Comentario de Hechos 2:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces, cuando oyeron esto, se afligieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué haremos?
2:37 — Al oir esto, — la predicación de Pedro produjo fe en los oyentes. Al observar el fenómeno de la venida del Espíritu Santo, y al oír a los apóstoles hablar en lenguas, estaban atónitos, perplejos y maravillados, pero todo aquello no produjo fe. La fe viene por oír la palabra de Dios (Rom 10:17). Al escuchar la predicación de Pedro creyeron.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
se compungieron. Hch 5:33; Hch 7:54; Eze 7:16; Zac 12:10; Luc 3:10; Jua 8:9; Jua 16:8-11; Rom 7:9; 1Co 14:24, 1Co 14:25; Heb 4:12, Heb 4:13.
varones hermanos. Hch 1:16.
¿qué haremos? Hch 9:5, Hch 9:6; Hch 16:29-31; Hch 22:10; Hch 24:25, Hch 24:26.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
se compungieron de corazón. La palabra griega para «compungir» significa «traspasar» o «atravesar» y designa algo repentino e inesperado. En un estado de congoja, compunción y profunda convicción espiritual, quedaron atónitos ante la denuncia de Pedro que los responsabilizaba de haber asesinado a su Mesías.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:37 — Al oir esto, — la predicación de Pedro produjo fe en los oyentes. Al observar el fenómeno de la venida del Espíritu Santo, y al oír a los apóstoles hablar en lenguas, estaban atónitos, perplejos y maravillados, pero todo aquello no produjo fe. La fe viene por oír la palabra de Dios (Rom 10:17). Al escuchar la predicación de Pedro creyeron.
— se compungieron de corazón, — Quedó herida su conciencia (LBLA, margen); «primariamente, golpear o pinchar violentamente, se usa de una fuerte emoción, en Hch 2:37» (Vine). Significa mucho remordimiento. Fue razonable que los sinceros reaccionaran de esta manera al reconocer lo que habían hecho con su Mesías y al contemplar el castigo que merecían.
— y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? — La respuesta de Pedro indica que ellos deseaban el perdón de Dios para escapar de su ira. Jesús había dicho que al venir el Espíritu Santo convencería al mundo de pecado (Jua 16:8); aquí está el primer ejemplo de ello. Desde luego, lo hizo a través de la predicación de los apóstoles inspirados. Esta pregunta u otra semejante se encuentra también en Hch 9:16 y Hch 16:30.
Fuente: Notas Reeves-Partain
¡PONEOS A SALVO!
Hechos 2:37-41
Lo que Pedro les dijo les atravesó el corazón, y les hizo preguntarles a Pedro y a los demás apóstoles:
-Hermanos, ¿y qué podemos hacer ahora?
-¡Arrepentíos ahora mismo -les contestó Pedro-, y que se bautice cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo! Así recibiréis el perdón de vuestros pecados y la dádiva gratuita del Espíritu Santo que Dios había prometido que os daría a vosotros y a vuestros descendientes, los de cerca y los de lejos, a todos los que respondan a la llamada del Señor nuestro Dios.
Pedro les expuso extensamente los Hechos referentes a Jesús, y los exhortó muy en serio:
-¡Poneos a salvo de la perversa edad en que vivís!
Los que se convirtieron fueron bautizados; y aquel día se sumaron al número de los creyentes como otros tres mil.
(i) En primer lugar, este pasaje nos muestra con una claridad meridiana el efecto de la Cruz. Cuando se le hizo ver a la gente lo que habían hecho cuando crucificaron a Jesús, se les partió el corazón. «Yo -había dicho Jesús-, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia Mí» (Jn 12:32 ). Si el pecado de la humanidad fue el responsable de la Cruz de Cristo, entonces nuestro pecado es el responsable. Todos los seres humanos hemos tomado parte en ese crimen. Se dice que una vez un misionero contó la historia de Jesús en una aldea india. Después la proyectó en diapositivas en una de las paredes blancas de la casa; y cuando llegó a una en la que se veía la Cruz, un hombre se puso en pie y vino corriendo al frente, y dijo con voz conmovida: «¡Baja de la Cruz, Hijo de Dios! ¡Soy yo y no Tú el que tiene que colgar de ahí!» Cuando llegamos a comprender lo que pasó en la Cruz, no podemos evitar que se nos parta el corazón.
(ii) Esta experiencia requiere una reacción. Pedro dijo: «¡Lo primero y principal es que os arrepintáis!» ¿Qué quiere decir arrepentirse? La palabra original quería decir en un principio cambiar de pensamiento; y cuando se cambia de pensamiento es porque el que se tenía antes era equivocado; de ahí que la palabra pasó a significar un cambio de mentalidad, o de actitud; y si la persona es honrada, el cambio de mentalidad requiere un cambio de acción, o de vida. Así que el arrepen- timiento supone un cambio de mentalidad y un cambio de vida. Podría darse el caso de que alguien cambiara de mentalidad, y se diera cuenta de que sus obras no son como deben ser, pero que estuviera tan atado por los viejos hábitos que no quisiera cambiar de vida. O podría ser que uno cambiara de manera de obrar, pero que su mentalidad siguiera siendo la misma; su cambio sería motivado por el temor, o por razones de prudencia, pero su corazón todavía amaría las cosas viejas y, si tuviera oportunidad, volvería a ellas. El verdadero arrepentimiento incluye un cambio de mentalidad y un cambio de acción.
(iii) Cuando llega el arrepentimiento, algo pasa con el pasado. Hay perdón de pecados. El perdón de Dios cubre el pasado; pero tenemos que comprender que esto no quiere decir que se anulan las consecuencias del pecado. Cuando pecamos, nos hacemos algo a nosotros mismos y a otros que no podemos deshacer. Vamos a considerarlo de otra manera: cuando éramos pequeños y habíamos hecho algo malo, había una barrera invisible entre nosotros y nuestros padres. Pero, cuando íbamos a ellos y les decíamos que lo sentíamos y pedíamos perdón, nuestros padres nos abrazaban, y nos dábamos cuenta de que la relación se había restablecido y había desaparecido la barrera. El perdón no eliníina las consecuencias de lo malo que hayamos hecho, pero nos pone otra vez en la debida relación con Dios. El alejamiento y el temor desaparecen, y nos encontramos otra vez en paz con Dios.
(iv) Cuando llega el arrepentimiento pasa algo con el futuro. Recibimos el don del Espíritu Santo. Aunque nos hayamos arrepentido, ¿cómo vamos a evitar cometer los mismos errores una y otra vez? Viene a nuestra vida un poder que no teníamos antes, que es del Espíritu Santo; y con él podemos ganar las batallas que siempre perdíamos antes, y resistir todo lo que por nosotros mismos seríamos incapaces de resistir.
En el momento en que nos arrepentimos de veras somos liberados del alejamiento y del temor del pasado, y equipados para enfrentarnos con las responsabilidades y las batallas del futuro.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Luc 3:12-14; Luc 10:25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
z 101 2Sa 24:10; Sal 73:21
a 102 Luc 3:10; Hch 16:30
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
37 super (1) Lit, Varones, hermanos. Véase la nota 16 super (1) del cap.1.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Se inserta esto para suplir elipsis del original.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R1179 Δέ introduce toda la oración, y τέ conecta dos partes de ella (εἶπόν τε significa: así que dijeron -BD443[3]).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, heridos en la conciencia
Lit., Varones hermanos
Fuente: La Biblia de las Américas
* Literalmente, “se les partió el corazón”.