Comentario de Hebreos 10:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por lo tanto, entrando en el mundo, él dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo.

par 10:5-7

— Estos versículos son tomados del Sal 40:6-8, en su sentido mesiánico.

— «Por lo cual». Dado que no podía quitar los pecados la sangre de animales, entró Jesucristo en el mundo para hacer el sacrificio necesario.

— «entrando en el mundo dice». Las palabras siguientes, tomadas del Sal 40:1-17, son las de Cristo por la boca de David.

— «Sacrificio y ofrenda no quisiste». No quería Dios esas cosas como quiere la obediencia. (Véanse 1Sa 15:22; Sal 51:16-17; Isa 1:11-17; Jer 6:20; Jer 7:22-23; Amó 5:21-24; Miq 6:6-8). Esos sacrificios en sí y solos no podían perdonar al pecador. Se requería un sacrificio más aceptable. Con referencia al Mesías, el sentido es que tales sacrificios no lograban el fin al cual fue enviado él al mundo. Fue logrado ese fin solamente por su obediencia «hasta la muerte» (Flp 2:8). Esos sacrificios tenían su importancia típica, apuntando al gran sacrificio del Mesías, pero no eran un fin en sí. No satisfacían la justicia de Dios (versículo 4). No podían servir de base para la misericordia de Dios en redimir al hombre perdido. (Véanse versículo 8.9).

— «Mas me preparaste cuerpo.» El autor aquí cita la versión de los Setenta, en lugar del texto hebreo (como ahora lo tenemos). Según el texto hebreo actual, se dice «has abierto mis oídos». Esta expresión significa hacer de uno un siervo obediente. (Compárese Isa 50:5). El pensamiento expresado en hebreo en el Sal 40:1-17 y aquí también en Heb 10:1-39, es el de preparación para obedecer. El rescate del pecado no fue obtenido por medio de sacrificios de animales, sino por la obediencia de parte del Mesías a la voluntad de Dios. Un cuerpo fue preparado para Cristo («participó de carne y sangre», Heb 2:14), para que sirviera de instrumento con el cual el Mesías pudiera rendirle al Padre la obediencia perfecta (versículo 10).

La razón de por qué dice la versión de los Setenta «cuerpo», y la hebrea «oídos», presenta un problema difícil, aunque las dos expresiones conducen al mismo pensamiento de «siervo obediente». (Isa 50:5 junto con Flp 2:7-8). O da la versión de los Setenta el sentido correcto (en griego, y para la mente griega) de esa expresión en hebreo, o citaron los traductores de alguna versión hebrea diferente al texto actual en hebreo. El autor de esta epístola no hubiera usado el texto de la versión de los Setenta, para un punto tan significante, si no fuera el texto griego según el mismo significado de Sal 40:6-8.

— «Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad». La frase, «he aquí que vengo» se refiere a la encarnación (versículo 5). (Véanse también Jua 16:28; Jua 18:37; Mat 18:11).

— «Como en el rollo del libro está escrito de mí». El pensamiento es éste: «Los sacrificios de animales no quitan el pecado. Por esto he venido yo en el cuerpo, para hacer tu voluntad y dar mi vida como sacrificio por el pecado. De esto testifican las Escrituras». Gén 3:15 (juntamente con Gál 3:16-18) apunta a la obra redentora de Cristo. La institución judaica de sacrificios presentaba en figura la obra expiatoria de Cristo. Moisés y los profetas apuntaban a Cristo, el Mesías (Jua 5:46; Hch 26:22). La venida del Mesías para morir por el hombre era el tema de los profetas del Antiguo Testamento (Mat 5:17; Luc 24:44; Jua 5:39).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

entrando en el mundo. Heb 10:7; Heb 1:6; Mat 11:3; Luc 7:19.

Sacrificio y ofrenda no quisiste. Sal 40:6-8; Sal 50:8; Isa 1:11; Jer 6:20; Amó 5:21, Amó 5:22.

mas me apropiaste, o preparaste cuerpo. Heb 10:10; Heb 2:14; Heb 8:3; Gén 3:15; Isa 7:14; Jer 31:22; Mat 1:20-23; Luc 1:35; Jua 1:14; Gál 4:4; 1Ti 3:16; 1Jn 4:2, 1Jn 4:3; 2Jn 1:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Por lo cual: Basado en la insuficiencia de los sacrificios de animales, se extrae una conclusión.

está escrito de mí: El autor presenta el Sal 40:1-17 como un salmo mesiánico, porque sólo Cristo, y no David, pudo cumplir las profecías del libro del AT. para hacer tu voluntad: Los profetas del AT. advirtieron a los israelitas que los sacrificios en sí no agradaban a Dios. Además deseaba la obediencia (Sal 51:16, Sal 51:17; Isa 1:13-17; Mar 12:33). Este salmo mesiánico indica que la obediencia de Jesús a Dios el Padre era una de las razones por las que su sacrificio era mejor que los del AT.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SACRIFICIO Y OFRENDA. Se cita Sal 40:6-8 para probar que el sacrificio voluntario y obediente de Jesucristo es mejor que los sacrificios involuntarios de los animales en el AT; véase el ARTÍCULO EL PACTO ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO, P. 1782. [Heb 8:6].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

me preparaste cuerpo. En el Sal 40:6 se lee: «Has abierto mis oídos». Esto no constituye una alteración significativa del significado, como lo indica el hecho de que el escritor citó la versión Septuaginta de la expresión hebrea, que era una representación equivalente para los lectores griegos. Los traductores griegos consideraron las palabras hebreas como una figura lingüística en la que una parte de algo aludía al todo, en este caso la apertura de los oídos que es parte del proceso total de confección del cuerpo humano. Se seleccionaron los oídos porque sirven como símbolos de obediencia como los órganos que permiten la recepción de la Palabra y la voluntad de Dios (cp. 1Sa 15:22). Cristo necesitó un cuerpo para ofrecerse a sí mismo como el sacrificio final (Heb 2:14).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

no quisiste. Dios no se agradaba con los sacrificios entregados por una persona que no los daba con un corazón sincero (cp. Sal 51:17; Isa 1:11; Jer 6:20; Ose 6:6; Amó 5:21-25). Hacer sacrificios solo como un ritual sin obediencia de corazón, era una burla peor que abstenerse de sacrificar (cp. Isa 1:11-18).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Cita del Sal 40:6-8.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

par 10:5-7 — Estos versículos son tomados del Sal 40:6-8, en su sentido mesiánico.
–«Por lo cual». Dado que no podía quitar los pecados la sangre de animales, entró Jesucristo en el mundo para hacer el sacrificio necesario.
–«entrando en el mundo dice». Las palabras siguientes, tomadas del Sal 40:1-17, son las de Cristo por la boca de David.
–«Sacrificio y ofrenda no quisiste». No quería Dios esas cosas como quiere la obediencia. (Véanse 1Sa 15:22; Sal 51:16-17; Isa 1:11-17; Jer 6:20; Jer 7:22-23; Amó 5:21-24; Miq 6:6-8). Esos sacrificios en sí y solos no podían perdonar al pecador. Se requería un sacrificio más aceptable. Con referencia al Mesías, el sentido es que tales sacrificios no lograban el fin al cual fue enviado él al mundo. Fue logrado ese fin solamente por su obediencia «hasta la muerte» (Flp 2:8). Esos sacrificios tenían su importancia típica, apuntando al gran sacrificio del Mesías, pero no eran un fin en sí. No satisfacían la justicia de Dios (versículo 4). No podían servir de base para la misericordia de Dios en redimir al hombre perdido. (Véanse versículo 8.9).
–«Mas me preparaste cuerpo.» El autor aquí cita la versión de los Setenta, en lugar del texto hebreo (como ahora lo tenemos). Según el texto hebreo actual, se dice «has abierto mis oídos». Esta expresión significa hacer de uno un siervo obediente. (Compárese Isa 50:5). El pensamiento expresado en hebreo en el Sal 40:1-17 y aquí también en Heb 10:1-39, es el de preparación para obedecer. El rescate del pecado no fue obtenido por medio de sacrificios de animales, sino por la obediencia de parte del Mesías a la voluntad de Dios. Un cuerpo fue preparado para Cristo («participó de carne y sangre», Heb 2:14), para que sirviera de instrumento con el cual el Mesías pudiera rendirle al Padre la obediencia perfecta (versículo 10).
La razón de por qué dice la versión de los Setenta «cuerpo», y la hebrea «oídos», presenta un problema difícil, aunque las dos expresiones conducen al mismo pensamiento de «siervo obediente». (Isa 50:5 junto con Flp 2:7-8). O da la versión de los Setenta el sentido correcto (en griego, y para la mente griega) de esa expresión en hebreo, o citaron los traductores de alguna versión hebrea diferente al texto actual en hebreo. El autor de esta epístola no hubiera usado el texto de la versión de los Setenta, para un punto tan significante, si no fuera el texto griego según el mismo significado de Sal 40:6-8.
–«Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad». La frase, «he aquí que vengo» se refiere a la encarnación (versículo 5). (Véanse también Jua 16:28; Jua 18:37; Mat 18:11).
–«Como en el rollo del libro está escrito de mí». El pensamiento es éste: «Los sacrificios de animales no quitan el pecado. Por esto he venido yo en el cuerpo, para hacer tu voluntad y dar mi vida como sacrificio por el pecado. De esto testifican las Escrituras». Gén 3:15 (juntamente con Gál 3:16-18) apunta a la obra redentora de Cristo. La institución judaica de sacrificios presentaba en figura la obra expiatoria de Cristo. Moisés y los profetas apuntaban a Cristo, el Mesías (Jua 5:46; Hch 26:22). La venida del Mesías para morir por el hombre era el tema de los profetas del Antiguo Testamento (Mat 5:17; Luc 24:44; Jua 5:39).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Sal 40:6-7 (versión griega de los LXX).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

f 422 Sal 50:8; Amó 5:22

g 423 Sal 40:6

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

un cuerpo has preparado para mí. La solución final se encuentra en la encarnación del Hijo de Dios y en el ofrecimiento de sí mismo como sacrificio en el altar de la cruz por los pecados (vers. 8, 10).

Fuente: La Biblia de las Américas

entrando. i.e., Cristo en Su encarnación.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

* El original dice simplemente “él;” Se infiere que es Cristo por los versículos Heb 9:24; Heb 9:28.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento