Biblia

Comentario de Hechos 20:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 20:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Desde Mileto, Pablo envió a Efeso e hizo llamar a los ancianos de la iglesia.

20:17 — Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. — ¿Por qué no «hizo llamar» al ministro o evangelista de la iglesia? ¿No es éste el que habla por la iglesia? No fue así en el primer siglo, porque el patrón divino es que haya ancianos en cada congregación (14:23) y éstos son los supervisores. Ya hemos leído de ancianos en Hch 11:30; Hch 14:23; y 15:2, 4, 6, 22. Veremos en 20:28 que los ancianos también se llaman obispos, y que su obra es la de apacentar o pastorear. Por eso, también se llaman pastores (Heb 13:17). Los que llaman al predicador el pastor no hablan conforme a las Escrituras. Los términos ancianos, obispos y pastores se aplican a los mismos hombres. A principios del segundo siglo comenzó la práctica de distinguir entre obispos y ancianos y de dar más autoridad a los obispos; esto fue una perversión de este oficio y resultó en muchas otras apostasías. Aprendimos en 14:23 que en cada iglesia debe haber una pluralidad de ancianos; esto indica la independencia de cada congregación.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

hizo llamar a los ancianos. Hch 20:28; Hch 11:30; Hch 14:23; Hch 15:4, Hch 15:6, Hch 15:23; Hch 16:4; 1Ti 5:17; Tit 1:5; Stg 5:14; 1Pe 5:1; 2Jn 1:1; 3Jn 1:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La palabra griega traducida ancianos es presbúteros, término tomado de las sinagogas hebreas. Se refiere a aquellos a quienes se respeta como líderes de una asociación en particular. En el v. Hch 20:28, se llama a los ancianos «obispos» (Gr.  episkopos). Parece que en el NT. el término se usa indistintamente (Tit 1:5-7).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

20:17 — Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. — ¿Por qué no «hizo llamar» al ministro o evangelista de la iglesia? ¿No es éste el que habla por la iglesia? No fue así en el primer siglo, porque el patrón divino es que haya ancianos en cada congregación (14:23) y éstos son los supervisores. Ya hemos leído de ancianos en Hch 11:30; Hch 14:23; y 15:2, 4, 6, 22. Veremos en 20:28 que los ancianos también se llaman obispos, y que su obra es la de apacentar o pastorear. Por eso, también se llaman pastores (Heb 13:17). Los que llaman al predicador el pastor no hablan conforme a las Escrituras. Los términos ancianos, obispos y pastores se aplican a los mismos hombres. A principios del segundo siglo comenzó la práctica de distinguir entre obispos y ancianos y de dar más autoridad a los obispos; esto fue una perversión de este oficio y resultó en muchas otras apostasías. Aprendimos en 14:23 que en cada iglesia debe haber una pluralidad de ancianos; esto indica la independencia de cada congregación.

Fuente: Notas Reeves-Partain

UNA DESPEDIDA TRISTE

Hechos 20:17-38

Desde Mileto, Pablo mandó recado a los ancianos responsables de la iglesia de Éfeso para que vinieran a verle. Cuando se reunieron, Pablo les dijo:
-Vosotros me sois testigos de la clase de vida que he llevado todo el tiempo que he estado con vosotros desde el primer día que puse los pies en Asia. Vosotros sabéis cómo he servido al Señor, con toda sencillez y con mucho sufrimiento en medio de todas las adversidades que he tenido que arrostrar por las asechanzas de los judíos. Y sabéis también que no he dejado de deciros nada de lo que era para vuestro bien, y de impartiros enseñanzas tanto públicamente como de casa en casa.

Vosotros sabéis que no he hecho más que insistir a judíos y a gentiles en la necesidad de volver a Dios con verdadero arrepentimiento y de aceptar por la fe a Jesús como Señor. Ahora vuelvo a Jerusalén porque el Espíritu no me permite hacer otra cosa. No sé lo que me va a suceder allí. Lo único que sé es que, en todos los pueblos por los que paso, el Espíritu Santo no me deja la menor duda de que allí me esperan cárceles y problemas. Pero yo no pienso que mi vida tiene la menor importancia ni la considero de ningún valor, con tal que pueda terminar la carrera y cumplir la tarea que me ha asignado el Señor Jesús, que es dar testimonio de que la Buena Nueva de la gracia de Dios es verdad. Ahora sé que no me vais a volver a ver ninguno de vosotros, entre los que he estado predicando el Reino. Y quiero que conste en acta que no me considero responsable de que se pierda ningún alma, porque no me he resistido a anunciaros el plan de Dios en su totalidad. Tened cuidado de vuestra propia vida espiritual, y también del rebaño del que os ha puesto a cargo el Espíritu Santo. Consagraos totalmente como pastores que sois de la Iglesia de Dios, que Él ha adquirido para Sí al precio de la sangre del Que es suyo propio. Porque sé que después de mi marcha se introducirán entre vosotros lobos salvajes que no tendrán compasión del rebaño, y hasta de entre vuestros mismos miembros surgirán algunos que predicarán una versión pervertida de la verdad con el propósito de seducir a los creyentes para que dejen de ser fieles y los sigan a ellos. Por eso tenéis que estar en guardia sin dejaros vencer por el sueño. Por eso, supongo que lo recordáis, me he pasado tres años sin dejar de daros con lágrimas a cada uno de vosotros el consejo que os mantuvo fieles. Ahora os dejo al cuidado de Dios y del Mensaje de su gracia, Que es el Que os puede edificar y haceros participar de la bendición de todos los que están consagrados a Él. Yo no me he querido quedar con el dinero ni con las alhajas de nadie. De sobra sabéis que me he ganado la vida con estas manos no sólo para mí sino para mis compañeros. Siempre os he dado ejemplo de que hay que trabajar para ayudar a los necesitados. Debemos recordar siempre las palabras del Señor Jesús y no olvidarnos de que fue Él Quien dijo: «Es más feliz el que da que el que recibe.»

Después de hablarles, Pablo se puso de rodillas para orar con todos ellos. Todos los presentes lloraron conmovidos y no se cansaban de abrazar y besar a Pablo con mucho amor. Lo que más les dolió fue que les dijera que no le iban a volver a ver. Y después le acompañaron al barco.

No podemos hacer un análisis completo de un discurso de despedida tan emotivo, pero hay cosas que resaltan en él.
Lo primero es que Pablo dice ciertas cosas acerca de sí mismo: (i) Había hablado sin miedo. Les había comunicado todo el plan de Dios sin buscar ni la admiración ni el favor de nadie. (ii) Había vivido independientemente. Había cubierto sus necesidades y las de sus compañeros con su trabajo, y aun había podido ayudar a los necesitados. (iii) Había afrontado el futuro con nobleza. Era cautivo del Espíritu Santo, y en esa confianza se arriesgaba a lo que el futuro le tuviera reservado.

Pablo exhorta a sus amigos. (i) Les recuerda su deber. Eran los encargados del rebaño de Dios. Esa no era una obligación que ellos habían elegido, sino para la que habían sido elegidos. Los siervos del Buen Pastor tienen que ser buenos pastores del rebaño. (ii) Les recuerda los peligros. El contagio del mundo siempre amenaza. Donde está la verdad, la falsedad ataca. Tendrían una guerra constante para mantener intacta la fe y la iglesia pura.

En toda la escena se respira un afecto tan profundo como puede albergar el corazón humano. Ese sentimiento debe estar presente en todas las iglesias; porque cuando muere el amor la obra de Cristo no puede más que secarse.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Hch 11:30 (nota).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— dirigentes: Lit. presbíteros, ancianos. Ver nota a Hch 11:30.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Ancianos.” O léase: “hombres mayores”. Gr.: pre·sby·té·rous.

REFERENCIAS CRUZADAS

r 1053 Hch 11:30

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ancianos. Estos líderes del grupo eran reconocidos por todos, ya que la iglesia sabía a quiénes enviar cuando Pablo hizo llamar a los ancianos. Véase nota en 1Ti 3:1.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

T171 El artículo que aparece en τῆς Μιλήτου tiene un sentido de anáfora (se refiere a una mención anterior; comp. el v. 15).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego