Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y vé hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.”
Un ángel del Señor. Hch 5:19; Hch 10:7, Hch 10:22; Hch 12:8-11, Hch 12:23; Hch 27:23; 2Re 1:3; Heb 1:14.
levántate y ve hacia el sur. 1Cr 22:16; Isa 60:1.
a Gaza. Jos 13:3; Jos 15:47; Zac 9:5.
el cual es desierto. es probable que deberíamos referirnos a ερημος [G2048], desierto, no a Gaza, sino a ���� [G3598], el camino; aunque Gaza estaba situada a la entrada del desierto, y la antigua ciudad estaba en ruinas, siendo destruida por Alejandro. Mat 3:1-3; Luc 3:2-4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
vé hacia el sur, por el camino: Esta ruta descendía de Jerusalén a Gaza, que se ubicaba al suroeste de la primera, cerca de la costa mediterránea de Palestina. Gaza era el último poblado antes de adentrarse en el desierto que llega hasta Egipto. Esta era la ruta más común hacia África. Dios le concertó una cita divina a Felipe con un eunuco etíope. El evangelio dio un gran salto desde Samaria hasta «los confines de la tierra» (Hch 1:8), en este caso, África.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Gaza. Una de las cinco ciudades principales de los filisteos. La ciudad original fue destruida en el siglo I a.C. y se construyó una nueva cerca de la costa.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
CRISTO VIENE A UN ETÍOPE
Hechos 8:26-40
Un ángel del Señor le dijo a Felipe:
Anda, ponte en camino hacia el Sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza.
Es este un camino que va por despoblados. Felipe hizo como se le indicó. Y pasaba por allí un etíope eunuco, ministro de hacienda de Candace, que es la reina de los etíopes; este eunuco había venido a dar culto a Dios en Jerusalén, y ahora volvía para su tierra. Iba sentado en el carruaje, leyendo al profeta Isaías; y el Espíritu le dijo a Felipe:
Acércate hasta ponerte al lado de ese carruaje.
Felipe se le acercó corriendo, y le oyó leer en voz alta al profeta Isaías.
-¿Entindes lo que estás leyendo? -le preguntó.
-¿Y cómo lo voy a entender si no tengo quien me lo explique? -contestó el etíope, mientras invitaba a Felipe a subirse al coche y sentarse con él. El pasaje de la Escritura que iba leyendo era:
» Le llevaron a la matanza como a una oveja,
y como un cordero, mudo cuando lo llevan a esquilar,
no abrió la boca para quejarse.
Le humillaron, y no le hicieron justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia
ahora que han desarraigado su vida de la tierra?»
-Por favor, dime de quién dice esto el profeta, si de sí mismo o de algún otro -le preguntó el etíope a Felipe. Y éste se puso a contarle, a partir de este pasaje de la Escritura, la Buena Nueva de Jesús.
Mientras iban de camino llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco le dijo a Felipe:
Aquí hay agua. ¿Por qué no me bautizas?
-Si crees de todo corazón, no hay inconveniente -le contestó Felipe.
-¡Creo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios! -respondió el etíope.
Entonces mandó detener el carruaje, y bajaron los dos al agua, y Felipe le bautizó.
Y cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, y el etíope no volvió a verle, pero prosiguió su camino rebosando de alegría.
Felipe llegó después a Azoto, y fue por todas la ciudades de por allí proclamando la Buena Noticia hasta que llegó a Cesarea.
Había una carretera desde Jerusalén que pasaba por Belén y Hebrón y se unía a la carretera principal de Egipto un poco al Sur de Gaza. Había dos ciudades de este nombre. Una Gaza había sido destruida en la guerra en el año 93 a C., y una nueva Gaza se había edificado más al Sur en el año 57 a C. La primera se llamaba la Gaza vieja o desierta para distinguirla de la segunda. Esta carretera que pasaba cerca de Gaza debe de haber sido una por la que iba la mitad del tráfico de todo el mundo.
Por esta carretera iba el eunuco etíope en su carruaje. Era el ministro de hacienda de Etiopía. Candace no era un nombre propio, sino el título de las reinas de Etiopía, como Faraón el de los reyes de Egipto. Este eunuco había ido a Jerusalén a dar culto a Dios. En aquellos días había muchas personas que estaban cansadas e insatisfechas de la idolatría y la consiguiente inmoralidad de las naciones. En el judaísmo encontraban la fe en un Dios único y una moralidad austera que le daba sentido a la vida. Si se convertían al judaísmo y se circuncidaban, se los llamaba prosélitos; si no llegaban a ese punto, pero asistían regularmente a la sinagoga y leían las Escrituras, se los llamaba temerosos de Dios. Este etíope debe de haber sido uno de esos buscadores, ya fuera prosélito o temeroso de Dios. Iba leyendo el capítulo 53 de Isaías; y, partiendo de ahí, Felipe le presentó a Jesús.
Cuando se convirtió, fue bautizado. Los gentiles entraban a formar parte del pueblo de Israel mediante la circuncisión y el bautismo. Cuando se habla del bautismo en el Nuevo Testamento se refiere al bautismo de creyentes. El bautismo era, cuando se podía, por inmersión y en agua corriente, y simbolizaba tres cosas: (i) Limpieza. Como se lava el cuerpo con agua, así se bañaba el alma en la gracia de Cristo. (ii) Representaba un cambio radical. Se cuenta de un misionero que, al bautizar a los convertidos, los hacía entrar en el río por una orilla y salir por la otra, como para indicar que el bautismo era la línea divisoria entre su vida pasada y la nueva. (iii) El bautismo era una unión real con Cristo. Al cerrarse las aguas sobre su cabeza, el convertido consideraba que había muerto y había sido sepultado con Cristo; y, al salir del agua, resucitaba con Cristo a una nueva vida (Rm 6:1-4 ).
Según la tradición, este eunuco evangelizó Etiopía a su vuelta. Por lo menos, podemos estar seguros de que el que regresó a su tierra rebosando de alegría no podría guardársela para él solo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— un ángel del Señor: Ver notas a Mat 1:20 y segunda a Hch 7:38.
— la ruta del desierto: También podría traducirse: que es una ruta desierta.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Felipe y el eunuco etíope
Es notable el contraste entre los dos relatos sobre Felipe. El primero tiene lugar en Samaria hacia el norte y éste al sur. El primero se refiere a una conversión en masa que se produjo luego de la dispersión, y el segundo es una conversión aislada producida por un mensaje directo de parte de Dios. El primero ocurre entre un pueblo que tenía sólo los libros judíos de Moisés y el segundo trata sobre alguien que leía de los profetas. Sin embargo, ambos están relacionados, no sólo por la presencia de Felipe, sino también porque conciernen a personas ajenas al judaísmo.
27, 28 El antiguo reino de Etiopía probablemente estaba en la zona conocida ahora como el Sudán, pero esto era menos importante para Lucas que la impresión de que era extranjero. ¡No podría haberse imaginado una persona más exótica! No sólo venía de una de las regiones más remotas del mundo, sino que también era un alto funcionario, así como un eunuco. Candace no era un nombre personal, sino un título para la reina madre. El etíope estaba en camino a su tierra desde Jerusalén, donde había estado adorando y leía el profeta Isaías.
30, 31 En los tiempos del NT, leer en voz alta era lo normal, aun cuando uno leyera para sí mismo. La interrupción de Felipe a este importante funcionario se recibió con notable humildad y gentileza. Viajar era algo típicamente molesto y Felipe no era socialmente igual a aquel hombre, pero él lo invitó a que subiese y se sentase junto a él a fin de que le explicara lo que estaba leyendo.
32-35 El eunuco estaba intrigado sobre quién era el descrito en Isa. 53, pero a Felipe le costó poco usar esta Escritura como punto de partida para anunciarle el evangelio de Jesús.
36 Como el eunuco inició la conversación sobre su propio bautismo, podemos presumir que Felipe continuó la historia de Jesús con un llamado similar al de Pedro en 2:37-39. La pregunta del eunuco ¿qué impide que yo sea bautizado? sugiere que esperaba que surgiera alguna objeción. Quizá antes se le había negado el bautismo judío de prosélito (un paso normal en la conversión plena al judaísmo) por su condición “mutilada” (ver luego la nota sobre “¿El primer convertido gentil?”).
Por el otro lado, se encuentran palabras similares en otros relatos de bautismo (Hech. 10:47; Mat. 3:13), por lo que se ha argumentado que esto es un reflejo de una pregunta y respuesta rituales en los bautismos primitivos. A la luz de Mar. 9:39 y 10:14, sin embargo, sería mejor decir que las palabras se encuentran en relatos que tienen algo que ver con la aceptación en la comunidad, en casos cuando la igualdad en la comunión podía ser cuestionada por alguna razón.
38 El v. 37 no se encuentra en las copias de Hech. más antiguas y confiables y la RVA, como la mayoría de las traducciones modernas, lo incluye sólo en una nota. La respuesta de Felipe a la pregunta no fue con palabras sino con acciones; bajaron al agua y el eunuco fue bautizado allí mismo.
39, 40 La observación de que el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y luego se encontró en Azoto (que está al norte de Gaza y no en el camino de Jerusalén a Gaza) sugiere algo más que una dirección espiritual. El énfasis no se da en la manera de transporte, sino en lo repentino y completo de su partida. A partir del episodio previo en Samaria (8:14), el de Cornelio en los caps. 10, 11 y el relato del comienzo de la iglesia en Antioquía en 11:20-22, podemos estar seguros de que la iglesia de Jerusalén hubiera querido investigar también esta conversión si hubiera oído de ella en su tiempo. Pero el eunuco estaba ya lejos de Felipe y también de la iglesia de Jerusalén. Volvemos a encontrar a Felipe mucho después (21:8, 9) en Cesarea.
Sin embargo, el eunuco seguía su camino gozoso. Es imposible dejar de preguntarse si también siguió leyendo Isa. donde lo había dejado. Si fue así, no habría pasado mucho tiempo antes de leer: “El hijo del extranjero que se ha adherido al Señor no hable diciendo: ’Sin duda Jehovah me separará de su pueblo.’ Tampoco diga el eunuco: ’He aquí yo soy un árbol seco.’ Porque así ha dicho Jehovah: ’ … les daré … un nombre eterno que nunca será borrado’ ” (Isa. 56:3-5).
Nota. ¿El primer convertido gentil? Aunque el término traducido eunuco llegó a significar simplemente “un oficial”, es probable que aquí Lucas tenga en mente el significado más lit., pues si no sería redundante la frase siguiente un alto funcionario. A la luz de las reglas escriturales (ver Deut. 23:1), es improbable que este hombre haya sido un converso pleno del judaísmo. Pero el propósito de este viaje era el de adorar y evidentemente poseía un ejemplar de por lo menos parte de la Escritura, lo que hace probable una larga relación o profunda conexión con el judaísmo. Si era un gentil “temeroso de Dios” (ver 10:2 sobre el uso de este término para un tipo determinado de gente), entonces que sepamos fue este eunuco y no el centurión Cornelio el que llegó a ser el primer convertido no judío al cristianismo. De ese modo, fue Felipe y no Pedro o Pablo quien llegó a ser el padre de la misión a los gentiles, con una clara dirección divina.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) Véase Ap. 1D.
REFERENCIAS CRUZADAS
b 449 Sal 34:7; Heb 1:14; Rev 14:6
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Gaza. Esta antigua ciudad se encontraba en el camino principal entre Egipto y Siria.
Fuente: La Biblia de las Américas
el cual es desierto. Posiblemente, el camino a la Gaza Desierta, la antigua ciudad que había sido destruida el año 93a.C ., y que estaba tierra adentro respecto de la Gaza del tiempo del NT.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
T44 El pronombre demostrativo οὗτος tal vez no se refiera necesariamente al sustantivo que está más cerca de él, sino al sustantivo que está más vivo en la mente del escritor (αὕτη se refiere a τὴν ὁδόν, no a Γάζαν).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, Esta ciudad está desierta