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Comentario de Hebreos 10:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hebreos 10:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque si pecamos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado,

10:26

— Sobre los versículos 26-29, véase 6:4-6, comentarios.

— «Porque si pecáremos». El contexto muestra que el autor se refiere a la apostasía voluntaria al judaísmo. Véase versículo 29. No se trata en este pasaje algún pecado de ignorancia o de omisión o de debilidad. Las versiones Hispanoamericana y Moderna dicen, «Si pecamos». El tiempo presente en el griego aquí indica una acción continua, y no un solo acto. Literalmente dice el texto griego, «Si seguimos pecando voluntariamente». Se indica, pues, una condición espiritual, la cual va descrita en el versículo 29. El pecado de este contexto es el de apostatar de la fe y volver al judaísmo. A este mismo pecado se refieren 2:1; 3:7,8; 6:4,5, y el pasaje presente.

— «voluntariamente». La palabra griega ekousios. Se encuentra solamente aquí y en 1Pe 5:2.

— «después de haber recibido el conocimiento de la verdad». Véase 6:4, «una vez fueron iluminados». La apostasía del que aquí va descrito no era el resultado de alguna decisión de momento, sino una determinada. Las personas aquí tratadas son «adversarios» (versículo 27). Son apóstatas deliberados.

— «ya no queda más sacrificio por los pecados». Al abandonar su profesión de fe en el sacrificio de Cristo, ya no quedaría más sacrificio que les quitara su pecado. No ha de ser repetido el sacrificio de Cristo por el pecado, y por eso si se rechaza ese sacrificio, no tiene salvación el que lo hace.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

si pecáremos voluntariamente. Heb 6:4-6; Lev 4:2, Lev 4:13; Núm 15:28-31; Deu 17:12; Sal 19:12, Sal 19:13; Dan 5:22, Dan 5:23; Mat 12:31, Mat 12:32, Mat 12:43-45; Jua 9:41; 1Ti 1:13; 2Pe 2:20-22; 1Jn 5:16.

después de haber recibido el conocimiento. Luc 12:47; Jua 13:17; Jua 15:22-24; 2Ts 2:10; Stg 4:17.

ya no queda sacrificio por el pecado. Heb 10:3-10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las advertencias que se encuentran en estos versículos son similares a las advertencias en Heb 6:1-20. El elemento adicional en Heb 10:1-39 es la declaración en cuanto al pecado intencional y el lenguaje más severo que se usa en el juicio del ofensor. Muchos concluyen que los vv. Heb 10:26-39 están dirigidos a los no regenerados, pero ellos están claramente dirigidos a los creyentes. La palabra porque indica que este pasaje explica el párrafo anterior, que es una exhortación a los creyentes (vv. Heb 10:19-25).

nosotros demuestra que el autor se incluye entre los que recibieron la advertencia. También podría argumentarse que ellos «recibieron el conocimiento de la verdad» y que la palabra griega para conocimiento quiere decir «un conocimiento experimental personal». Además, ellos eran santificados por la sangre de Cristo (v. Heb 10:29), eran llamados el pueblo de Dios (v. Heb 10:30) y habían sufrido por Cristo (vv. Heb 10:32-34). Lo que ellos necesitaban era la paciencia (v. Heb 10:36).

 PARA VIVIRLO

Fe creciente

Para algunos seguidores de Cristo, la fe no es sólo un asunto privado sino también de timidez. Es como si la fe fuera una cosa delicada que a menos que uno la proteja cuidadosamente, el mundo seguramente la destruirá.

Sin embargo, Hebreos reta a los creyentes a una manera diferente de vivir. La fe que es viva y que se desarrolla no necesita que se le trate como a un conejo mascota que periódicamente se saca de su jaula para amarlo y alimentarlo en ocasiones especiales; pero que luego rápidamente es vuelto a puerto seguro. Cierto, vivimos en un mundo de leones rugientes (1Pe 5:8) y además debemos estar en guardia. La manera más segura para vivir en un mundo de peligros espirituales es edificar nuestras fortalezas, no mantener nuestra fe en secreto. Hebreos ofrece algunas sugerencias:

• Podemos tener confianza entrando libremente en la presencia de Dios por medio de Cristo (Heb 10:19, Heb 10:22).

• Nuestra fe puede descansar en completa seguridad ya que debido a la obra de Cristo en nuestro favor, nuestros pecados han sido perdonados (Heb 10:21, Heb 10:22).

• Podemos aferrarnos a las bases de nuestra fe, la que descansa en la integridad de Cristo (Heb 10:23).

• Como creyentes podemos estimularnos unos a otros al amor y a la fe activa (Heb 10:24).

• Podemos reunirnos regularmente con otros creyentes para animarlos, adorar y orar (Heb 10:25).

• Podemos dejar el juicio y la venganza a Dios, que es el juez final de las personas (Heb 10:29-31).

• Podemos no aferrarnos tanto a los privilegios, las comodidades y las posesiones y, en cambio, mostrar compasión hacia aquellos que están en necesidad, como los prisioneros (Heb 10:32, Heb 10:33).

• Podemos condicionarnos para una carrera larga y de esa manera finalizar bien (Heb 10:35-39).

Fuerza y salud espiritual significa integrar nuestra fe a cada área de la vida. La fe no es sólo una cosa más en la lista de miles de cosas, sino más bien el fundamento de lo que somos. Si nuestro caminar con Cristo es real, debiera ser evidente a otros (Stg 2:14, Stg 2:26; Stg 3:13). ¡La fe que es viva y creciente es una fe desatada!

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

pecáremos voluntariamente: Aquí la referencia no es a un acto ocasional de pecado (que puede ser confesado y perdonado, 1Jn 1:8, 1Jn 1:9), sino a un rechazo consciente de Dios. El AT. habla en Núm 15:30, Núm 15:31 de los pecados voluntariamente cometidos. Una persona que pecaba con soberbia debía ser cortada del pueblo. En este versículo, el pecado voluntario es que después de recibir el conocimiento de la verdad acerca del centralismo de la asamblea para la edificación y maduración de los santos, se rechace esto y sigamos nuestro propio camino individualista, privado y egoísta. El plan de Dios no es edificar en aislamiento, sino edificar en relación el uno con el otro. Si un cristiano se rebela contra la provisión de Dios ya no queda más sacrificio por los pecados. No hay sacrificio por los pecados de soberbia (Núm 15:29-31). Tal acción menosprecia la Palabra del Señor.

 EN CONTEXTO

Héroes de la fe

Los cristianos judíos, a quienes se dirige la epístola de Hebreos estaban desanimados y desmoralizados. El cristianismo les había traído dificultades. Este era radical. Desechaba siglos de tradición. Enfatizaba un nuevo pero angustioso tipo de libertad espiritual. En breve, este incurrió en la ira de los religiosos judíos.

Muchos convertidos estaban listos para retroceder y dejar las inseguras aguas de la fe por la confortable y familiar vida de obras y esfuerzo moral. Estas eran las opciones que ellos enfrentaban: dependían de la Ley o seguían a Jesús, trataban de satisfacer a Dios o confiaban en Él, un complicado sistema religioso o una simple relación con el Dios vivo por medio de Cristo.

Después de recordarle a esos creyentes inmaduros la superioridad de Jesucristo, el escritor de Hebreos, a partir de Heb 10:19, les demuestra la superioridad de la fe. La fe significa que no podemos ver el resultado, que no estamos seguros de lo que queda por delante (Heb 11:1). Pero estamos convencidos de la realidad de Dios (Heb 11:6). En otras palabras, «no estamos seguros de lo que nos depara el futuro, pero conocemos a quien prepara el futuro». Fe es aferrarse a la esperanza que Dios finalmente triunfará; Él volverá a la tierra a juzgar, a recompensar a quienes le buscan (Heb 11:6). Y así obedecemos. Nosotros seguimos el mandato de Dios, aún cuando la sujeción sea difícil.

Es la respuesta de obediencia la que califica a los personajes del capítulo Heb 11:1-40 como personas de gran fe. Abraham y Sara creyeron a Dios; por lo tanto, le obedecieron sin importar las consecuencias. Este es el tipo de confianza que agrada a Dios (Heb 11:6). Nada menos lo puede hacer.

Los que no tienen fe no pueden ver más allá del mundo físico que los rodea. Están limitados por las circunstancias temporales y son ciegos acerca de lo que Dios hace. Pero quienes tienen abiertos sus ojos espirituales pueden ver las realidades espirituales que trascienden este mundo. Su esperanza está en el poder y la fidelidad de Dios. En esa esperanza encuentran la fortaleza para perseverar. En lo que se refiere a la fe, el mundo se mofa. La fe, en el mejor de los casos, parece un gran desperdicio; en el peor de los casos, parece casi suicida. ¿Realmente estamos dispuestos a sacrificar todos los placeres de este mundo por algo incierto y etéreo?

La fe nunca es fácil. Pero cuanto más convencidos estemos de la realidad de un Dios bueno y todopoderoso, nuestra confianza crecerá más y seremos menos abrumados por las dudas y las tentaciones.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SI PECÁREMOS VOLUNTARIAMENTE. Aquí el autor de Hebreos vuelve a advertirles a sus lectores acerca del apartarse de Cristo, así como hizo en Heb 6:4-8 (véase el ARTÍCULO APOSTASÍA PERSONAL, P. 1774. [Heb 3:12]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

El autor habla en sentido retórico de «nosotros». En el v. Heb 10:39 se excluye a sí mismo y a los creyentes genuinos de esta categoría. pecáremos voluntariamente. El término griego alude a la idea de una intención deliberada que además es habitual. El pecado consiste en rechazar a Cristo de forma deliberada y no se trata de actos aislados. Según la legislación mosaica, tales actos de pecado deliberado y premeditado requerían la exclusión inmediata de la congregación de Israel (cp. Núm 15:30-31) y del culto colectivo (cp. Éxo 21:14). Los individuos que cometían esos pecados también quedaban excluidos del santuario provisto en las ciudades de refugio (cp. Deu 19:11-13). conocimiento. El término griego denota un conocimiento específico y no información general sobre cosas espirituales (cp. Heb 6:4; cp. 1Ti 2:4). Aunque el conocimiento no era defectuoso ni incompleto, la aplicación del conocimiento era incorrecta. Judas Iscariote es un buen ejemplo de un discípulo a quien no le faltaba conocimiento pero carecía de fe verdadera y llegó a convertirse en el peor apóstata. ya no queda más. Vea la nota sobre Heb 6:6. El apóstata pierde todo acceso a la salvación porque ha rechazado el único sacrificio que puede limpiarlo de pecado y traerlo a la presencia de Dios. Alejarse de ese sacrificio no le deja otra alternativa de salvación. Esto va paralelo a Mat 12:31 (vea la nota allí).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Vea las notas sobre Heb 6:1-8. Este pasaje trata el pecado de apostasía que es el retroceso o la deserción intencional. Los apóstatas se sienten atraídos a Cristo en un principio, oyen y entienden su evangelio y están a punto de creer para salvación, pero después se rebelan y dan la espalda. Este apercibimiento contra la apostasía es una de las advertencias más serias en todas las Escrituras. No todos los hebreos responderían a la invitación tierna de los vv. Heb 10:19-25. Algunos ya no tenían posibilidad de siquiera responder a la invitación.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:26 — Sobre los versículos 26-29, véase 6:4-6, comentarios.
–«Porque si pecáremos». El contexto muestra que el autor se refiere a la apostasía voluntaria al judaísmo. Véase versículo 29. No se trata en este pasaje algún pecado de ignorancia o de omisión o de debilidad. Las versiones Hispanoamericana y Moderna dicen, «Si pecamos». El tiempo presente en el griego aquí indica una acción continua, y no un solo acto. Literalmente dice el texto griego, «Si seguimos pecando voluntariamente». Se indica, pues, una condición espiritual, la cual va descrita en el versículo 29. El pecado de este contexto es el de apostatar de la fe y volver al judaísmo. A este mismo pecado se refieren 2:1; 3:7,8; 6:4,5, y el pasaje presente.
–«voluntariamente». La palabra griega ekousios. Se encuentra solamente aquí y en 1Pe 5:2.
–«después de haber recibido el conocimiento de la verdad». Véase 6:4, «una vez fueron iluminados». La apostasía del que aquí va descrito no era el resultado de alguna decisión de momento, sino una determinada. Las personas aquí tratadas son «adversarios» (versículo 27). Son apóstatas deliberados.
–«ya no queda más sacrificio por los pecados». Al abandonar su profesión de fe en el sacrificio de Cristo, ya no quedaría más sacrificio que les quitara su pecado. No ha de ser repetido el sacrificio de Cristo por el pecado, y por eso si se rechaza ese sacrificio, no tiene salvación el que lo hace.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL PELIGRO QUE ENCIERRAN TODAS LAS COSAS

Hebreos 10:26-31

Porque, si pecamos a sabiendas después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no hay más sacrificio por el pecado. Lo único que nos queda es esperar aterrados el juicio y la ira ardiente que consumirá a los adversarios de Dios. Cualquiera que toma la Ley de Moisés como letra muerta muere sin piedad con que dos o tres testigos den evidencia. ¡Cuánto peor castigo -¿no creéis?- merecerá el que haya pisoteado al Hijo de Dios, o haya tomado como algo sin importancia la Sangre del Nuevo Pacto que le hizo apto para estar en la presencia de Dios, y se haya burlado del Espíritu Santo por medio de Quien viene a nosotros la Gracia! Porque nosotros sabemos Quién es el Que dijo: «A Mí corresponde hacer venganza; soy Yo Quien ha de dar el merecido»; y otra vez: «El Señor juzgará a Su ‘ pueblo.» ¡Es aterrador el caer en las manos del Dios vivo!

De cuando en cuando, el autor de Hebreos habla con una dureza que casi no tiene paralelo en el Nuevo Testamento. Pocos escritores tienen un sentimiento comparable del absoluto horror del pecado. En este pasaje, sus pensamientos vuelven a las instrucciones inexorables de Dt 17:2-7 . Allí se establece que, si se demuestra que una persona ha ido tras dioses extraños y les ha dado culto, «sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. Por dicho de dos o tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti.»

El autor de Hebreos tiene tal horror al pecado por dos razones.

(a) La primera es porque vivía en un tiempo cuando la Iglesia había sufrido persecución y pronto volvería a sufrirla otra vez. Su mayor peligro era el mal vivir y la apostasía de sus miembros. Una iglesia en tales circunstancias no se podía permitir tener miembros que no dejaran en buen lugar la fe cristiana. Sus miembros tenían que ser fieles. Eso sigue siendo verdad. Dick Shepperd pasó la mayor parte de la vida predicando al aire libre a gente hostil o indiferente a la iglesia. De sus preguntas, discusiones y críticas, dijo que había aprendido que «la mayor pega que le encuentran a la iglesia son las vidas insatisfactorias de los que se confiesan cristianos.» Eso es lo que mina los mismos cimientos de la iglesia.

(b) La segunda razón es que estaba seguro de que el pecado se había vuelto doblemente peligroso por el nuevo conocimiento de Dios y de Su voluntad que nos ha traído Jesús. Uno de los antiguos maestros de la Iglesia escribió una especie de catecismo, que termina preguntando qué pasará si la humanidad no presta atención al ofrecimiento de Jesucristo; y contesta que se atraerá la condenación, » y mucho más por haber leído tú este libro.» Cuanto mayor es el conocimiento, mayor es el pecado. El autor de Hebreos estaba convencido de que, si bajo la vieja Ley la apostasía era tan terrible, se había vuelto doblemente terrible ahora que Cristo había venido.

Nos da tres definiciones del pecado.

(i) El pecado es pisotear a Cristo. No es meramente cometer un acto de rebeldía contra la Ley, sino herir al amor. Una persona puede soportar casi cualquier ataque a su cuerpo; lo que le puede es que le hieran el corazón. Se dice que en los días del terror de Hitler había un hombre en Alemania al que arrestaron, juzgaron, torturaron y metieron en un campo de concentración. Todo lo arrostró valerosamente, y salió erguido y entero. Pero entonces descubrió por accidente quién le había delatado, que había sido su propio hijo. Aquello le deshizo, y acabó con su vida. Pudo soportar el ataque de sus enemigos; pero la traición de un ser amado le mató. Cuando asesinaron a César, dio la cara a sus asesinos con un valor despectivo; pero cuando vio entre ellos a su amigo Bruto listo para herirle, dijo: «¿Tú también, hijo mío?»; se cubrió el rostro con la túnica y murió. Una vez que ha venido Cristo, el horror del pecado no está en quebrantar la Ley, sino en pisotear el amor de Cristo.

(ii) El pecado es negarse a ver lo sagrado de las cosas sagradas. El sacrilegio es la cosa más horrible. Lo que dice realmente el autor de Hebreos es: «Mirad lo que habéis hecho; mirad la Sangre derramada y el Cuerpo destrozado de Cristo; mirad lo que costó restaurar vuestra relación con Dios… ¿Podéis tratarlo como algo que no tiene importancia? ¿No veis lo sagrado que es todo esto?» El pecado es negarse a ver lo sagrado de aquel Sacrificio en la Cruz.

(ji) El pecado es un insulto al Espíritu Santo, Que nos habla desde dentro de nosotros mismos para decirnos lo que está bien y lo que está mal, tratando de hacernos parar cuando estamos en el camino del pecado, y de animarnos a proseguir cuando corremos peligro de pararnos o despistarnos o dejarnos llevar a la deriva. No prestar atención a esas voces es insultar al Espíritu Santo y entristecer el corazón de Dios.

En todo este pasaje hay algo que resalta. El pecado no es desobediencia a una ley impersonal; es echar a perder una relación personal y herir el corazón del Dios que es un Padre.
El autor de Hebreos termina su exhortación con una cita de Dt 32:35-36 donde se ve claramente la seriedad de Dios. En el corazón del Evangelio siempre habrá una advertencia. Pretender ignorarla es despojar a la fe de su importancia. No se nos dice que a fin de cuentas todo da lo mismo. No se puede evadir el hecho de que al final habrá un juicio.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— pecando intencionadamente: Debe tratarse del mismo pecado de apostasía del que se habla en Heb 6:5-6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

s 463 Stg 4:17; 1Jn 5:16

t 464 Heb 6:4; 2Pe 2:21

u 465 Mat 12:32

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ya no queda sacrificio alguno por los pecados. El sistema levita no proveyó perdón del pecado (vers. 2, 4, 11). Si rechazaron el sacrificio de Jesús, no habría otra manera de recibir el perdón de los pecados.

Fuente: La Biblia de las Américas

26 (1) Aquí pecar voluntariamente significa dejar de congregarse en la iglesia. Los creyentes hebreos habían sido instruidos a abandonar el judaísmo y permanecer bajo el nuevo pacto. Si a pesar de eso ellos hubieran vuelto al judaísmo, habrían dejado de congregarse en la iglesia. A los ojos de Dios esto habría constituido un pecado voluntario, ya que habría sido cometido después de haber recibido el conocimiento de la verdad, después de saber que Dios había abandonado el judaísmo, que fue formado según el antiguo pacto, y había iniciado un camino nuevo y vivo por el cual se podía acercar uno a El conforme al nuevo pacto.

26 (2) Aquí la verdad se refiere a las cosas reveladas en los capítulos y versículos, anteriores; tales cosas les dieron a los creyentes hebreos el pleno conocimiento de que Dios había anulado el antiguo pacto y establecido el nuevo.

26 (3) Si los creyentes hebreos hubieran abandonado la iglesia y regresado al judaísmo, no habría quedado sacrificio por los pecados de ellos en la economía de Dios, porque todos los sacrificios del antiguo pacto ya habían sido completamente reemplazados por el único sacrificio de Cristo. Puesto que Cristo se ofreció una vez para siempre como sacrificio por nuestros pecados (7:27; 10:10,12), el sacrificio por los pecados cesó (v.2). Cristo quitó el sacrificio por el pecado (v.9) y se ofreció a Dios como el verdadero sacrificio por nuestros pecados.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

ya no queda más sacrificio por los pecados. Si una persona rechaza la verdad de que Cristo murió por el pecado, no le queda a mano ningún otro sacrificio por el pecado y ninguna otra vía de acceso a Dios. Sólo le queda el juicio (v. Heb 10:27).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M63 La preposición περί se usa en vez de ὑπέρ en este versículo (comp. los vv. 6 y 12): por los pecados.

T178 Una peculiaridad del griego bíblico es que cuando ἀληθεία tiene artículo, se refiere a Cristo como la verdad real. Pero, en este versículo no se refiere a Cristo, porque el artículo se usa por atracción gramatical.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego