Comentario de Génesis 25:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura.
Año 1853 a.C. Gén 23:1, Gén 23:2; Gén 28:1; 1Cr 1:32, 1Cr 1:33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los hijos de Abraham con Cetura, Gén 25:1-4.
La división de sus bienes, Gén 25:5-6.
Su edad, muerte y sepultura, Gén 25:7-10.
Dios bendice a Isaac, Gén 25:11.
Las generaciones de Ismael, Gén 25:12-16.
Su edad y muerte, Gén 25:17-18.
Isaac ora por Rebeca, siendo estéril, Gén 25:19-21.
Los hijos luchan en su vientre, Gén 25:22-23.
El nacimiento de Esaú y Jacob, Gén 25:24-26.
Sus caracteres e intereses diferentes, Gén 25:27-28.
Esaú vende su primogenitura, Gén 25:29-34.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La frase en hebreo tomó otra puede interpretarse como «había tomado».
Cetura: Ella no fue la segunda esposa oficial de Abraham, sino su concubina (v. Gén 25:6; 1Cr 1:32). Como esposa no oficial, estuvo probablemente con Abraham toda su vida. Sus hijos tenían un estatus similar al de Ismael, el hijo de Abraham con Agar (cap. Gén 16:1-16), pero sin su bendición particular (Gén 16:10-16).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
25. Postrera Descendencia de Abraham.
E sta genealogía, del tipo de la tabla etnográfica del c.10, tendría por objeto, en la medida que se pueden identificar los hijos de Abraham y de Quetura, relacionar con el patriarca tribus árabes que tenían con él no relaciones de parentesco propiamente tales, sino relaciones de vecindad en el pasado o en el presente, o aun relaciones comerciales1.
Postrera Descendencia de Abraham (1-6).
1Volvió Abraham a tomar mujer, de nombre Quetura, 2que le parió a Zimrán, Yoqsán, Medán, Midián, Yisbaq y Suaj. 3Yoqsán engendró a Sebá y a Dedán. Hijos de Dedáii son los Asurim, los Letusim y los Leumim. 4Los hijos de Midián fueron Efá, Efer, Janoc, Abidá y Eldaá. Estos son todos los descendientes de Quetura. 5Abraham dio todos sus bienes a Isaac. 6A los hijos de las concubinas les hizo donaciones; pero, viviendo él todavía, los separó de su hijo Isaac hacia oriente, a la tierra de oriente.
Los descendientes de Quetura corresponden a los nombres de tribus árabes que, como tales, se consideran entroncadas con Abraham, gloriándose de su ascendencia. En efecto, resulta poco verosímil que el patriarca, tan avanzado en años, que se creía impotente para engendrar 2, tuviera ahora una descendencia tan numerosa. Zimrán: Plinio habla de los zamarein 3; en Num 25:14 y 1Cr 2:6 aparecen los zimri. Al oeste de la Meca hay una localidad llamada Zabram. Yoqsán: es el Yoqtán Deu 11:25, pues es también padre de Sebá. Midián (Madián de los LXX): es muy conocida en los textos del Pentateuco4. Moraban en la península sinaítica, entre el golfo de Elán y el desierto de Farán, filtrándose después hacia Moab, y en tiempo de los jueces invadieron Canaán5. Medán: desconocido. Yisbaq: en los textos asirios aparece una tribu llamada Yasbuk, pero está en el norte de Siria. El contexto exige que sea una tribu de Arabia. Suaj: es la patria de Bildad, amigo de Job6. En las inscripciones asirias aparece el nombre de Suhu junto al Eufrates, pero quizá haya que buscar su localización hacia Edom. Sebá y Dedán: véase comentario a 10:77. Asurim: no son los asirios, sino una tribu de la parte septentrional de la península sinaítica8. Letusim y Leumim.: desconocidos, pero se supone que son nombres de tribus de esta misma zona geográfica9. Efá: al norte de la península sinaítica, en los bordes del golfo de Elán. Es la Jayapa de los textos cuneiformes. Isaías menciona esta tribu como rica en camellos, en oro y aromas10. Efer y Janoc: desconocidos. Abidá: es la Ibadidi de los textos asirios de la campaña de Sargón (año 715 a.C.).
Abraham hizo único heredero de sus bienes a Isaac, si bien entregó presentes a los hijos de sus concubinas, que fueron relegados hacia tierra de Oriente (v.6), es decir, la estepa sinaítica y el desierto siro-arábigo. El autor sagrado insiste en esto para dejar bien asentado que estas tribus arábigas, aunque tengan relación de parentesco con Abraham, no tienen ningún derecho a la posesión de la tierra de Canaán, asignada por Dios a Isaac y a su descendencia, como herederos de las promesas divinas.
Muerte y Sepultura de Abraham (7-11).
7Vivió Abraham ciento setenta y cinco años. 8Expiró y murió Abraham en senectud buena, anciano y lleno de días, y fue a reunirse con su pueblo. 9Isaac e Ismael, sus hijos, le sepultaron en la caverna de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Seor el jeteo, frente a Mambré. 10Es el campo que compró Abraham a los hijos de Jet. Allí fue sepultado con Sara, su mujer. 11Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, su hijo, y habitó junto al pozo de Jai-Roi.
Con toda frialdad se narra el hecho de la muerte del glorioso patriarca después de una vida larga y senectud buena. No se dan detalles de sus últimos días ni de las circunstancias de su muerte. únicamente la frase estereotipada: fue a reunirse con su pueblo, es decir, con sus antepasados al seol, morada subterránea de todos los muertos11. En el acto de dar sepultura intervienen Isaac e Ismael, lo que no se compagina bien con el hecho de haber sido expulsado éste con su madre12. El lugar del enterramiento fue la gruta de Macpela, adquirida por el patriarca para sepultar a su esposa Sara. Ese lugar sería de gran veneración para los descendientes de Abraham. El patriarca pasó a la posteridad como el ejemplar de la fe sencilla y robusta, y, según el lenguaje oriental, como el padre de los creyentes, el amigo de Dios – Al-Jalil entre los musulmanes. Yahvé tomará nombre de Abraham y de sus hijos cuando diga: “Soy Yahvé, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Y el Hijo del hombre afirmará que “del oriente y del occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.”13 Tres comunidades religiosas – judíos, cristianos y musulmanes – le reconocen por “padre de los creyentes.”14
Descendencia de Ismael (12-18).
12Esta es la descendencia de Ismael, hijo de Abraham y de Agar, la egipcia, esclava de Sara. 13He aquí los nombres de los hijos de Ismael según sus nombres y sus generaciones. El primogénito de Ismael fue Nebayot; después, Quedar, Abdel, Mibsam, 14Mismá, Dumá, Massá, 15Jadad, Temá, Yetur, Nafis y Quedmá. 16Estos son los hijos de Ismael, éstos sus nombres según sus poblados y campamentos; éstos fueron los doce jefes de sus tribus. 17Vivió Ismael ciento treinta y siete años, y expiró y murió, yendo a reunirse con su pueblo.18Sus hijos habitaron desde Evila hasta Sur, que está frente a Egipto, según se va a Asur, frente a todos sus hermanos.
En Gen 21:18 promete el ángel de Dios a Agar que su hijo Ismael vendrá a ser un gran pueblo; en 16:12 se dice que habitará frente a todos sus hermanos. La presente perícopa es un nuevo documento etnográfico de las tribus arábigas, que se creían ligadas a la persona de Ismael y por éste a la de Abraham, y que moraban en el límite del desierto arábigo, frente a Canaán. Como en la tabla etnográfica de Gén. 10, a la que se asemeja en la redacción, vemos aquí los nombres de los pueblos en singular al lado de otros en plural. Los nombres corresponden a tribus arábigas vinculadas a un supuesto epónimo que les había dado el nombre. Es el modo popular de explicar el origen y relaciones entre los pueblos primitivos. A falta de datos históricos y científicos para explicar el nombre de cada pueblo, se supone que proceden de un antepasado que llevó el nombre que ahora tiene el pueblo o la tribu. No debemos olvidar que las narraciones son populares, en las que lo imaginativo tiene su parte. “Los hebreos se sentían emparentados por raza, lengua y civilización con los pueblos vecinos, y concretaban este parentesco en genealogías que vinculaban a Abraham.”15
Los descendientes de Ismael son doce, como los de Najor y los de Jacob. En esta cifra tenemos que ver algo artificial. “Los ismaelitas, considerados como árabes arabizados, desbordan en su mayor parte el límite norte de la península (sinaítica) y hacen dilatar la Arabia hasta el Eufrates y el istmo de Suez, bordeándola, hasta Hamat de Siria, hasta los confines mal definidos de Transjordania y de Haurán, hasta la meseta de Tih. Ismael, el héroe epónimo del grupo, tiene por madre y esposa a egipcias. Su humor independiente caracteriza las poblaciones que reivindica su descendencia.”16
Los nombres aquí registrados se encuentran en un área más reducida, desde Evila a Sur, que está frente a Egipto, es decir, la muralla del istmo destinada a contener a los beduinos asiáticos. Nebayot: son los Nabatu – antepasados de los nabateos, que en las inscripciones cuneiformes aparecen como arameos bordeando el Tigris y el Eufrates hasta el golfo Pérsico. Arabizados, se establecieron más tarde en el territorio de Edom, en el sur de Transjordania, con su capital Petra17. Quedar: tribu asociada a los nabateos. Son los cedrei de Plinio18. Famosos por el manejo del arco, lucharon contra los asirios. Moraban al nordeste de Teima, entre el wady Sirjan y el Heger. Abdel: en tiempo de Teglatfalasar III aparece un tal Idiba-il, gobernador de Arabia en la parte que confina con Egipto19. Mibsam: desconocido. Misma: en los textos de Asurbanipal aparece un Issamme20. Dumá: es el Adummat de los textos cuneiformes, el actual Dumat el-gandal, en Arabia septentrional21. Massá: es el Masa de los textos de Teglatfalasar III, citada junto a Teima. Jadad: desconocido. Teima: el oasis actual de Teima, nombrado en los textos asirios y proféticos22. Yetur: es la Iturea de los textos clásicos23. Estaba al nordeste de Canaán. Nafis: citada en 1Cr 5:19 junto a Yetur. Debe de estar, pues, en la parte septentrional de Trans-jordania, pues los derrotaron las tribus de Rubén y Gad. Quedma: son los quedmonitas de Gen 15:19. Son los Bene Quedem (hijos de Oriente), al este de los nabateos, cuyo equivalente árabe queda hoy en la tribu beduina llamada es-Sarqiye (orientales)24.
Todas estas tribus son localizadas desde “Evila hasta Sur, que está frente a Egipto.”(v.18) La frase “según se va a Asur” se ha de entender no en dirección a Asiria, sino el territorio de los Asurim, de que habló en 25:3. Sur significa muro, y es el muro o fortaleza de defensa de los egipcios al que se refiere el cuento de Sinuhé; el istmo de Suez25.
Jacob y Esaú (19-34).
19Esta es la historia de Isaac, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac. 20Era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Batuel, arameo, de Padán-Aram, y hermana de Labán, arameo. 21Rogó Isaac a Yahvé por su mujer, que era estéril, y fue oído por Yahvé, y concibió Rebeca, su mujer. 22Chocábanse en su seno los niños, y dijo: “Si es así, ¿para qué (he de vivir) yo?” Y fue a consultar a Yahvé, 23que le dijo:
“Dos pueblos llevas en tu seno, dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra, y el mayor servirá al menor.”
24Llegó el tiempo del parto, y salieron de su seno dos gemelos. 25 Salió el primero uno rojo, todo él peludo como un manto, y se llamó Esaú. 26Después salió su hermano, agarrando con la mano el talón de Esaú, y se le llamó Jacob. Era Isaac de sesenta años cuando nacieron. 27Crecieron los niños, y fue Esaú diestro cazador y hombre agreste, mientras que era Jacob hombre apacible y amante de la tienda. 28Isaac, porque le gustaba la caza, prefería a Esaú, y Rebeca a Jacob. 29Hizo un día Jacob un guiso, y, llegando Esaú del campo muy fatigado, 30dijo a Jacob: “Por favor, dame a comer de ese guiso rojo, que estoy desfallecido.” Por esto se le dio a Esaú el nombre de Edom 31Contestóle Jacob: “Véndeme ahora mismo tu primogenitura.” 32Respondió Esaú: “Estoy que me muero; ¿qué me importa la primogenitura?” 33“Júramelo ahora mismo,” le dijo Jacob; y juró Esaú, vendiendo a Jacob su primogenitura. 34Diole entonces Jacob pan y el guiso de lentejas, y, una vez que comió y bebió, se levantó Esaú y se fue, sin dársele nada de la primogenitura.
Esta encantadora perícopa lleva el sello del documento bíblico: ingenua, folklórica, infantil, poética y descriptiva. Las ideas están plasmadas en un ropaje literario imaginativo, en abierta oposición al estilo seco que hemos visto antes. Por eso, este relato parece la continuación del c.24, donde hemos dejado a Rebeca e Isaac formando un nuevo y feliz hogar en la tierra del Negueb.
Como Sara, también Rebeca resulta estéril, y no llega a ser madre sino por especial favor divino. El autor sagrado quiere insistir en la particular providencia que tiene Dios sobre la descendencia de Abraham, pues no pocas veces acude al milagro para hacer que se propague para ser un día heredera de las grandes promesas de poseer toda la tierra de Canaán. El hagiógrafo insiste en el origen arameo de Rebeca. Padán-Aram significa: “la llanura de Aram.”26 En Deu 26:5 se dice: “mi padre era un arameo errante,” aludiendo a las andanzas de Jacob por aquellas tierras de Siria, huyendo de Esaú y buscando esposa de su parentela27. Rebeca es estéril y concibe por especial benevolencia divina28. Pero ésta siente que en su seno hay una lucha entre dos gemelos. Y no tiene ilusión por el alumbramiento: “Si así es, ¿para qué esto?” (v.22). La frase hebrea, así literalmente traducida, resulta enigmática. Presiente como un castigo divino más bien que una bendición. Y consultó a Yahvé. El texto no especifica el modo de esta consulta. Es de suponer que fuera a algún santuario de la región a buscar un oráculo, como solía hacerse. La respuesta es dada en forma rimada de oráculo: Dos pueblos llevas en tu seno…; el mayor servirá al menor (v.23). Todas las profecías solían darse en forma oracular rimada29. Podemos suponer que la respuesta sería de algún sacerdote del santuario o vidente, aunque más bien parece un anuncio profético puesto en boca de Yahvé por el hagiógrafo en función del destino profético-histórico de los dos hijos de Rebeca, que habían de ser jefes de dos pueblos rivales. Hemos visto cómo los autores sagrados trasladan sus concepciones ambientales a épocas antiguas, considerando la historia bajo una luz profética (así a Caín y a Abel se les presenta como agricultor y pastor respectivamente, dos formas de vida social que sólo aparecieron en la época neolítica). “Los dos niños, más tarde los dos hombres, son representados como dos personas históricas y dos símbolos.”30 En esta pugna en el seno materno de la tradición popular, el hagiógrafo ve un presagio de la enconada lucha que habrán de tener los israelitas y los edomitas en su historia. El autor se complace en representarnos esta lucha desde el principio. Al nacer, Jacob quiere ya tomar la delantera para alzarse con el derecho de primogenitura, como hará después abusando de la situación famélica de su hermano, y así agarró con la mano el talón de Esaú, y por eso se le llamó Jacob. Aquí nos hallamos con una historieta para explicar popularmente la etimología de Jacob. En heb. ‘aqeb significa talón o calcaño; y de ahí Ya’ ‘qob (el que coge por el calcaño). La explicación no puede ser más ingeniosa. Sin embargo, en 27:36 se da otra explicación etimológica popular. Con ocasión de haberle arrebatado la bendición de Isaac, Esaú dice que su hermano Ya’ ‘aqob le “ha suplantado” (de ‘aqab: suplantar). En efecto, toda la vida de Jacob es la de un “suplantador”: engañó a Esaú, engañó a Labán. Es el prototipo del jeque beduino aprovechado, muy lejos de la generosidad y apertura de miras de su abuelo Abraham. Pero era instrumento de la Providencia divina para plasmar sus designios en la historia al hacerle heredero de las promesas contra toda ley puramente humana.
Los lexicólogos modernos suelen considerar el nombre de Ya’aqob como la abreviación de un nombre teóforo: Ya’qob-El, que significaría “Elohim protege.”31
El nombre de Esaú es también interpretado pintorescamente por el texto haciéndole significar velludo. Se dice de él que era velludo como “un manto peludo.”32 Además, se dice de él que era “rojo” (‘admoni), sin duda jugando con el nombre de Edom (rojizo), de cuyo pueblo iba a ser el antepasado epónimo. En el v.30 se explicará este color “rojizo” de Esaú como un apodo aplicado a él por haber vendido su primogenitura por un guiso “rojizo” (‘edom). En realidad, el país de Edom se llamará así por el color rojizo arcilloso de su tierra. Pero nos hallamos ante etimologías populares tomadas de tradiciones antiguas, sin pretensiones de crítica lexicográfica. El autor sagrado las recoge y las utiliza, dándoles un sentido profético conforme a las exigencias de la elección divina sobre Jacob.
Conforme a este esquema teológico, el hagiógrafo define la vida de los dos hermanos y sus preferencias en consonancia con el género de vida de los dos pueblos de los que van a ser epónimos. Así, Esaú es diestro cazador y hombre agreste (v.27): Edom es la región esteparia al sur del mar Muerto, en la que se vivía de la caza y de la incursión sobre las tribus vecinas. Es el hombre belicoso que vive de la espada 33. Al contrario, Jacob era hombre apacible y amante de la tienda; es el género de vida sedentario de los israelitas, dedicados al pastoreo y a la agricultura en Canaán. El resto del relato subrayará aún más la oposición entre los dos caracteres: mientras Esaú se revela sobre todo preocupado de su interés inmediato, más cuidadoso de satisfacer su hambre que asegurar la bendición de su derecho de primogenitura, Jacob, al contrario, sabrá sacar habitualmente partido de las circunstancias para asegurar los derechos vinculados a la primogenitura. Las características que distinguen así a los dos gemelos son las que marcarán los grupos étnicos salidos, respectivamente, de uno y otro; la región donde se establecerán los edomitas era la estepa que se extendía al sur del mar Muerto, hasta el Wadi el Araba, y donde se vivía de la espada 34, practicando la caza de animales y hombres por medio de tradicionales razzias. Al contrario, la naturaleza del país de los israelitas les permite vivir como nación “tranquila y habitando en tiendas.”35
Esta diferencia de temperamentos – Esaú, rudo y espontáneo; Jacob, calculador y ladino – aparece en la anécdota de la venta de la primogenitura por un plato de lentejas (v.29-34). Al volver de la caza sin haber cobrado nada, Esaú encuentra a Jacob preparando un “guiso rojo” – en hebreo ‘adom, que juega con el nombre de Edom, la nación que tenía a Esaú por epónimo y antepasado -. El autor sagrado quiere poner de relieve irónicamente en esta escena “la estupidez del antepasado de los edomitas, renunciando a su primogenitura por un plato de lentejas, como lo recuerda su mismo nombre.”36 Jacob, que había aspirado a la primogenitura desde el seno materno, intentando suplantar a Esaú al salir a la vida, cogiéndole por el calcaño (v.26), ahora aprovecha la ocasión del desfallecimiento de su hermano, el cual, llevado del hambre, apenas puede razonar. El hagiógrafo no desaprueba la conducta de Jacob, sino que resalta la habilidad de su proceder, “prenda de la superioridad que en el futuro había de tener Israel en sus relaciones con Edom.”37 El derecho de primogenitura aparece en Deu 21:15-17, donde se dice que el primogénito recibirá una “parte doble.” En las leyes asirias encontramos esta misma ordenación, y en los textos de Nuzu. En cambio, no existe en la legislación de Hammurabi, el cual prescribe repartir por igual la herencia del padre entre los hijos, aunque se prevé el caso de que el padre pueda dejar algún regalo al hijo preferido 38. Vemos, pues, que en esto los patriarcas se regían por el derecho de la Alta Mesopotamia, donde Abraham había morado mucho tiempo y de donde provenía Rebeca, la madre de los dos gemelos rivales. Después el autor sagrado irónicamente refiere que Esaú vendió su primogenitura por un plato de lentejas (v.34). La frase final es sangrante: “una vez que comió y bebió, se levantó Esaú y se fue, sin dársele nada de la primogenitura.”39 Sin duda que esta anécdota corría en el pueblo israelita, y se la echaban en cara a los edomitas, que, más rústicos, se adentraban por Canaán, tierra más rica que la montañosa Edom.
El profeta Malaquías comenta este pasaje diciendo: “Yo os he amado, dice Yahvé. Vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿Esaú no es hermano de Jacob, dice Yahvé? Y yo he amado a Jacob, mientras que he detestado a Esaú, y he hecho de sus montañas campo de devastación, y de su heredad pastizales de desierto. Y si Edom dice: Hemos sido aplastados, pero reconstruiremos las ruinas, así dice Yahvé de los ejércitos: Ellos reconstruirán, pero yo destruiré. Y los llamarán tierra de impiedad y pueblo contra el que se irritó para siempre Yahvé. Vuestros ojos lo verán y diréis: Es grande Yahvé aún más allá de su territorio,” es decir, de la tierra otorgada a Israel 40. Estas palabras del profeta parecen eco de los vaticinios que contra Edom pronunciaron Amos 41, Isaías 42, Jeremías 43 y Joel 44, a los que se une el salmista con estas otras: “¡Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos!”45
San Pablo ahonda más en el misterio de esta predestinación de Jacob y Esaú, para mostrar, contra la presunción judaica, que no basta ser hijo de Abraham según la carne para ser heredero de las promesas mesiánicas. Hijo del patriarca fue Ismael, pero Dios dijo: “Por Isaac será tu descendencia.” Luego concibió Rebeca de un solo varón, nuestro padre Isaac. Pues bien, cuando todavía no habían nacido ni habían hecho aún bien ni mal, para que el propósito de Dios, conforme a la elección, permaneciese, no por obras, sino por el que llama, le fue a ella dicho: El mayor servirá al menor, según que está escrito: Amé a Jacob y aborrecí a Esaú.”46
1 A. Clamer, o.c., p.239. – 2 Cf. Gen 17:18. – 3 Plin., Hist. Nat. 6:168, – 4 Cf. Gen 36:35; Gen 37:28; Jetro era madianita: Exo 3:1; Exo 18:1; Num 22:4; Num 22:7; Num 25:6; Num 31:1-20; Jos 13:21; Jue c.6-8. – 5 Véase Abel, Géog. I 285-287. – 6 Job 2:11. – 7 Abel, Géog. I 293. – 8 Cf. Num 24:22; Sal 83:9. – 9 Faltan en la tabla etnográfica de 1 Par 1.32-33. Por otra parte, es extraño el empleo del plural. Quizá sea una glosa. – 10 Isa 60:6. – 11 Cf. Gen 49:29; Gen 49:33. Dios había prometido a Abraham: “Tú irás a reunirte en paz con tus padres y serás sepultado en buena ancianidad.” (Gen 15:15) El hagiógrafo repite ahora estas mismas palabras para que quede patente su cumplimiento. Sobre el seol véase el artículo de M. García Cordero, La vida de ultratumba según la mentalidad popular de los antiguos hebreos. Salmanticensis, I (1954) 343-364. – 12 Cf. Gen 23:17-20. La anomalía se explica por la diversidad de documentos. – 13 Mt 8:11. – 14 Véase el artículo Abraham: DBS I 8ss. – 15 J. Chaine, o.c., 293. – 16 Abel, Géog. I 294. – 17 Abel, Géog. I 295. Esta tribu es citada por Isa 60:7, asociada con Cedar. Aparece en Gen 28:9 y 36:3. – 18 Hist. Nat. V 11:65. – 19 Isa 21:16. – 20 RB (1931) 516. – 21 Abel, o.c., I 296. – 22 1 Isa 21:14. – 23 Cf. Luc 3:1. – 24 Los “orientales” en árabe se llaman Sarqiye (sarq: oriente). Esteban de Bizancio helenizó este nombre árabe en saraka, y de ahí surgió el latino saraceni. – 25 Cf.RB (1931) 516. – 26 Dhorrne traduce Padán por camino, relacionándolo con el padanu asirio, sinónimo de jarranu, y entonces Padán sería otro nombre de Jarrán. Cf. RB (1928) 487. – 27 Gén c.30-31. – 28 Es interesante ver cómo todas las mujeres predestinadas del A.T. son estériles y conciben por especial intervención divina: Sara (Gen 11:30; Gen 16:1), Rebeca, Raquel (Gen 29:31), la madre de Sansón (1Sa 1:2) y la madre del Bautista (Luc 1:7). Es el género literario providencialista en la historia de Israel. – 29 Así a Noé: Gen 9:26-27, y a Jacob: Gén 49. – 30 J. Chaine, o.c., p.297. – 31 En la Alta Mesopotamia se ha encontrado el nombre de Ya-aj-qu-ub-el (s.XVIII a.C.), y el de Ya-‘qob-el en Palestina (s.XV a.C.: en una lista de Tutmosis III y de Ramsés II). En muchos textos egipcios de la época de los hicsos aparece el nombre semita de Ya’qob-er. Véase R. De Vaux, art. c.: RB (1946) 323-324. – 32 En heb. peludo es se’ar, que se ha relacionado con Se’ir, antiguo nombre de Edom (montes de Seir). – 33 Gen 27:40. – 34 Gen 27:40. – 35 A. Clamer, o.c., p.347. – 36 Id., ibid, 347. – 37 Ibid. – 38 Cód. de Hammurabi art.165. – 39 Según Ose 12:4, Jacob suplantó a su hermano ya en el seno materno. – 40 Mal 1:1-5. – 41 Amo 1:11s. – 42 Isa 34:7S. – 43 Jer 49:7-22. – 44 Jl 3:I9. – 45 Sal 137. – 46 Rom 9:6-13.
Fuente: Biblia Comentada
Los hijos de Abraham por medio de Cetura (una concubina, cp. v, Gén 25:6, 1Cr 1:32), una esposa de menor categoría que Sara, llegaron a ser progenitores de diversas tribus árabes al este de Canaán.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La genealogía de Taré (v. Gén 11:27).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Según la genealogía de este pasaje, Abrahán es el antepasado de varias tribus árabes, incluidos los madianitas. La identificación de algunos de estos nombres resulta incierta, pero se trata, posiblemente, de grupos que se desplazaban por las regiones desérticas al este de Canaán y más hacia el sur, en los límites con Arabia.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Los últimos días de Abraham
Un lector moderno asume automáticamente que esta sección describe a Abraham casándose de nuevo después de la muerte de Sara, pero no hay nada aquí que justifique esa suposición. Parece más probable que se había casado con Quetura más temprano, quizá luego de divorciarse de Agar.
La genealogía en los vv. 2-4 une a Israel (a través de Abraham) con varias tribus y pueblos que vivían en los alrededores de Canaán (p. ej. Madián era un grupo de mercaderes [37:28, 36] que vivían en los desiertos del Sinaí [Exo. 3:1] y Transjordania [Núm. 25; Jue. 7; 8]). La genealogía expresa la afinidad de Israel con esos pueblos y muestra cómo se cumplía parcialmente la promesa de que Abraham sería el padre de muchas naciones.
Notas. 8 Fue reunido a su pueblo no sólo significa que el cuerpo de Abraham descansó con sus antepasados en la sepultura familiar, sino que su alma se reunió con las de aquellos en la vida futura. 9 Sobre Macpela véase el cap. 23.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
25.1-6 Después de la muerte de Sara, Abraham tomó por esposa a Cetura. A pesar de que los hijos y nietos de Abraham y Cetura recibieron muchos presentes de parte de Abraham, todas sus propiedades y su autoridad fueron para Isaac, su principal heredero.25.21 Así como Isaac oró a Dios por algo tan preciado como un hijo, a lo largo de la Biblia se nos anima a orar y hasta a implorar por nuestras necesidades más personales e importantes. Dios quiere conceder nuestras peticiones, pero quiere que se las presentemos. Aun entonces, como bien supo Isaac, Dios puede detener su respuesta por un tiempo para poder (1) incrementar nuestro discernimiento en cuanto a lo que realmente necesitamos, (2) ampliar nuestra apreciación de sus respuestas, o (3) permitirnos madurar para que así podamos emplear sus dones con mayor sabiduría.25.31 La primogenitura era un honor especial que recibía el primer hijo que nacía. Incluía una doble porción de la herencia de la familia junto con el honor de llegar a ser algún día el líder de la familia. El hijo mayor podía vender su primogenitura o regalarla si quería. Pero perdía su posición de líder de la familia. Al vender su primogenitura, Esaú demostró desprecio hacia las bendiciones espirituales que recibiría si mantenía su primogenitura. En efecto, Esaú menospreció su primogenitura (25.34).25.32, 33 Esaú entregó los beneficios permanentes de su primogenitura por el placer inmediato de la comida. Actuó impulsivamente por satisfacer deseos inmediatos, sin detenerse a considerar las consecuencias a largo plazo de lo que hacía. Nosotros podemos caer en la misma trampa. Cuando vemos algo que deseamos, nuestro primer impulso es obtenerlo. Al principio nos sentimos intensamente satisfechos y en ocasiones hasta poderosos porque hemos obtenido lo que nos propusimos. Pero el placer inmediato a menudo opaca el futuro. Podemos evitar el error de Esaú al comparar, antes de actuar, la satisfacción a corto plazo con sus consecuencias.A menudo experimentamos situaciones similares. Por ejemplo, cuando el apetito sexual apremia, un acta matrimonial puede no parecer tan importante. En ocasiones sentimos tanta presión en ciertas cosas que no nos importa lo demás. La presión del momento nos hace perder la perspectiva. Ese instante lleno de presión suele ser el más difícil al enfrentar la tentación. ELIEZER : PERFIL DE UN SIERVO FIEL¿Alguna vez se ha enfrentado a una responsabilidad con tanta perseverancia y previsión, y a la vez dependiendo de Dios hasta el final?24.3, 9: Aceptó la encomienda24.5: Examinó las alternativas24.9: Prometió seguir las instrucciones24.12-14: Elaboró un plan24.12-14: Sometió el plan a Dios24.12-14: Oró que Dios lo dirigiera24.12-14: Trazó una estrategia en que dejaba lugar para que Dios actuara24.21: Esperó24.21: Observó cuidadosamente24.26: Aceptó la respuesta con gratitud24.34-49: Explicó la situación a las partes involucradas24.56: Rechazó la demora innecesaria24.66: Siguió completamente el plan
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1020 Rom 7:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Abraham volvió a tomar mujer. La frase volvió a tomar puede traducirse también: había vuelto a tomar. Si este cap. está en orden cronológico, Abraham tendría 140 años cuando tomó a Cetura por mujer.
Fuente: La Biblia de las Américas
Cetura era una concubina (cp. v. Gén 25:6; 1Cr 1:32), lo que ha hecho pensar que Abraham pudo haberse casado con ella mientras Sara aún vivía.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[.] Madán, Madián, Saba, Dedán éstos son nombres de tribus y pueblos de Arabia. Porque los israelitas los consideraban parientes de ellos por la raza y el idioma, quisieron que también ellos fueran descendientes de Abrahán.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[8] Pasando a vivir con los otros justos que habían muerto. Eclo 44, 20-23.[23] Los idumeos que descendieron de Esaú y los judíos de Jacob. Rom 9, 11; 11, 12.[33] Hebr 12, 16. Lo que pasó entre Jacob y Esaú es una viva imagen de la prudencia de los escogidos y de la locura de los réprobos. Sab 10, 10.