Comentario de Isaías 13:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Profecía acerca de Babilonia, que Isaías hijo de Amoz recibió en visión:
Año 3292 a.C.
Profecía. Isa 14:28; Isa 15:1; Isa 17:1; Isa 19:1; Isa 21:1, Isa 21:11, Isa 21:13; Isa 22:1, Isa 22:25; Isa 23:1; Jer 23:33-38; Eze 12:10; Nah 1:1; Hab 1:1; Zac 9:1; Zac 12:1; Mal 1:1.
sobre Babilonia. Isa 14:4-23; Isa 21:1-10; Isa 43:14; Isa 44:1, Isa 44:2; Isa 47:1-15; Jer 25:12-26; Jer 50:1-46; Jer 51:1-23; Dan 5:28-31; Dan 6:1-28; Apo 17:1-18; Apo 18:1-24.
que vió Isaías. Isa 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios reúne los ejércitos de su ira, Isa 13:1-5.
Amenaza con destruir Babilonia por los Medos, Isa 13:6-18.
La desolación de Babilonia, Isa 13:19-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13
El libro de Isaías tiene un giro importante en Isa 13:1. El centro de la atención de esta extendida sección está en el juicio de Dios en contra las naciones (caps. Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18); Babilonia y Asiria (Isa 13:1-22; Isa 14:1-27), Filistea (Isa 14:28-32), Moab (Isa 15:1-9; Isa 16:1-14), Damasco (Isa 17:1-14), Etiopía (Isa 18:1-7), Egipto (Isa 19:1-25; Isa 20:1-6); Babilonia (Isa 21:1-10), Edom (Isa 21:11, Isa 21:12), Arabia (Isa 21:13-17), Jerusalén (Isa 22:1-25) y Tiro (Isa 23:1-18). Esta profecía de juicio sigue con una profecía del fin de los tiempos que a menudo se denomina «el pequeño Apocalipsis de Isaías» (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Isa 14:1-27
La predicción en contra Babilonia consiste de siete secciones:
(1) la asamblea de la armada del Señor de los ejércitos (Isa 13:1-5);
(2) el anuncio del día del Señor (Isa 13:6-18);
(3) la aniquilación de Babilonia (Isa 13:19-22);
(4) la salvación de Israel (Isa 14:1, Isa 14:2);
(5) la elegía de burla de Israel al rey de Babilonia (Isa 14:3-21);
(6) la destrucción de Babilonia (Isa 14:3-21); y
(7) la destrucción de Asiria (Isa 14:24-27).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
La palabra sobre viene de la raíz que significa «levantar» o «aguantar». Esto significa que el profeta estaba abrumado con el peso del mensaje de Dios que debía entregar (Nah 1:1; Hab 1:1).
Babilonia era la joya de la corona del imperio asirio. Esta predicción se referiría a la destrucción que sufrió en el año 689 a.C. cuando Senaquerib sofocó una rebelión que se produjo allí. Sin embargo, el que el Señor derrocara a Babilonia, «hermosura de reinos» (v. Isa 13:19), simboliza su triunfo sobre el mundo (v. Isa 13:11). Babilonia era el epítome de la religión y la cultura en el antiguo Medio Oriente. Por lo tanto, esta predicción va indirectamente en contra de todas las naciones, en especial de Asiria (Isa 14:24-27). Pedro utiliza el término Babilonia simbólicamente en el Nuevo Testamento (1Pe 5:13), al igual que Juan (Apo 14:8; Apo 18:2, Apo 18:10-21) para referirse a cualquier enemigo del Reino de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PROFECÍA. Estos capítulos registran los juicios pronunciados sobre las naciones extranjeras y la apóstata Jerusalén. Isaías comienza con Babilonia (Isa 13:1-22; Isa 14:1-23) y Asiria (Isa 14:24-27), y prosigue con profecías contra naciones más pequeñas. Estos capítulos enseñan que todas las naciones y todos los pueblos son responsables ante Dios; serán juzgados y destruidos todos los que se oponen a Él y a su plan divino de salvación, y finalmente triunfarán los que creen en Él.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
BABILONIA. Isaías predice que Babilonia sería destruida como Sodoma y Gomorra. Babilonia era el centro de la cultura pagana, que se opuso a Dios y a sus caminos desde muy temprano en la historia humana (cf. Gén 11:1-9 ). Irónicamente sirvió de instrumento de la ira de Dios contra Jerusalén, llevando a sus residentes al cautiverio. En el NT Babilonia simboliza el centro religioso y político del mundo en oposición a Dios y a su pueblo (véase Apo 17:1, nota). Las ruinas de Babilonia están en el Iraq moderno.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
13. Oráculo Contra Babilonia.
Inminencia del ataque contra Babilonia (1-5).
1 Oráculo sobre Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amos: 2 Alzad bandera sobre lo alto de un monte desnudo, gritadles, hacedles señas con las manos para que entren por las puertas de los príncipes. 3 Yo mando a mi ejército consagrado para la guerra, y llamo a mis valientes para ejecutar mi ira, a los que triunfan para mi gloria. 4 Murmullo de muchedumbres en los montes, ruido de muchas gentes, de reinos, de gentes reunidas. Yahvé de los ejércitos revista al ejército que va a combatir. 5 Viene de tierra lejana, de los confines de los cielos, Yahvé con los instrumentos de su furor para asolar la tierra toda.
Con este capítulo se abre una nueva sección en el libro de Isaías, dedicada a oráculos contra las naciones paganas. Hasta ahora la preocupación del profeta giraba en torno a Israel; ahora la atención se centra más sobre el castigo que han de sufrir los enemigos de Israel. Y dentro de esta serie de vaticinios conminatorios, el primero es éste contra Babilonia.
Por razón de dificultades de estilo y lenguaje y, sobre todo, porque el horizonte histórico parece desbordar al de la época de Isaías – el cual escribe bajo la obsesión del peligro de Asiría (s.VIII) y concibe la inauguración de la era mesiánica inmediatamente después de la derrota del invasor asirio – , la mayor parte de los críticos modernos piensa que esta sección ha sido redactada a fines del exilio babilónico, no mucho antes de la caída de Babilonia en el 538 ante el empuje de los ejércitos de Ciro. El profeta supone al pueblo israelita en cautividad bajo el imperio babilónico, el cual parece hallarse en la cumbre de su apogeo. Aunque todo esto podría explicarse por una revelación especial de Dios al profeta, no obstante, el vaticinio sería totalmente ininteligible para los contemporáneos de Isaías, ya que les habla de una situación y de un enemigo opresor que hasta entonces no había tenido ocasión de tener fricciones con el pueblo escogido. Por otra parte, no está dentro del género literario habitual de la profecía el dar nombres concretos como el de Ciro. Por estas razones, quizá sea más prudente suponer que este fragmento ha sido escrito en tiempos de la cautividad.
La palabra hebrea que traducimos por oráculo suele emplearse en la literatura profética como introducción a un vaticinio conminatorio, y así lo entendieron las versiones, como la Vg., que traduce por onus l. La expresión hijo de Amos 2 parece indicar que este versículo es introducción de un glosista, y por otra parte indica que este c.13 primitivamente no estaba unido a los c.1-12 anteriores.
Ex abrupto, como suele ser ley general en los oráculos de esta índole, el profeta invita a sus oyentes a que levanten un estandarte, una señal sobre un monte desnudo, para que, libre de árboles, se destaque más y sea más visible, y hagan señales con las manos al ejército invasor, invitándole a entrar en la ciudad por las puertas de los príncipes, e.d., de los magnates babilónicos, que tenían categoría de príncipes 3, como aristócratas nativos ante los reyezuelos de las naciones sometidas. Y Yahvé habla en tono enfático: Mando a mi ejército consagrado, e.d., mis cruzados, consagrados, dedicados al cumplimiento de un designio de Dios. El ejército, pues, de Ciro es considerado por Yahvé como instrumento para cumplir sus órdenes, y, en ese sentido, sus soldados son sus “consagrados” a El, sus “cruzados.” Para ejecutar mi ira: cumplir sus designios de castigo sobre Babilonia, que también, como Asiría, se excedió en su papel de instrumento para castigar a la nación israelita; los que triunfan para mi gloria, o, como traducen otros, mis (guerreros) altivamente exultantes, que se alegran ante la seguridad de la victoria4.
Después de esta invitación directa de Yahvé a que entren en lid los ejércitos para tomar Babilonia, el profeta parece sentir el murmullo de muchedumbres en los montes.: es el eco de los guerreros que se concentran en las montañas próximas al este de Babilonia, cuando Yahvé pasa revista como generalísimo supremo. Es el ejército que viene de Media, compuesto de un conglomerado de gentes bárbaras de muchas gentes y reinos. que vienen de lejanas tierras (v.5), reunidas por Yahvé para caer sobre la maldita ciudad, que va a sufrir el peso de la ira divina; para asolar toda la tierra, expresión hiperbólica para designar el imperio babilónico, que se extendía por todo el mundo civilizado entonces conocido. Algunos han querido ver en esta frase una alusión escatológica, en cuanto que la caída de Babilonia podía considerarse como el preludio de un juicio universal de Yahvé sobre la tierra al estilo de las profecías apocalípticas de Joel 5.
Consternación general en el ((día de Yahvé)) (6-13).
6 Lamentaos, que se acerca el “día de Yahvé,” que vendrá corno azote del Todopoderoso, 7 y desfallecerán todos los brazos y se helarán todos los corazones de los hombres; 8 se llenarán de terror y de angustia, y de dolor se retorcerán como parturienta. Se mirarán con estupor unos a otros y se encenderán en llama sus rostros. 9 Ved que se acerca el día de Yahvé, y cruel, con cólera y furor ardiente, para hacer de la tierra un desierto y exterminar a los pecadores. 10 Las estrellas del cielo y sus luceros no darán su luz; el sol se esconderá en naciendo, y la luna no hará brillar su luz. 11 Yo castigaré al mundo por sus crímenes, y a los malvados por sus iniquidades. Yo haré cesar la insolencia de los soberbios y abatiré la altivez de los opresores. 12 Yo haré que sean los hombres más escasos que el oro fino, más que el oro de Ofir. 13 Yo haré estremecer a los cielos, y temblará la tierra en su lugar ante la indignación de Yahvé de los ejércitos, el día del furor de su ira.
Ante esta concentración de ejércitos bajo la égida suprema de Yahvé cunde el pánico general. El v.6 se halla casi literalmente en Joel6 y parece una introducción a este fragmento de colores apocalípticos y escatológicos. En este estado de consternación hará que desfallezcan todos los brazos, en signo de desesperación7, y se encenderán en llama sus rostros, como poseídos de ardiente fiebre y nerviosismo. Es que ha llegado el día de Yahvé, que ya Amos había definido como un día de tinieblas y no de luz 8, es decir, de castigo y no de regocijo, como esperaban los habitantes de Israel. La naturaleza toda sideral se asociará a este ambiente de terror, pues los astros negarán su luz. Es la imagen clásica de la literatura apocalíptica desde Joel 9. Nuestro Señor aludirá también a estas turbaciones de la naturaleza para expresar la tragedia del último juicio 10.
En realidad son hipérboles orientales que no deben tomarse a letra. En el capítulo II, la naturaleza se asociaba a la era de ventura inaugurada en los tiempos mesiánicos para hacer más dichosa la vida de los ciudadanos de la nueva teocracia israelita; aquí, en cambio, la naturaleza es un instrumento de Dios airado para hacer más terrible la intervención justiciera de su mano 11.
Y en el ν. 11 toma la palabra Yahvé de nuevo para dar la razón de esta manifestación de su justicia, y es que la perversidad está tan extendida, que se ve precisado a exterminar casi totalmente a la generación pecadora, de tal forma que los hombres serán mas escasos que el oro de Ofir, famoso en la antigüedad por su óptima calidad 12.
La matanza sin piedad. Caída de Babilonia (14-22).
14 Entonces, como cierva asustadiza, como ovejas sin pastor, se irá cada uno a su pueblo, huirá cada uno a su tierra. 15 Cuantos fueren habidos serán degollados, cuantos fueren tomados caerán a la espada. 16 Sus hijos serán estrellados a sus ojos, sus casas incendiadas, sus mujeres violadas. 17 Yo despertaré contra ellos a los medos, que no se cuidan de la plata, que no codician el oro. 18 Y los arcos aplastarán a los mancebos, y no harán gracia al fruto del vientre ni tendrán sus ojos piedad de los niños. 19 Entonces Babilonia, la flor de los reinos, ornamento de la soberbia de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, que Dios destruyó. 20 No volverá jamás a ser habitada, ni poblada en los siglos venideros. No alzará allí el árabe su tienda, ni se apacentarán allí los ganados. 21 Morarán allí las fieras, y los buhos llenarán sus casas. Habitarán allí los avestruces, y harán allí los sátiros sus danzas. 22 En sus palacios aullarán los chacales, y los lobos en sus casas de recreo. Está para llegar su tiempo, no se alargarán mucho sus días.
La escena se centra ahora sobre Babilonia, objeto del vaticinio conminatorio. Ante la llegada y concentración de los ejércitos enemigos en los montes vecinos, cundirá el pánico general, y los extranjeros que se hallen en aquella ciudad, centro de convergencia comercial de todos los pueblos y razas, huirán precipitadamente – como cierva asustadiza, como ovejas sin pastor – a sus países respectivos de procedencia (v.14). Los que no logren salir y caigan en manos de los invasores serán degollados, y se darán las clásicas atrocidades de la soldadesca desmandada: sus hijos, estrellados a sus ojos; sus casas, incendiadas; sus mujeres, violadas. Es la secuela normal de toda ocupación militar violenta 13. En realidad sabemos por la historia que las tropas de Ciro entraron en Babilonia sin gran violencia, pues la ciudad se rindió sin resistencia, y, por otra parte, Ciro ha pasado por ser uno de los conquistadores más benignos y deferentes con los pueblos vencidos, en gran contraste con la conducta de los samarios y violentos reyes asirios y babilónicos. A continuación se describe el carácter desprendido de los medos conquistadores, que hacen su primera aparición en la historia del próximo Oriente en tiempos de Salmanasar III (859-825 a.C.). El verdadero fundador del imperio medo fue Ciaxares (633-593), en cual, aliado a los babilonios, atacó Asiría, tomando Nínive en el 612 a.C. Más tarde, Giro, rey de una región al norte de Media, se levantó contra el rey Astiages, creando el imperio persa con la anexión de toda la Media, en el 549, y tomando Babilonia en el 538. Jenofonte destaca también el desinterés de los soldados medo-persas respecto del dinero 14. El profeta hace resaltar esto para dar a entender que no será posible comprarlos por dinero (v.17). Aquí se les llama en general medos, aunque propiamente el jefe era persa, porque era el nombre tradicional que se les daba entonces; los griegos llamarán a las guerras con los persas las guerras “médicas.”
Estos soldados, pues, 110 tendrán consideración a nadie, ni con el fruto del vientre. Babilonia era entonces la flor de los reinos, como cabeza de un imperio que comprendía reinos enteros, y ornamento y gloria de los caldeos, o habitantes de los bordes del golfo Pérsico, que lograron bajo Nabopolasar, padre de Nabucodonosor, en el 625 antes de Cristo, crear un imperio que sustituyó al asirio; Babilonia era la capital y el centro de la vida del imperio, pero caerá estrepitosamente para nunca más levantarse, quedando relegada al olvido como Sodoma y Gomorra, siendo tan completa su desolación, que hasta el nómada, hombre de la estepa, el árabe 15, no se dignará acampar en su solar abandonado, que será sólo refugio de los animales y bestias del desierto y de la estepa. Desaparecerá la ciudad populosa, afeminada por la civilización, y se convertirá en pastizales, siendo las ruinas de sus casas morada de las fieras salvajes, entre los que estarán los sátiros de la leyenda popular. Eran una especie de seres demoníacos en forma de machos cabríos, a los que los israelitas habían sacrificado en el desierto 16. El profeta aquí se acomoda a la mentalidad popular, sin que ello comprometa su juicio formal sobre la real existencia de los mismos. En otros textos bíblicos se habla del leviatán, serpiente tortuosa del mar, del folklore popular oriental. Estas descripciones literarias, a base de ambiente popular, no comprometen la veracidad de la inscripción profética, pues el autor no hace sino revestir sus ideas con un ropaje literario ambiental, y aun a veces legendario, para hacerse entender del pueblo sencillo. Entre los israelitas era conocido el ser demoníaco Assael, al que se arrojaba el macho cabrío emisario en el desierto 17. En Tob 8:3 se habla también de otro ser diabólico llamado Asmodeo, encadenado en la parte superior del desierto de Egipto.
1 Los LXX traducen visión. Literalmente, la palabra hebrea parece significar levantar (la voz). Jeremías quiere evitar esta palabra, que sus oyentes tomaban a burla, porque todo lo que anunciaba era de mal agüero (Tob 23:33-40). – 2 Este Amos no es el profeta conocido, anterior a Isaías, pues en hebreo la grafía es distinta. – 3 Algunos han creído ver en la expresión puertas de los príncipes una alusión al significado etimológico de Babilonia: Bab-ilu: “puerta de dios.” – 4 En Israel las campañas militares eran consagradas con ceremonias religiosas, y así los guerreros eran “consagrados” a Dios (cf. 1Sa 13:9. Jer 22:7; Jer 51:28; Joe 3:9; 1Sa 21:5· – 5 Así Skinner, o.c., 115. – 6 Jli.is. – 7 Cf. Isa 19:1; Eze 21:7; Job 4:3- – 8 Amo 5:18 – 9 Jl I. – 10 Mt 24. – 11 Este carácter apocalíptico del fragmento es un indicio más de su composición tardía. No obstante, la expresión “día de Yahvé” ya la encontramos en Isa 2:12 con los caracteres sombríos, aunque allí no aparece la turbación de la naturaleza sideral. – 12 Cf. Ophir: “Dict. de la Bible V..” – 13 Cf. Sal 137:9; Nah 3:10; Ose 13:16. – 14 Cf.’Cvrop. V 1:20. – 15 La palabra árabe primero era simplemente un nombre apelativo: el hombre del araban (el desierto, la estepa). Después de Jeremías aparece ya como nombre propio aplicado * los nómadas que se dedicaban al comercio en las rutas caravaneras con sus camellos entre ibilonia y los países del Mediterráneo (cf. Jer 3:2; Jer 25:24; 2Cr 9:14). – 16 Lev 17:7. – 17 Lev 16:17.
Fuente: Biblia Comentada
Profecía. También se puede traducir «carga», para indicar el peso de la responsabilidad del ministerio profético y de transmitir ese mensaje en particular. Ocurre otras quince veces en el AT para describir otras elocuciones semejantes (Isa 14:28; Isa 15:1; Isa 17:1; Isa 19:1; Isa 21:1; Isa 21:11; Isa 21:13; Isa 22:1; Isa 23:1; Lam 2:14; Nah 1:1; Hab 1:1; Zac 9:1; Zac 12:1; Mal 1:1). Babilonia … revelada … Isaías. Este capítulo predijo la destrucción de la ciudad. Incluso durante el Imperio Asirio la ciudad de Babilonia era formidable y encabezaba la lista de los enemigos de Israel que habrían de ser conquistados.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Estos once capítulos incluyen profecías dirigidas en contra de ciertas naciones extranjeras, de manera muy similar a Jer 46:1-28; Jer 47:1-7; Jer 48:1-47; Jer 49:1-39; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64 y Eze 25:1-17; Eze 26:1-21; Eze 27:1-36; Eze 28:1-26; Eze 29:1-21; Eze 30:1-26; Eze 31:1-18; Eze 32:1-32.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La sección que va de Isa 13:1 a Isa 14:24 trata de manera específica Babilonia y en los vv. Isa 14:25-27 se habla de Asiria, aunque Babilonia no era todavía una potencia mundial cuando fue dada la profecía. Isaías previó un tiempo en el que Babilonia derrocaría a la nación dominante del momento (Asiria), y se convertiría en una fuerza de alcance internacional.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18 : Oráculos contra las naciones: Esta sección está formada por un conjunto de oráculos dirigidos contra las naciones tradicionalmente enemigas de los israelitas, si bien se han deslizado algunos poemas contra Israel y Jerusalén. En esta amplia colección de poemas es probable que no todos pertenezcan a la misma época; algunos son con toda probabilidad bastante posteriores al siglo VIII, la época del Primer Isaías.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Jer 46:1-28; Jer 47:1-7; Jer 48:1-47; Jer 49:1-39; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64, Eze 25:1-17; Eze 26:1-21; Eze 27:1-36; Eze 28:1-26; Eze 29:1-21; Eze 30:1-26; Eze 31:1-18; Eze 32:1-32.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 21:1-10; Isa 14:4-23; Isa 47:1-15; Jer 50:1-46; Jer 51:1-64; Apo 17:1-18; Apo 18:1-24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El día del Señor. 2 El poema se lanza directamente en la escena de una batalla, con todas las señales y griterío de un ataque que resulta ser un juicio divino a gran escala (vv. 4, 5). Mis consagrados (v. 3) le sirvan a sabiendas o sin saberlo. El término carece aquí de una connotación moral, como el v. 16 lo deja ver claramente.
Si bien Babilonia es el tema central del cap. (vv. 1, 19), representa algo más importante que ella misma, desde que la ambigua palabra heb. para tierra (vv. 5, 9, 13) da lugar a otro significado, mundo (v. 11), en un marco de cataclismo cósmico tal como lo utiliza el NT para describir los últimos días; cf. vv. 10, 13 con Mat. 24:29.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
13.12 Ofir se conocía por su oro extraño y valioso. Se cree que estaba localizada en la costa sudoeste de Arabia.13.20 Aun antes de que Babilonia se convirtiera en una potencia mundial, Isaías profetizó que si bien brillaría por un tiempo, su destrucción sería tan completa que la tierra nunca más la volverían a habitar. Babilonia, actualmente Irak, sigue en ruinas, quemada, bajo un montón de polvo y arena.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Babilonia”, LXXVg; 1QIsaMTSy: “Babel”.
(2) Heb.: Yescha‛·yá·hu.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 598 Isa 14:4; Jer 25:12; Jer 50:1; Rev 18:2
b 599 Isa 1:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Esta sección (caps. Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18) trata principalmente de naciones extranjeras que en algún tiempo habían perseguido a Judá y enseña la soberanía universal de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
recibió en visión… Otras traducciones posibles: predijo, profetizó, discernió.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, Carga de
Fuente: La Biblia de las Américas
rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; N predijo, profetizó, discernió.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[10] Gran cataclismo en los cuerpos celestes. Ez 32, 7; Joel 2, 10; 3, 15.[17] El oro de Ofir se usa como punto de referencia del valor. Sal 137 (136), 9.[20] Ap 18, 2.