Comentario de Hechos 19:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En aquel entonces se produjo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
19:23 — Hubo por aquel tiempo un disturbio (alboroto, LBLA) no pequeño. — Pablo derrotó a Satanás en la cuestión de las artes mágicas, pero entonces se encontró con otra amenaza. Durante todo su ministerio no había descanso sino puro conflicto.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
hubo un alboroto. 2Co 1:8-10; 2Co 6:9.
acerca del Camino. Hch 19:9; Hch 9:2; Hch 18:26; Hch 22:4; Hch 24:14, Hch 24:22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
hacía de plata templecillos de Diana se refiere a pequeños altares que contienen una miniatura de la imagen de la diosa de la fertilidad de Éfeso. Las ventas de estos ídolos estaban disminuyendo desde que la gente comenzó a conocer la verdad de Jesucristo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
del Camino. Vea la nota sobre Hch 9:2.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
19:23 — Hubo por aquel tiempo un disturbio (alboroto, LBLA) no pequeño. — Pablo derrotó a Satanás en la cuestión de las artes mágicas, pero entonces se encontró con otra amenaza. Durante todo su ministerio no había descanso sino puro conflicto.
— Acerca del Camino. — Lucas no habla del «cristianismo» sino del Camino, 9:2; 16:17; 18:25, 26; 19:9, 23; 24:14, 22. Posiblemente se basa en las palabras de Jesús: «Yo soy el camino» (Jua 14:6). La palabra abarca toda la religión de Cristo.
Dijo Pablo a los corintios, «Estaré en Efeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios» (1Co 16:8-9; véase también 1Co 4:9-13). En seguida vemos un ejemplo de ellos. También dijo en la misma carta (1Co 15:32) que había batallado «en Efeso contra fieras» (sin duda eran «fieras» de dos patas porque los ciudadanos romanos no eran echados a las fieras).
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL ALBOROTO DE ÉFESO
Hechos 19:23-41
Por aquel tiempo el Camino se vio involucrado en una violenta conmoción. Había un tal Demetrio, que era platero y hacía modelos de plata del templo de Artemisa con lo cual proporcionaba pingües ganacias a los artífices. Este Demetrio convocó una reunión de todos los del gremio y similares, y les dijo:
-Camaradas, todos sabéis muy bien que nuestras ganancias dependen de este negocio. Y estáis viendo y oyendo con vuestros propios ojos y oídos que el tipo ese, Pablo, no sólo en Efeso sino prácticamente por toda Asia, está comiéndole el coco a mucha gente para que cambie totalmente de ideas, porque dice que los dioses que se hacen con las manos ni son dioses ni son nada. Y esto no sólo supone un grave peligro de que se desacredite nuestro negocio, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa pierda importancia, y que la que venera Asia y todo el mundo civilizado sea despojada de su majestad.
Cuando oyeron aquello se pusieron frenéticos, y empezaron a gritar:
-¡Viva la gran Artemisa de los Efesios!
La confusión se extendió por toda la ciudad. Prendieron a Gayo y Aristarco, compañeros macedonios de Pablo, y los arrastraron hasta el teatro romano de la ciudad. Pablo quería salir a presentarse a la multitud, pero los hermanos no le dejaron. Algunos de los asiarcas que eran sus amigos también le mandaron recado de que no se arriesgara de ninguna manera a salir al teatro. Mientras tanto, la gente estaba en completa confusión, porque unos decían una cosa y otros otra, y la mayor parte no sabían a qué carta quedarse ni para qué habían ido allí.
Algunos de la concurrencia sospecharon que todo aquel jaleo tenía que ser cosa de Alejandro, porque los judíos le estaban empujando para que saliera. Alejandro quería hablara la gente en su propia defensa, así es que hizo señas para que se callaran. Pero cuando se dieron cuenta de que era judío, se pasaron casi dos horas gritando desaforadamente a una:
-¡Viva la gran Artemisa de los Efesios!
Cuando el secretario de la ciudad consiguió calmar a la multitud, dijo:
-¡Efesios! ¿Quién es el que no sabe que la ciudad de Éfeso es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de su gran imagen que cayó del cielo? Eso no lo niega nadie. Así que calmaos y no hagáis insensateces. Habéis traído aquí a estos hombres que no son culpables ni de sacrilegio ni de blasfemar de nuestra diosa. Si Demetrio y compañía tienen algo que alegar contra alguien, para eso están las audiencias y los procónsules. ¡Que se querellen allí! Y en cuanto a todos vosotros, si tenéis algo que reclamar, que se decida en asamblea legalmente constituida; porque estamos corriendo peligro de que se nos acuse de alterar el orden público por lo que ha pasado aquí hasta ahora, porque no hay razón que podamos dar de todo este jaleo.
Y con estas palabras despidió a la multitud.
Este relato tan emocionante arroja mucha luz sobre sus personajes. En primer lugar, Demetrio y los plateros. El problema era que aquello les llegaba a lo más sensible: el bolsillo. Es verdad que aseguraban que les importaba el honor de Artemisa; pero lo que más- les preocupaba eran sus ingresos. Los turistas que visitaban Éfeso querían llevarse un souvenir a sus casas, algo así como los templecillos de plata que eran reproducciones del gran templo de Artemisa. El Evangelio estaba avanzando tanto que ponía en peligro aquel negocio.
En segundo lugar, tenemos al personaje que la versión Reina-Valera llama » el escribano», y que era más que eso: guardaba los libros de registro, confeccionaba el orden del día de las asambleas, y estaba a cargo de la correspondencia oficial. Le preocupaba el peligro de un tumulto. Roma era comprensiva con todo menos con los desórdenes. El que se produjera un disturbio en una ciudad romana podía ser causa de que los magistrados responsables perdieran el puesto. Es verdad que aquel personaje salvó a Pablo y a sus compañeros, pero lo hizo para salvar su propio pellejo.
Y en tercer lugar, tenemos a Pablo. Quería dar la cara ante la multitud, pero no le dejaron. Era un hombre que no conocía el miedo. Para los plateros y el secretario lo primero era su propia seguridad; pero para Pablo eso era lo último.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— camino del Señor: Ver nota a Hch 9:2.
— Tirano: Debe tratarse de un maestro de retórica o de filosofía. El llamado texto occidental (ver Introducción) precisa que Pablo enseñaba de once de la mañana a cuatro de la tarde.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Hch 9:2 (nota).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El tumulto en Efeso. El monto de dinero que representaba la quema de libros (19) debe haber causado por sí mismo una agitación entre la gente. Los que dependían de la venta de objetos religiosos para su sostén deben haber reflexionado sobre las implicaciones de una iglesia cristiana exitosa y creciente. Si Lucas retrata a los líderes judíos como llegando a ser oponentes al cristianismo por razones minúsculas como los celos personales, también retrata con trazos parecidos a los oponentes paganos. En 16:19 y 24:26 también se encuentran razones financieras detrás del trato a los cristianos, casos en los que sólo un soborno se interponía entre Pablo y la libertad.
23-27 El alboroto surgió por el discurso de Demetrio. Es claro que su motivación tenía raíces financieras: nuestra prosperidad proviene de este oficio. Pablo debe haber predicado en Efeso de acuerdo con criterios contra la idolatría tal como se encuentran en el discurso a los atenienses (ver sobre 17:16-35): no son dioses los que se hacen con las manos (ver también 1 Cor. 8:4-6). Sin embargo, la parte más efectiva del discurso de Demetrio fue su táctica de racionalizar y hacer que lo que realmente más le preocupaba, o sea la amenaza financiera, se convirtiera en preocupaciones socialmente más aceptables y “más nobles” como el orgullo del comercio y aun la dignidad cívica y la lealtad religiosa (que quizá debió haber sido la primera consideración).
28-34 El realismo del relato de Lucas es impactante. Si simplemente estuviera haciendo propaganda del cristianismo, no hay forma de que hubiera perdido esta oportunidad para que su héroe Pablo surgiera aquí con una victoria retórica como en Atenas. Al contrario, Gayo y Aristarco fueron apresados y a Pablo no se le permitió irse. La descripción de algunas de las autoridades de Asia como sus amigos es algo intrigante. De acuerdo con la forma de escribir de Lucas, parece improbable que fueran cristianos, pero deben haber sido sectores interesados como lo fue al principio Sergio Paulo (13:6-8). La descripción de la conducta de la turba en el v. 32 es perfecta. Quizá los judíos empujaron a Alejandro a hacer una defensa (33) a fin de distanciarse de los cristianos. La turba pagana tal vez no hubiera sido capaz de otro modo de distinguir entre estos dos grupos de “ateos”, como eran conocidos tanto judíos como cristianos porque ambos negaban la existencia de los dioses.
35-41 En forma muy parecida a Gamaliel en 5:33-40, el magistrado de la ciudad no estaba “del lado de los cristianos”, pero en ambos casos su fe en lo que sí creían tuvo un efecto calmante en los opositores. Cuando el enredador Demetrio planteó como nobles sus egoístas consideraciones, el funcionario en su discurso mostró a la multitud que sus innecesarios actos eran rudos y peligrosos. Con sabiduría, comenzó por hablar como estando de acuerdo con su orgullo cívico y religioso y dio a entender que quienes no aceptaban los “hechos innegables” sobre Artemisa más bien eran ignorantes que peligrosos, a menos que específicamente hubiesen cometido sacrilegio o blasfemado. (Había casos en el mundo antiguo cuando los templos alojaban una imagen caída del cielo o sea lo que hoy llamaríamos un meteorito.) El magistrado cortó el despliegue de orgullos cívico y religioso y se dirigió a la verdadera preocupación de Demetrio, o sea los problemas económicos. No negaba que se trataba de una preocupación legítima, pero señaló que se conceden audiencias si alguien deseara presentar acusaciones. Cuando se hubo referido a todos los problemas, el magistrado continuó señalando a la multitud que su reunión, que ya no tenía utilidad alguna, los ponía (incluyéndose a sí mismo) en pe ligro de que seamos acusados de sedición. Su discurso fue tan exitoso como brillante y así fue como pudo terminar con el incidente y despedir a la concurrencia.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “El Camino”, אAB; Vgc: “el camino del Señor”; Syp: “el camino de Dios”; J17,18: “el camino de Jehová”.
REFERENCIAS CRUZADAS
k 1017 2Co 1:8
l 1018 Hch 9:2; Hch 19:9; Hch 22:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
23 super (1)Véase la nota 2 super (1) del cap.9.