Comentario de Hechos 8:28 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

regresaba sentado en su carro leyendo el profeta Isaías.

8:28

— volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. — Este etíope era un hombre muy religioso. El viaje que hacía era muy largo, y aprovechaba el tiempo (Efe 5:16), leyendo las Escrituras. ¡Qué excelente candidato para escuchar el evangelio! Tenía hambre y sed de justicia y pronto sería saciado, porque él sinceramente quería aprender la voluntad del Señor.

En la actualidad todos

— aun los niños — pueden tener su propio ejemplar de las Escrituras, pero no fue nada común en aquel tiempo que algún individuo tuviera su propio rollo. Es posible que tuviera solamente el rollo de Isaías. Esto también ilustra su devoción a Dios.

Ahora se puede escuchar la Palabra de Dios grabada en casets dondequiera que estemos (por ej., en la casa, en el taller, en el automóvil).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

volvía sentado en su carro. Hch 17:11, Hch 17:12; Deu 6:6, Deu 6:7; Deu 11:18-20; Deu 17:18, Deu 17:19; Jos 1:8; Sal 1:2, Sal 1:3; Sal 119:99, Sal 119:111; Pro 2:1-6; Pro 8:33, Pro 8:34; Jua 5:39, Jua 5:40; Col 3:16; 2Ti 3:15-17.

y leyendo al profeta Isaías. Hch 28:25; Isa 1:1; Luc 3:4; Luc 4:17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El carro del que habla este pasaje posiblemente era tirado por bueyes. Es posible también que el eunuco formara parte de la caravana que viajaba lentamente en la misma dirección por aquel camino. Como se acostumbraba en ese tiempo, el hombre leía en voz alta. Felipe, impulsado por el Espíritu Santo, le habló al hombre sobre el profeta Isaías y le explicó las palabras proféticas sobre Cristo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

leyendo al profeta Isaías. Él conocía la importancia de buscar a Dios a través de las Escrituras (Luc 24:25-27; Jua 5:39; Jua 5:46; Rom 10:12-15).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

8:28 — volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. — Este etíope era un hombre muy religioso. El viaje que hacía era muy largo, y aprovechaba el tiempo (Efe 5:16), leyendo las Escrituras. ¡Qué excelente candidato para escuchar el evangelio! Tenía hambre y sed de justicia y pronto sería saciado, porque él sinceramente quería aprender la voluntad del Señor.
En la actualidad todos — aun los niños — pueden tener su propio ejemplar de las Escrituras, pero no fue nada común en aquel tiempo que algún individuo tuviera su propio rollo. Es posible que tuviera solamente el rollo de Isaías. Esto también ilustra su devoción a Dios.
Ahora se puede escuchar la Palabra de Dios grabada en casets dondequiera que estemos (por ej., en la casa, en el taller, en el automóvil).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

f 453 Hch 17:11