Comentario de Hechos 2:38 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pedro les dijo: —Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
2:38 — Arrepentíos, — Mat 3:2; Mat 4:17; Luc 24:47; Hch 3:19; Hch 8:22; Hch 17:30; Hch 20:21. Obviamente la gente quedó convencida, es decir, tenía fe en Cristo; los «evangélicos» enseñan que la fe sola salva. Para ellos el único mandamientoFuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Arrepentíos. Hch 3:19; Hch 17:30; Hch 20:21; Hch 26:20; Mat 3:2, Mat 3:8, Mat 3:9; Mat 4:17; Mat 21:28-32; Luc 15:1-32; Luc 24:47.
y bautícese cada uno. Hch 8:36-38; Hch 16:15, Hch 16:31-34; Hch 22:16; Tit 3:5; 1Pe 3:21.
en el nombre de Jesucristo. Hch 8:12, Hch 8:16; Hch 10:48; Hch 19:4, Hch 19:5; Mat 28:19; Rom 6:3; 1Co 1:13-17.
y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hch 2:16-18; Hch 8:15-17; Hch 10:44, Hch 10:45; Isa 32:15; Isa 44:3, Isa 44:4; Isa 59:21; Eze 36:25-27; Eze 39:29; Joe 2:28, Joe 2:29; Zac 12:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
arrepentíos: El arrepentimiento para los de Judea implicaba rechazar las actitudes y opiniones anteriores sobre quién era Jesús. Ellos debían aceptarlo en fe por lo que él declaró ser mientras permaneció en la tierra; hecho que fue confirmado por su resurrección y ascensión.
bautícese: Cuando una persona reconoce lo que es en realidad Cristo, el resultado es querer hacer lo que Él nos ordena. La primera acción que Jesús pide a un nuevo creyente es el bautismo (Mat 28:19, Mat 28:20), la expresión externa de una fe interna. La idea de un cristiano sin bautizar es extraña al NT. (v. Hch 2:41; Hch 8:12, Hch 8:36; Hch 9:18; Hch 10:48; Hch 16:15, Hch 16:33; Hch 18:8). La fe y el bautismo están íntegramente conectados. El bautismo llega después de la fe en Cristo, porque es la primera señal cristiana de fe en Él. La fe es al bautismo lo que las palabras son a las ideas. Es posible tener ideas sin palabras, pero se necesitan de palabras para que esas ideas las entiendan los demás. Lo mismo es cierto con el bautismo y la verdad en Cristo. Si una persona señala que ha puesto su fe en Jesucristo como su Salvador, querrá obedecerle como Señor y hacer lo que es bueno a los ojos de Dios.
para perdón de los pecados: ¿Diría Pedro que debemos bautizarnos para recibir el perdón a nuestros pecados? Las Escrituras señalan claramente que sólo nuestra fe nos justifica y no nuestras obras (Rom 4:1-8; Efe 2:8, Efe 2:9). La palabra crítica de esta oración es para, la que también se puede traducir por «con la idea de». Una comparación del mensaje de Pedro en Hch 10:34-43 deja en claro que el «perdón de los pecados» es para «los que creen». Se bautiza a los creyentes en vista de la obra de Dios del perdón, no con el fin de recibir ese perdón. El perdón de Dios en Cristo le da al bautismo su significado. El bautismo es una declaración pública de que se perdonan los pecados de una persona gracias a la obra de Cristo en la cruz. Se puede usar otra opción gramática para entender esto como «[tú] te arrepientes para el perdón de tus pecados y dejas que cada uno se bautice e el nombre de Jesucristo». Otros interpretan el bautismo como una señal y un sello de la gracia de Dios, similar a la circuncisión, que es un signo del pacto con Abraham.
el don del Espíritu Santo es la promesa de Jesús en Jua 14:16, Jua 14:17. El Espíritu Santo nos pone en comunión con el Padre y el Hijo. La presencia del Espíritu es la hermosa promesa del nuevo pacto (Jer 31:33, Jer 31:34), una indicación de que no sólo se perdonan nuestros pecados, sino también que el Señor ha puesto su Ley dentro de nosotros.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ARREPENTIOS, Y BAUTÍCESE CADA UNO. El arrepentimiento, el perdón de pecados y el bautismo son las condiciones necesarias para recibir el don del Espíritu Santo. Aunque Pedro exige que sus oyentes sean bautizados en agua antes de recibir la promesa del Padre (cf. Hch 1:4; Hch 1:8), eso no debe tomarse como un requisito absoluto para ser lleno del Espíritu, ni debe pensarse que el bautismo en el Espíritu sea una consecuencia automática del bautismo en agua.
(1) En esa situación, Pedro exigió el bautismo en agua antes de recibir la promesa porque en la mente de sus oyentes judíos se daba por sentado que el rito del bautismo implicaba una decisión de conversión. Sin embargo, el bautismo en agua no precede al bautismo en el Espíritu Santo en los ejemplos registrados en Hch 9:17-18 (el apóstol Pablo) y Hch 10:44-48 (los que estaban en casa de Cornelio).
(2) Cada creyente, después de arrepentirse de sus pecados y aceptar a Jesucristo por la fe, debe recibir (cf. Gál 3:14) un bautismo personal en el Espíritu. En el libro de Hechos los creyentes deseaban y buscaban el don del Espíritu, y se apropiaban de él (Hch 1:4; Hch 1:14; Hch 4:31; Hch 8:14-17; Hch 19:2-6); la única excepción posible a esa regla en el NT fue el caso de Cornelio (Hch 10:44-48). Por consiguiente, no debe considerarse el bautismo como un don automáticamente provisto para el creyente en Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Arrepentíos. Esto se refiere al cambio de mente y de propósito que hace volver al hombre de su pecado, a Dios (1Ts 1:9). Este cambio abarca mucho más que el simple temor a las consecuencias del juicio de Dios. El arrepentimiento genuino considera que se debe abandonar la maldad del pecado y abrazar la persona y la obra de Cristo en su totalidad. Pedro exhortó a sus oyentes a arrepentirse porque de lo contrario sería imposible experimentar una verdadera conversión (vea la nota sobre Mat 3:2; cp. Hch 3:19; Hch 5:31; Hch 8:22; Hch 11:18; Hch 17:30; Hch 20:21; Hch 26:20; Mat 4:17). bautícese. El significado literal de esta expresión es «ser sumergido o inmerso» en agua. Pedro, en obediencia al mandato de Cristo en Mat 28:19, instó a las personas que se arrepentían y se volvían al Señor Jesucristo para salvación, a identificarse con su muerte, sepultura y resurrección mediante las aguas del bautismo (cp. Hch 19:5; Rom 6:3-4; 1Co 12:13; Gál 3:27; vea las notas sobre Mat 3:2). Esta es la primera vez que de manera pública los apóstoles ordenaron a las personas que se bautizaran. Antes de esto, muchos judíos ya habían experimentado el bautismo de Juan el Bautista (vea las notas sobre Mat 3:1-3) y estaban también familiarizados con el bautismo de los gentiles convertidos al judaísmo (prosélitos). en el nombre de Jesucristo. Para el nuevo creyente, asumir esta identificación era un asunto decisivo pero costoso. para perdón de los pecados. Una mejor traducción de esta frase podría ser «por causa de la remisión de pecados». El bautismo no produce el perdón ni la limpieza de pecados. Vea las notas sobre 1Pe 3:20-21. La experiencia del perdón precede a la ceremonia del bautismo (v. Hch 2:41). El arrepentimiento genuino es lo que trae el perdón de Dios (remisión) de los pecados (cp. Efe 1:7) y es por esta razón que el creyente debía bautizarse. Sin embargo, el bautismo constituía un paso de obediencia permanente, y por esta razón se convirtió en sinónimo de la salvación. Así pues, decir que alguien se bautizaba para ser perdonado, era lo mismo que afirmar su salvación. Vea la nota sobre «un bautismo» en Efe 4:5. Todo creyente goza de la completa remisión de pecados (Mat 26:28; Luc 24:47; Efe 1:7; Col 2:13; 1Jn 2:12). el don del Espíritu Santo. Vea las notas sobre Hch 1:5 ; Hch 1:8.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:38 — Arrepentíos, — Mat 3:2; Mat 4:17; Luc 24:47; Hch 3:19; Hch 8:22; Hch 17:30; Hch 20:21. Obviamente la gente quedó convencida, es decir, tenía fe en Cristo; los «evangélicos» enseñan que la fe sola salva. Para ellos el único mandamiento — la única cosa que hacer — es creer, pero Pedro dio otros dos mandamientos. No dijo que no deberían hacer nada. El arrepentimiento significa «cambiar la mente o el propósito, y en el NT involucra siempre un cambio a mejor, una enmienda» (Vine). El arrepentimiento no es simplemente la tristeza por el pecado, porque 2Co 7:10 dice que «la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento».
— y bautícese cada uno de vosotros — 2:41; 8:12; 36-38; 9:18; 10:47; 16:15, 33; 18:8; 19:3-5; 22:16. Este mandamiento concuerda con las instrucciones de Jesús (Mat 28:19; Mar 16:16). Los judíos ya sabían el significado de este mandamiento porque cuando «vino Juan el Bautista predicando… salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados» (Mat 3:1-6). Se llamó el «bautista» (bautizador) porque este acto se originó con él; él era el bautizador en un sentido especial. El bautismo de Juan no era de origen humano, (véase Mat 21:25-26).
El verbo «bautizar» significa sumergirse, zambullirse; «era usada entre los griegos del teñido de vestidos, de sacar agua introduciendo una vasija en otra más grande, etc. Plutarco la usa de sacar vino introduciendo la copa en el cuenco» (Vine); el léxico de Grimm-Thayer dice acerca del bautismo del Nuevo Testamento, «an immersion in water» (una inmersión en agua). Dice el léxico Arndt-Gingrich, «dip, immerse» (sumergir, inmergir); dice el Nuevo Léxico Griego Español, «sumerjo» (del sustantivo: sumersión, inmersión). La Iglesia Ortodoxa Griega practica la inmersión solamente (ellos deben saber el significado de la palabra griega, baptizo).
El bautismo del Nuevo Testamento requiere agua (Hch 10:47); mucha agua (Jua 3:23); bajar al agua (Mat 3:13; Hch 8:38); una sepultura (Rom 6:4); una resurrección (Col 2:12); cuerpos lavados (Heb 10:22); y subir del agua (Mat 3:16; Hch 8:39).
El bautismo de Hch 2:38 no es el bautismo con el Espíritu Santo (1:5). El bautismo de Hch 2:38 es mandado, pero el bautismo con el Espíritu Santo no fue mandamiento sino promesa. Solamente los apóstoles (Hch 2:1-47) y la casa de Cornelio (Hch 10:1-48; Hch 11:1-30) fueron bautizados con el Espíritu Santo (véanse notas sobre Hch 1:4-5 y Hch 11:16-17).
— en el nombre de Jesucristo — por la autoridad de Jesucristo. Cuando Jesús dijo, «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra», inmediatamente ejerció esa potestad diciendo, «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo » (Mat 28:19). Los «Sólo Jesús» que enseñan que Pedro da una «fórmula» para decir al bautizar están muy equivocados. El texto — y otros semejantes — no nos dicen qué decir, sino qué hacer. Varios textos en Hechos hablan de bautizar en el nombre de Jesús pero las palabras de cada texto son diferentes a los demás; no hay fórmula (algo que decir al bautizar) en ninguno de ellos.
— para perdón de los pecados; — Es lo que los judíos urgentemente necesitaban, y es lo que todos necesitan «por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» (Rom 3:23). «Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones» (Sal 103:12); «El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados» (Miq 7:19); «Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades» (Heb 8:12).
Es una bendición grande para todos los de habla hispana que la palabra «para» no es nada ambigua, sino bien clara y específica en su significado. Que sepamos no hay versión castellana que no diga «para» en este texto. Si esta afirmación le extraña al lector, sepa que en algunas versiones inglesas la palabra traducida eis («para» en español) se traduce «for», palabra ambigua.
El significado de la expresión «para perdón de pecados», sin lugar a dudas, es que es necesario arrepentirse y bautizarse para obtener el perdón de pecados. Si el bautismo no es para perdón de pecados, entonces tampoco lo es el arrepentimiento, porque en Hch 2:38 los dos verbos están conectados por la conjunción «y». La gramática no permite que el arrepentimiento sea para perdón de pecados y el bautismo sea para otro propósito.
Aprovechando la ambigüedad de la palabra inglesa «for» muchos evangélicos argumentan que el bautismo no es para obtener el perdón de pecados, sino que la persona se bautiza porque sus pecados ya fueron perdonados (dicen que la palabra «for» puede significar «por causa de»). Pero, gracias a Dios, no hay tal confusión en las versiones castellanas y, por eso, no es posible «jugar» con la palabra «para».
El Sr. A. T. Robertson, un bautista erudito, ha permitido que su teología calvinista le llevara a conclusiones muy erróneas sobre este texto. Dice, » Para perdón de los pecados (eis aphesin ton hamartion humon). Esta frase es objeto de una controversia sin fin al contemplarla los lectores desde el punto de vista de una teología evangélica o de una teología sacramental»; es decir, según Robertson la afirmación de que el bautismo es para perdón de pecados es «teología sacramental» (la enseñanza de la Iglesia Católica Romana de que el bautismo es un sacramento y, por eso, un canal de gracia, aun para los infantes). La cita sigue, «En sí mismas, las palabras pueden expresar propósito u objetivo porque este empleo para eis existe, como en 1Co 2:7, eis doxan hemon (para nuestra gloria). Pero existe otro empleo que es un griego tan correcto como lo es el de emplear eis para propósito u objetivo. Se ve en Mat 10:41 en tres ejemplos eis onoma prophetou, dikaiou, mathetou, donde no puede ser propósito u objetivo, sino más bien la base, sobre la base del nombre del profeta, de justo, de discípulo, por cuanto uno es, etc. Se ve de nuevo en Mat 12:41 acerca de la predicación de Jonás (eis to kerugma Iona). Se arrepintieron debido a la predicación de Jonás. Las ilustraciones de ambos usos son numerosas en el N. T. y en el Koiné en general (Robertson, Grammar, p. 592). Uno decidirá su empleo aquí en base a lo que crea acerca de si el bautismo es esencial para la remisión de pecados o no. Mi postura está decididamente en contra de la idea de que Pedro, Pablo o ninguna otra persona en el N. T. enseñara que el bautismo sea esencial para la remisión de pecados o el medio de conseguir tal remisión. Así, entiendo que Pedro apremia al bautismo para cada uno de aquellos que ya se había vuelto (arrepentido), y que ello fuera hecho en el nombre de Jesucristo sobre la base del perdón de pecados que ya habían recibido».
¡He aquí la doctrina bautista! (que también es la doctrina de casi todos los evangélicos). El Sr. Robertson la explica en palabras bien claras. Para él los judíos ya estaban salvos cuando Pedro les dio este mandamiento.
Antes de refutar esta doctrina falsa, conviene citar otras obras bautistas: (1) En la primera página de la versión Dios llega al hombre leemos «Publicado por la Sociedad Bíblica Americana para La Convención General Bautista de Texas». ¿Cómo traduce esta versión la frase bajo consideración? «… y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados «. ¿Qué diría el Sr. Robertson de esta traducción? Desde luego, es correcta, porque esta expresión es igual a «para perdón de los pecados». (2) El Nuevo Comentario Bíblico es de la Casa Bautista de Publicaciones (de El Paso, Texas). ¿Qué dice este comentario bautista sobre Hch 2:38? «Pedro les aseguró el perdón y el don del Espíritu Santo garantizados por Dios si se arrepentían y eran bautizados en el nombre de Jesús como Mesías». Sería un poco difícil mal entender este comentario. (3) El Sr. Albert Barnes, otro erudito sectario (presbiteriano) dice, «El que viene para ser bautizado, viene con una convicción profunda que él es un pecador»; esto no concuerda con lo que dice el Sr. Robertson, porque éste dice que el que viene para ser bautizado ya se salvó de sus pecados. (4) Otro es el Sr. H. A. W. Meyer. Dice, » eis denota el objetivo del bautismo, que es la remisión de la culpa…». (5) John Peter Lange dice, «El apóstol promete a los que se arrepienten y reciben el bautismo (1) la remisión de pecados, y (2) el don del Espíritu Santo».
Pero ¿tiene razón el Sr. Robertson en su comentario sobre el uso de la palabra eis en Mat 10:41? Dice el texto, «El que recibe a un profeta por cuanto es profeta… por cuanto es justo»; dice LBLA, margen, «Lit., en nombre de». La palabra «en» es eis. ¿Cómo se usa aquí? Lenski explica bien el uso de eis en este texto; significa que la recepción del profeta o del justo ocurre en la esfera indicada por estos nombres; es decir, el profeta viene como profeta y es recibido como tal, el justo viene como justo y es recibido como tal. Por eso, aquí también la preposición eis lleva la idea de hacia, es decir, se hace la benevolencia mirando hacia esa esfera (para identificarse con el profeta o con el justo). Compárese Mat 28:19, «bautizándolos eis el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», es decir, para entrar en una relación salvadora con los tres.
Lo mismo en Mat 12:41, los de Nínive «se arrepintieron eis la predicación de Jonás». ¿Qué fue su predicación? «De aquí a cuarenta días Nínive será destruida». Entonces el pueblo se arrepintió eis, es decir, hacia lo que Jonás predicaba, tomando en cuenta lo que decía, y arrepintiéndose para evitar el castigo que esa predicación anunciaba. Por eso, la preposición eis no se usa en estos textos en Mateo de la manera que Robertson explica, y su argumento cae.
Es muy importante saber que la expresión «para perdón de pecados» (eis aphesin ton hamartion humon) de Hch 2:38 se encuentra también en Mat 26:28, «porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados». Por eso, si en Hch 2:38 esta expresión significa «porque los pecados ya fueron perdonados», entonces en Mat 26:28 significa que Cristo derramó su sangre porque los pecados del hombre ya fueron perdonados. Pero el Sr. Robertson no dice que en Mat 26:28 esta expresión quiere decir que Cristo murió porque ya fueron perdonados los pecados: él dice, «El propósito del derramamiento de su sangre del Nuevo Pacto era precisamente el de remitir (perdonar) pecados». Este erudito debe ser consecuente y decir la misma cosa al comentar sobre Hech. 2:38.
— y recibiréis el don del Espíritu Santo — hay mucha discusión acerca del significado de esta promesa. Muchos creen que Pedro promete los dones del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan y se bauticen para perdón de pecados, pero vemos en Hch 8:14-16 que los samaritanos que fueron bautizados no habían recibido tales poderes hasta que Pedro y Juan llegaran.
La expresión «el don del Espíritu Santo» puede significar el Espíritu mismo como don, o el don que El da. La gramática griega permite cualquiera de estas dos explicaciones, pero si se explican correctamente, no hay diferencia entre las dos.
Hch 8:20, «el don de Dios» significa algo que Dios da; 1Co 7:7, «don de Dios» es algo que Dios da; Efe 2:8, «don de Dios» es algo que Dios da; Efe 4:7, «don de Cristo» es algo que Cristo da. Por eso «don del Espíritu Santo» puede ser algo que el Espíritu Santo da. Si Pedro quiere decir el don que el Espíritu Santo nos da, se refiere a todos los privilegios, honores, bendiciones, en fin, todas las cosas relacionadas con la salvación (toda bendición espiritual en Cristo, Efe 1:3; las cosas «que pertenecen a la salvación», Heb 6:9).
Si se refiere al Espíritu Santo como don, esta bendición equivale al morar el Espíritu Santo en nosotros (5:32; Rom 8:9; 1Co 6:19-20). Esta misma bendición se llama la comunión del Espíritu Santo (2Co 13:14; Heb 6:4), o sea la participación en las cosas de El, es decir, todos los privilegios, honores, bendiciones, en fin, todas las cosas relacionadas con la salvación (toda bendición espiritual en Cristo, Efe 1:3; las cosas «que pertenecen a la salvación», Heb 6:9). Otros textos dicen que Dios mora en nosotros y que Cristo mora en nosotros. Todos se refieren a la comunión con Dios, la participación con Dios en cosas celestiales. Así es que en realidad esta explicación de la promesa es idéntica a la otra.
En cuanto a morar el Espíritu Santo en nosotros, es necesario entender que los escritores del Nuevo Testamento ponen el nombre «Espíritu Santo» (la causa) en lugar de los efectos logrados por El. No es bueno enseñar teorías acerca de una morada personal — mística o misteriosa — del Espíritu en los cristianos. Muchos dicen que El mora «personalmente» en nosotros, pero ¿qué quieren decir con esto? Esto solamente causa confusión. El peligro más grande es que se enseñe que el Espíritu Santo obre aparte de su Palabra y que haga cosas en nosotros o por nosotros no enseñadas en la Biblia.
Hay mucha discusión sobre las supuestas «medidas» del Espíritu Santo (la medida bautismal, la medida de dones espirituales, y la medida de morar el Espíritu Santo en nosotros). Esta idea se basa en Jua 3:34, «Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida». Algunos creen que este texto enseña que Dios no da el Espíritu por medida a Cristo, y que a otros sí les da el Espíritu por medida; sin embargo, no conviene decir que Dios da el Espíritu por medida a ninguno (el texto dice, «pues Dios no da el Espíritu por medida»).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Hch 1:5; Hch 3:19; Hch 8:16; Hch 10:48; Mat 3:2; Mat 8:11; Mar 1:15; Luc 3:3.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— el nombre de Jesucristo: Ver en VOCABULARIO BÍBLICO el significado de nombre en la cultura semita. Por lo demás, parece que en la más primitiva fórmula bautismal sólo se mencionaba a Jesucristo (ver Hch 8:16; Hch 10:48).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
b 103 Luc 24:47; Hch 17:30; Hch 26:20
c 104 Mat 28:19
d 105 Flp 2:9; Rev 19:16
e 106 Isa 44:22; Mat 26:28; Efe 1:7
f 107 Hch 8:20
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Arrepentíos. El arrepentimiento implica tanto un cambio de mente como de conducta de una persona cuando reconoce la verdad de que sólo en Cristo hay salvación (1 Ti 1:4, 5. Esto era parte esencial del mensaje apostólico (3:19; 26:20) y continúa siéndolo para la iglesia de hoy.
sed bautizados…en el nombre de Jesucristo. Por medio del bautismo el creyente se identifica con la muerte y resurrección de Cristo Jesús, y es una señal externa del arrepentimiento y el perdón de los pecados que se ha efectuado.
recibiréis el…Espíritu Santo. El don del Espíritu Santo es otorgado a todos los creyentes (1 Co 3:16; 12:13; Ef 1:13).
Fuente: La Biblia de las Américas
38 (1) Véanse las notas 2 (1) de Mt 3 y 15 (2) de Mr 1.
38 (2) Véanse las notas 6 (1) de Mt 3, 19 (3) de Mt 28, 5 (2) de Mr 1 y 16 (1) de Mr 16.
38 (3) Lit., sobre. El Nuevo Testamento usa tres preposiciones diferentes para describir la relación que existe entre el bautismo y el Señor:
(1) En, en (10:48). Ser bautizado en el nombre de Jesucristo equivale a ser bautizado en la esfera del nombre de Jesucristo, dentro del cual está la realidad del bautismo.
(2) Eis, *en ( Mat_28:19 Hch_8:16 Hch_19:5 Rom_6:3 ; Gál_3:27). Ser bautizado *en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, o *en él nombre del Señor Jesús, significa ser introducido en una unión espiritual con el Cristo todo-inclusivo, quien es la corporificación del Dios Triuno. Véanse las notas 16 (2) del cap.8 y 19 (4) dé Mt 28.
(3) Epi, sobre (v.38). Ser bautizado sobre el nombre de Jesucristo equivale a ser bautizado sobre la base de lo que representa el nombre de Jesucristo. Representa todo lo que la persona de Jesucristo es y todo lo que ha efectuado, lo cual constituye la fe de la economía neotestamentaria de Dios. Los que creen en Cristo son bautizados sobre esta base.
38 (4) El nombre denota la persona.
38 (5) El perdón de los pecados está basado en la redención que Cristo efectuó mediante Su muerte (10:43; Efe_1:7 1Co_15:3) y es la bendición inicial y básica de la salvación plena que Dios provee. Con base en este perdón, la bendición de la plena salvación de Dios avanza y tiene su consumación al recibir los creyentes el don del Espíritu Santo
38 (6) No se refiere a algún don distribuido por el Espíritu, como se menciona en Rom_12:6, 1Co_12:4 y 1Pe_4:10, sino al don que es el propio Espíritu Santo, dado por Dios a los que creen en Cristo como el don único que produce todos los dones mencionados en Ro 12; 1co 12; 1 P 4. Esos dones son las capacidades y habilidades necesarias para servir a Dios, y provienen de este único don, el Espíritu Santo.
38 (7) Este es el Espíritu todo-inclusivo del Dios Triuno procesado en Su economía neotestamentaria, tanto en el aspecto esencial para la vida como en el aspecto económico para impartir poder; este Espíritu es dado a los creyentes al momento de creer en Cristo ( Efe_1:13 Gál_3:2) y constituye la bendición todo-inclusiva del pleno evangelio de Dios ( Gál_3:14), para que ellos disfruten todas las riquezas del Dios Triuno ( 2Co_13:14). Los apóstoles predicaron y ministraron a Cristo, pero cuando sus oyentes se arrepentían y creían en El, recibían el maravilloso Espíritu del Dios Triuno. Esto implica que este Espíritu es precisamente el propio Cristo resucitado y ascendido. Aquí el hecho de recibir el Espíritu es tanto esencial como económico, en un sentido general y todo-inclusivo, y difiere del hecho de recibir el Espíritu según 8:15-17 y 19:2-6, donde se narra en particular cómo los creyentes recibieron el Espíritu cuando éste vino sobre ellos en el aspecto económico.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Arrepentíos. Cambiar de mentalidad; específicamente, aquí, acerca de Jesús de Nazaret, y reconocerle como Señor (i.e., Dios) y Cristo (i.e., Mesías). Tal arrepentimiento trae salvación. También es necesario el arrepentimiento en la vida cristiana en relación con pecados específicos (2Co 7:9; Apo 2:5).
bautícese…para perdón de los pecados. Sobre el bautismo, véase nota en Mat 3:11. El bautismo de agua es señal exterior del arrepentimiento y del perdón de los pecados. El perdón se obtiene mediante la fe en Cristo, no mediante el acto del bautismo (para podría significar aquí «a causa de», como en Mat 12:41).
el don del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un don para todos los que creen, no un galardón para algunos.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
liberación… → §262; vuestros… M↓ omiten.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R389 Εἰς por sí no expresa fin (comp. Mat 10:41), pero puede usarse como tal en este caso (con el propósito de, o para que dé como resultado -M90).
T214 Τοῦ ἁγίου πνεύματος se usa como un genitivo apositivo con τὴν δωρεάν, que significa: el don, que es el Espíritu.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
M i omiten vuestros.