Biblia

Comentario de Habacuc 1:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Habacuc 1:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

—¿Acaso no eres tú desde el principio, oh Jehovah, Dios mío y Santo mío? ¡No moriremos! Oh Jehovah, para juicio pusiste a los caldeos; tú, oh Roca, los has establecido para castigar.

¿No eres tú desde el principio? Deu 33:27; Sal 90:2; Sal 93:2, Isa 40:28; Isa 57:15; Lam 5:19; Miq 5:2; 1Ti 1:17; 1Ti 6:16; Heb 1:10-12; Heb 13:8; Apo 1:8, Apo 1:11.

Dios mío, Santo mío. Isa 43:15; Isa 49:7; Hch 3:14.

no moriremos. Hab 3:2; Sal 118:17; Isa 27:6-9; Jer 4:27; Jer 5:18; Jer 30:11; Jer 33:24-26; Jer 46:28; Eze 37:11-14; Amó 9:8, Amó 9:9.

para juicio lo pusiste. 2Re 19:25; Sal 17:13; Isa 10:5-7; Isa 37:26; Jer 25:9-14; Eze 30:25.

oh Roca. Deu 32:4, Deu 32:30, Deu 32:31; 1Sa 2:2; Sal 18:1.

lo fundaste para castigar. Isa 27:9, Isa 27:10; Jer 30:11; Jer 31:18-20; Jer 46:28; Heb 12:5, Heb 12:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Hab 2:1-5

Habacuc continúa su primera interrogante (v. Hab 1:2) con una pregunta concerniente al justo gobierno de Dios sobre las naciones. Luego espera la respuesta del Señor. Dios responde a su pregunta de una manera insospechada. Esta sección consta de dos partes

(1) la queja del profeta (Hab 1:12-17; Hab 2:1), y

(2) la respuesta del Señor a su profeta (Hab 2:2-5).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Hab 2:1

Habacuc cuestiona la justicia de Dios al ordenar que los impíos y crueles babilonios sean los instrumentos de Dios para juzgar a la impía Judá. Las interrogantes eran:

(1) ¿Cómo se balancea la escala de justicia cuando una nación más perversa destruye a una nación perversa? (Hab 1:13)

(2) ¿Cómo puede el Señor reducir a los humanos al nivel de peces o reptiles? (v. Hab 1:14)

(3) ¿Cómo puede Dios permitir a los babilonios tratar tan despiadadamente a la humanidad? (vv. Hab 1:15-17). Después de las interrogantes, Habacuc espera la respuesta del Señor (Hab 2:1).

Foto de Howard Vos

Mosaico de un guerrero con su arco y carcaj para las flechas. El profeta Habacuc lamentó que el ejército babilónico, compuesto por tales guerreros, estuviera en una misión de conquista mundial y que a Dios pareciese no importarle el destino de su pueblo (Hab 1:5-11).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

¿No eres tú … Santo mío?: Habacuc parece elaborar la idea de que la santidad de Dios le prohibiría usar a un instrumento «impuro» como Babilonia para consumar su propósito de juicio y reprimenda sobre su propio pueblo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

¿NO ERES TÚ DESDE EL PRINCIPIO…? Habacuc estaba asombrado de que Dios usara a una nación tan impía para atacar a Judá, pero estaba seguro de que Dios no le permitiría aniquilar a su propio pueblo y mediante esa destrucción suprimir su propósito redentor para la raza humana.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

oh Jehová, Dios mío, Santo mío. Aunque el profeta no podía comprender del todo la obra soberana de su Dios justo, optó por expresar su fe y confianza plenas. Al declarar el carácter inmutable de Dios como el ser eterno, soberano y santo por excelencia, llegó a tener la seguridad de que Judá no sería destruida por completo (cp. Jer 31:35-40; Jer 33:23-26). Bajo la mano fiel de Dios, él se dio cuenta de que los caldeos venían como instrumento de corrección, no de aniquilamiento. oh Roca. Un título para Dios que expresa su carácter inamovible e invariable (cp. Sal 18:2; Sal 18:31; Sal 18:46; Sal 31:2-3; Sal 62:2; Sal 62:6-7; Sal 78:16; Sal 78:20; Sal 78:35).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Habacuc reacciona a la revelación divina que le causa perplejidad (vv. Hab 1:5-11), y declara su confianza en el Señor (v. Hab 1:12), para después pasar a la presentación de su segunda queja, a saber, ¿cómo podría el Señor usar a una nación malvada (los caldeos) para juzgar a una nación (Judá) más justa (vv. Hab 1:13-17)? Para terminar, el profeta expresa su determinación de esperar la llegada de una respuesta (Hab 2:1).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— ¡eres inmortal!: Traducción conjetural de un texto hebreo poco claro; otra opción podría ser: ¡no moriremos!- la Roca: Símil empleado con frecuencia para referirse al Señor (Deu 32:4; Deu 32:15; Deu 32:18; Deu 32:30; Sal 18:31 y otros).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Problema: ¿No es el remedio peor que la enfermedad?

En vez de regocijarse por la respuesta de Dios a su salmo de lamento, Habacuc inicia otro salmo semejante. El pregunta cómo, a la luz de su carácter de santidad y justicia, Dios puede tolerar un castigo que en sí mismo parece injusto.

Habacuc comienza desde la creencia fundamental de que Dios no es solamente Santo y eterno, sino también está relacionado con su pueblo Israel por medio del pacto. Esto es evidente por el uso de su nombre personal del pacto, Jehovah (Exo. 6:2-8). El apelativo Dios mío muestra no solamente que él es personalmente cercano al escritor, sino también una deidad objetiva que existe aparte de su pueblo. Esto está en completo contraste con los caldeos, cuyo objeto de veneración no existe más allá de sí mismos, sino que es más bien su propio poder militar (11). Dios es la Roca inamovible (cf. Deut. 32:18) para Habacuc. Aunque cuestiona la elección de esta nación malvada para castigar y juzgar el propio pueblo de Dios, él no cuestiona que Dios tiene una razón. El está listo a discutir el asunto, confiado en que Dios sí busca finalmente preservar para él a su pueblo del pacto.

El problema teológico que enfrenta Habacuc es cómo un Dios que es limpio en todas las cosas y completamente separado del pecado, puede ver el agravio y la perfidia como la practican los caldeos, instrumentos de su castigo (13). Aunque los pecadores en Israel son impíos (4), en comparación son eclipsados por la mayor perversidad de Babilonia. Al lado de Babilonia el pecaminoso Israel puede ser llamado justo, un término relativo y no absoluto. Se han apartado tanto de las normas esperadas por Dios, que el profeta solamente puede expresar asombro de que él pueda mirar siquiera su mal.

Habacuc no solamente es lo suficientemente audaz para confrontar a Dios respecto a sus acciones, sino hasta para culparlo por deshumanizar a la humanidad (14-17). Dios originalmente creó a la humanidad a su propia imagen (Gén. 1:26; 5:1) y ellos eran la cumbre de su creación. Ahora, metafóricamente, él los degrada a criaturas menores, peces y criaturas subhumanas que se arrastran (cf. Gén. 1:26-28). Si Dios priva a Israel de humani dad, Babilonia no puede ser condenada por tratarlos ahora como objetos de deporte, peces para la red o anzuelo. Ellos hasta adoran las herramientas de su manía destructiva puesto que ellas le traen su comida suculenta: la carne de sus cautivos. ¿Pueden continuar desenfrenadas esta blasfemia y crueldad?

Todavía es una perversión cuando la gente es deshumanizada, ya sea por placer propio o por ganancia económica. La adoración de lo material, de las ganancias en aumento sin importar el precio en términos de dignidad humana, puede ser hasta más odiosa hoy en día que la barbarie manifiesta de los babilonios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Dios mío.” Heb.: ’Elo·hái, pl.

(2) “Tú no mueres.” Heb.: lo’ ta·múth. Esta era la lectura original, pero los soferim la cambiaron para que dijera: lo’ na·múth, “no moriremos”; T: “tu palabra [aram.: mehm·rákj] permanecerá (durará) hasta tiempos indefinidos”. Véase Ap. 2B.

REFERENCIAS CRUZADAS

r 18 Sal 90:2; Sal 93:2; Rev 1:8

s 19 1Ti 1:17; Rev 15:3

t 20 Deu 32:4; 1Sa 2:2; Sal 18:2

u 21 Jer 10:24; Jer 30:11; Heb 12:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

¿No eres tú desde la eternidad. Esta pregunta hace énfasis en el control soberano de Dios sobre la historia (cp. Is 45:21 y 46:10, donde la misma palabra hebrea es traducida desde la antigüedad ), y en su interés en el pasado de Israel (cp. Sal 77:11– 15).

Santo mío. El uso de este título por el profeta enfatiza la capacidad soberana de Dios para salvar en tiempos de prueba.

oh Roca. Esta antigua metáfora (cp. Dt 32:4; 1 S 2:2) representa a Dios como el protector de su pueblo.

Fuente: La Biblia de las Américas

Tú no mueres… 12a enmienda Soferim → §006; §018.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

12ª enmienda de los Soferim g §006. – §018.

Fuente: La Biblia Textual III Edición