Comentario de Hechos 28:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando llegamos a Roma, a Pablo le fue permitido vivir aparte, con un soldado que le custodiaba.
28:16 — Cuando llegamos a Roma, — Esta es la última referencia a la presencia de Lucas con Pablo. El dice «llegamos», pero después de esto no sabemos más de Lucas hasta que Pablo escribiera a los colosenses (Col 4:14) y a Filemón (v. 24).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Cuando llegamos a Roma. Hch 2:10; Hch 18:2; Hch 19:21; Hch 23:11; Rom 1:7-15; Rom 15:22-29; Apo 17:9, Apo 17:18.
el centurión entregó los presos. Hch 27:3, Hch 27:31, Hch 27:43.
al prefecto militar. Gén 37:36; 2Re 25:8; Jer 40:2.
pero a Pablo se le permitió vivir aparte. Hch 28:30, Hch 28:31; Hch 24:23; Hch 27:3; Gén 39:21-23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Como a Pablo no se le acusaba de un crimen peligroso no se le consideraba una amenaza política, se le permitió vivir aparte bajo arresto domiciliario. Esto significa que podía estar con sus amigos y ejercer su ministerio a los judíos romanos y a los gentiles.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CUANDO LLEGAMOS A ROMA. Pablo había deseado predicar el evangelio en Roma (Rom 15:22-29), y también Dios había querido que él lo hiciera (Hch 23:11). Sin embargo, Pablo llegó a Roma encadenado y sólo después de retrasos, tormentas, naufragio y muchos contratiempos. Aunque Pablo permaneció fiel. Dios no hizo que su camino fuera fácil ni libre de obstáculos. También el creyente de hoy puede estar en la voluntad de Dios y serle fiel en todo, y sin embargo verse encaminado por sendas desagradables y obstaculizadas por dificultades. Pero aun así puede estar seguro de que Dios obra en todo para el beneficio de quienes lo aman (Rom 8:28).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
el centurión entregó los presos al prefecto militar. Muchos manuscritos griegos omiten esta frase. Si es parte del texto original, indica que Julio entregó los prisioneros a su comandante o al comandante de la guardia pretoriana. vivir aparte … que le custodiase. Quizá por intervención de Julio, a Pablo se le permitió vivir bajo guardia en su propia residencia de alquiler (cp. v. Hch 28:30).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
28:16 — Cuando llegamos a Roma, — Esta es la última referencia a la presencia de Lucas con Pablo. El dice «llegamos», pero después de esto no sabemos más de Lucas hasta que Pablo escribiera a los colosenses (Col 4:14) y a Filemón (v. 24).
— el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió vivir aparte, — Pablo era un prisionero especial, y no fue tratado como los demás. Compárese 24:23; 27:3. El llegó a Roma como un romano no condenado que había apelado a César. El tratamiento especial de Pablo probablemente fue el resultado de la presentación de la carta de Festo y la recomendación de Julio quien podía decir con toda confianza que todos los 276 pasajeros del barco debían su vida a Pablo. Este arreglo favorable le permitió recibir a los hermanos. De esta manera Dios le concedió su deseo de conocer a estos hermanos (Rom 1:9-11; Rom 15:24).
— con un soldado que le custodiase. — Humanamente hablando podríamos exclamar ¡Qué injusticia que un hombre reconocido como inocente tuviera que ser custodiado! Pero esta situación humillante le facilitó oportunidades que no hubiera tenido como hombre libre. Como se ha observado desde el cap. 21 cuando él fue prendido, Pablo había cumplido al pie de la letra la profecía del Señor hecha a Ananías (9:15, 16), y ahora en Roma seguirá cumpliéndola al predicar a tantos hombres eminentes en la Ciudad Real. ¿A cuántos soldados llegó a conocer el apóstol durante esos dos años? Seguramente llegaron a ser buenos amigos. Turnaban los soldados que le custodiaban y cada soldado llegó a conocer a Pablo muy bien y tenía que escuchar su enseñanza «de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás» (Flp 1:13). Ahora Pablo está en Roma, pero todavía es un prisionero; vive día y noche «con un soldado que le custodiase». ¿Qué puede hacer por Cristo en esta condición? Solamente sentarse encadenado a un soldado esperando la sentencia del emperador o esperando que Dios le concediera su libertad para poder seguir viajando y predicando el evangelio? Los siguientes versículos bien explican esta importante pregunta. El ministerio de Pablo en Roma como prisionero es uno de los más importantes capítulos de su ministerio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
RECHAZO DE LOS JUDÍOS
Hechos 28:16-29
Cuando llegamos a Roma, a Pablo le permitieron vivir por su cuenta, con un soldado que le vigilara. A los tres días invitó a los responsables locales de los judíos a que vinieran a verle; y, cuando se presentaron, les dijo:
-Hermanos, aunque yo no había hecho nada en contra de la nación judía ni en desacuerdo con nuestras costumbres ancestrales, me entregaron a los Romanos en Jerusalén. Cuando los Romanos me interrogaron, me querían dejar en libertad, porque no había nada en mi vida ni en mi conducta que mereciera la pena de muerte; pero los judíos se opusieron a que se me diera la libertad, y yo no tuve más remedio que apelar al César, pero no porque tenga nada contra mi nación. Es únicamente porque me mantengo firme en la esperanza que comparte todo Israel por lo que llevo esta cadena, y por eso he pedido que se me concediera veros y hablaros.
A nosotros -le respondieron- no nos han llegado cartas de Judasa referentes a ti; ni nos ha traído ningún miembro de la comunidad judía que haya venido por aquí ningún informe ni rumor de que hayas estado involucrado en ninguna cuestión criminal. Creemos que es lo más correcto escucharte exponer tus opiniones. Lo único que sabemos acerca de esa secta es que todo el mundo está en contra de ella.
Así es que quedaron para otro día, y vinieron a su alojamiento todavía más que la vez anterior. Pablo les expuso su testimonio personal del Reino de Dios desde la mañana hasta la noche, demostrando sus afirmaciones con argumentos- sólidos y tratando de persuadirlos para que aceptaran a Jesús con citas de la Ley de Moisés y de los Profetas.
Algunos de ellos se convencieron de lo que les dijo; pero otros se negaron a aceptarlo. Estaban muy lejos de estar de acuerdo entre sí; así es que Pablo les dijo por último:
-¡Bien dijo el Espíritu Santo a vuestros antepasados por medio del profeta Isaías: » Ve a este pueblo y diles: – «Es verdad que vais a oír, – pero no lo es menos que no vais a entender nada – del sentido de lo que se os diga; – es verdad que vais a ver, – pero no vais a daros ni cuenta – de lo que quiere decir lo que veáis. » – La inteligencia se le ha embotado a este pueblo a fuerza de no usarla, – y se han hecho los sordos, – y han cerrado los ojos aposta, -para no ver con sus ojos – ni oír con sus oídos, – ni entender con sus mentes, – y convertirse y encontrar en Mí su curación.» Quiero que sepáis que el poder salvador de Dios ha sido enviado a los gentiles, y ellos sí escucharán.
Cuando les dijo eso, los judíos se marcharon discutiendo acaloradamente entre sí.
Hay algo inmensamente maravilloso en el hecho de que, hasta el final, dondequiera que fuera, Pablo empezaba con los judíos. Llevaban más de treinta años haciendo todo lo posible para crearle problemas, deshacerle el trabajo y hasta matarle; y a pesar de todo sigue siendo a ellos a los que ofrece el mensaje en primer lugar. Si hay algún ejemplo de esperanza invencible y de amor a toda prueba, son los de Pablo predicando en primer lugar a los judíos hasta en Roma.
Al final llega a la conclusión que se implica en la cita de Isaías. Es que esto también es la Obra de Dios: el que los judíos rechazaran a Jesús fue lo que les abrió la puerta a los gentiles. Hay un propósito en todo; al timón de todas las cosas está la mano del Piloto invisible. La puerta que se cerraron los judíos se abrió a los gentiles; y eso no es el final, porque alguna vez, al final del día, habrá un rebaño y un Pastor.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— un soldado que lo vigilara: Según las normas vigentes, este régimen de favor implicaba que el preso tuviera su brazo derecho atado con una cadena al brazo izquierdo del soldado que lo custodiaba. No parece que tal disposición se cumpliera siempre al pie de la letra y con absoluta rigidez. Por otro lado, el texto occidental (ver Introducción general al libro) y también, en parte, bastantes mss. de la familia antioquena dicen: Cuando entramos en Roma, el oficial entregó los detenidos al encargado de los presos extranjeros permitiéndosele a Pablo alojarse fuera del campo militar (es decir, del pretorio). Son detalles que pueden responder a la realidad.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Hch 24:23; Hch 28:30.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
k 1399 Hch 24:23
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
entramos en Roma. Aquí termina la tercera sección de «nosotros` en Hechos (cp. 16:10; 20:5; 27:1).
se le permitió vivir aparte. Pablo pagaba su propio alojamiento (vers. 30), bajo arresto domiciliario. Tenía cadenas y estaba custodiado por un soldado (vers. 20; Fil 1:12– 13).
Fuente: La Biblia de las Américas
aparte… M↓ añaden el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T58 Ἐπιτρέπομαι con el dativo significa: permitírsele (comp. Hch 26:1).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Los mss. más antiguos no incluyen: el centurión … pero
Fuente: La Biblia de las Américas
M i añaden el centurión entregó los presos al prefecto militar, pero a Pablo se le permitió.