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Comentario de Hechos 1:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 1:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.

1:8

— pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, — La promesa del Espíritu Santo era la promesa de poder. Véanse Luc 24:49; Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:7-13. Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés, Hch 2:1-47. Este texto (1:8) demuestra claramente que fue simplemente un acto simbólico cuando Jesús «sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos» (Jua 20:22-23).

Lo más importante, pues, no era saber cuándo el reino sería restaurado, sino la promesa de que «recibiréis poder». Esto debía ocupar su atención en lugar de su curiosidad acerca de fechas. Los apóstoles siempre querían poder. Disputaban acerca de quién tendría más poder. Ahora recibirían verdadero poder, no el poder que ellos esperaban, sino un poder mucho más grande e importante.

Descripción de este poder:

— era poder para recordar la enseñanza de Jesús, Jua 14:26.

— era poder para revelar toda la verdad, Jua 16:3.

— era poder para confirmar la palabra con señales, Mar 16:17-20; Hch 14:3; Heb 2:3, hablando en lenguas que no habían estudiado, sanando, levantando muertos, echando fuera demonios, etc.

— era poder que los judíos no podían resistir.

— era poder que los gentiles no podían resistir.

— era poder que las cárceles y cadenas no podían vencer, 2Ti 2:9.

— y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. — Este texto es uno de los puntos claves del libro. Es como un bosquejo del libro. Da el índice geográfico del programa de evangelización que se llevaría a cabo.

Los apóstoles eran los testigos escogidos, Hch 10:41; Luc 24:48; Jua 15:27 (habían estado con Jesús desde el principio; véase Hch 1:21-22); 1Jn 1:1-4; Hch 10:39 conocían la vida y la obra de Jesús. No eran simplemente heraldos, sino testigos.

Aparte de ellos, no hay más testigos ahora. Los apóstoles siguen siendo los testigos escogidos de Cristo. Ellos son los únicos verdaderos testigos de Jehová.

La palabra «testigo» también se traduce «mártir». La palabra griega es martus o martur, «de donde proviene la voz castellana mártir, uno que da testimonio mediante su muerte» (Vine).

Iban a predicar en Jerusalén y en Judea, Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 6:1-15; Hch 7:1-60. Jesús sería vindicado en la ciudad capital en la cual fue humillado y crucificado. A esta ciudad llegaban todos los judíos piadosos de todas las naciones para celebrar tres fiestas solemnes: la fiesta de la Pascua, la fiesta del día de Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos.

Iban a predicar en Samaria, Hch 8:1-40. Jesús había prohibido que los apóstoles predicaran a los samaritanos durante su ministerio personal (Mat 10:5), pero El sí reconocía que ese campo estaba blanco para la siega (Jua 4:35). Por lo tanto, después de predicar en Jerusalén y en Judea, llevaron el evangelio a Samaria, Hch 8:1; Hch 8:4-5; Hch 8:12; Hch 8:14; Hch 8:31.

Después, llevaron el evangelio a todas las naciones, Hech. 10-28. Dice el Sal 2:8, «Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra».

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero recibiréis poder. Hch 2:1-4; Hch 6:8; Hch 8:19; Miq 3:8; Zac 4:6; Luc 1:35; Luc 24:29; Luc 10:19; Rom 15:19; Apo 11:3-6.

y me seréis testigos. Hch 1:22; Hch 2:32; Hch 3:15; Hch 4:33; Hch 5:32; Hch 10:39-41; Hch 13:31; Hch 22:15; Mat 28:19; Mar 16:15; Luc 24:46-49; Jua 15:27.

en Samaria. Hch 8:5-25.

hasta lo último de la tierra. Sal 22:27; Sal 98:3; Isa 42:10; Isa 49:6; Isa 52:10; Isa 66:19; Jer 16:19; Mat 24:14; Rom 10:18; Rom 15:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El trabajo de los discípulos está en transportar su mensaje por todo el mundo y no en preocuparse sobre la fecha del regreso de Cristo.

recibiréis poder: Esto no se refiere a un poder personal para una vida piadosa, como la de los santos del AT. (véanse Abraham en Gén 22:1-24; José en Gén 39:1-23; Moisés en Éxo 14:1-31; Daniel en Dan 6:1-28). Se refiere a un poder para realizar una nueva tarea; a saber, para llevar el evangelio hasta lo último de la tierra.

seréis testigos es una orden de Cristo para que sus discípulos hablen a otros de Él sin importar las consecuencias. La tradición nos cuenta que sólo uno de los once apóstoles que escucharon esta promesa no se convirtió en mártir (Juan murió en el destierro). Dios faculta a los discípulos para que sean fieles testigos incluso cuando enfrenten la más vehemente oposición. El mismo poder para dar fe se nos concede a nosotros en la actualidad. Nuestra tarea no es convencer a la gente, sino dar fe de la verdad del evangelio.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

RECIBIRÉIS PODER. Este es el versículo clave en el libro de Hechos. El propósito principal del bautismo en el Espíritu es el de recibir poder para testificar acerca de Cristo de manera que los perdidos lo acepten como su Salvador y aprendan a obedecer todo lo que Él mando. Así Cristo podrá ser conocido, amado, adorado y hecho Señor del pueblo escogido de Dios (cf. Mat 28:18-20; Luc 24:49; Jua 5:23; Jua 15:26-27).

(1) «Poder’ (gr. dunamis) significa más que fuerza o capacidad; designa sobre todo el poder en operación, en acción. El bautismo en el Espíritu traerá el poder personal del Espíritu Santo a la vida del creyente (véase el ARTÍCULO EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO, P. 1506. [Hch 1:5]).

(2) En este pasaje Lucas no relaciona el bautismo en el Espíritu con la salvación y regeneración personal, sino con el poder dentro del creyente para testificar con gran eficacia (véase el ARTÍCULO LA REGENERACION DE LOS DISCIPULOS, P. 1491. [Jua 20:22]).

(3) La obra principal del Espíritu Santo en el testimonio y la proclamación es venir sobre los creyentes para que reciban poder y dar testimonio de la obra salvadora y de la resurrección de Cristo (cf. Hch 2:14-42). Véase la nota siguiente para comentarios sobre como testifica el Espíritu y lo que eso significa en la vida del creyente.

ME SERÉIS TESTIGOS. El bautismo en el Espíritu Santo no sólo imparte poder para predicar a Jesucristo como el Señor y Salvador (véase la nota anterior), sino también incrementa la eficacia de ese testimonio debido a una relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que se fortalece y se profundiza al ser lleno del Espíritu (cf. Jua 14:26; Jua 15:26-27).

(1) El Espíritu Santo descubre y hace más palpable para el creyente la presencia personal de Jesucristo (Jua 14:16-18). Cualquier testimonio de una íntima comunión con Cristo resultará en un deseo cada vez más intenso de amar, honrar y agradar al Salvador (véase el ARTÍCULO LA DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO, P. 1518. [Hch 5:3-4]).

(2) El Espíritu Santo testifica de «justicia» (Jua 16:8; Jua 16:10) y «verdad» (Jua 16:13), que glorifican a Cristo (Jua 16:14), no sólo con palabras, sino también con obras. Por lo tanto, los que han recibido el testimonio del Espíritu acerca de la obra redentora de Cristo necesariamente manifestarán semejanza a Cristo, amor, verdad y justicia en su vida (cf. 1Co 13:1-13).

(3) El bautismo en el Espíritu Santo da poder para testificar acerca de Cristo y produce convencimiento de culpa en cuanto a pecado, justicia y juicio en la persona perdida (véase Jua 16:8, nota). Los efectos de tal convencimiento llegarán a ser evidentes tanto en los que con sinceridad proclaman el mensaje como en quienes lo reciben (Hch 2:39-40).

(4) El bautismo en el Espíritu Santo puede dárseles sólo a aquellos cuyo corazón se ha arrepentido de sus maldades y se ha vuelto a Dios (Hch 2:38; Hch 3:26). Se mantiene mediante el mismo compromiso sincero con Cristo (véase Hch 5:32, nota).

(5) El bautismo en el Espíritu Santo es un bautismo en el Espíritu que es santo (cf. «Espíritu de santidad», Rom 1:4). Por eso, si el Espíritu de veras está obrando plenamente en el corazón, el creyente vivirá en mayor conformidad con la santidad de Cristo.

A la luz de esas verdades bíblicas, los que han sido bautizados en el Espíritu Santo tendrán un deseo intenso de agradar a Cristo de cualquier modo que puedan; es decir, la plenitud del Espíritu complementa (i.e., completa, llena) la obra salvadora y santificadora del Espíritu Santo en la vida del creyente. Los que reclaman la plenitud del Espíritu, y al mismo tiempo viven una vida contraria a la santidad del Espíritu, son engañadores y mentirosos. Los que exhiben dones espirituales, milagros, señales espectaculares u oratoria inspirada, pero carecen de fe, amor y justicia verdaderos, están obrando no por el Espíritu Santo sino por un espíritu inmundo que no procede de Dios (Mat 7:21-23; Mat 24:24; 2Co 11:13-15; véase también el ARTÍCULO PRUEBA DEL GENUINO BAUTISMO EN EL ESPIRITU, P. 1534. [Hch 10:44-45]). Para comentarios adicionales sobre testificar acerca de Cristo, véase Hch 13:31, nota.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

La misión de los apóstoles consistía en esparcir el evangelio y era la razón principal del poder que les dio el Espíritu Santo. Este suceso cambió de forma dramática la historia del mundo porque permitió que el mensaje del evangelio llegara a todos los rincones de la tierra (Mat 28:19-20). recibiréis poder. Los apóstoles ya habían experimentado el poder del Espíritu Santo para salvar, guiar, enseñar y hacer milagros. Pronto recibirían su presencia dentro de ellos y una nueva dimensión de poder para testificar (vea las notas sobre Hch 2:4; 1Co 6:19-20; Efe 3:16 ; Efe 3:20). testigos. Personas que cuentan la verdad acerca de Jesucristo (cp. Jua 14:26; 1Pe 3:15). La palabra griega significa «el que muere por su fe», porque ese era casi siempre el precio que se pagaba por dar testimonio de Jesús. Judea. La región en la que estaba ubicada Jerusalén. Samaria. La región al N de Judea (vea la nota sobre Hch 8:5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:8 — pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, — La promesa del Espíritu Santo era la promesa de poder. Véanse Luc 24:49; Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:7-13. Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés, Hch 2:1-47. Este texto (1:8) demuestra claramente que fue simplemente un acto simbólico cuando Jesús «sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos» (Jua 20:22-23).
Lo más importante, pues, no era saber cuándo el reino sería restaurado, sino la promesa de que «recibiréis poder». Esto debía ocupar su atención en lugar de su curiosidad acerca de fechas. Los apóstoles siempre querían poder. Disputaban acerca de quién tendría más poder. Ahora recibirían verdadero poder, no el poder que ellos esperaban, sino un poder mucho más grande e importante.
Descripción de este poder:
— era poder para recordar la enseñanza de Jesús, Jua 14:26.
— era poder para revelar toda la verdad, Jua 16:3.
— era poder para confirmar la palabra con señales, Mar 16:17-20; Hch 14:3; Heb 2:3, hablando en lenguas que no habían estudiado, sanando, levantando muertos, echando fuera demonios, etc.
— era poder que los judíos no podían resistir.
— era poder que los gentiles no podían resistir.
— era poder que las cárceles y cadenas no podían vencer, 2Ti 2:9.
— y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. — Este texto es uno de los puntos claves del libro. Es como un bosquejo del libro. Da el índice geográfico del programa de evangelización que se llevaría a cabo.
Los apóstoles eran los testigos escogidos, Hch 10:41; Luc 24:48; Jua 15:27 (habían estado con Jesús desde el principio; véase Hch 1:21-22); 1Jn 1:1-4; Hch 10:39 conocían la vida y la obra de Jesús. No eran simplemente heraldos, sino testigos.
Aparte de ellos, no hay más testigos ahora. Los apóstoles siguen siendo los testigos escogidos de Cristo. Ellos son los únicos verdaderos testigos de Jehová.
La palabra «testigo» también se traduce «mártir». La palabra griega es martus o martur, «de donde proviene la voz castellana mártir, uno que da testimonio mediante su muerte» (Vine).
Iban a predicar en Jerusalén y en Judea, Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 6:1-15; Hch 7:1-60. Jesús sería vindicado en la ciudad capital en la cual fue humillado y crucificado. A esta ciudad llegaban todos los judíos piadosos de todas las naciones para celebrar tres fiestas solemnes: la fiesta de la Pascua, la fiesta del día de Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos.
Iban a predicar en Samaria, Hch 8:1-40. Jesús había prohibido que los apóstoles predicaran a los samaritanos durante su ministerio personal (Mat 10:5), pero El sí reconocía que ese campo estaba blanco para la siega (Jua 4:35). Por lo tanto, después de predicar en Jerusalén y en Judea, llevaron el evangelio a Samaria, Hch 8:1; Hch 8:4-5; Hch 8:12; Hch 8:14; Hch 8:31.
Después, llevaron el evangelio a todas las naciones, Hech. 10-28. Dice el Sal 2:8, «Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra».

Fuente: Notas Reeves-Partain

— … el último rincón de la tierra: Este versículo, que es programático en Hch, sirve para estructurar todo el libro (ver Introducción) y marca las etapas fundamentales del camino que ha de recorrer el mensaje evangélico. Jerusalén, que había sido el punto de llegada en la primera parte de la obra, es ahora el punto de partida.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Hch 1:22; Hch 2:32; Hch 3:15; Hch 4:33; Hch 5:32; Hch 8:25; Hch 10:39-41; Hch 13:31; Hch 22:15; Hch 18:20; Hch 23:11; Hch 26:16; Hch 26:22; Luc 24:48; Jua 15:27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Testigos.” Gr.: már·ty·res; lat.: té·stes.

(2) “Parte más distante.” O: “extremidad”. Gr.: e·skjá·tou; J17,18,22(heb.): qetséh. Véanse Jer 25:31, Jer 25:33, nn. Compárese con Mat 12:42, n.

REFERENCIAS CRUZADAS

m 12 Hch 4:33

n 13 Isa 43:10; Luc 24:48; Jua 15:27

ñ 14 Hch 5:28

o 15 Hch 8:14

p 16 Col 1:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

poder. Es decir, poder para testificar en forma dinámica y efectiva en medio de todas las dificultades y oposiciones.

cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros. La presencia y poder del Espíritu Santo en el creyente es absolutamente esencial para un testimonio efectivo (4:31; 9:17– 20).

Jerusalén…hasta los confines de la tierra. No debe haber límites para la presentación del evangelio. El mundo entero es la meta a alcanzar en la evangelización (Mr 16:15).

Fuente: La Biblia de las Américas

8 (1) Esto se refiere a ser bautizado en el Espíritu Santo (v.5) para el cumplimiento de la promesa del Padre (v.4).

8 (2) Diferente de en vosotros ( Jua_14:17). El día que el Señor resucitó, el Espíritu Santo fue impartido como aliento en los discípulos ( Jua_20:22) para ser el Espíritu esencial de vida ( Rom_8:2) en ellos. El mismo Espíritu Santo vendría sobre los discípulos el día de Pentecostés para ser el Espíritu económico de poder. Véase la nota 49 (3) de Lc 24.

8 (3) Lit, mártires; quienes dan un testimonio vivo del Cristo resucitado y ascendido en vida; son distintos de los predicadores que simplemente anuncian doctrinas según la letra. Cristo, en Su encarnación, según consta en los evangelios, llevó a cabo Su ministerio en la tierra solo, que consistía en sembrarse en tierra judía como semilla del reino de Dios. En Su ascensión, según se narra en el libro de Hechos, El llevaría a cabo Su ministerio en los cielos por medio de estos mártires, en Su vida de resurrección y con el poder y autoridad de Su ascensión. Su ministerio consistiría en propagarse como desarrollo del reino de Dios, comenzando desde Jerusalén y extendiéndose a lo último de la tierra, dando así consumación a Su ministerio neoestamentario. Todos los apóstoles y discípulos que aparecen en el libro de Hechos fueron Sus mártires, Sus testigos (referencia 8 (C)). Véanse las notas 11 (3) del cap.23 y 16 (1) del cap.26.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

lo último de la tierra…Mat 28:19; Luc 24:47-48.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R787 Las dos provincias, Ἰουδαίᾳ y Σαμαρείᾳ, son diferentes, pero están adyacentes (por tanto, no se repite el artículo).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Mat 28:19; Luc 24:47-48.

Fuente: La Biblia Textual III Edición