Comentario de Hebreos 7:26 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos.
7:26 — «Porque tal sumo sacerdote nos convenía». Véase 4:15. Nos conviene tener un sumo sacerdote como lo es Jesucristo para satisfacer nuestras necesidades para la salvación eterna. (2:10 habla de lo que conviene a Dios; este versículo de lo que a nosotros, los pecadores). No conviene un sacerdote mortal y pecador (como lo eran los levíticos), sino uno que vive para siempre y que puede ofrecer el sacrificio necesario, que es una vida perfecta. En el carácter personal de Cristo y en su obra redentora, el pobre pecador halla lo que le conviene. — «santo, inocente, sin mancha». («inmaculado», versión Moderna; «incontaminado», versión Hispanoamericana). Véase 1Pe 1:19. Compárese lo de este versículo 26 con el sacerdote levítico que tenía que bañarse (para limpieza ceremonial) y ponerse las santas vestiduras (Lev 16:4).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
tal sumo sacerdote. Heb 7:11; Heb 8:1; Heb 9:23-26; Heb 10:11-22.
nos convenía. Heb 2:10; Luc 24:26, Luc 24:46.
santo. Heb 4:15; Heb 9:14; Éxo 28:36; Isa 53:9; Luc 1:35; Luc 23:22, Luc 23:41, Luc 23:47; Jua 8:29; Jua 14:30; Hch 3:14; Hch 4:27; 2Co 5:21; 1Pe 1:19; 1Pe 2:22; 1Jn 2:2; 1Jn 3:5; Apo 3:7.
hecho más sublime. Heb 1:3; Heb 4:14; Heb 8:1; Heb 12:2; Sal 68:18; Mat 27:18; Mar 16:19; Efe 1:20-22; Efe 4:8-10; Flp 2:9-11; 1Pe 3:22; Apo 1:17, Apo 1:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El autor termina el capítulo con un resumen de por qué el sacerdocio de Jesús es superior a cualquier otro.
más sublime que los cielos significa que Cristo es exaltado sobre todo y se sienta en gloria a la diestra del Padre (Heb 1:3; Heb 2:9; Heb 4:14).
cada día, como aquellos sumos sacerdotes: El sumo sacerdote ofrecía un sacrificio anual en el día de la expiación por los pecados del pueblo (Heb 9:7; Heb 10:1), pero los sacerdotes también ofrecían sacrificios todos los días delante de Jehová (Éxo 29:36). En contraste, Jesús se ofreció él mismo una vez, sacrificio perfecto, sin pecado, por los pecados de todos. Dado que es perfecto, Jesús no tuvo que ofrecer sacrificios por sus pecados. La naturaleza eterna y permanente del sacerdocio de Jesús, establecido por un juramento de Dios está en agudo contraste con la naturaleza temporal y débil del sacerdocio levítico.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
En su relación con Dios, Cristo es «santo» (piedad sin contaminación alguna; Mat 3:17; Mat 17:5; Mar 1:24; Luc 4:24; Hch 2:27; Hch 13:35). En su relación con el hombre, Él es «inocente» (sin malicia ni malignidad; Jua 8:46). En relación consigo mismo, Él es «sin mancha» (carente de cualquier contaminación; 1Pe 1:19) y «apartado de los pecadores» (Él no tenía una naturaleza pecaminosa que pudiera ser fuente de algún acto de pecado; cp. «sin pecado» en Heb 4:15). Vea las notas sobre 2Co 5:21. más sublime que los cielos. Vea las notas sobre Heb 3:1 ; Heb 4:14.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El carácter divino y santo de Cristo es una prueba más de la superioridad de su sacerdocio.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
7:26 — «Porque tal sumo sacerdote nos convenía». Véase 4:15. Nos conviene tener un sumo sacerdote como lo es Jesucristo para satisfacer nuestras necesidades para la salvación eterna. (2:10 habla de lo que conviene a Dios; este versículo de lo que a nosotros, los pecadores). No conviene un sacerdote mortal y pecador (como lo eran los levíticos), sino uno que vive para siempre y que puede ofrecer el sacrificio necesario, que es una vida perfecta. En el carácter personal de Cristo y en su obra redentora, el pobre pecador halla lo que le conviene.
–«santo, inocente, sin mancha». («inmaculado», versión Moderna; «incontaminado», versión Hispanoamericana). Véase 1Pe 1:19. Compárese lo de este versículo 26 con el sacerdote levítico que tenía que bañarse (para limpieza ceremonial) y ponerse las santas vestiduras (Lev 16:4).
–«apartado de los pecadores», no sencillamente en que durante su vida en la tierra no participaba en los hechos malos de pecadores, sino más bien en el hecho de que ascendió a los cielos, bien lejos de la habitación y de la oposición de hombres pecadores. El verbo «apartado» indica aquí una acción, más bien que una condición. Compárese 1:3; 2:9; 4:14.
–«y hecho más sublime que los cielos». Se expresa así el grado de su exaltación. Tiene Cristo supremacía absoluta sobre todo el universo. Véanse Efe 1:22-23; Efe 4:10; 1Pe 3:22.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL SUMO SACERDOTE QUE NECESITÁBAMOS
Hebreos 7:26-28
¡Ese era el Sumo Sacerdote que necesitábamos! Uno que es santo, que jamás ha hecho daño a nadie, que es sin mancha, distinto de los pecadores y que está por encima del mismo Cielo. AL contrario de lo que pasaba con los otros sumos sacerdotes, Él no tiene por qué ofrecer sacrificio todos los días en primer lugar por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre cuando Se ofreció en Sacrificio a Sí mismo. Porque la Ley nombraba sumos sacerdotes a hombres sujetos a debilidades; pero la palabra del juramento que ha venido después de la Ley ha nombrado a Uno que es Hijo y que está totalmente capacitado para ejercer su ministerio para siempre.
El autor de Hebreos continúa desarrollando el pensamiento de Jesús como Sumo Sacerdote. Empieza este pasaje usando una serie de grandes palabras y frases para describirle.
(i) Dice que Jesús es santo (hosios). Esta palabra se aplica a Jesús en Hch 2:27 y 13:35; se usa del Señor en Apocalipsis 15:4 y 16:5; del obispo cristiano en Tit 1:8 ; de las manos que el hombre debe presentar a Dios en oración en 1 Timoteo 2:8 . Esta palabra encierra una idea especial. Siempre describe a la persona que cumple fielmente su deber para con Dios. La describe, no tanto como les parece a sus semejantes, sino como es para Dios. Hosios contiene la más grande de todas las bondades, la que es pura a la vista de Dios.
(ii) Dice de Jesús que jamás ha hecho daño a nadie (ákakos, inocente fue quiere decir lo mismo- en R-V). Kakía es la palabra griega para maldad; por tanto, ákakos describe al que está tan libre de todo mal que no queda en él sino bondad. Describe a la persona en su comportamiento con sus semejantes. Sir Walter Scott pedía que se le reconociera que, como escritor, él no había corrompido la moralidad ni dañado la fe de nadie. El que es ákakos está tan limpio, que su presencia es como un antiséptico; y en su corazón no hay nada más que el amor misericordioso de Dios.
(iii) Dice que Jesús es sin mancha (amíantos). Amíantos describe a aquella persona que está totalmente libre de toda clase de defectos que pudieran impedirle acercarse a Dios. Una víctima que tuviera algún defecto ya no podía ofrecérsele a Dios; el hombre contaminado no podía acercarse a Él; sin embargo el que es amíantos está capacitado para entrar en Su presencia.
(iv) Dice que Jesús es distinto de los pecadores. Esto no quiere decir que Jesús no fuera realmente un hombre. Era distinto de los pecadores porque, aunque sufrió todas las tentaciones de un hombre, las venció a todas y se mantuvo sin pecado. La diferencia entre Él y cualquier hombre radica, no en que no fuera completamente humano, sino en que es el Único en el Que se encuentra perfecta la humanidad.
(v) Dice que Jesús está por encima del mismo Cielo. En esta frase expresa la exaltación de Jesús. Si la frase anterior presentaba la perfección de Su humanidad, ésta presenta la perfección de Su divinidad. El Que fue un hombre entre los hombres ha sido exaltado a la diestra de Dios, a la gloria que tuvo antes que el mundo fuese Jn 17:5 ).
El autor de Hebreos introduce ahora otro aspecto en el que el sacerdocio de Jesús es infinitamente superior al Levítico. Antes de ofrecer sacrificio por los pecados del pueblo, el sumo sacerdote tenía que ofrecerlo por sus propios pecados, porque él también era pecador.
El autor está pensando especialmente en el Día de la Expiación. Este era el gran día en que se hacía expiación por todos los pecados del pueblo, el día en que el sumo sacerdote cumplía su ministerio exclusivo. Por lo general era el único día en que era él el que ofrecía los sacrificios. Todos los demás días lo hacían los sacerdotes subordinados; pero el Día de la Expiación oficiaba el sumo sacerdote en persona.
El primer acto del ritual era el sacrificio por los pecados del sumo sacerdote. Se lavaba las manos y los pies; se quitaba la ropa lujosa, y se vestía de lino blanco purísimo. Entonces le traían el becerro que él mismo había comprado con su propio dinero. Ponía las dos manos en. la cabeza del becerro para transferirle sus pecados, y hacía la siguiente confesión: » Ah, Señor Dios, he cometido iniquidad; he cometido transgresión; he pecado, yo y mi casa. Oh Señor, Te suplico que cubras las iniquidades, transgresiones y pecados que he cometido, cometiendo transgresión y pecado delante de Ti, yo y mi casa.»
El más grande de todos los sacrificios Levíticos empezaba con el sacrificio de un becerro por los pecados del sumo sacerdote. Ese era un sacrificio que Jesús no tenía necesidad de hacer, porque Él no tenía pecado. El sumo sacerdote Levítico era un hombre pecador que ofrecía sacrificios de animales por el pueblo pecador; Jesús era el Hijo de Dios sin pecado, ofreciéndose a Sí mismo por el pecado de toda la humanidad. Era la Ley la que había nombrado al sumo sacerdote Levítico; pero fue el juramento de Dios lo que dio a Jesús Su ministerio; y por ser Él Quien era, el Hijo de Dios sin pecado, estaba dotado para su ministerio como nunca lo podía estar ningún sumo sacerdote Levítico.
Aquí hace el autor de Hebreos lo que ya ha hecho varias veces en esta carta: deja una señal para indicar la dirección que va a toMarcos Dice de Jesús que se ofreció a Sí mismo. En un sacrificio hacían falta dos: el sacerdote y la víctima. El autor de Hebreos ha demostrado mediante un largo y complicado argumento que Jesús es el Sumo Sacerdote perfecto; ahora va a pasar a otro pensamiento: que Jesús es también la ofrenda perfecta. Sólo Jesús podía abrir el camino que conduce hacia Dios, porque Él era el perfecto Sumo Sacerdote y ofreció el Sacrificio perfecto: el de Sí mismo.
Hay mucho en este argumento que nos resulta difícil de comprender. Se nos habla en términos de ritual y de ceremonias de hace mucho tiempo; pero hay algo eterno que permanece. El hombre busca la presencia de Dios; su pecado ha levantado una barrera entre él y Dios, pero está inquieto hasta que encuentre su descanso en Dios; y Jesús es el único Sacerdote que puede presentar la Ofrenda que abre de nuevo el camino para que los hombres vuelvan a Dios.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Heb 2:17; Heb 3:1; Heb 4:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
t 285 Heb 4:15
u 286 Isa 16:5; Heb 3:2
v 287 Zac 9:9
w 288 Isa 53:9; 1Pe 2:22
x 289 Jua 8:46
y 290 Efe 1:20; Heb 4:14; 1Pe 3:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
26 (1) Cristo, en Su ascensión, traspasó los cielos (4:14), así que ahora El no sólo está en el cielo (9:24), sino que también está por encima de los cielos, mucho más allá de todos los cielos ( Efe_4:10).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R1181 El primer καί en este versículo casi significa: precisamente (significa: también -BD442[12]). [Editor. Καί se usa como un adverbio. Cualquiera de las traducciones propuestas se pueden usar para expresar este concepto.]