la fe»; es decir, la fe sola — sin amor — justifica (¡el hombre es justificado o salvo sin amar al Señor!)
Esto bien ilustra el extremismo de los proponentes de la salvación por la fe sola. Aun excluye el amor como requisito para ser salvo. Según esto la persona que no ama al Señor sino solamente cree en él se salva y entonces el amor «es el principio de las obras que siguen tras la justificación por la fe». Pero Jesús dice, «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Jua 14:15); «El que me ama, mi palabra guardará» (Jua 14:23). El amor, pues, es lo que nos mueve a obedecer.
Al luchar fuertemente contra las obras del catolicismo, los protestantes han ido al extremo de menospreciar los mandamientos y obras del Nuevo Testamento. Dice Barnes, «¿Quién no sabe del peligro de depender de oraciones, limosnas, sacramentos y Extremaunción, y penitencia, y formas vacías para la salvación?»
Pablo no dice que cualquier fe salva, sino la fe que obra por amor. Jesús dice, «El que me ama, mi palabra guardará» (Jua 14:23). ¿Qué pues? La fe que salva es la fe que obedece de corazón al evangelio (Rom 6:18). Desde luego, la expresión «de corazón» incluye el amor y siempre que se predique el evangelio esto debe explicarse porque el primer mandamiento es, «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mat 22:37).
En otros textos Pablo emplea otras palabras para enseñar la misma cosa. Compárense los siguientes textos:
Gál 5:6, «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor».
Gál 6:15, «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva criatura». ¿Cómo se llega a ser nueva criatura? Jua 3:5.
1Co 7:19, «La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios». Estos tres textos dicen la misma cosa.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Recordemos que a Pablo no le interesa atacar el rito de la circuncisión, sino solamente mostrar que el mismo no garantiza la aceptación de parte de Dios y no otorga, por tanto, ningún privilegio. La expresión literal porque en Cristo Jesús resulta más comprensible si se la traduce como «porque gracias a Cristo Jesús» (DHH96), «gracias a lo que Cristo hizo» (TLA). Algunas versiones intentan concretizar la expresión: «Porque en cuanto seguidores de Cristo» (BA), «pues como cristianos» (NBE).

Pablo extiende su afirmación del versículo Gál 5:5, “estar en Cristo Jesús”, como un estar unido a Cristo en la fe y en el compañerismo. Si se está en Cristo, ninguna condición física u otra circunstancia es esencial en la relación: Ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, «ya no cuenta para nada estar o no circuncidados» (DHH96), «no tiene importancia haber recibido la circuncisión o no» (BL), «lo mismo da estar circuncidados que no estarlo» (BA), “es irrelevante si un hombre ha recibido o no el corte ritual”.

Es muy interesante la afirmación que hace Pablo al final del versículo: Sino la fe que obra por el amor. Literalmente, el original dice: “Sino que la fe mediante el amor se energiza” o “se vuelve eficaz”. Pablo no defiende una fe meramente intelectual, que solamente dice “creo en Dios”, sino una fe que se concretiza en gestos y actos reales de ayuda. El amor pone en movimiento la fe: «Lo que vale es la fe que actúa mediante el amor» (NVI), «lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás» (TLA), «una fe activa por medio del amor» (DHH96), «una fe que se traduce en amor» (NBE). Es probable que el amor deba entenderse aquí, primariamente, como cuidado y preocupación por las personas.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Gál 6:15; 1Co 7:18-19; 1Ti 1:5; Stg 2:2; (ver Rom 5:1-5; 1Co 13:1-13; 1Ts 1:3).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Jesús.” B omite este nombre.

REFERENCIAS CRUZADAS

i 242 1Co 7:19; Gál 2:3; Gál 6:15; Col 3:11

j 243 Rom 3:22; Stg 2:18

k 244 1Ts 1:3; 1Ti 1:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la fe que obra por amor. La fe del creyente debe manifestar amor, que es el verdadero cumplimiento de la ley (Ro 13:10; Stg 2:8).

Fuente: La Biblia de las Américas

6 super (1) Es decir, que no tiene ninguna fuerza, ningún poder práctico.

6 super (2) Una fe viviente es activa; actúa por medio del amor para cumplir la ley (v. 14). La circuncisión es sencillamente una ordenanza exterior, sin poder vital. Por eso no vale nada. La fe recibe el Espíritu de vida (3:2); por lo tanto, está llena de poder. Actúa por medio del amor para cumplir no sólo la ley, sino también el propósito de Dios, es decir, actúa con el fin de completar la filiación divina, el proceso de hacernos hijos maduros de Dios para Su expresión corporativa, el Cuerpo de Cristo.

6 super (3) El amor está relacionado con nuestro aprecio de Cristo. Sin tal aprecio, la fe no podría obrar. El oír con fe despierta nuestro aprecio en amor, y cuanto más amamos al Señor, más obra la fe para introducirnos en las riquezas, el provecho, del Espíritu todo-inclusivo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

significa algo… El hecho de que la nueva creación ha venido a la existencia, todas las aspiraciones humanas y el estatus dejan de tener significado → Gál 6:15; energizada… Gr. energéo = energizar → §317.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R583 Διά se usa aquí tanto con la idea de medio como con la de manera, las cuales se funden en un concepto: por amor.

M26 Parece más probable que la traducción del participio ἐνεργουμένη no sea pasiva (la fe operada por el amor), sino activa (que opera) o con algún matiz en voz media del mismo (la fe que ahora obra mostrando amor -TGr111; comp. Rom 7:5).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. tiene fuerza.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 6:? ?Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el? ?amor.? ??Aquí se prueba con la mayor claridad que la circuncisión es un acto licito, cosa que San Jerónimo y? ?sus partidarios impugnan a voz en cuello;?16? porque si la circuncisión no es lícita, entonces será necesaria la incircuncisión (para poder ser salvo). Pero. «la incircuncisión» dice Pablo «no es de valor alguno», por lo? ?tanto tampoco es necesaria. Por otra parte: también la incircuncisión es lícita; porque si no lo es, entonces? ?la circuncisión es necesaria (para la salvación). Pero «la circuncisión no es de valor alguno», entonces? ?tampoco es necesaria. ¿Qué queda, pues, sino lo que San Agustín dice tan apropiadamente a ese respecto, a saber: «El hecho de que Pablo haya circuncidado a Timoteo cuando éste ya era cristiano (?Hch. 16: 3?) no significa que Cristo «no le haya aprovechado» (v. 2) a Timoteo»??17? El caso es que Pablo circuncidó a Timoteo para evitar que otros se sintieran ofendidos. De ninguna manera actuó como un hipócrita; antes bien, le guió su convicción de que daba lo mismo circuncidarse o no circuncidarse, según aquel principio suyo enunciado en ?1 Corintios 7? (v. 19): «La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es». La circuncisión, en efecto, no es perjudicial para aquel que no cree que su salvación depende de ella.? ??Para establecer este principio de indiferencia, Pablo tuvo la gran prudencia de hacer esa doble afirmación;? ?porque si sólo hubiese dicho: «La circuncisión no es de ningún provecho», se podría haber tenido? ?la impresión de que la incircuncisión era necesaria (para salvarse); en cambio, si sólo hubiese dicho: «La? ?incircuncisión no aprovecha para nada», podría haberse considerado a la circuncisión como un acto necesario (para obtener la salvación). Ahora empero es únicamente la opinión que uno tiene, la confianza, y la conciencia, lo que establece una diferencia entre circuncisión e incircuncisión; en si, ambas son lícitas,? ?ambas tienen carácter de «indiferentes», ni buenas ni malas, al igual que todas las demás obras de la ley. En ?1 Corintios 7? (v. 18, 19) el apóstol lo expresa así: «¿Fue llamado alguno siendo circunciso? No trate de? ?aportar señales de haber sido incircunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. La? ?circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios».? ??¿En qué estamos, pues? El dejarse circuncidar ¿no es «guardar el mandamiento de Dios»? ¿Acaso no? ?existe tal mandamiento divino, dado por medio de Moisés y de Abraham (?Gn. 17:9? y sigtes.; ?Lv. 12:3?)? En? ?un párrafo anterior dije que los que sólo han recibido la circuncisión en la carne, sin tener circuncidado el? ?corazón, son ante Dios incircuncisos, si bien es cierto que para los judíos, las disposiciones ceremoniales? ?de la ley eran de observancia necesaria hasta el advenimiento de Cristo. Pues hasta esta fecha seguían en? ?vigencia tanto la promesa dada a Abraham como la ley dada a Moisés. Asilo dice claramente el propio? ?Moisés en ?Deuteronomio 18? (v. 15), donde exhorta a los judíos a «oír al Profeta que Dios levantará, tal? ?como habían oído a Moisés mismo». Moisés por lo tanto no quería que se le siguiera oyendo a él después? ?del advenimiento de aquel Profeta, Cristo. En idéntico sentido, este pasaje es citado también por el apóstol? ?Pedro contra los judíos, en ?Hechos 3? (v. 22, 23). Y cuando Dios dio a Abraham la ley de la circuncisión, su? ?voluntad indubitable era que esta ley tuviese vigencia sólo hasta que se hiciera efectiva la bendición prometida.? ??Pues por cierto, simultáneamente con la venida de la «Simiente a quien fue hecha la promesa» (?Gá.? ?3:19?), llegan también a su fin la promesa y el pacto de la promesa junto con su «sello».?18? Por lo tanto, una? ?vez venido Cristo, la circuncisión carece de valor. Sin embargo, el aplicarla no es en si ni bueno ni malo, y? ?además es lícito, como lo es cualquier otro mandamiento con respecto a días de guardar, comidas, vestimentas, lugares, sacrificios, etc., -si bien tales observancias carecían de valor también antes de la venida de Cristo si no tenían como base la justicia interior, como dice Isaías, cap. 1 (v. 11): «¿Qué ofrenda digna podría yo presentar al Señor?», etc. En el mismo sentido se dice también en ?Hebreos 9? (v. 10) que todo esto «ha sido impuesto hasta el tiempo de reformar las cosas». Pero también las obras del Decálogo estaban situadas fuera de la gracia y deben terminar, para que su lugar lo puedan ocupar las obras verdaderas del Decálogo, hechas en el espíritu.? ??Hice estas declaraciones para evitar que alguien me atribuya la opinión de que aun antes del advenimiento? ?de Cristo, la circuncisión tenía el carácter de indiferente, no siendo ni buena ni mala, o que a los? ?judíos les era permitida la incircuncisión. Pues Job y muchos otros hombres de Oriente, como Naamán de? ?Siria, el hijo de la mujer de Sarepta, el rey Nabucodonosor después de su conversión,?19? eran hombres? ?justos, y no obstante incircuncisos, puesto que la ley de Moisés comprometía solamente a los judíos, que? ?eran los que la habían recibido.? ??Si Pablo habla de «la fe que obra por el amor», lo hace a modo de aclaración para arrojar luz sobre? ?lo que acaba de decir, y para dar la correcta comprensión a los párvulos.?20? El apóstol quiere hacernos? ?entender de qué se nos está hablando tan reiteradamente, a saber, de la fe verdadera y sincera, de la «buena conciencia y fe no fingida», como lo expresa en su carta a Timoteo (?1 Ti. 1:5?). Fingida empero es la fe que nuestros teólogos llaman «la fe adquirida», y fingida es también la fe que, a pesar de ser «infundida», carece del amor.?21? ??No quiero detenerme aquí en las frívolas cuestiones que plantea esa gente, ni en sus fastidiosas? ?exposiciones doctrinales en las que sostienen que a la fe infusa debe añadirse como complemento necesario la fe adquirida -¡como si el Espíritu Santo nos necesitara a nosotros, y no más bien nosotros a él en todas las cosas! Pues el desvarío de aquellos teólogos de que si un niño recién bautizado?22? es criado entre turcos e infieles sin tener un maestro cristiano, el tal niño es incapaz de saber lo que un cristiano debe saber- esto no es más que simple tontería. ¿No ven ellos por la experiencia diaria qué provecho trae la enseñanza cristiana a aquellos que no son «traídos» interiormente por Dios (?Jn. 6:44?), y por el otro lado, cuán grandes cosas son hechas por personas que no reciben esa instrucción exterior en las tantas y tan tremendamente importantes materias que los teólogos enseñan y aprenden? Cuando enseña el Espíritu, hay enseñanza viva; más aun, allí está la vida y la realidad misma: él sabe, dice y obra todo en todos. Aquel a quien Dios enseña, por cierto no es distinto de aquel a quien Dios crea de nuevo. ¿Quién, en efecto, enseña al inexperto vástago del hombre a vivir, ver, sentir, hablar y obrar, y quién enseña al orbe entero a continuar cumpliendo todas sus múltiples funciones? Ridículos son los antes mencionados desvaríos, demasiado tonto es el concepto que tienen acerca de Dios. Por tanto, el que oye la palabra de Cristo con sinceridad y adhiere a ella fielmente, al instante es revestido también con el Espíritu del amor, como lo destacó el apóstol en un pasaje anterior al decir: «¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?» (cap. 3:2). Pues no puede ser de otra manera: si oyes a Cristo con sinceridad, inmediatamente también le amarás, ya que él hizo y padeció tanto por ti. Si puedes amar al que te regala veinte florines, o al que te distingue con algún favor, ¿cómo no habrías de amar a aquel que entrega por ti no una cierta cantidad de monedas de oro, sino su propia persona, a aquel que en bien tuyo recibe tantas heridas, que vierte por ti su sangre cual sudor y cual torrente, que muere por ti y carga con todo hasta las últimas consecuencias? Mas si no le amas, de seguro que no oyes con sinceridad ni crees sin fingimiento que todo esto fue hecho por ti; pues el que puedas hacer esto, es obra del Espíritu. El otro tipo de fe en cambio, esa fe que obra milagros, es un don que Dios en su generosidad otorga también a algunos que otros desagradecidos que hacen sus obras para su propia gloria.? ??De éstos dice San Pablo en ?1 Corintios 13? (v. 2): «Si tuviese toda la fe, etc.». Por tanto, de una manera muy acertada y significativa el apóstol define la fe como «le que obra por el amor»; esto es, como lo demuestra Erasmo a base del texto griego: la fe eficaz no es la que ni bien «adquirida» ya se echa a dormir, ni la que demuestra su poder mediante obras prodigiosas, sino la que es activa por medio del amor, como ya lo había dicho Pablo mismo en una ocasión anterior (cap. 2:8): «El que actuó en Pedro, actuó también en mí para con los gentiles». Pues la palabra «creer» expresa un «estar activo».? ?

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero