Comentario de Hechos 12:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando se hizo de día, hubo un alboroto no pequeño entre los soldados sobre qué habría pasado con Pedro.
12:18-19 — Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. ¡Imagínese la sorpresa y el temor de los soldados! Sería difícil saber quiénes estaban más movidos, los hermanos o los soldados (pero por distintas razones). Mientras que los cristianos gozaban de un triunfo grande, los enemigos caían en una confusión horrible. La noche anterior estaban confiados sabiendo que no podían hacer más para evitar que Pedro escapara de la cárcel, pero ahora, ¿dónde está? Los guardias tenían que dar cuenta de su preso (compárese Hch 16:27; Hch 27:42). Herodes interrogó a los soldados. ¿Qué les preguntó? ¿si le abrieron la puerta a Pedro? ¿si le prestaron las llaves? La «interrogación» era simplemente una sentencia. ¡Qué lástima que el caso de estos guardias no fue como el del carcelero de Filipos! (Hch 16:30-34). Herodes tendría que reconocer que se hizo un milagro o, de otro modo, tendría que matar a los soldados, porque los soldados que dejaban escapar a los presos tenían que pagar con sus propias vidas. Escogió esta última opción en lugar de admitir que Dios había hecho un milagro. Obsérvese bien otra vez que los milagros no siempre convencen a la gente (recuérdense Jua 12:10-11 y Mat 28:11-15). Hay muchos hombres que rehúsan creer porque no aman la verdad (2Ts 2:10-12). Es imposible ayudar a los tales.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
hubo no poco alboroto. Hch 5:22-25; Hch 16:27; Hch 19:23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados. Uno puede imaginarse la consternación de los dos soldados que estaban al lado de Pedro, encadenados ahora a nadie; de los soldados que hacían guardia afuera de la celda, ahora sin nadie a quien guardar; y de los soldados que protegían las dos primeras alas que llevaban a la salida de la prisión. Nadie tenía una explicación de lo que ocurrió con el prisionero. Cuando Herodes lo mandó a buscar y se le dijo que no se le halló, interrogó a los guardias y ordenó llevarlos a la muerte. La pena por perder a un prisionero en el mundo romano era muy severa, y esos soldados se tomaron muy en serio la responsabilidad de mantenerlo seguro. Pero ahora, ya nada se podía hacer; el recluso ya no estaba. Debido a este hecho, Herodes Agripa se marchó de Jerusalén y se instaló en Cesarea, la otra capital. Pese a que estos versículos no hacen avances en la narrativa, ofrecen una antesala sobre la muerte de Herodes Agripa I. Lucas siempre se interesa en mantener la perspectiva histórica en el libro de los Hechos, de allí que incluyera estos versículos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
12:18-19 — Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. ¡Imagínese la sorpresa y el temor de los soldados! Sería difícil saber quiénes estaban más movidos, los hermanos o los soldados (pero por distintas razones). Mientras que los cristianos gozaban de un triunfo grande, los enemigos caían en una confusión horrible. La noche anterior estaban confiados sabiendo que no podían hacer más para evitar que Pedro escapara de la cárcel, pero ahora, ¿dónde está? Los guardias tenían que dar cuenta de su preso (compárese Hch 16:27; Hch 27:42). Herodes interrogó a los soldados. ¿Qué les preguntó? ¿si le abrieron la puerta a Pedro? ¿si le prestaron las llaves? La «interrogación» era simplemente una sentencia. ¡Qué lástima que el caso de estos guardias no fue como el del carcelero de Filipos! (Hch 16:30-34).
Herodes tendría que reconocer que se hizo un milagro o, de otro modo, tendría que matar a los soldados, porque los soldados que dejaban escapar a los presos tenían que pagar con sus propias vidas. Escogió esta última opción en lugar de admitir que Dios había hecho un milagro. Obsérvese bien otra vez que los milagros no siempre convencen a la gente (recuérdense Jua 12:10-11 y Mat 28:11-15). Hay muchos hombres que rehúsan creer porque no aman la verdad (2Ts 2:10-12). Es imposible ayudar a los tales.
Sin embargo, no hay nada que indique que Herodes buscara a Pedro. Compárese lo que pasa hoy en día cuando algún preso escapa de la cárcel. Compárese Hch 5:25-26; Hch 5:40-42.
¿Qué pasó con «todo lo que el pueblo de los judíos esperaban»? Ver. 11.
— Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí. — ¿Salió Herodes de Judea mortificado por el escape de Pedro?
Fuente: Notas Reeves-Partain
Hch 5:22-24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
u 644 Hch 5:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Se inserta preguntaban para suplir elipsis del original.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
M35 Τί se usa con sentido predictive: que había sido de Pedro.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., qué, por tanto,
Fuente: La Biblia de las Américas
rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; . preguntaban.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
† Literalmente, “una gran confusión”.