Biblia

Comentario de Hebreos 11:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hebreos 11:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Conforme a su fe murieron todos éstos sin haber recibido el cumplimiento de las promesas. Más bien, las miraron de lejos y las saludaron, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.

11:13 — «Conforme a la fe» = en el ejercicio de fe, o según una vida de fe. Murieron como vivieron: con fe, creyendo que siempre recibirían las bendiciones de las promesas.

— «todos éstos». Véase versículo 9. Estos recibieron las promesas (Gál 3:16).

— «sin haber recibido lo prometido». Recibieron las promesas verbalmente, pero no el cumplimiento de ellas. Se refiere en particular a la venida del Mesías (la simiente prometida, Gál 3:16) y a la descendencia espiritual (los redimidos en Cristo, Efe 1:14).

— «de lejos» es una frase respecto a tiempo, y no a distancia. Compárese Jua 8:56.

— «creyéndolo y saludándolo»; es decir, en cuanto al cumplimiento de las promesas.

— «confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra». Véanse Gén 23:4; Gén 47:9; Sal 39:12.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

murieron todos. Gén 25:8; Gén 27:2-4; Gén 48:21; Gén 49:18, Gén 49:28, Gén 49:33; Gén 50:24.

sin haber recibido lo prometido. Heb 11:39.

sino mirándolo de lejos. Heb 11:27; Gén 49:10; Núm 24:17; Job 19:25; Jua 8:56; Jua 12:41; 1Pe 1:10-12.

y creyéndo. Rom 4:21; Rom 8:24; 1Jn 3:19.

y confesando que eran extranjeros. Gén 23:4; Gén 47:9; 1Cr 29:14, 1Cr 29:15; Sal 39:12; Sal 119:19; 1Pe 1:17; 1Pe 2:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Todos éstos se refiere a Abraham, Isaac, Jacob y Sara (vv. Heb 11:8, Heb 11:9, Heb 11:11), que murieron antes de tomar posesión de la tierra o ver cualquiera de las otras provisiones del pacto de Dios. Sin embargo, permanecieron en la fe hasta el fin de sus vidas.

extranjeros y peregrinos en la tierra: Los hombres y mujeres de fe sabían que este mundo es temporal, y que su hogar eterno estaba junto a Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SIN HABER RECIBIDO LO PROMETIDO. Esos santos del AT murieron con la fe de que Dios les tenía reservado algo mejor. Durante su vida no vieron la bendición final prometida a los redimidos. Cifraban la esperanza en la vida eterna con Dios en la patria celestial, y tenían la mirada fija en su ciudadanía en el cielo nuevo y la tierra nueva (vv. Heb 11:13-16; cf. Isa 65:17; Isa 66:22, Flp 3:20, Apo 21:1). Asimismo los creyentes de hoy deben perseverar en la fe y la confianza en Dios, aun cuando no vean todas las promesas de Dios cumplidas en su vida. La fe que Dios aprueba es la que le vuelve a entregar las promesas para que Él las cumpla de acuerdo con su voluntad.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

todos éstos. La referencia solo se aplica a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob). Esta interpretación es respaldada por el hecho de que las promesas comenzaron con Abraham (cp. Hch 7:17; Rom 4:13; Gál 3:14-18) y fueron traspasadas a Isaac (Gén 26:2-5; Gén 26:24) y Jacob (Gén 28:10-15). Además, estos son los únicos individuos que se ajustan a la descripción en el v. Heb 11:15 y Enoc no murió. Vea la nota sobre Heb 6:15. Estas personas de fe nunca supieron cuándo habrían de heredar la promesa. Vivieron en la tierra sin poseerla.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

extranjeros y peregrinos. Vea Gén 23:4. Su fe fue paciente y resistió grandes penalidades porque creyeron que Dios tenía algo mucho mejor reservado para ellos. No tenían deseo alguno de volver a Ur pero sí anhelaban el hogar celestial (Job 19:25-26; Sal 27:4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

11:13 — «Conforme a la fe» = en el ejercicio de fe, o según una vida de fe. Murieron como vivieron: con fe, creyendo que siempre recibirían las bendiciones de las promesas.
–«todos éstos». Véase versículo 9. Estos recibieron las promesas (Gál 3:16).
–«sin haber recibido lo prometido». Recibieron las promesas verbalmente, pero no el cumplimiento de ellas. Se refiere en particular a la venida del Mesías (la simiente prometida, Gál 3:16) y a la descendencia espiritual (los redimidos en Cristo, Efe 1:14).
–«de lejos» es una frase respecto a tiempo, y no a distancia. Compárese Jua 8:56.
–«creyéndolo y saludándolo»; es decir, en cuanto al cumplimiento de las promesas.
–«confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra». Véanse Gén 23:4; Gén 47:9; Sal 39:12.

Fuente: Notas Reeves-Partain

FORASTEROS Y APÁTRIDAS

Hebreos 11:13-16

Todos éstos murieron sin llegar a poseer lo prometido. Solamente lo oteaban en la distancia y lo saludaban desde lejos, confesándose apátridas y forasteros en la Tierra. Ahora bien, los que hablan así dejan bien claro que están buscando una patria; y, si estuvieran pensando en la que dejaron atrás, tiempo tenían de volver a ella. Pero, está claro que lo que buscaban era algo mejor; quiero decir, la patria celestial. Por eso mismo a Dios no Le daba vergüenza que Le llamaran su Dios, porque les tenía preparada esa ciudad que estaban buscando.

Ninguno de los patriarcas llegó a tomar posesión de la Tierra Prometida. Fueron nómadas toda la vida, y no vivieron nunca como residentes en ningún sitio. De aquí sacamos ciertas lecciones de carácter permanente.
(i) Vivieron siempre como extranjeros. El autor de Hebreos les aplica tres palabras griegas muy gráficas.

(a) En 11:13 los llama xenoi (pl.). Xenos (sing.) es la palabra griega para un extraño o extranjero, de la que deriva la española xenofobia entre otras. La suerte de los tales era dura en el mundo antiguo. Se los miraba con desprecio, con suspicacia y hasta con odio. En Esparta xenos equivalía a bárbaro. Uno escribe quejándose de que le despreciaban «porque soy un xenos». Otro escribe que, por muy pobre que sea su hogar, es mejor que vivir epi xenés, en el extranjero. Cuando los clubes celebraban sus comidas, los comensales se dividían en miembros y xenoi. Xenos quería decir a veces refugiado. Los patriarcas se pasaron la vida como extranjeros en una tierra que no era la suya.

(b) En 11:9 usa la palabra paroikein, «habitar como extranjero» (R-V60), de Abraham. Un pároikos era un residente extranjero. Se aplica esta palabra a los judíos que fueron deportados a Babilonia y a Egipto. Un pároikos no era mucho más que un esclavo en la escala social. Tenía que pagar un impuesto como extranjero. Siempre era un extraño, y sólo si pagaba formaba parte de la comunidad hasta cierto punto.

(c) En 11:13 usa la palabra parepídémos. Un parepídémos era uno que estaba parando temporalmente, pero que tenía la residencia permanente en algún otro sitio. A veces su estancia era limitada estrictamente. Un parepídémos estaba de pensión, no tenía hogar propio donde le había echado la vida. Los patriarcas fueron toda la vida personas que no tenían un lugar fijo que pudieran llamar su hogar. Eso era una cosa humillante en los tiempos antiguos, y aún lo sigue siendo en muchos lugares. Era llevar siempre un estigma. En la Carta de Aristea se dice: «Es magnífico vivir y morir en la tierra donde se ha nacido; una tierra extranjera produce desprecio a los pobres y vergüenza a los ricos, porque siempre se tiene la sospecha de que los habrán desterrado por algo malo que han hecho.» En Eclesiástico 29:22-28 hay un pasaje lleno de añoranza:

Mejor vive un pobre que se cobija en un pajar que el que se aloja suntuosamente en casa de extraños.
Conténtate con lo poco como con lo mucho: y no tendrás que soportar el oprobio de la vida nómada.
Mala vida es ir de casa en casa, y donde eres extranjero no puedes abrir la boca.
En caso de que seas extranjero beberás desprecios; y además tendrás que escuchar cosas amargas:
-¡Ven aquí, forastero, y ponme la mesa, y sírveme lo que tengas!
-¡Lárgate, forastero, de este lugar respetable; ha venido mi hermano y necesito la casa!
¡Cosas dolorosas para hombre entendido, censuras en cuanto al alojamiento,
y las burlas del prestamista!

En cualquier tiempo es una desgracia ser forastero en tierra extraña; pero en los tiempos antiguos se añadía a las incomodidades naturales la amargura de la humillación:
Los patriarcas fueron toda la vida forasteros en tierra ajena. La figura del forastero se ha convertido en la representación de la vida cristiana. Tertuliano dijo del cristiano: «Sabe que en la Tierra no es más que un peregrino; pero su dignidad está en el Cielo.» Y Clemente de Alejandría: «No tenemos patria en la Tierra.» Y Agustín: «Somos transeúntes exilados de nuestra patria.» Eso no quería decir que los cristianos eran unos estúpidos que vivían en las nubes, desconectados de la vida y el trabajo de este mundo; sino que siempre tenían presente que eran un pueblo de caminantes. Hay un dicho atribuido a Jesús que no se conserva en los Evangelios: «El mundo es un puente. El sabio pasará por él, pero no construirá sobre él su morada.» El cristiano se considera un peregrino de la eternidad.

(ii) A pesar de todo, estos hombres no perdieron nunca la visión ni la esperanza. Aunque tuviera que pasar mucho tiempo para que esa esperanza se hiciera realidad, su luz brillaba siempre en sus ojos. Aunque el camino fuera muy largo, no se detenían nunca. Robert Louis Stevenson decía: «Es mejor viajar esperanzadamente que llegar.» Nunca se rindieron; vivían en esperanza y murieron en expectación.
(iii) A pesar de todo, nunca quisieron volver atrás. Sus descendientes, cuando estaban en el desierto, a menudo querían volverse «a las ollas de Egipto.» Pero no los patriarcas. Habían emprendido el camino, y ni se les ocurría volver atrás. En el vuelo existe lo que se llama el punto sin retorno. Cuando el avión ha llegado a ese punto, ya no puede volver atrás. Su reserva de combustible ha llegado a un nivel que no le permite más que seguir adelante. Una de las tragedias de la vida es el número de personas que se vuelven atrás un poquito demasiado pronto. Otro esfuerzo, una pequeña espera de otro poquito, harían que el sueño se hiciera realidad. En el momento en que un cristiano se lanza a alguna empresa que Dios le envía, debe considerar que ha pasado el punto sin retorno.

(iv) Estos hombres podían seguir adelante porque los atraía lo que estaba todavía más allá. El que quiere ver mundo se siente atraído por los países que no conoce. Al gran artista o compositor le impulsa la idea de una interpretación o una producción como nunca se ha hecho, y se pregunta si lo logrará. Stevenson nos cuenta que un viejo vaquero que pasaba todos los días limpiando la basura de los establos. Alguien le preguntó si no se cansaba nunca de hacer siempre lo mismo, y él respondió: «El que tiene algo más allá no tiene por qué cansarse.» Los patriarcas tenían algo más allá… y nosotros también.
(v) Como estos hombres eran como eran, Dios no se avergonzaba de que Le llamaran su Dios. Por encima de todo, Dios es el Dios del noble aventurero. Le encantan los que están dispuestos a aventurarse por Su Nombre. El prudente comodón es lo opuesto del hombre de Dios. El que se lanza a lo desconocido y sigue adelante llegará a Dios al final.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

1Pe 2:11.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “recibieron bien; abrazaron; aclamaron”.

REFERENCIAS CRUZADAS

l 531 Gén 23:4

m 532 Gén 47:9

n 533 Jua 8:56

ñ 534 1Cr 29:15; Sal 39:12; Efe 2:19; 1Pe 2:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

murieron en fe, sin haber recibido las promesas. Estas palabras forman una exhortación a los creyentes hebreos que vacilan en su fe. Los héroes de los vers. 4– 12 permanecieron firmes en su fe, muriendo sin haber visto el pleno cumplimiento de las promesas.

extranjeros y peregrinos. Por fe anhelaban una patria celestial (vers. 16), causando que reconocieran que el destino eterno de ellos no era terrenal ni temporal. Ellos entendieron que su ciudadanía eterna pertenecía al cielo y no a la tierra. Sus vidas aquí en la tierra era un peregrinaje que los llevaría al cielo.

Fuente: La Biblia de las Américas

13 (1) Lit., Conforme a.

13 (2) O, exiliados, expatriados. Abraham fue el primer hebreo ( Gén_14:13), un cruzador de ríos. El salió de Caldea, la tierra maldita de idolatría, cruzó el agua, el río Perat, o Eufrates ( Jos_24:2-3), y llegó a Canaán, la buena tierra, una tierra de bendición. No obstante, no se estableció allí, sino que habitó en la tierra de la promesa como peregrino, como exiliado o expatriado, anhelando una patria mejor, una patria celestial (v.16), una patria que le perteneciera (v.14). Esto puede implicar que él estaba listo para cruzar otro río, de la tierra a los cielos. Isaac y Jacob siguieron los mismos pasos, viviendo en la tierra como extranjeros y peregrinos y esperando la ciudad que tiene fundamentos, cuyo Constructor es Dios (v.10). Lo dicho en los vs.9-16 tal vez implique que el escritor de este libro quería imprimir en la memoria de los creyentes hebreos el hecho de que ellos, como verdaderos hebreos debían seguir a sus antepasados, considerándose extranjeros y peregrinos sobre la tierra y esperando la patria celestial, la cual es mejor que la terrenal.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

son…Gén 23:4.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R833 Ἀπέθανον se usa como un aoristo que expresa como un solo hecho una acción realizada durante cierto tiempo (y aparece en una declaración de resumen): todos estos murieron.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., saludado

O, expatriados, o, exiliados

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. son.

11.13 g Gén_23:4.

Fuente: La Biblia Textual III Edición