Biblia

Comentario de Hebreos 11:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hebreos 11:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por la fe Noé, habiendo sido advertido por revelación acerca de cosas que aún no habían sido vistas, movido por temor reverente, preparó el arca para la salvación de su familia. Por la fe él condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.

11:7

— Véase Gén 6:5-22.

— » Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó «. La fe bíblica y la obediencia no pueden ser separadas. Nótese Rom 1:5, «la obediencia a la fe»; también, Rom 1:8 juntamente con 16:19. Véase 8:5, comentario sobre la misma palabra griega para decir “advertir.” Pasaron ciento veinte años entre la advertencia y el cumplimiento, cosa que demandó gran fe de parte de Noé.

— «cosas que aún no se veían». (Nótese versículo 1, «lo que no se ve»). No tenía Noé ninguna razón humana (filosófica, científica, etcétera) para creer que habría un gran diluvio que cubriría las montañas más altas. ¡Nunca había habido tal cosa! La «experiencia natural» de unos 1600 años estaba en contra de tal posibilidad. La Palabra de Dios fue la única base de la fe de Noé, y con que podría responder a los «críticos» incrédulos de su tiempo. Si los «críticos» modernos niegan la historicidad del diluvio bíblico, seguramente en los tiempos de Noé algunos negaban la posibilidad de tal evento.

— «con temor». Véase 5:7, comentario, donde aparece la misma palabra griega. No fue miedo de ser ahogado, sino temor de Dios, que es respeto o reverencia. Todo el mundo «es movido» por algún motivo o fuerza. ¿Que nos mueve a nosotros? ¿La popularidad? ¿La codicia? ¿La vanagloria? Noé fue movido ¡por el temor de Dios!

— «preparó el arca en que su casa se salvase». Véase 1Pe 3:20.

— «y por esa fe condenó al mundo». Compárense Mat 12:41-42; Rom 2:27. Todo el mundo que presta atención a lo que Dios dice, por su fe obediente condena a los que no prestan atención. Por ciento veinte años tuvo el mundo la oportunidad, no de preparar arcas, sino de arrepentirse (para que Dios no enviara el diluvio. Compárese Jon 3:5-10), pero no prestaron atención a la predicación de Noé (2Pe 2:5).

— «y fue hecho heredero de la justicia». Véase 6:17, comentario sobre «herederos».

— «que viene por la fe». Véase Rom 3:21-22. En este pasaje, más bien «según (kata) la fe», como dice la versión Hispanoamericana, o «conforme a la fe», como dice la versión Moderna. En Romanos (por ej., 1:17; 9:30; 10:6, según el texto griego) la justicia es de fe (ek pisteos). Esto indica que la fe es la fuente de la justicia. En Rom 3:30, es por medio de la fe, dia tes pisteos. En este caso la fe es el instrumento que trae la justicia. Aquí en Heb 11:7 es «según la fe», kata pistin; es decir, la justicia es conforme a la fe, consistente con ella, o de acuerdo con ella.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Noé. Gén 6:13, Gén 6:22; Gén 7:1, Gén 7:5; Mat 24:38; Luc 17:26; 2Pe 2:5.

advertido por Dios. Gén 6:13; Gén 19:14; Éxo 9:18-21; Pro 22:3; Pro 27:12; Eze 3:17-19; Mat 3:7; Mat 24:15, Mat 24:25; 2Pe 3:6.

acerca de cosas. Heb 11:1.

con temor preparó, o siendo cauteloso. Heb 5:7; Gén 6:18; Gén 7:1, Gén 7:23; Gén 8:16; Eze 14:14, Eze 14:20; 1Pe 3:20.

condenó al mundo. Mat 12:41, Mat 12:42; Luc 11:31, Luc 11:32.

la justicia que es por la fe. Rom 1:17; Rom 3:22; Rom 4:11, Rom 4:13; Rom 9:30; Rom 10:6; Gál 5:5; Flp 3:9; 2Pe 1:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

aún no se veían: Noé no había visto (v. Heb 11:1) el diluvio que Dios le reveló. Creyó a Dios a pesar de esto, y oyó sus advertencias. Su fe no sólo lo salvó del diluvio sino también del juicio de Dios, porque llegó a ser heredero de la justicia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Noé. Vea Gén 5:28-32; Gén 6:1-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29; Eze 14:14. cosas que aún no se veían. Vea las notas sobre los vv. Heb 11:1 ; Heb 11:6. Nunca se había visto en el mundo antediluviano algo similar al gran diluvio, porque ni siquiera había llovido sobre la tierra como llueve hasta hoy día (vea las notas sobre Gén 7:11). Sin embargo, Noé pasó ciento veinte años (Gén 6:3) en cumplimiento del mandato de Dios acerca de construir el arca enorme (Gén 6:13-22). temor. Noé trató el mensaje de Dios con gran respeto y temor reverente (cp. Heb 5:7). Su fe se expresó en obediencia (cp. Gén 6:22; Gén 7:5). condenó. Noé advirtió a las personas de su tiempo sobre el juicio inminente de Dios (cp. 1Pe 3:20), y es llamado «pregonero de justicia» (2Pe 2:5). heredero de la justicia. Vea las notas sobre Heb 6:12 ; Heb 9:15. Aquel predicador de la justicia divina (2Pe 2:5) también se convirtió en heredero de la justicia. Noé creyó el mensaje que predicó y como Enoc antes de él (vea las notas sobre el v. Heb 11:5), caminó con Dios en fe y obediencia (Gén 6:9).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

11:7 — Véase Gén 6:5-22.
–» Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó «. La fe bíblica y la obediencia no pueden ser separadas. Nótese Rom 1:5, «la obediencia a la fe»; también, Rom 1:8 juntamente con 16:19. Véase 8:5, comentario sobre la misma palabra griega para decir “advertir.” Pasaron ciento veinte años entre la advertencia y el cumplimiento, cosa que demandó gran fe de parte de Noé.
–«cosas que aún no se veían». (Nótese versículo 1, «lo que no se ve»). No tenía Noé ninguna razón humana (filosófica, científica, etcétera) para creer que habría un gran diluvio que cubriría las montañas más altas. ¡Nunca había habido tal cosa! La «experiencia natural» de unos 1600 años estaba en contra de tal posibilidad. La Palabra de Dios fue la única base de la fe de Noé, y con que podría responder a los «críticos» incrédulos de su tiempo. Si los «críticos» modernos niegan la historicidad del diluvio bíblico, seguramente en los tiempos de Noé algunos negaban la posibilidad de tal evento.
–«con temor». Véase 5:7, comentario, donde aparece la misma palabra griega. No fue miedo de ser ahogado, sino temor de Dios, que es respeto o reverencia. Todo el mundo «es movido» por algún motivo o fuerza. ¿Que nos mueve a nosotros? ¿La popularidad? ¿La codicia? ¿La vanagloria? Noé fue movido ¡por el temor de Dios!
–«preparó el arca en que su casa se salvase». Véase 1Pe 3:20.
–«y por esa fe condenó al mundo». Compárense Mat 12:41-42; Rom 2:27. Todo el mundo que presta atención a lo que Dios dice, por su fe obediente condena a los que no prestan atención. Por ciento veinte años tuvo el mundo la oportunidad, no de preparar arcas, sino de arrepentirse (para que Dios no enviara el diluvio. Compárese Jon 3:5-10), pero no prestaron atención a la predicación de Noé (2Pe 2:5).
–«y fue hecho heredero de la justicia». Véase 6:17, comentario sobre «herederos».
–«que viene por la fe». Véase Rom 3:21-22. En este pasaje, más bien «según (kata) la fe», como dice la versión Hispanoamericana, o «conforme a la fe», como dice la versión Moderna. En Romanos (por ej., 1:17; 9:30; 10:6, según el texto griego) la justicia es de fe (ek pisteos). Esto indica que la fe es la fuente de la justicia. En Rom 3:30, es por medio de la fe, dia tes pisteos. En este caso la fe es el instrumento que trae la justicia. Aquí en Heb 11:7 es «según la fe», kata pistin; es decir, la justicia es conforme a la fe, consistente con ella, o de acuerdo con ella.

Fuente: Notas Reeves-Partain

UNO QUE CREYÓ LO QUE DIOS LE DIJO

Hebreos 11:7

Fue por la fe por lo que Noé, una vez que Dios le informó de cosas que todavía no se veían, aceptó con reverencia el mensaje y construyó el arca para que se pudiera salvar su familia. Por la fe se dio cuenta de que el mundo estaba sentenciado, y llegó a recibir la herencia de la justicia que es el resultado de la fe.

La historia de Noé se encuentra en el libro del Génesis, capítulos 6 a 8. La humanidad estaba tan corrompida que Dios decidió que había que destruirla. Le comunicó a Noé Su propósito de juicio y le dio instrucciones para que construyera un arca en la que se pudieran salvar su familia y representantes de toda la creación animal. Con respeto y obediencia Noé le tomó la palabra a Dios, y así se salvó y salvó a su familia.

Como en otros casos, la leyenda añade muchos detalles a esta historia. El autor de Hebreos debe de haber conocido estas leyendas, que completarían su cuadro mental. Una de esas nos cuenta que Noé estaba en duda acerca de la forma que debía darle al arca, y Dios le reveló que tenía que modelarla como el cuerpo de un ave y hacerla de madera de teca. Noé plantó una teca que creció lo suficiente en veinte años para construir de ella toda el arca. Otra historia nos cuenta que, después que Dios le advirtió, Noé se construyó una campana de madera de metro y medio de altura, y la tocaba todos los días por la mañana, al mediodía y por la tarde. Cuando le preguntaron por qué lo hacía respondió: «Para advertiros de que Dios va a mandar un diluvio para destruiros a todos.» Otra historia nos cuenta que, cuando Noé estaba construyendo el arca, la gente se reía de él y le tenía por loco; pero él les decía: «Aunque os riáis de mí ahora, llegará el día en que sea yo el que me ría de vosotros; porque os daréis cuenta a vuestra costa de Quién es el que castiga a los malvados en este mundo y les reserva más castigo en el mundo venidero.» Tal vez por esto se llama a Noé «pregonero de justicia» en 2Pe 2:5 .

Aún más que Abel y Enoc, Noé es hombre de fe.

(i) Noé Le tomó la palabra a Dios. Creyó el mensaje que Dios le comunicó. De momento podía parecer una tontería; pero Noé lo creyó y se jugó el todo por el todo. Está claro que para tomar en serio la palabra de Dios tenía que dejar de lado sus actividades normales para concentrarse en lo que Dios le había dicho que hiciera. La vida de Noé se convirtió en una continua y concentrada preparación para lo que Dios le había dicho que sucedería.

A todos nos llega la ocasión de prestar o no prestar atención al Mensaje de Dios. Podemos vivir como si ese Mensaje no tuviera la menor importancia, o como si fuera la cosa más importante del mundo para nosotros. O, para decirlo de otra manera: Noé fue el hombre que prestó atención a la advertencia de Dios, y gracias a ello se salvó del desastre. Nos puede venir la advertencia de Dios de muchas maneras: de nuestra propia conciencia; de alguna palabra de Dios que nos llega derecha al alma; del consejo o la reprensión de alguna persona buena y piadosa, o saltándonos del Libro de Dios o desafiándonos en algún sermón. Si la desoímos será a nuestro riesgo.

(ii) A Noé no le desanimaron las burlas de la gente. Cuando brillaba el Sol, su conducta tiene que haber parecido una locura. ¿Quién sino un loco de remate acometería la construcción de tal carcamán en tiempo seco y lejos de la mar? El que Le toma la palabra a Dios puede que emprenda a veces una actividad que parezca una locura.

No tenemos más que pensar en los primeros días de la Iglesia. Uno se encuentra con un amigo, y le dice: » He decidido hacerme cristiano.» El otro le contesta: «¿Pero es que no sabes lo que les pasa a los cristianos? ¡Están fuera de la ley! Los meten en la cárcel, se los echan a los leones, los crucifican, los queman vivos…» El primero dice: «Sí, ya lo sé.» Y el otro: «¡Estás loco de remate!»
Tenemos que estar preparados a que nos tomen por locos por causa de Jesús. No debemos olvidar que hubo un tiempo en que Sus amigos vinieron a buscarle para llevársele a casa, porque pensaban que estaba mal de la cabeza. La sabiduría de Dios muchas veces le parece locura a la gente.

(iii) La fe de Noé fue el juicio de los otros. Por eso es por lo que, por lo menos en un sentido, es peligroso ser cristiano. No es que los cristianos se crean más justos que nadie, o que sean criticones; ni que vayan por ahí fijándose en lo que los demás hacen mal; ni que digan: «Yate lo decía yo.» A menudo lo que sucede es que, sencillamente por ser cristianos, traemos juicio sobre los que no lo son. Alcibíades, aquel joven brillante pero salvaje de Atenas, le decía a Sócrates: «Sócrates, te odio, porque siempre que me encuentro contigo me haces verme tal como soy.» Uno de los atenienses más simpáticos y ejemplares fue Arístides, al que llamaban «el Justo»; pero le condenaron al ostracismo. Cuando le preguntaron a uno por qué lo había votado, contestó: » Porque estoy harto de que le llamen «el Justo».» Ante la bondad, el mal queda condenado.

(iv) Noé fue justo por la fe. Sucede que es el primero al que se llama dikaios, justo, en la Biblia (Ge 6:9 ). Su bondad consistió en que Le tomó la palabra a Dios. Cuando otros quebrantaban los mandamientos de Dios, Noé los cumplía; cuando otros se hacían los sordos a las advertencias de Dios, Noé les hacía caso; cuando otros se reían de Dios, Noé Le respetaba. Se ha dicho de Noé que, «con su luminosa fe en Dios, puso al descubierto el sombrío escepticismo del mundo.» En un tiempo cuando la gente pasaba de Dios, Noé Le honraba y Le consideraba la suprema Realidad del mundo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Gén 6:13-22; Gén 7:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

r 511 Gén 6:8

s 512 Gén 6:13

t 513 Gén 6:14

u 514 Gén 6:22

v 515 Rom 1:17; Rom 3:22; Gál 5:5; Flp 3:9; 2Pe 2:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

heredero de la justicia que es según la fe. Esta frase expresa lo que el apóstol Pablo afirma en Ro 4:13, Gá 2:16– 21 y Fil 3:9; es decir, que el creyente es justificado sólo por la fe. La fe enfoca en Cristo y elimina toda confianza en uno mismo para justificarse ante Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

Noé. Su temor fue respeto reverencial a Dios, o su piedad (Gén 6:13-22).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Noé…Gén 6:13-22; Se inserta la para suplir elipsis del original.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., siendo reverente

I.e., la fe

Fuente: La Biblia de las Américas

Ei NTG no registra artículo definido.

11.7 g Gén_6:13-22.

11.7 El NTG registra fe tres veces en este v.

Fuente: La Biblia Textual III Edición