Comentario de Hebreos 12:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Mirad que no rechacéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que en la tierra rechazaron al que advertía, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos del que advierte desde los cielos.

12:25 — «Mirad que no desechéis al que habla». Así comienza esta epístola: «Dios, habiendo hablado». ¡Dios se había dirigido a los hermanos hebreos en el evangelio, tanto como lo hizo a los israelitas en el Monte Sinaí! Serias son las consecuencias de desechar lo que Dios ha dicho. Compárese 10:28,29, comentarios.

— «Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra». Véase 2:2,3, comentarios. Un ejemplo de esto se halla en Éxo 32:1-35.

— «amonestaba». Véase 8:5, comentarios sobre «se le advirtió». Dios advertía, o amonestaba, a aquéllos en el Monte Sinaí por medio de ángeles (Hch 7:39; Hch 7:53).

El mensaje del evangelio es la advertencia y amonestación de Dios ahora desde el cielo. Habló por ángeles en esa ocasión, y ahora (en la dispensación del evangelio) ha hablado por su Hijo.

— «mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos». Dios ha dado una revelación divina desde el cielo por medio de su Hijo (1:1,2) y por el ministerio del Espíritu Santo enviado a los apóstoles. Desechar a Dios y a su mensaje, para volver a la observancia de la Ley de Moisés, sería una gran tragedia.

Dios habló «en la tierra» (en el Monte Sinaí por medio de ángeles), y el efecto llenó de espanto a todos. Pero ahora ha hablado (en el evangelio y por su Hijo) «desde los cielos», indicándose así por este contraste la importancia de prestar atención en lugar de desechar al que habla, que es Dios mismo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mirad que. Heb 8:5; Éxo 16:29; 1Re 12:16; Isa 48:6; Isa 64:9; Mat 8:4; 1Ts 5:15; 1Pe 1:22; Apo 19:10; Apo 22:9.

no desechéis. Pro 1:24; Pro 8:33; Pro 13:18; Pro 15:32; Jer 11:10; Eze 5:6; Zac 7:11; Mat 17:5; Hch 7:35.

porque si no escaparon aquellos. Heb 2:1-3; Heb 3:17; Heb 10:28, Heb 10:29.

si desecháremos al que habla. Núm 32:15; Deu 30:17; Jos 22:16; 2Cr 7:19; Pro 1:32; 2Ti 4:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

al que amonesta desde los cielos, es decir, Cristo, quien habló en la tierra y ahora está en los cielos.

mucho menos: Una mayor revelación quiere decir una mayor responsabilidad (Heb 2:1-4). Si los israelitas fueron juzgados por no creer en las promesas de Dios (Núm 14:20-25), nosotros también seremos juzgados por la incredulidad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

desechéis. Vea la nota sobre el v.Heb 12:19, donde la misma palabra describe la conducta de los israelitas en el Monte Sinaí. mucho menos. Las consecuencias para los apóstatas son terribles. El juicio a que serán sometidos y el terror que sentirán serán mucho mayores que todo lo experimentado en el Monte Sinaí.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:25 — «Mirad que no desechéis al que habla». Así comienza esta epístola: «Dios, habiendo hablado». ¡Dios se había dirigido a los hermanos hebreos en el evangelio, tanto como lo hizo a los israelitas en el Monte Sinaí! Serias son las consecuencias de desechar lo que Dios ha dicho. Compárese 10:28,29, comentarios.
–«Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra». Véase 2:2,3, comentarios. Un ejemplo de esto se halla en Éxo 32:1-35.
–«amonestaba». Véase 8:5, comentarios sobre «se le advirtió». Dios advertía, o amonestaba, a aquéllos en el Monte Sinaí por medio de ángeles (Hch 7:39; Hch 7:53).
El mensaje del evangelio es la advertencia y amonestación de Dios ahora desde el cielo. Habló por ángeles en esa ocasión, y ahora (en la dispensación del evangelio) ha hablado por su Hijo.
–«mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos». Dios ha dado una revelación divina desde el cielo por medio de su Hijo (1:1,2) y por el ministerio del Espíritu Santo enviado a los apóstoles. Desechar a Dios y a su mensaje, para volver a la observancia de la Ley de Moisés, sería una gran tragedia.
Dios habló «en la tierra» (en el Monte Sinaí por medio de ángeles), y el efecto llenó de espanto a todos. Pero ahora ha hablado (en el evangelio y por su Hijo) «desde los cielos», indicándose así por este contraste la importancia de prestar atención en lugar de desechar al que habla, que es Dios mismo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA OBLIGACIÓN SUPREMA

Hebreos 12:25-29

Cuidaos mucho de resistiros a escuchar Su voz; porque, si los que se resistieron a escuchar al que traía los oráculos de Dios a la Tierra no escaparon impunes, con mucha más razón no escaparemos nosotros si prestamos oídos sordos al Que nos habla desde el Cielo. En aquella ocasión Su voz sacudió la Tierra; pero ahora, la palabra de la promesa dice: «Aún una vez gis, y sacudiré no sólo la Tierra, sino también el Cielo.» La frase «aún una vez más, etc.» se refiere a la mutación de las cosas que se pueden sacudir, porque no son más que cosas creadas, para que queden las que son inconmovibles. Por tanto, démosle gracias a Dios porque hemos recibido un Reino que no se puede hacer vacilar, un Reino en el que debemos adorar a Dios de una manera que Le sea aceptable, con reverencia y con temor; porque nuestro Dios es también fuego devorador.

Aquí el autor empieza con un contraste que es también una advertencia. Moisés trajo a la Tierra los oráculos de Dios. La palabra que usa (jrématizein) implica que Moisés fue sólo el que transmitió aquellos oráculos, el instrumento que Dios usó para hablar; pero, a pesar de todo, el que quebrantaba aquellos mandamientos no escapaba al castigo. Por otra parte, está Jesús. La palabra que se usa en relación con Él (lalein) implica una comunicación directa de Dios. Jesús no era simplemente un transmisor de la voz de Dios, sino la misma voz de Dios. Siendo así, ¡con cuánta más razón recibirá castigo el que se niega a obedecerle! Si una persona merecía la condenación por no prestar atención al mensaje incompleto de la Ley, ¡cuánto más la merecerá el que no presta atención al perfecto mensaje del Evangelio! Como el Evangelio es la plena Revelación de Dios, el que lo oye tiene una doble y seria responsabilidad; y su condenación será tanto mayor si lo rechaza.

Hebreos sigue desarrollando otro pensamiento. Cuando se promulgó la Ley, la Tierra fue conmovida. «Todo el Monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera» (Ex 19:18 ). «¡Tiembla, Tierra, en la presencia del Señor!» (Sal 114:7 ). «La Tierra tembló, y los cielos derramaron lluvia ante la presencia del Señor» (Sal 68:8 ). «La voz de tu trueno estaba en el torbellino; tus relámpagos iluminaron el mundo; se estremeció y tembló la Tierra» (Sal 77:18 ).

El autor de Hebreos encuentra otra referencia a un temblor de tierra en HAgeo 2:6. Allí, la traducción griega del Antiguo Testamento dice: «Una vez más, dentro de algún tiempo -el texto hebreo dice «muy pronto»-, sacudiré los cielos y la Tierra y el mar y la tierra seca.» El autor de Hebreos lo toma como un anuncio del día en que esta Tierra pasará y empezará la nueva era. Ese día se destruirá todo lo mutable; lo único que quedará serán las cosas inmutables, entre las que ocupa el primer lugar nuestra relación con Dios.

Todas las cosas pueden ser destruidas; el mundo, tal como lo conocemos, puede ser desarraigado; la vida, como la experimentamos, puede llegar a su fin; pero una cosa permanecerá eternamente: la relación que el cristiano tiene con Dios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

REFERENCIAS CRUZADAS

l 669 Heb 2:3

m 670 Éxo 20:19

n 671 Heb 1:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

al que habla. Es Dios el que les habla (cp. vers. 19).

al que les amonestó sobre la tierra. Dios les habló en Sinaí (Ex 19:11, 18).

aquel que nos amonesta desde el cielo. Cristo, mediador del nuevo pacto, que está a la diestra de Dios (1:3).

Fuente: La Biblia de las Américas

al que…Éxo 20:19.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R810 Παραιτήσησθε se usa como un verbo en voz media indirecta, y significa: apartar de ustedes mismos (es decir, rechazar).

B209 Μή con παραιτήσησθε se usa después de βλέπετε y en consecuencia se consideraría como un subjuntivo prohibitivo. [Editor. Cuando μή y un verbo en subjuntivo siguen al imperativo βλέπετε, denota el contenido de ese imperativo (comp. Luc 21:8; Hch 13:40; 1Co 8:9; 1Co 10:12 y G?l 5:15). Así que, en esencia, tiene un sentido prohibitivo: miren que no rechacen.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., no escapaban

O, advirtió

Lit., más

O, advierte

Fuente: La Biblia de las Américas

g Éxo_20:19.

Fuente: La Biblia Textual III Edición