Comentario de Hechos 9:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que te es preciso hacer.

9:6

— El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (22:10) — En la conversión de Saulo no había «gracia irresistible». El no dijo «No podía ser rebelde a la visión celestial», sino que «no fui rebelde a la visión celestial» (26:19), dando a entender que podía haber sido rebelde; tenía libre albedrío.

Cuando los hombre sinceramente reconocen sus pecados, no ponen excusas, sino que preguntan, «¿qué haremos?» (2:37). El Señor le expuso su pecado; ahora quiere que le explique cómo obtener perdón. Con razón Saulo estaba lleno de temor porque si este personaje era Jesús, entonces hubiera sido justo que Saulo fuera castigado y aun muerto, pero lo dejaba con vida. Con toda ansiedad, pues, pregunta a Jesús, «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» En esta pregunta se enfatizan tres cosas: ¿qué quieres Tú que yo haga, es decir, se reconoce la autoridad de Cristo; y ¿qué quieres que yo haga?, es decir, se reconoce la responsabilidad del pecador; y ¿qué quieres que yo haga ?, es decir, el Señor manda y el pecador debe hacer algo (la voluntad del Señor).

Dice el comentarista Barnes que la pregunta significa, «Ya que soy salvo, ¿qué haré con mi vida?» Dice el Sr. A. T. Robertson (Imágenes verbales en el Nuevo Testamento), «esta rendición a la voluntad de Cristo fue la conversión de Saulo». De esta manera «razonan» los que enseñan que la salvación se basa en la fe sola, pero Lucas explica que Saulo «se levantó de la tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió» (9:8, 9). ¿Así es con el hombre cuando se convierte? ¿Por qué no podía ni comer ni dormir? Obviamente estaba lleno del remordimiento. Todos los pensamientos acerca de su vida pasada le molestaban. Estaba sumamente preocupado por su condición espiritual. ¿Rendido al Señor? Sí. ¿Salvo? Todavía no.

Los que se convierten se regocijan. Cuando el etíope se convirtió «siguió gozoso su camino» (8:3), y cuando el carcelero se convirtió «se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios» (16:34), pero Saulo ¡todavía no se regocijaba! (El mismo Sr. Robertson dice en su comentario sobre el ver. 9, «Deben haber sido días de una terrible tensión»). Además de eso, si la rendición de Saulo fue su conversión, entonces fue por demás preguntar,»¿qué quieres que yo haga?» Y si Saulo ya se hubiera convertido en el camino, entonces el Señor le habría dicho, «No te preocupes, no tienes que hacer nada porque ya estás salvo».

— Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. — Jesús no le dijo que ya era salvo por la visión, sino que en la ciudad iba a aprender lo que tenía que hacer. ¿Por qué no le explicó el evangelio Jesús mismo? Porque eso no es el plan de Dios, sino que en todo caso la gente tuvo y tiene que escuchar el mensaje de Dios predicado por los hombres.

Ananías le predicó el evangelio y le dijo qué debería hacer (22:16). Por lo tanto, Saulo no fue convertido en el camino a Damasco, sino en la ciudad misma después de oír y obedecer al evangelio. «La fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios» (Rom 10:17). Los milagros observados en los casos de conversión de los tres mil, del eunuco, de Saulo, de Cornelio y del carcelero solamente sirvieron para reunir al pecador con el predicador.

«Levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecerá a ti» (26:16). Jesús apareció a Saulo porque para ser apóstol tuvo que ser testigo del Cristo resucitado (1:22). Recibió su apostolado y el mensaje que había de predicar directamente del Señor (Gál 1:11-24).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

temblando y temeroso. Hch 16:29; Hch 24:25, Hch 24:26; 1Sa 28:5; Isa 66:2; Hab 3:16; Flp 2:12.

Señor, ¿qué quieres que haga? Hch 2:37; Hch 16:30; Hch 22:10; Luc 3:10; Rom 7:9; Rom 10:3; Stg 4:6.

levántate y entra en la ciudad. Hch 9:15; Hch 26:16; Eze 16:6-8; Mat 19:30; Rom 5:20; Rom 9:15-24; Rom 10:20; Gál 1:15, Gál 1:16; 1Ti 1:14-16.

y se te dirá lo que debes hacer. Hch 10:6, Hch 10:22, Hch 10:32; Hch 11:13, Hch 11:14; Sal 25:8, Sal 25:9, Sal 25:12; Sal 94:12; Isa 57:18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

9:6 — El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (22:10) — En la conversión de Saulo no había «gracia irresistible». El no dijo «No podía ser rebelde a la visión celestial», sino que «no fui rebelde a la visión celestial» (26:19), dando a entender que podía haber sido rebelde; tenía libre albedrío.
Cuando los hombre sinceramente reconocen sus pecados, no ponen excusas, sino que preguntan, «¿qué haremos?» (2:37). El Señor le expuso su pecado; ahora quiere que le explique cómo obtener perdón. Con razón Saulo estaba lleno de temor porque si este personaje era Jesús, entonces hubiera sido justo que Saulo fuera castigado y aun muerto, pero lo dejaba con vida. Con toda ansiedad, pues, pregunta a Jesús, «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» En esta pregunta se enfatizan tres cosas: ¿qué quieres Tú que yo haga, es decir, se reconoce la autoridad de Cristo; y ¿qué quieres que yo haga?, es decir, se reconoce la responsabilidad del pecador; y ¿qué quieres que yo haga ?, es decir, el Señor manda y el pecador debe hacer algo (la voluntad del Señor).
Dice el comentarista Barnes que la pregunta significa, «Ya que soy salvo, ¿qué haré con mi vida?» Dice el Sr. A. T. Robertson (Imágenes verbales en el Nuevo Testamento), «esta rendición a la voluntad de Cristo fue la conversión de Saulo». De esta manera «razonan» los que enseñan que la salvación se basa en la fe sola, pero Lucas explica que Saulo «se levantó de la tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió» (9:8, 9). ¿Así es con el hombre cuando se convierte? ¿Por qué no podía ni comer ni dormir? Obviamente estaba lleno del remordimiento. Todos los pensamientos acerca de su vida pasada le molestaban. Estaba sumamente preocupado por su condición espiritual. ¿Rendido al Señor? Sí. ¿Salvo? Todavía no.
Los que se convierten se regocijan. Cuando el etíope se convirtió «siguió gozoso su camino» (8:3), y cuando el carcelero se convirtió «se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios» (16:34), pero Saulo ¡todavía no se regocijaba! (El mismo Sr. Robertson dice en su comentario sobre el ver. 9, «Deben haber sido días de una terrible tensión»). Además de eso, si la rendición de Saulo fue su conversión, entonces fue por demás preguntar,»¿qué quieres que yo haga?» Y si Saulo ya se hubiera convertido en el camino, entonces el Señor le habría dicho, «No te preocupes, no tienes que hacer nada porque ya estás salvo».
— Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. — Jesús no le dijo que ya era salvo por la visión, sino que en la ciudad iba a aprender lo que tenía que hacer. ¿Por qué no le explicó el evangelio Jesús mismo? Porque eso no es el plan de Dios, sino que en todo caso la gente tuvo y tiene que escuchar el mensaje de Dios predicado por los hombres.
Ananías le predicó el evangelio y le dijo qué debería hacer (22:16). Por lo tanto, Saulo no fue convertido en el camino a Damasco, sino en la ciudad misma después de oír y obedecer al evangelio. «La fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios» (Rom 10:17). Los milagros observados en los casos de conversión de los tres mil, del eunuco, de Saulo, de Cornelio y del carcelero solamente sirvieron para reunir al pecador con el predicador.
«Levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecerá a ti» (26:16). Jesús apareció a Saulo porque para ser apóstol tuvo que ser testigo del Cristo resucitado (1:22). Recibió su apostolado y el mensaje que había de predicar directamente del Señor (Gál 1:11-24).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

g 470 Hch 9:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

6 (1) El Señor no quiso decirle directamente a Saulo, inmediatamente después de su conversión, lo qué deseaba que hiciera. Esto se debió a que Saulo necesitaba que un miembro del Cuerpo lo iniciara en la identificación con el Cuerpo, dado que había sido salvado y llevado al Señor por El mismo, y no por algún conducto. Si el Señor no hubiese enviado un miembro del Cuerpo a Saulo, habría sido difícil que los miembros del Cuerpo lo recibieran (cfr.v.26). Esto tiene que ver con el conocimiento de Saulo acerca del Cuerpo de Cristo y con su ulterior ministerio para el Cuerpo de Cristo ( Col_1:24).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

T330 Algunas veces, antes de un imperativo, ἀλλά tiene más sentido consecutivo que adversativo, y es mejor traducirlo como una interjección Yo soy Jesús … bien, levántate y …

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Algunas versiones agregan al principio del vers.: El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate

Fuente: La Biblia de las Américas