Así que, los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: —No conviene que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir a las mesas.
6:2 — Entonces — Pronto. De una vez. No esperaban otras tres semanas o dos meses hasta que hubiera división en la iglesia. Los problemas de la iglesia no deben descuidarse. No se resuelven solos, como muchos suponen.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
los doce convocaron. Hch 21:22.
No es justo que nosotros. Hch 4:19; Hch 25:27.
dejemos la palabra de Dios. Éxo 18:17-26; Núm 11:11-13; Deu 1:9-14; Neh 6:3; 2Ti 2:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
dejemos la palabra de Dios: Lo importante aquí no está en culpar, sino en remediar la aparente injusticia. Los apóstoles sabían que el problema sobre la ayuda al necesitado necesitaba de atención. Aunque los apóstoles eran los suficientemente sensibles para reconocer el problema, también eran cuidadosos al reconocer las prioridades que Dios pone a los líderes de la Iglesia. Ellos no podían dejar de lado su misión, esto es, declarar y enseñar la Palabra de Dios y establecer la Iglesia en la oración.
servir a las mesas: En los tiempos del NT. se hacían los negocios en las mesas. La labor de administrar y distribuir el cuidado a los necesitados se efectuaría en las mesas, y por lo tanto, era una labor de servicio, más que un ministerio de palabra. Las palabras servir aquí y ministerio en el v. Hch 6:4 traducen palabras griegas que se relacionan con la palabra diácono.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
servir a las mesas. La palabra que traduce «mesas» podría referirse a mesas utilizadas para asuntos de negocios (cp. Mat 21:12; Mar 11:15; Jua 2:15) o a las que se utilizan para servir las comidas. El hecho de ocuparse en asuntos monetarios o en servir las comidas habría alejado a los doce de su actividad primordial (vea la nota sobre el v.Hch 6:4).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:2 — Entonces — Pronto. De una vez. No esperaban otras tres semanas o dos meses hasta que hubiera división en la iglesia. Los problemas de la iglesia no deben descuidarse. No se resuelven solos, como muchos suponen.
— los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. — Esto no indica que los apóstoles se habían dedicado a servir mesas y que ahora pensaban dejar de hacerlo, sino que siendo apóstoles ellos sí podrían hacer esa obra con toda equidad, pero que tenían otra obra más importante.
En cuanto a la palabra servir (diakonein), «es de la misma raíz que diakonia (distribución) en el ver. 1 y que diácono en Flp 1:1 y 1Ti 3:8-13. Se emplea con más frecuencia en el N. T. de ministros (predicadores) que de diáconos (1Co 3:5; 2Co 3:6; Efe 3:7)» (Vine). Algunos suponen que este caso es el primer ejemplo de haber diáconos en la iglesia, como los de Flp 1:1; 1Ti 3:8-13, pero esta conclusión no es necesaria, porque (1) Lucas no les llama diáconos, (2) los requisitos nombrados aquí y en 1Ti 3:1-16 no son iguales; (3) estos siervos se escogieron para un servicio especial y provisional y (4) no sabemos si ya había ancianos en la iglesia de Jerusalén, pero no es correcto escoger diáconos (como los de Flp 1:1; 1Ti 3:8-13) si no hay ancianos, porque en tal caso obviamente los diáconos harían el papel de ancianos.
Otro detalle importante en cuanto a la obra de diáconos (Flp 1:1; 1Ti 3:8-13), este texto (Hch 6:1-3) no es prueba de que la obra de los diáconos es más secular que espiritual, es decir, que la obra de ellos se limita a servir mesas, cuidar de la propiedad, encargarse de asuntos financieros, etc., porque no hay ningún texto que indique esto. Recuérdese que la palabra diácono se usa más cuando se habla de predicadores que de diáconos en el sentido ordinario y el trabajo principal del predicador no es el cuidado de la propiedad, etcétera. Desde luego, el predicador es un siervo — también lo eran los apóstoles — pero debe dedicarse principalmente a la oración y al ministerio de la palabra.
Todo evangelista debe fijarse bien en este texto («No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas»). Hay otros hermanos que pueden servir mesas. El evangelista no debe dedicarse a servir mesas ni mucho menos a ser director de actividades sociales o de divertir a los jóvenes, sino que debe imitar a los apóstoles en dedicarse a la palabra. «Ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza» (1Ti 4:13). «Que prediques la palabra; que instes a tiempo, y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina» (2Ti 4:2).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Mat 10:2; Mat 15:12; Mat 15:30.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “para estar ministrando”. Gr.: di·a·ko·néin; lat.: mi·ni·strá·re.
REFERENCIAS CRUZADAS
c 283 Éxo 18:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
No es conveniente…servir mesas. Los apóstoles reconocieron sus prioridades: primero la Palabra de Dios y después las necesidades materiales.
Fuente: La Biblia de las Américas
2 super (1) O, agradable.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
servir a las mesas. I.e., a las mesas de comida para las viudas, o a las mesas de dinero (como en Jua 2:15). El vocablo griego para «servir» es el término del que se deriva «diácono», pero estos hombres eran «diáconos» solamente en el sentido de ser servidores. No eran todavía diáconos en el sentido posterior de oficiales de la iglesia local (véase nota en 1Ti 3:8).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
dejemos… Lit. habiendo dejado; para servir… Gr. diakonéo → §314.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, multitud
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. habiendo dejado.