Comentario de Isaías 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En aquel tiempo siete mujeres echarán mano de un hombre y le dirán: “Nosotras comeremos nuestro propio pan y vestiremos nuestras propias ropas; solamente permite que seamos llamadas por tu nombre. Quita nuestra afrenta.”
en aquel tiempo. Isa 2:11, Isa 2:17; Isa 10:20; Isa 17:7; Luc 21:22.
siete mujeres. Isa 3:25, Isa 3:26; Isa 13:12.
Nosotras comeremos de nuestro pan. 2Ts 3:12.
quita nuestro oprobio. Gén 30:23; 1Sa 1:6; Luc 1:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En el extremo de males, el reinado de Cristo será un santuario, Isa 4:1-6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
en aquel tiempo: Esta frase conecta este versículo con la sección anterior (Isa 3:16-26). Las mujeres de Jerusalén que una vez fueron altaneras (Isa 3:16-23) tendrán que rogarle a un hombre para que le engendre hijos y así, quitar el oprobio de no tener hijos. La mayoría de los hombres de Jerusalén morirán por defender la ciudad (Isa 3:25).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Capítulo 4.
1 En aquel día, siete mujeres echarán mano a un hombre, diciendo: “Comeremos de nuestro pan, nos vestiremos con nuestras ropas, pero que podamos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.”
En el actual contexto, el profeta se refiere a Jerusalén, puesto que hasta ahora hablaba de las “hijas de Sión,” pero no cabe duda de que el contexto cambia bruscamente respecto del anterior. Seguramente, esta pequeña perícopa pertenecía a un fragmento errático, desplazado de otro oráculo del mismo profeta Isaías. En todo caso, el sentido es claro. El profeta nos describe la desolación de Jerusalén, personificada en una madre que ha perdido sus hijos y que llora desconsoladamente por ellos, por sus defensores. Y las puertas, que en épocas de paz constituían el lugar más bullicioso y animado en las ciudades de Oriente, porque allí se hacían las transacciones comerciales y se recogían las noticias que llegaban con la entrada de las caravanas que venían de diferentes sitios (la misma administración pública, los consejos de la ciudad, se tenían allí, como hacían los griegos en el “agora”), llorarán al verse solitarias y desiertas, y la ciudad, simbolizada en una matrona, se sentará a llorar su triste suerte.32 En las Lamentaciones de Jeremías encontramos la misma expresión aplicada a la desolación de Jerusalén, saqueada por los invasores babilonios.33
Y también a las mujeres les tocará su parte; ellas, que antes, en épocas de paz, se paseaban insolentes por la ciudad vendiendo caros sus atractivos, ahora, ante la escasez de varones, se disputarán los pocos que han quedado después de la catástrofe: siete mujeres echarán mano a un hombre (el número siete indica aquí, como en otras partes, multitud); y para que no se resista a aceptarlas por esposas, ellas se comprometen a proveerse de lo necesario en el vestir y comer: comeremos de nuestro pan y nos vestiremos con nuestras ropas (v.1), obviando así las dificultades económicas que pudiera presentar el ansiado marido.
En la Ley 1 se prescribía que el marido debía encargarse de alimentar y vestir a su mujer. Las mujeres de Jerusalén, en cambio, en la desesperada situación en que se encuentran, renunciarán a estos derechos elementales, y se comprometerán a proveer ellas solas a sus necesidades; a ellas lo que les interesa es tomar marido para no soportar ante la sociedad el oprobio de no haber encontrado marido y no poder dejar descendencia, que era lo más anhelado en una mujer hebrea 2. Así, pues, le dicen que sólo aspiran a llevar su nombre (v.1), es decir, a poder figurar en la sociedad como esposas honorables suyas y poder encontrar algún amparo, ya que en la catástrofe han perdido a sus familiares y se encuentran solas en la sociedad.
Gloria del resto salvado (2-6).
2 En aquel día será el renuevo de Yahvé gloria y ornato, y el fruto de la tierra, grandeza y honra de los que de Israel quedaren. 3 Y los restos de Sión, los supervivientes de Jerusalén, serán llamados santos, y todos los hombres inscritos entre los vivos de Jerusalén, 4 cuando lave el Señor la inmundicia de las hijas de Sión limpie en Jerusalén las manchas de sangre, al viento, al viento de la devastación. 5 Y Yahvé creará sobre todo el lugar del monte de Sión, y sobre sus asambleas, una nube humeante de día y un resplandor de fuego y llama durante la noche, pues sobre toda gloria habrá un dosel. 6 Y una tienda como sombra de día, contra el calor, y como refugio y abrigo contra el turbión y el aguacero.
Esta sección, cuya estructura poética es oscura, se presenta también como una pieza errática, que sustancialmente parece llevar el sello isaiano, pero que probablemente en su principio pertenecía a otro contexto. Es un cuadro luminoso en que se presenta la situación gloriosa de Jerusalén después del juicio devastador de Dios, del “día del Señor.” Aunque parece tener algún viso de pasaje apocalíptico, no obstante, las ideas fundamentales (salvación de un “resto,” purificación por el juicio y regeneración de la naturaleza) caen dentro de la ideología de Isaías. 3
En la nueva era mesiánica, la naturaleza se asociará con una vegetación exuberante a la felicidad de los “rescatados de Sión,” que han sido salvados de la purificación general del juicio de Dios. Este es un lugar común en la literatura profética.4
La expresión renuevo o germen de Yahvé ha sido interpretada por algunos como sinónima del Mesías, y así lo entendía la versión caldea. En Zac, la expresión germen se refiere a Zorobabel, tipo del Mesías,5 y en Jeremías se llama al Mesías “retoño o germen de la casa de David.”6 En el contexto de Isa 4:2, en cambio, por paralelismo con la expresión fruto de la tierra, parece que hay que excluir esta interpretación, pues se trata de la extraordinaria fertilidad o “germinación” que hará surgir Dios en la tierra, sin que intervenga el trabajo del hombre: Dios hará brotar milagrosamente toda suerte de frutos terrenales al servicio de los “rescatados de Sión,” en contraposición al fruto de la tierra que brota normalmente por el cuidado del agricultor. Y todo esto será para grandeza y honra de los rescatados de Israel (v.2), es decir, de los que han sido salvados de la catástrofe general; y serán llamados santos (v.3),7 es decir, separados, consagrados a Dios, y, en consecuencia, puros en sus costumbres y vida (v.4), pues éste es el sentido genuino de la palabra santidad en el A.T. El pueblo israelita, cuando la alianza, fue llamado “santo,” es decir, segregado de todos los pueblos para ser ante Yahvé como “un pueblo santo y sacerdotal,”8 es decir, vinculado de modo especial a Dios. Así, en el texto de Isaías, los rescatados de Sión constituirán una nueva teocracia con un nuevo derecho de soberanía, y por eso serán oficialmente inscritos entre los vivos, en el registro de la nueva Jerusalén, como ciudadanos de la nueva teocracia. El libro de la vida era el registro en el que constaban todos los nombres del pueblo fiel a Dios.9 Aquí, pues, estar inscrito entre los vivos equivale a estar destinado a sobrevivir en el nuevo reino de Dios, con Jerusalén como capital.
Pero antes se impone una purificación de todos los pecados de las hijas de Sión (v.4), quizá alusión a los pecados de frivolidad excesiva descritos en el capítulo anterior (algunos leen “hija de Sión,” como sinónimo de Jerusalén en cuanto colectividad, como aparece en otros lugares profetices),10 y de los crímenes cruentos (las manchas de sangre) n por medio del castigo de Dios, al viento del juicio y de la devastación, o, como traducen otros, “con el espíritu de exterminio y de juicio,” considerando al “espíritu” aquí como sinónimo de la energía divina, que interviene enviando el castigo purificador.
Una vez terminada esta primera fase de purificación, se abre esplendoroso el horizonte mesiánico, en el que los rescatados de Sión vivirán bajo la protección directa de Yahvé, repitiéndose sobre la montaña de Sión el portento milagroso de la presencia visible de Dios en medio de su pueblo santo bajo la forma de nube y fuego, que los cubrirá y protegerá como en otro tiempo durante la travesía del desierto.12 Esa nube, símbolo de la presencia sensible de Yahvé sobre su pueblo, formará como una especie de dosel (que los cubrirá y protegerá contra las inclemencias del clima) sobre toda gloria. Aquí Israel es el “reino sacerdotal” por excelencia, digno de ser cubierto con todos los honores, como las personas reales; por eso, toda gloria designaría aquí al pueblo escogido, los “rescatados de Sión,”13 o al glorioso estado de cosas inaugurado en la nueva era. Cuando la dedicación del templo por Salomón, la nube y el humo llenaban el recinto sagrado, como símbolo de la presencia de Yahvé en medio de su pueblo 14; y durante la peregrinación en el desierto, la “nube” ocultaba el tabernáculo de la alianza 15 sobre las alas de los querubines que escoltaban el arca. En las futuras concentraciones religiosas (sobre los lugares de sus asambleas, ν.6), la multitud de los que participen en ellas estarán al abrigo de los rayos solares y de las tormentas (en contraposición al estado actual, en que se apiñaban en los atrios a la intemperie) bajo la protección de una sombra misteriosa, símbolo de la presencia sensible de Dios en su pueblo (v.5).
1 Exo 21:10. – 2 Gén 30:23; Jdt 11:37. Grocio cita a Lucano: “da tantum nomen inane Connubii: li-ceat túmulo scripsisse, Catonis Marcia” (Phar. 2:342). Cit. por Skinner, o.c., 31. – 3 Cf. Skinner, o.c., p.31. – 4 Cf. Amo 9:13; Ose 2:21s; Isa 30:23; Jer 31:12; Eze 34:26-30; Eze 36:345; Zac 9:16s; Mal 3:12; Joe 3:10; Lev 26:3-5; Dt 28:3-5:10-12. – 5 Zac 3:8; Zac 6:12. – 6 Jer 23:5; Jer 33:15. – 7 Cf. Isa 40:14; Jer 41:6; Jer 42:12; Jer 2:3. – 8 Cf. Lev 11:44; Lev 19:2; Isa 20:26; Lev 21:8; Deu 7:6; Deu 14:2. – 9 Neh 7:64; Exo 32:325; Sal 59:28; Dan 12:1; Luc 10:20; Flp 4:3; Hec 13:48; Rev 3:5; Rev 13:8; Rev 20:12-15; Rev 23:19; 1Sa 25:29; Eze 13:9. – 10 Cf. Jer 2:34; Ez 22:2ss. – 11 Cf. Isa 32:15; Isa 6:13; 1Re 22:46. – 12 Exo 13:21; Exo 40:34-38. – 13 Algunos autores creen que la expresión sobre toda gloria es adición posterior al texto. Así Skinner, o.c., 33, y Condamin, o.c., 0.28. – 14 1Re 8:10. – 15 Num 9:15.
Fuente: Biblia Comentada
Tras dar una vislumbre del futuro glorioso de Judá (Isa 2:1-5), el profeta regresa al presente para dar una reprensión fuerte de su idolatría y anunciar el juicio divino que incurre.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La acusación y el juicio justos del Señor contra Jerusalén y Judá continúan.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
de un hombre siete mujeres. En el Día del Señor (vea la nota sobre Isa 2:12), Él aplicará un juicio indirecto a las mujeres malvadas, al permitir la muerte de muchos hombres y la reducción del número de esposos disponibles.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Los capítulos Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30 corresponden a un solo discurso conectado.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— comeremos nuestro pan: La desolación de Sión es subrayada por una circunstancia vergonzosa, a saber, el que una casada tenga que procurarse su propia subsistencia. El futuro prometedor del monte Sión es descrito con imágenes tomadas de la tradición literaria del éxodo (ver Éxo 13:21-22; Deu 1:33; Sal 105:39), preludio de un nuevo y maravilloso rescate por parte de Yahvé.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
4.2-4 «El renuevo de Jehová» tal vez se refiera al Mesías, a pesar de que algunos piensan que se refiere a Judá. En medio de la tribulación predicha por Isaías, algunas personas recibirán la protección de la misericordia amorosa de Dios. Los protegidos serán el pueblo de Dios cuando el Mesías gobierne la tierra (Jer 23:5-6; Zec 6:12-13). Se distinguirán por su santidad, no por su riqueza ni prestigio. Esta santidad es el resultado de un deseo sincero de obedecer a Dios y de una profunda devoción a El. La maldad no siempre continuará como está ahora. Dios le pondrá fin y sus seguidores fieles disfrutarán su reino glorioso.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Lit.: “que tu nombre sea llamado sobre nosotras”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 186 Isa 3:25
b 187 Gén 30:23; Isa 54:4; Luc 1:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Las guerras exterminarán a tantos hombres que en aquel tiempo (a la postre la tribulación) las mujeres estarán dispuestas a sostenerse a sí mismas si sólo pudiesen casarse y escapar el oprobio de no tener hijos.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
TM añade en aquel día. Se sigue LXX → §194; nuestra deshonra… → Zac 14:2.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g 13.16; Zac 14:2.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[1] Denota los que han de perecer en la guerra y las viudas que quedarán sin maridos y sin hijos.[3] Rom 1, 7; 15, 25; Hebr 12, 22.