Comentario de Hechos 17:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía dentro de él al ver que la ciudad estaba entregada a la idolatría.

17:16 — Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría (llena de ídolos, LBLA). — Al ver tantos ídolos Pablo no era como un turista que pensaba en su valor artístico, sino que la gran mentira de ellos le causó indignación. La palabra «enardecer» significa irritar o provocar; dice el margen de la LBLA, indignaba. Aparece en 1Co 13:5, «no se irrita». Esta palabra se usa en 15:39 para describir el «desacuerdo» entre Pablo y Bernabé («desavenencia», VHA). La idolatría de Atenas le molestaba y le irritaba. En lugar de ser indiferente hacia la superstición e ignorancia de esa gente le deprimía. Todo cristiano debe compartir la actitud de Pablo porque el mundo todavía está lleno de varias clases de ídolos (1Jn 5:21; Col 3:5, etc.)

«Pausanias dice que Atenas tenía más imágenes que todo el resto de Grecia. Plinio dice que en la época de Nerón Atenas tenía más de 30.000 estatuas públicas, además de una cantidad incalculable en las casas. Petronio se burla de que era más fácil en Atenas encontrar a un dios que a un hombre» (ATR).

Ahora Pablo tiene otra clase de desafío: ha peleado contra el prejuicio que fanatizaba a los judíos y contra los griegos agitados por los judíos, pero en Atenas la oposición es diferente, pues empieza la batalla contra la filosofía griega. 1Co 1:18-21 fue escrito acerca de los tales.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Alrededor del año 54 d.C.,.

su espíritu se enardecía. Éxo 32:19, Éxo 32:20; Núm 25:6-11; 1Re 19:10, 1Re 19:14; Job 32:2, Job 32:3, Job 32:18-20; Sal 69:9; Sal 119:136, Sal 119:158; Jer 20:9; Miq 3:8; Mar 3:5; Jua 2:13; 2Pe 2:7.

entregada a la idolatría, o llena de ídolos. Hch 17:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo se molestó enormemente al ver un gran número de templos paganos en Atenas. En sus cartas a los corintios, Pablo explicó la razón de su indignación (1Co 10:20). Las ofrendas del pueblo eran para los demonios. Con esto, los gentiles estarían en compañía de estas fuerzas de la oscuridad. Para Pablo era una preocupación que este pueblo estuviera tan engañado por los demonios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SE ENARDECÍA. Al observar la idolatría y la corrupción moral, Pablo se indignó y se apesadumbró (véase Heb 1:9, nota); su espíritu se agitó a causa de las personas que estaban perdidas y necesitaban la salvación. Pablo tuvo la misma actitud que demostró Jesús hacia el pecado y su obra destructiva (véase Jua 11:33, nota). Una actitud de ira santa hacia el pecado y la inmoralidad debe caracterizar a todo el que tiene el espíritu de Cristo. Por la causa de Cristo y la salvación del perdido, el espíritu del creyente debe rebelarse contra el pecado denunciado en las Escrituras, el cual ofende a Dios y destruye a la humanidad (cf. 1Co 6:17).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

entregada a la idolatría. Atenas también era el centro religioso de Grecia, y allí se podía rendir culto casi a todas las deidades conocidas por el hombre. Pablo vio Atenas como una ciudad que representaba a la humanidad perdida, y percibió que todos sus habitantes estaban condenados a una eternidad sin Cristo debido al influjo de la idolatría pagana.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

17:16 — Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría (llena de ídolos, LBLA). — Al ver tantos ídolos Pablo no era como un turista que pensaba en su valor artístico, sino que la gran mentira de ellos le causó indignación. La palabra «enardecer» significa irritar o provocar; dice el margen de la LBLA, indignaba. Aparece en 1Co 13:5, «no se irrita». Esta palabra se usa en 15:39 para describir el «desacuerdo» entre Pablo y Bernabé («desavenencia», VHA). La idolatría de Atenas le molestaba y le irritaba. En lugar de ser indiferente hacia la superstición e ignorancia de esa gente le deprimía. Todo cristiano debe compartir la actitud de Pablo porque el mundo todavía está lleno de varias clases de ídolos (1Jn 5:21; Col 3:5, etc.)
«Pausanias dice que Atenas tenía más imágenes que todo el resto de Grecia. Plinio dice que en la época de Nerón Atenas tenía más de 30.000 estatuas públicas, además de una cantidad incalculable en las casas. Petronio se burla de que era más fácil en Atenas encontrar a un dios que a un hombre» (ATR).
Ahora Pablo tiene otra clase de desafío: ha peleado contra el prejuicio que fanatizaba a los judíos y contra los griegos agitados por los judíos, pero en Atenas la oposición es diferente, pues empieza la batalla contra la filosofía griega. 1Co 1:18-21 fue escrito acerca de los tales.

Fuente: Notas Reeves-Partain

SOLO EN ATENAS

Hechos 17:16-21

Mientras Pablo estaba esperando a Silas y Timoteo en Atenas, ardía de indignación al contemplar la ciudad en las garras de la idolatría. Estuvo discutiendo en la sinagoga con los judíos y con los gentiles que no habían llegado a hacerse judíos pero tomaban parte en el culto de la sinagoga; y todos los días se iba a la plaza de la ciudad a hablar con los que se encontraba. Entre ellos había unos filósofos epicúreos y estoicos que se decían:

-¿De qué estará hablando este palabrero ignorante?

-Parece que es un predicador de dioses extranjeros -contestaban otros, porque Pablo les predicaba el Evangelio de Jesús y de la Resurrección. El caso es que se le llevaron al Areópago y le preguntaron:

-¿Se puede saber en qué consiste esta doctrina nueva y peregrina de que hablas? Porque algunas de las cosas que dices nos parecen muy raras, y querríamos saber lo que quieren decir.
Y es que todos los de Atenas, tanto los nacidos allí como los venidos de fuera, se pasan la vida no haciendo más que escuchar o hablar de las últimas novedades.

Después de huir de Berea, Pablo se encontró solo en Atenas. Pero, solo o acompañado, Pablo nunca dejaba de predicar a Cristo. Atenas hacía tiempo que había dejado atrás su edad de oro, pero seguía siendo la más famosa ciudad universitaria del mundo, a la que acudían de todas partes los buscadores de la sabiduría. Era también una ciudad de muchos dioses. Se decía que había más imágenes de dioses en Atenas que en todo el resto de Grecia, y que en Atenas era más fácil encontrar a un dios que a un hombre. En su gran plaza la gente se reunía a hablar, que era lo único que se hacía en Atenas. Pablo no tendría dificultad en encontrar gente con quien hablar, y los filósofos pronto le descubrieron.
(i) Estaban los epicúreos. (a) Creían que todo sucede por azar. (b) Que todo acaba en la muerte. (c) Que los dioses vivían en otro mundo y no se preocupaban de este. (d) Que el fin principal del ser humano es el placer. Con esto no querían decir el placer animal o material, porque el placer supremo es el que no conlleva sufrimiento.

(ii) Y estaban los estoicos. (a) Creían que todo es dios; que dios es un espíritu de fuego, que ha perdido su identidad en la materia, pero que está en todas las cosas. Lo que daba la vida a los humanos era esa chispita del espíritu que moraba en ellos y que cuando morían volvía a Dios. (b) Creían que todo lo que sucede es la voluntad de Dios, y por tanto hay que aceptarlo sin resentimiento. (c) Que cada cierto tiempo el mundo se desintegraba en una conflagración y empezaba de nuevo otro ciclo de acontecimientos.

Llevaron a Pablo al Areópago -que quiere decir en griego «La Colina de Marte». Era el nombre de la colina y del tribunal selecto que se reunía en ella, compuesto por unos treinta miembros, que juzgaba los casos de homicidio y se ocupaba de las cuestiones de moralidad pública. Allí, en la ciudad más culta del mundo y ante el tribunal más exclusivo, Pablo tenía que exponer su fe. A otro le habría aterrado la perspectiva; pero Pablo no se avergonzaba nunca del Evangelio de Jesucristo. Para él, aquella era una nueva oportunidad que Dios le concedía de ser testigo de Cristo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Pablo en Atenas. Este episodio, especialmente el gran discurso en la colina de Marte (o el Areópago) a menudo se señala como un ejem plo brillante de estrategia misionera. Pablo, que usaba el AT tan notablemente en los discursos a los judíos (ver 13:16-41; 17:2), ahora citó poetas paganos para probar algunos de sus puntos (28). Por cierto, al gunos temen que pareciera que estaba argumentando que el Dios viviente era idéntico a alguno de los dioses que se adoraban en Atenas y a quienes se honraba con una estatua (23). Se ha argumentado que Lucas quiso mostrar que este intento de Pablo de usar estrategias y sabiduría mundanas fue un fracaso y que cambió su estilo en Corinto, la siguiente ciudad que visitó. Esto daría un énfasis muy especial a la decisión mencionada en 1 Cor. 2:2: “Me propuse no saber nada entre vosotros sino a Jesucristo, y a él crucificado.” Pero lejos de apoyar el paganismo, este discurso es realmente un ataque muy fuerte y muy judío contra la indolente complacencia de los atenienses. Pablo usó su conocimiento de Atenas y su cultura no para ponerse de acuerdo con ellos, sino para señalarles más claramente sus fracasos.

16, 17 Pablo rompió su esquema de ir primero a la sinagoga (9:20-25; 13:5, 14, 46; 14:1; 17:1, 2, 10; 18:4, 19; 19:8) porque su espíritu se enardecía … al ver que la ciudad estaba entregada a la idolatría. Por ello, siguió un curso paralelo: discutir en la sinagoga y en la plaza mayor (el lugar habitual de reunión para quienes gustaban discutir sobre asuntos como la filosofía, o escuchar los debates). 18 Y así fue como Pablo se encontró en una discusión con los epicúreos y estoicos. Estos tenían distintos enfoques prácticos de la vida. Los epicúreos enseñaban que se debe procurar la realización y eludir activamente la falta de placer. El papel de los dioses en la vida personal se veía como algo estrictamente marginal. Los estoicos pensaban que la realización se alcanzaba aceptando el curso de los he chos, inclusive el dolor y el sufrimiento. Estos debían ser soportados con tranquilidad, casi gratitud, dado que son parte de la naturaleza y son controlados por una necesidad divina impersonal o “des tino”. Ninguna de sus escuelas estaba ligada a los muchos dioses e ídolos, y el monoteísmo (aunque no el judaísmo puro) no habría sido considerado como imposible en teoría por alguna de esas filosofías.

Los debates en la plaza del mercado llevaron a más malentendidos que a iluminación. A lo sumo, Pablo fue considerado como un palabrero o más lit. como “alguien que colecciona retazos”, dado que deben haber encontrado ecos de fragmentos y piezas de sus sistemas en sus creencias. En el peor extremo, Pablo fue acusado de un delito serio: predicador de divinidades extranjeras (sin embargo, ver sobre v. 21). Este fue el mismo delito del cual había sido acusado el gran filósofo Sócrates, también en Atenas, unos 450 años antes y que lo llevó a la muerte. Los atenienses en la plaza de mer cado interpretaron mal el mensaje de Pablo en lo fundamental: pensaron que “Jesús” y “resurrección” se referían a dos dioses, quizá interpretando esos términos como “curación” y “restauración”. 19, 20 Le tomaron es una buena traducción del original, que tiene un atisbo de fuerza; la cortés forma de expresar la cuestión que sigue está relacionada con el hecho de que su aparición en aquella reunión no tenía el carácter de una invitación sino de un mandato. El Areópago es la forma griega de “Colina de Marte”. Es un topónimo en primer lugar, pero también la designación del concilio que se reunía allí. Probablemente Pablo no se presentó ante la reunión del concilio en sentido formal y oficial, dado que el público (incluyendo mujeres) parece haber estado presente (33, 34). 21 A pesar de lo serio de la acusación de predicar de dioses extranjeros (18), los atenienses estaban más interesados en ser informados sobre esa enseñanza exótica que en prevenir su expansión. En realidad eran ellos los “recolectores de retazos” (cf. v. 18).

22, 23 El discurso de Pablo puede ser mejor entendido como una réplica a la acusación de predicar de dioses entranjeros (18) que como una presentación inicial del evangelio (lo que ya había te nido lugar; 17, 18). Una defensa de ese tipo normalmente hubiera comenzado con una declaración positiva, con la intención de poner al auditorio en un marco mental amistoso (ver, p. ej. la apertura de Tér tulo, un orador profesional, 24:2-4), pero Pablo usó frases muy cautelosas y ambiguas y, si se reflexiona en ellas, aun su introducción fue un ataque velado. La observación de que sois de lo más religiosos en todas las cosas era en sí misma algo neutral y podía tener tanto el sentido de “religioso” en forma positiva como más negativamente en la línea de “supersticiosos”.

El altar con la inscripción AL DIOS NO CONOCIDO y la leyenda sobre su instalación provee el punto de partida para todo el discurso. La leyenda decía que una vez hubo una terrible plaga en la ciudad de Atenas y los intentos para apaciguar a los dioses y detener la plaga no tuvieron efecto. Uno de los sabios de ese tiempo trajo un rebaño de ovejas hasta la cima de la Colina de Marte y las liberó. En cada lugar en que se detenían, se estableció un altar al “dios anónimo” y se sacrificaba un animal. Se pretendió que este curso de acción fue efectivo y la ciudad recuperó su salubridad.

Cuando Lucas registra lo que Pablo dijo que ellos honraban a un dios sin conocerle y que ése era el que él anunciaba, algunos han entendido que estaba diciendo que esos paganos actuaban bien o sea que, en su ignorancia, estaban adorando al verdadero Dios todo el tiempo sin saberlo. Sin embargo, esto estaba lejos de su intención y hay tres puntos que deben quedar en la mente. Primero, esto forma la primera línea de la defensa de Pablo frente a la acusación en su contra, porque ¿cómo se podría acusarle de predicar a un dios extranjero contrario a la religión de ellos, si es que su religión incorporaba la adoración a dioses que ellos ni conocían? Segundo, la traducción confunde. El énfasis de la cláusula no está en la identidad del “dios desconocido”, sino en la ignorancia del culto. En la ciudad de los “amantes de la sabiduría”, Pablo puso el foco en la ignorancia que ellos admitieron sobre la identidad de Dios. Tercero, aunque este primer párrafo del discurso parece tener una orientación positiva, se debe tomar en el contexto del resto del dis curso; de hecho, Pablo estaba diciendo algo como “Sí, pero … ”

24-29 La segunda parte del discurso se movió en forma más clara para atacar el culto a los ídolos, usando argumentos que encontraban su paralelo en el pensamiento y escritos judíos sobre el tema. Pablo prosiguió yendo de su admitida ignorancia sobre la identidad del verdadero Dios a argumentar que ellos también ignoraban dónde mora (24), estaban errados sobre el tipo de culto que Dios quería de su parte (25-27), y se equivocaban sobre cómo debía pensarse sobre él o representarlo (28, 29). En resumen, todo lo referido a su “religiosidad” estaba equivocado excepto su admisión de ignorancia.

La declaración de Pablo de que la intención de Dios era que busquen a Dios, si de alguna manera, aun a tientas, palpasen y le hallasen puede ser vista también como si los paganos sólo tuvieran que extender la mano y tocar a Dios. De hecho, el lenguaje es el de una tragedia. La gramática refuerza que ésa es la voluntad de Dios y no lo que realmente ocurre. La palabra que se usa para la idea de buscar es muy gráfica y tiene el sentido de estar ten tando a ciegas. El resultado negativo se ve en la frase final: Aunque … no está lejos de ninguno de nosotros más bien que “dado que no está lejos … ”

Aunque la expresión en él vivimos y nos movemos y somos está entre comillas bien puede tratarse más de una frase hecha de los paganos que de una cita exacta, dado que palabras de ese tipo se encuen tran en varios autores paganos. La frase somos linaje de él probablemente sea de un poema a Zeus del astrónomo Arato, aunque es posible que Pablo haya llegado a conocerla a través de un apologista judío. El punto del Apóstol no es que los poetas paganos sabían mucho sobre lo que está bien, sino que el pensamiento y la práctica paganos eran inconsecuentes y contradictorios en sí mismos.

30, 31 La parte final del discurso sólo puede verse correctamente en el contexto de toda la disputa. No tiene primariamente la intención de una elaboración teológica de la difícil cuestión de la situación de los que nunca han oído el evangelio. El discurso pretende referirse primordialmente al altar al dios no conocido (ver sobre vv. 22, 23). Este altar era una especie de culto precautorio; la adoración ofrecida a ese dios desconocido era con el fin de que la ciudad fuera librada de las catástrofes. Enfrentado con un hombre que argumentaba que to das estas precauciones estaban erradas y que por lo mismo presumiblemente eran ineficaces, cualquier buen pagano hubiera preguntado: “Si estamos tan equivocados, ¿por qué no hay una catástrofe o una plaga?” Es la pregunta que contesta el discurso. No había razón para una catástrofe, como ellos pensaban, por la ineficacia de su culto a los ídolos sino más bien por la misericordia de Dios al pasar por alto su ignorancia (nótese la vuelta al tema de la ignorancia). Ahora Dios quiere que todos los hombres, en todos los lugares, se arrepientan; la catástrofe no será alejada para siempre: ha establecido un día en el que ha de juzgar al mundo. La descripción más bien limitada de Jesús como el Hombre a quien ha designado probablemente haya sido un intento de evitar la impresión de que Jesús fuera sólo otro dios (ver sobre v. 18). De ese modo, asimismo, en vez de usar el sustantivo abstracto, “resurrección”, Pablo expuso claramente lo que quería decir con ello, demasiado claramente al parecer.

32 Una vez que los atenienses entendieron lo que Pablo quería decir realmente con “resurrección”, su discurso fue interrumpido abruptamente. Una cosa era la inmortalidad del alma divina, pero otra muy diferente que alguien creyera en la resucitación de cadáveres, lo que para los griegos habría parecido simplemente ingenuo y absurdo; por eso, unos se burlaban. La frase: Te oiremos acerca de esto en otra ocasión puede haber sido auténtica o sarcástica, pero hubo otro famoso caso en el que el concilio del Areópago evitó tomar una decisión ante un asesinato, postergando temporariamente el juicio ¡durante 100 años! 34 Unas pocas personas respondieron positivamente entre las cuales estaba Dionisio, un miembro del concilio.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

w 908 2Pe 2:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

16 (1) El espíritu humano de Pablo ( Zac_12:1 ; Job_32:8 ; Pro_20:27), regenerado por el Espíritu de Dios ( Jua_3:6), en el cual moraba el Señor, el Espíritu ( 2Ti_4:22 ; Rom_8:10-11), y el cual actuaba junto con el Espíritu ( Rom_8:16). En este espíritu Pablo adoraba y servía a Dios ( Jua_4:24 ; Rom_1:9). Tal espíritu fue provocado porque en Atenas había muchos ídolos.

16 (2) Ni siquiera la cultura más elevada impedía que estas personas adorasen ídolos. Dentro de ellos, como en toda la humanidad, había un espíritu creado por Dios para que el hombre le buscase y le adorase (cfr. v.22). Sin embargo, debido a su ceguera e ignorancia, adoraban objetos que no debían adorar (v. 23). Ahora el propio Dios verdadero, quien creó el universo y a ellos, envió a Su apóstol para anunciar lo que debería ser el verdadero objeto de la adoración de ellos (vs.23-29).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

esperaba… Lit. esperándolos; estaba… Lit. está.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R885 Παρωξύνετο se usa como un imperfecto de conato: llegó a irritarse.

R1204 El pronombre αὐτοῦ se refiere a Cristo, quien no ha sido mencionado. [Editor. Esto es muy improbable, ya que el nombre que precede Παύλου, parece que es el antecedente de αὐτοῦ.]

BD120(2) El adjetivo compuesto κατείδωλος significa: llena de ídolos.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, indignaba

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. esperándolos.

17.16 Lit. está.

Fuente: La Biblia Textual III Edición