Comentario de Hebreos 3:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros un corazón malo de incredulidad que os aparte del Dios vivo.
3:12 — Dios sacó de la esclavitud de Egipto a los judíos, les dio órdenes de entrar en la tierra de promesa y poseerla, pero por su incredulidad (desobediencia) cayeron muertos en el desierto. Ahora, a los cristianos hebreos, dice el autor que ellos marchaban en este Desierto (la vida de prueba en la iglesia) rumbo a la Tierra prometida (el reposo en el cielo). Aquellos judíos tenían corazones vagantes (v. 10), y si nosotros tenemos uno malo de incredulidad, nos apartaremos del Dios vivo. Aquellos propusieron apartarse de Dios (Núm 14:4), porque rechazar los mandamientos de Dios equivale a apartarse de él y siempre termina por proponer substitutos, que es desobediencia Los cristianos hebreos, tentados a volver al judaísmo, se apartarían de Dios si dejarían la suficiencia en Cristo Jesús y en el evangelio de él. La fe en Jesucristo es esencial para que crea la persona en Dios el Padre (Jua 5:17-18; Jua 5:22-23; Jua 17:3). Volver al judaísmo los cristianos hebreos equivaldría a un rechazamiento de Jesucristo, y esto significaría apartarse del Dios vivo, porque sería un acto de incredulidad (falta de fe).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mirad, hermanos. Heb 2:1-3; Heb 12:15; Mat 24:4; Mar 13:9, Mar 13:23, Mar 13:33; Luc 21:8; Rom 11:21; 1Co 10:12.
corazón malo de incredulidad. Heb 3:10; Gén 8:21; Jer 2:13; Jer 3:17; Jer 7:24; Jer 11:8; Jer 16:12; Jer 17:9; Jer 18:12; Mar 7:21-23.
para apartarse. Heb 10:38; Heb 12:25; Job 21:14; Job 22:17; Sal 18:21; Pro 1:32; Isa 59:13; Jer 17:5; Ose 1:2.
del Dios vivo. 1Ts 1:9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Definitivamente el autor habla de los creyentes genuinos. Se dirige a ellos como hermanos (Gr. adelfós; cf. con «hermanos santos» en el v. Heb 3:1) que es el trato normal en todo el libro. En ninguna parte hay la más leve sugerencia de que se trate de simples profesantes comparados con los genuinos cristianos como se cree generalmente.
corazón malo de incredulidad: Esto se refiere a un grave problema espiritual del corazón. Un corazón incrédulo es malo porque la incredulidad es mala.
apartarse (Gr. aphistêmi): Esta palabra conlleva la idea de «mantenerse a distancia».
del Dios vivo: Los creyentes incrédulos, aquellos que rehúsan escuchar y que le dan la espalda a Dios, acumulan graves pérdidas. Evidentemente, esto describe la recaída del cristianismo en el judaísmo. Jesús es Dios. Apartarse de Él es apartarse del Dios vivo. Esto contrasta con el «retenemos firme» del v. Heb 3:6.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PARA APARTARSE DEL DIOS VIVO. A intervalos regulares a través de esta carta, el autor advierte a sus lectores sobre el peligro de apartarse de la fe. Para información adicional sobre este tema, véase el ARTÍCULO APOSTASÍA PERSONAL, P. 1774. [Heb 3:12].
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
Apostasía personal
Heb 3:12
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.
La apostasía (gr. apostasía) aparece dos veces en el NT como sustantivo (Hch 21:21; 2Ts 2:3) y aquí en Heb 3:12 como verbo (gr. afistemi, traducido «apartarse»). El vocablo griego se define como deserción, rebelión, abandono, retirada o separación de aquello a lo que se ha acercado antes.
(1) Apostatar significa cortar la relación salvadora de uno con Cristo o apartarse de la unión vital con El y la verdadera fe en Él (véase el ARTÍCULO LA FE Y LA GRACIA, P. 1582. [Rom 5:21]). Así que la apostasía personal es posible sólo para los que primero han tenido la experiencia de salvación, regeneración y renovación por medio del Espíritu Santo (cf. Luc 8:13; Heb 6:4-5); no es la simple negación de parte de los inconversos de la doctrina del NT que observan en la iglesia visible. La apostasía puede abarcar dos aspectos separados pero relacionados:
(a) la apostasía teológica, es decir, el rechazo de todas o algunas de las enseñanzas originales de Cristo y de los apóstoles (1Ti 4:1; 2Ti 4:3), y
(b) la apostasía moral, es decir, el antiguo creyente deja de permanecer en Cristo y vuelve a hacerse esclavo del pecado y de la inmoralidad (Isa 29:13; Mat 23:25-28; Rom 6:15-23; Rom 8:6-13).
(2) La Biblia imparte advertencias apremiantes sobre la apostasía, destinadas a alertar sobre el peligro mortal de abandonar la unión con Cristo y a motivar la perseverancia en la fe y la obediencia. El propósito divino de esos pasajes de advertencia no se debe debilitar con la opinión: «Son ciertas las advertencias, pero no la posibilidad de la apostasía propiamente dicha.» Más bien hay que considerar esas advertencias como referencias a la realidad del período de prueba, y con alarma si se quiere obtener la salvación final. Algunos de los muchos pasajes de advertencia del NT son: Mat 24:4-5; Mat 24:11-13; Jua 15:1; Jua 15:6; Hch 11:21-23; Hch 14:21-22; 1Co 15:1-2; Col 1:21-23; 1Ti 4:1; 1Ti 4:16; 1Ti 6:10-12; 2Ti 4:2-5; Heb 2:1-3; Heb 3:6-8; Heb 3:12-14; Heb 6:4-6; Stg 5:19-20; 2Pe 1:8-11; 1Jn 2:23-25.
(3) Ejemplos de apostasía se pueden encontrar en Éxo 32:1-35; 2Re 17:7-23; Sal 106:1-48; Isa 1:2-4; Jer 2:1-9; Hch 1:25; Gál 5:4; 1Ti 1:18-20; 2Pe 2:1; 2Pe 2:15; 2Pe 2:20-22; Jud 1:4; Jud 1:11-13; véase el ARTÍCULO LA ÉPOCA DEL ANTICRISTO, P. 1732. [2Ts 2:3-4], para comentarios sobre la apostasía predicha que ocurrirá dentro de la iglesia profesante en los últimos días de esta época.
(4) Los pasos que conducen a la apostasía son:
(a) Los creyentes, por la incredulidad, dejan de tomar muy en serio las verdades, las amonestaciones, las advertencias, las promesas y las enseñanzas de la Palabra de Dios (Mar 1:15; Luc 8:13; Jua 5:44; Jua 5:47; Jua 8:46).
(b) Cuando las realidades del mundo llegan a ser mayores que las realidades del reino celestial de Dios, los creyentes poco a poco dejan de acercarse a Dios por medio de Cristo (Heb 4:16; Heb 7:19; Heb 7:25; Heb 11:6).
(c) Mediante el engaño del pecado, se vuelven cada vez más tolerantes del pecado en su vida (1Co 6:9-10; Efe 5:5; Heb 3:13). Ya no aman la justicia ni odian la maldad (véase Heb 1:9, nota).
(d) Por la dureza del corazón (Heb 3:8; Heb 3:13) y el rechazo del plan de Dios (Heb 3:10), no hacen caso de la advertencia continua y la reprensión del Espíritu Santo (Efe 4:30; 1Ts 5:19-22).
(e) Se entristece al Espíritu Santo (Efe 4:30; cf. Heb 3:7-8), se apaga su fuego (1Ts 5:19) y se viola su templo (1Co 3:16), de modo que Él termina por apartarse de los antiguos creyentes (Jue 16:20; Sal 51:11; Rom 8:13; 1Co 3:16-17; Heb 3:14).
(5) Si la apostasía sigue sin freno su curso, las personas pueden finalmente llegar a un punto en que no es posible volver a comenzar,
(a) Los que una vez tuvieron una experiencia de salvación con Cristo pero deliberada y continuamente endurecen el corazón a la voz del Espíritu (Heb 3:7-19), siguen pecando intencionalmente (Heb 10:26) y se niegan a arrepentirse y a volver a Dios pudieran llegar a un punto sin retomo donde ya no son posibles el arrepentimiento y la salvación (Heb 6:4-6; cf. Deu 29:18-21, nota; 1Sa 2:25, nota; Pro 29:1, nota). Tiene un límite la paciencia de Dios (véanse 1Sa 3:11-14; Mat 12:31-32; 2Ts 2:9-11; Heb 10:26-29; Heb 10:31; 1Jn 5:16).
(b) No puede determinarse por adelantado ese punto sin retomo. Por lo tanto, la única salvaguarda contra el peligro de la apostasía extrema se encuentra en la amonestación: «Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones» (Heb 3:7-8; Heb 3:15; Heb 4:7).
(6) Debe subrayarse que, aunque la apostasía es un peligro para todos los que se desvían de la fe (Heb 2:1-3) y se apartan de Dios (Heb 6:6), no se completa sin el pecar intencional y constante contra la voz del Espíritu Santo (véase Mat 12:31, nota sobre el pecado contra el Espíritu Santo).
(7) Los que por la incredulidad del corazón se apartan de Dios (Heb 3:12) pudieran pensar que son salvos, pero su indiferencia a las exigencias de Cristo y del Espíritu y a las advertencias de las Escrituras indican lo contrario. Debido a esa posibilidad de engañarse a sí mismos, Pablo exhorta a todos los que dicen ser salvos: «Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos» (2Co 13:5, nota).
(8) Los que de veras se preocupan por su estado espiritual, y tienen en el corazón el deseo de volver a Dios en arrepentimiento, tienen una prueba segura de que no han cometido la apostasía imperdonable. Las Escrituras afirman con claridad que Dios no quiere que nadie perezca (2Pe 3:9; cf. Isa 1:18-19; Isa 55:6-7) y declara que Dios recibirá a todos los que una vez estuvieron bajo la gracia salvadora si se arrepienten y vuelven a Él (compárense Gál 5:4 con Gál 4:19; 1Co 5:1-5 con 2Co 2:5-11; véanse Luc 15:11-24; Rom 11:20-23; Stg 5:19-20; Apo 3:14-20; obsérvese el ejemplo de Pedro, Mat 16:16; Mat 26:74-75; Jua 21:15-22).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
hermanos. Esta admonición va dirigida a los que tienen latentes las mismas características de la generación que pereció en el desierto sin poder ver jamás la Tierra Prometida. Se trataba de judíos incrédulos que se contaban entre la compañía de «hermanos santos» (v. Heb 3:1). Fueron amonestados a creer y ser salvos antes que fuera demasiado tarde. Vea la Introducción: Retos de interpretación. corazón malo. Todos los hombres nacen con esa clase de corazón (Jer 17:9). En el caso de estos hebreos, esa maldad se manifestó en incredulidad hacia el evangelio que los llevaba en la dirección opuesta y los alejaba por completo de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:12 — Dios sacó de la esclavitud de Egipto a los judíos, les dio órdenes de entrar en la tierra de promesa y poseerla, pero por su incredulidad (desobediencia) cayeron muertos en el desierto. Ahora, a los cristianos hebreos, dice el autor que ellos marchaban en este Desierto (la vida de prueba en la iglesia) rumbo a la Tierra prometida (el reposo en el cielo). Aquellos judíos tenían corazones vagantes (v. 10), y si nosotros tenemos uno malo de incredulidad, nos apartaremos del Dios vivo. Aquellos propusieron apartarse de Dios (Núm 14:4), porque rechazar los mandamientos de Dios equivale a apartarse de él y siempre termina por proponer substitutos, que es desobediencia
Los cristianos hebreos, tentados a volver al judaísmo, se apartarían de Dios si dejarían la suficiencia en Cristo Jesús y en el evangelio de él. La fe en Jesucristo es esencial para que crea la persona en Dios el Padre (Jua 5:17-18; Jua 5:22-23; Jua 17:3). Volver al judaísmo los cristianos hebreos equivaldría a un rechazamiento de Jesucristo, y esto significaría apartarse del Dios vivo, porque sería un acto de incredulidad (falta de fe).
Como la fe indica obediencia, la incredulidad indica desobediencia (versículo 15), «endurezcáis», también el versículo 18, «desobedecieron», y aun el 19, «incredulidad»).
Fuente: Notas Reeves-Partain
NOTAS
(1) “Falto de fe.” Lit.: “de descreencia”. Gr.: a·pi·stí·as.
(2) Lit.: “pararse aparte”. Gr.: a·po·sté·nai.
REFERENCIAS CRUZADAS
z 109 Heb 2:1; Heb 12:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
para apartarse. La palabra apartarse es la palabra griega apóstenai de donde proviene la palabra en español « apostasía.» Cuando los Israelitas murmuraron contra Moisés en Cades-barnea estaban rebelándose contra Dios; si los hebreos cristianos dejan a Jesucristo, su sumo sacerdote, y regresan al judaísmo, estarán manifestando una apostasía similar.
Fuente: La Biblia de las Américas
12 super (1) O, alejarse, desertar, irse, mantenerse apartado.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
M114 La frase ἀπὸ θεοῦ ζῶντος es mucho más común en la forma que no tiene artículo que en la que lo tiene, y la construcción que no tiene artículo siempre fija la atención en el carácter como algo que se distingue en la persona de Dios.
T146 Ἐν τῷ con el infinitivo es explicativo. El significado resultante es: el perverso corazón infiel de un desertor (comp. en la forma de una [consumada] apostasía -BD404 [3]).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, apostatar