Biblia

Comentario de Hechos 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 3:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero Pedro le dijo: —No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!

3:6

— Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro. — Hch 2:45 dice que los discípulos vendían sus posesiones y 4:35 dice que el dinero fue puesto a los pies de los apóstoles. ¿Por qué, pues, no tuvieron dinero Pedro y Juan? Porque ese dinero fue repartido entre los santos necesitados.

Según algunos comentarios, cierto Papa de Roma, al mostrar los tesoros del vaticano a un visitante, le dijo, «Ya ves que no puedo decir como el apóstol Pedro, ‘no tengo plata ni oro'»; contestó su visitante: «Tampoco puedes decir, como Pedro dijo al cojo, ‘levántate y anda'».

El Señor Jesucristo nació en un pesebre y no tenía donde recostar la cabeza. Su ministerio no dependía del dinero. Esto quiere decir que el oro y la plata no son las posesiones más grandes de la tierra. Pedro no tenía oro y plata, pero era un hombre riquísimo. Lo que él tenía valía mucho más que los tesoros de la tierra . Gracias a Dios, no es necesario que el cristiano o la iglesia tenga plata y oro para que la obra del Señor siga adelante. ¡El reino de Dios no depende del dinero! No depende de terrenos y edificios, ni salarios para predicadores. Parece que la mayoría de los cristianos del primer siglo eran pobres. Muchos de ellos eran esclavos. No se puede afirmar que el crecimiento de la iglesia de aquel entonces se debió a la riqueza de los santos.

Es bueno y necesario ayudar a los pobres, con tal que la ayuda se administre con buen juicio, pero no conviene que tal ayuda promueva la desidia. Los pobres que asisten a la iglesia para pedir limosnas abusan de la iglesia. La iglesia debe ser cumplida en ayudar a los santos pobres, pero la iglesia no existe para la administración de la benevolencia general. Más bien, existe para predicar el mensaje de salvación. No existe para sanar el cuerpo sino el alma. Los que predican el «evangelio social» no conocen el evangelio verdadero.

— pero lo que tengo te doy. — Hay lecciones valiosas en las palabras, «lo que tengo te doy». Compárense los siguientes ejemplos:

1. Éxo 4:2, Dios preguntó a Moisés, «¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra». La lección en este texto es que Dios puede usar lo que cada quien tiene en la mano para llevar a cabo su divina voluntad.

2. 1Sa 17:40; 1Sa 17:49, David «tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo… e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra». David bien sabía que él salió contra el gigante en la fuerza y por la voluntad de Dios, quien usó lo que David tenía en la mano para llevar a cabo esta gran victoria sobre sus enemigos.

3. Mar 14:3-8, «Esta ha hecho lo que podía» (la mujer que ungió a Jesús con el perfume de nardo puro).

4. Lo mismo se puede decir de Dorcas, de Febe, de la casa de Estéfanas y, con aun más énfasis, de los apóstoles y otros evangelistas que se prestaban para el servicio de Dios, usando sus vidas y talentos para la gloria de Dios.

5. Lo importante es que no hagamos como el hombre de un solo talento que lo escondió en la tierra, Mat 25:25. A este hombre le convenía decir, «no tengo cinco o dos talentos, pero aunque tenga un solo talento, lo voy a emplear bien, tratando de duplicarlo para agradar a mi señor».

6. Debemos agregar otro pensamiento y es lo siguiente: los cristianos no poseen los dones del Espíritu Santo ahora y, por eso, no pueden sanar milagrosamente, pero el beneficio que pueden dar vale mucho más que las riquezas del mundo y mucho más que la sanidad del cuerpo. Los cristianos pueden enseñar el evangelio y guiar a la gente hacia Dios para la salvación de sus almas. De esta manera pueden beneficiar a la gente en toda manera: física, mental y sobre todo espiritualmente. Compárese 2Co 6:10, «como pobres, mas enriqueciendo a muchos». Este texto no se refiere a los beneficios físicos sino a los espirituales. Por lo tanto, como dice 1Pe 4:10, «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios».

— en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. — Pedro ordena que el cojo se levante y camine en el nombre que hacía pocos días se había colocado como inscripción o título sobre una cruz romana. El nombre de Jesucristo sana el cuerpo y también sana el alma (2:38). Muchos judíos solamente querían olvidar el nombre de Jesús de Nazaret, pero aquí mismo en Jerusalén donde lo entregaron a los romanos, y en el templo, su nombre es anunciado y glorificado.

Pedro dijo, «lo que tengo te doy», pero inmediatamente dijo que lo hacía en el nombre de Jesucristo (el poder sanador no estaba en Pedro sino en Cristo). Es lo que Jesús prometió en Mar 16:17-18; véanse también Hch 3:12-13; Hch 4:10-11. Los apóstoles nunca trataron de hacer milagros en su propio nombre, sino que siempre invocaron el nombre del Señor. Toda la gloria era para El. El cojo entendió esto (véase el ver. 8). Cuando Pedro dijo «de Nazaret», es probable que el cojo supiera de quién hablaba, porque Jesús enseñaba cada día en el templo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no tengo plata ni oro. Mat 10:9; 1Co 4:11; 2Co 6:10; 2Co 8:9; Stg 2:5.

pero lo que tengo te doy. Mar 14:8; 2Co 8:12; 1Pe 4:10.

en el nombre. Hch 3:16; Hch 4:7; Hch 9:34; Hch 16:18; Hch 19:13-16; Mat 7:22; Mar 16:17.

de Jesucristo de Nazaret. Hch 2:22, Hch 2:36; Hch 4:10; Hch 10:38; Jua 19:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los apóstoles señalaron de inmediato que lo que iban a hacer no era por su propio mérito. Ellos representan a Jesucristo. Gracias a su nombre el mendigo recibiría el milagro de Dios. La frase «en el nombre de Jesucristo de Nazaret» no es una fórmula mágica que se usa para afirmar o garantizar una plegaria. El nombre de una persona representa su autoridad y la influencia. El poder del nombre de Jesús proviene de lo que hace el Espíritu Santo por ese nombre. Fíjese que Pedro y Juan no extendieron sus manos sobre el mendigo ni oraron para que Dios lo sanase. En vez de eso, como apóstoles con poder de Dios para realizar señales y maravillas, simplemente le dijeron levántate y anda.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO… LEVÁNTATE Y ANDA. La sanidad del mendigo cojo se efectuó por el poder de Cristo obrando por medio de sus apóstoles. Jesús dijo a sus seguidores respecto a los que creerían en El: «En mi nombre… sobre los enfermos pondrán sus manos, sanarán» (Mar 16:17-18). La iglesia llevo adelante el ministerio sanador de Jesucristo en obediencia a su voluntad. El milagro fue realizado mediante la fe «en el nombre de Jesucristo» y «dones de sanidades» operando por medio de Pedro (véase 1Co 12:1; 1Co 12:9). Pedro declaró que el no tenía plata ni oro, pero le daría al mendigo cojo algo mucho más valioso. Las iglesias que disfrutan de bastante prosperidad material debieran meditar en esas palabras de Pedro. Varias iglesias de la actualidad ya no pueden decir: «No tengo plata ni oro.» Tampoco parece que estuvieran capacitadas para declarar: «En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.»

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

3:6 — Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro. — Hch 2:45 dice que los discípulos vendían sus posesiones y 4:35 dice que el dinero fue puesto a los pies de los apóstoles. ¿Por qué, pues, no tuvieron dinero Pedro y Juan? Porque ese dinero fue repartido entre los santos necesitados.
Según algunos comentarios, cierto Papa de Roma, al mostrar los tesoros del vaticano a un visitante, le dijo, «Ya ves que no puedo decir como el apóstol Pedro, ‘no tengo plata ni oro'»; contestó su visitante: «Tampoco puedes decir, como Pedro dijo al cojo, ‘levántate y anda'».
El Señor Jesucristo nació en un pesebre y no tenía donde recostar la cabeza. Su ministerio no dependía del dinero. Esto quiere decir que el oro y la plata no son las posesiones más grandes de la tierra. Pedro no tenía oro y plata, pero era un hombre riquísimo. Lo que él tenía valía mucho más que los tesoros de la tierra . Gracias a Dios, no es necesario que el cristiano o la iglesia tenga plata y oro para que la obra del Señor siga adelante. ¡El reino de Dios no depende del dinero! No depende de terrenos y edificios, ni salarios para predicadores. Parece que la mayoría de los cristianos del primer siglo eran pobres. Muchos de ellos eran esclavos. No se puede afirmar que el crecimiento de la iglesia de aquel entonces se debió a la riqueza de los santos.
Es bueno y necesario ayudar a los pobres, con tal que la ayuda se administre con buen juicio, pero no conviene que tal ayuda promueva la desidia. Los pobres que asisten a la iglesia para pedir limosnas abusan de la iglesia. La iglesia debe ser cumplida en ayudar a los santos pobres, pero la iglesia no existe para la administración de la benevolencia general. Más bien, existe para predicar el mensaje de salvación. No existe para sanar el cuerpo sino el alma. Los que predican el «evangelio social» no conocen el evangelio verdadero.
— pero lo que tengo te doy. — Hay lecciones valiosas en las palabras, «lo que tengo te doy». Compárense los siguientes ejemplos:
1. Éxo 4:2, Dios preguntó a Moisés, «¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra». La lección en este texto es que Dios puede usar lo que cada quien tiene en la mano para llevar a cabo su divina voluntad.
2. 1Sa 17:40; 1Sa 17:49, David «tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo… e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra». David bien sabía que él salió contra el gigante en la fuerza y por la voluntad de Dios, quien usó lo que David tenía en la mano para llevar a cabo esta gran victoria sobre sus enemigos.
3. Mar 14:3-8, «Esta ha hecho lo que podía» (la mujer que ungió a Jesús con el perfume de nardo puro).
4. Lo mismo se puede decir de Dorcas, de Febe, de la casa de Estéfanas y, con aun más énfasis, de los apóstoles y otros evangelistas que se prestaban para el servicio de Dios, usando sus vidas y talentos para la gloria de Dios.
5. Lo importante es que no hagamos como el hombre de un solo talento que lo escondió en la tierra, Mat 25:25. A este hombre le convenía decir, «no tengo cinco o dos talentos, pero aunque tenga un solo talento, lo voy a emplear bien, tratando de duplicarlo para agradar a mi señor».
6. Debemos agregar otro pensamiento y es lo siguiente: los cristianos no poseen los dones del Espíritu Santo ahora y, por eso, no pueden sanar milagrosamente, pero el beneficio que pueden dar vale mucho más que las riquezas del mundo y mucho más que la sanidad del cuerpo. Los cristianos pueden enseñar el evangelio y guiar a la gente hacia Dios para la salvación de sus almas. De esta manera pueden beneficiar a la gente en toda manera: física, mental y sobre todo espiritualmente. Compárese 2Co 6:10, «como pobres, mas enriqueciendo a muchos». Este texto no se refiere a los beneficios físicos sino a los espirituales. Por lo tanto, como dice 1Pe 4:10, «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios».
— en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. — Pedro ordena que el cojo se levante y camine en el nombre que hacía pocos días se había colocado como inscripción o título sobre una cruz romana. El nombre de Jesucristo sana el cuerpo y también sana el alma (2:38). Muchos judíos solamente querían olvidar el nombre de Jesús de Nazaret, pero aquí mismo en Jerusalén donde lo entregaron a los romanos, y en el templo, su nombre es anunciado y glorificado.
Pedro dijo, «lo que tengo te doy», pero inmediatamente dijo que lo hacía en el nombre de Jesucristo (el poder sanador no estaba en Pedro sino en Cristo). Es lo que Jesús prometió en Mar 16:17-18; véanse también Hch 3:12-13; Hch 4:10-11. Los apóstoles nunca trataron de hacer milagros en su propio nombre, sino que siempre invocaron el nombre del Señor. Toda la gloria era para El. El cojo entendió esto (véase el ver. 8). Cuando Pedro dijo «de Nazaret», es probable que el cojo supiera de quién hablaba, porque Jesús enseñaba cada día en el templo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Hch 3:16; Hch 4:10; Hch 16:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 132 2Co 6:10

h 133 Mat 2:23; Hch 4:10

i 134 Hch 3:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

6 (1) Pedro no poseía ni plata ni oro, pero la catedral de San Pedro en Roma fue construida con oro en gran abundancia. Pedro no tenía ni plata ni oro, pero tenía el nombre, la persona, de Jesucristo. El era pobre en plata y oro, pero rico en Cristo. La Iglesia Romana está llena de oro, pero no de la persona de Cristo. Es rica en oro, pero pobre en Cristo.

6 (2) Denota a Aquel que fue despreciado por los líderes judíos ( Jua_1:45-46 ; Hch_22:8 ; Hch_24:5).

6 (3) Algunos mss. omiten: levántate y.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

en el nombre de Jesucristo. Invocando Su poder y Su autoridad.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

¡anda!… M↓ antepone levántate y.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Algunos mss. dicen: levántate y anda

Fuente: La Biblia de las Américas

M i añaden levántate y.

Fuente: La Biblia Textual III Edición