Biblia

Comentario de Hechos 27:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 27:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Puesto que había transcurrido mucho tiempo y se hacía peligrosa la navegación, porque también el Ayuno ya había pasado, Pablo les amonestaba

por haber pasado ya el ayuno. Lev 16:29; Lev 23:27-29; Núm 29:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo les amonestaba: Pablo estuvo en el mar muchas veces antes. Naufragó, al menos, en dos oportunidades (1Co 11:25), por lo que tenía base para decir lo que decía. Sin embargo, su consejo fue rechazado. Debido a que Buenos Puertos era un lugar pequeño, los marineros trataron de llegar hasta Fenice, el puerto mayor de la isla de Creta, a cerca de cien kilómetros. Era posible que el dueño del barco quisiera llegar a un puerto de mayor tamaño para poder vender sus granos. Además, Julio, el centurión a bordo, probablemente quería un lugar mejor para que invernara su tripulación. En otras palabras, la avaricia y el deseo de comodidad los alejaron del camino del buen sentido.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

pasado ya el ayuno. Vea la nota sobre Zac 7:3; cp. Lev 23:26-32. El viaje por mar abierto era peligroso entre mediados de septiembre y mediados de noviembre, después de lo cual cesaba por completo hasta febrero. Como ya había tenido lugar el ayuno (en el día de la Expiación) a finales de septiembre o comienzos de octubre, cualquier viaje adicional acarrearía muchos peligros.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

PELIGROS EN EL MAR

Hechos 27:9-20

Como habíamos perdido tanto tiempo era peligroso seguir la navegación, porque estábamos a finales de septiembre, pasado el Ayuno. Pablo les aconsejaba:
-Hombres, preveo que la navegación va a resultar un desastre y a causarnos grandes pérdidas, no sólo materiales sino hasta humanas.
Pero el centurión daba más crédito a lo que decían el piloto y el patrón que á Pablo. Y, como el puerto no ofrecía facilidades para invernar, sé decidió por mayoría zarpar de allí; a ver si se podía llegar a Fénix, que es un puerto de Creta abierto a los vientos del Nordeste y el Sudeste, para invernar.

Cuando se levantó una leve brisa del Sur les pareció que ya tenían lo que querían, así es que levaron anclas y fueron costeando Creta. Pero al poco tiempo se desencadenó un verdadero huracán que soplaba del Nordeste, que arrebató la nave, ya que no se podía mantener la proa al viento. Así que tuvimos que rendirnos y dejarnos llevar a la deriva. Arrastrados al abrigo de un islote que se llama Cuando nos vimos negros para recuperar el esquife. Cuando lo izaron a bordo usaron el cordaje para reforzar el casco. Tenían miedo de encallar en la arena de la Sirte, así que arriaron las velas y nos quedamos a la deriva. El día siguiente seguíamos a merced de la furiosa tempestad, así es que empezaron a alijar, y al tercer día tiramos por la borda con nuestras propias manos los aparejos de la nave que quedaban. Nos pasamos muchos días sin ver ni el sol ni las estrellas y seguía rugiendo la tempestad; de modo que ya íbamos perdiendo la esperanza de salir con vida.

No cabe la menor duda que Pablo era el viajero más experimentado de todos los que iban en aquella nave. El Ayuno que se menciona es el del Día de la Expiación de los judíos, que cae en el equinoccio de otoño. Según la práctica marinera de aquel tiempo, era peligroso navegar después de septiembre, e imposible en noviembre. Hay que recordar siempre que los barcos antiguos no tenían sextante ni brújula, ni por tanto forma de orientarse en la niebla. Pablo aconsejó que invernaran donde se encontraban, en Buenos Puertos. Como hemos visto, la nave era probablemente un carguero alejandrino de cereales. El propietario probablemente habría sido contratado para llevar un cargamento de trigo a Roma. El centurión, que sería el oficial de más categoría a bordo, tendría la última palabra. Es significativo que Pablo, que no era más que un preso, pudo expresar su opinión. Pero Buenos Puertos no estaba cerca de ninguna ciudad grande donde pudiera invernar la tripulación; así es que el centurión desestimó el consejo de Pablo y adoptó el del piloto y el patrón de seguir navegando a lo largo de la costa hasta Fénix, que era un puerto más amplio.
Un inesperado viento del Sur parecía confirmar el plan; pero pronto los asaltó el viento del Nordeste. Era una tempestad, y el peligro era que, si no podían controlar la nave, darían inevitablemente en las arenas de la Sirte del Norte de África que fueron el cementerio de muchos barcos. Para entonces ya habían podido recuperar el esquife, que habría ido remolcado detrás, y subirlo a bordo, no fuera que se anegara de agua o que se estrellara contra el barco. Empezaron a tirar por la borda todo lo prescindible para aligerar la nave. Como no podían ver ni el Sol ni las estrellas, no sabían dónde estaban, y el miedo a caer en las arenas de la Sirte los atenazaba hasta el punto de hacerles perder toda esperanza.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— entrado el otoño: Lit. pues había pasado ya el ayuno. Es decir, la fiesta del Ayuno o fiesta de la Expiación (el Yom Kippur hebreo), que se celebraba a finales de septiembre. A partir de estas fechas la navegación se consideraba ya peligrosa, aunque sólo se interrumpía desde noviembre hasta marzo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “el ayuno [otoñal]”. J22(heb.): yohm hak·kip·pu·rím, “el día de la expiación”.

REFERENCIAS CRUZADAS

f 1368 Lev 16:29; Lev 23:27

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el Ayuno había pasado ya. El Ayuno (Día de Expiación) se observaba el día décimo de Tishri (octubre). Era peligroso navegar el Mediterráneo desde mediados de septiembre, y se cerraba a la navegación desde mediados de noviembre hasta marzo.

Fuente: La Biblia de las Américas

9 (1) Es decir, el día de la propiciación ( Lev_16:29-31 ; Lev_23:27-29 ; Núm_29:7).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

por haber pasado ya el ayuno. La ley sólo prescribía un ayuno: el del día de la Expiación (Lev 16:29-34). Si el año era el 59, el ayuno fue el 5 de octubre. Esto significa que Pablo dejó Cesarea en agosto o septiembre y no llegó a Roma hasta marzo siguiente.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Ayuno… Es decir, el del día de la expiación.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

BD328 El tiempo imperfecto de παρῄνει implica que esta amonestación no se puso en práctica.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

I.e., el Día de Expiación, a fines de septiembre o principios de octubre

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, el del día de la expiación, (5 de octubre, aquel año).

Fuente: La Biblia Textual III Edición

* “El Ayuno”: El Día de la Expiación, probablemente celebrado en octubre, por lo cual navegar en esta temporada podía ser peligroso.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento