Comentario de Isaías 48:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
He aquí que te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el horno de la aflicción.
te he purificado. Isa 1:25, Isa 1:26; Job 23:10; Sal 66:10; Pro 17:3; Jer 9:7; Eze 20:38; Eze 22:18-22; Zac 13:8, Zac 13:9; Mal 3:2, Mal 3:3; Heb 12:10, Heb 12:11; 1Pe 1:7; 1Pe 4:12; Apo 3:19.
te he escogido. Deu 4:20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
purificado es una referencia al juicio (Isa 1:25; Isa 4:4) que habla del cautiverio en Babilonia. Horno alude al sufrimiento de Israel en Egipto (Deu 4:20; Jer 11:4).
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EN PROFUNDIDAD
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El propósito de la profecía
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Quizás usted crea que las profecías tienen que ver principalmente con las predicciones que se hagan del futuro. Eso es comprensible, ya que los profetas en los tiempos bíblicos anticipaban lo que iba a ocurrir (por ejemplo: Isa 7:14-17; Isa 45:1-7; Jer 28:12-17). Sin embargo, el propósito de una profecía va más allá del simple hecho de vaticinar lo que sucederá. Existen al menos dos buenas razones de por qué Dios dio sus mensajes mediante los profetas del Antiguo Testamento:
En primer lugar, una profecía muestra que Jehová es Dios. Un dios que no se puede presentar a sí mismo probablemente no inspirará mucho respeto entre los seres humanos. Pero a través de una profecía, Dios se ha hecho conocido de manera convincente. A modo de ejemplo, manifestó su omnisciencia al revelarle a los israelitas lo que ocurriría en el futuro; algo que ningún ídolo pagano puede hacer (Isa 48:5). También demostró su poder por medio de los profetas de manera que no quedara ninguna duda de quién era Él (1Re 18:36-39).
En segundo lugar, una profecía anuncia la palabra de Dios. Estrechamente relacionado con la revelación de sí mismo a través de una profecía está la comunicación de la verdad que Él quiere que conozcamos. A menudo se dice que la profecía es «la palabra de Jehová» (Isa 1:10; Isa 28:14; Isa 38:4); por cierto, aparecen precedidas por las palabras «Así dice Jehová» (Isa 7:7; Isa 10:24; Isa 22:15). De este modo, una profecía es una revelación que viene de Dios, la que trae consigo la luz de la verdad que de otra manera permanecería en silencio.
Lo importante de estas revelaciones no es simplemente informar, sino anunciar la verdad y luego decirle a la gente cómo deben vivir a la luz de esa verdad. Algunas veces las profecías ayudan a advertirle a la gente sobre las consecuencias de sus acciones, otras nos alientan cuando las circunstancias nos parecen llenas de desesperanza. Pero, sin importar cuales sean los efectos que surtan sobre la gente, el propósito de una profecía es el de proclamar a Dios y a su palabra.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
purificado … escogido en horno. Desde el tiempo de Israel, las pruebas de Israel han incluido el cautiverio en Babilonia y la dispersión actual por todo el mundo, lejos de su tierra. A diferencia de la plata que se refina en el horno, la refinación de Israel no está completa y el pueblo no está purificado del todo, pero Dios permite las aflicciones hasta que lo sea, para que su nombre no sea difamado por la destrucción de Israel. La nación será limpiada y purificada (cp. Zac 13:1). El plan de Dios es tal que solo Él, y no el hombre ni sus ídolos, recibirá crédito por la salvación de Israel (Isa 42:8; cp. Rom 11:25-27; Rom 11:33-36). Los adversarios de Dios nunca tendrán razones legítimas para denigrar a Dios y a su obra.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Zac 13:9.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
y 2433 Job 23:10; Pro 17:3; Mal 3:3; Heb 12:11
z 2434 Isa 1:25; Jer 9:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
purificado…no como a plata. Dios ha prometido quitar la impureza de Judá mediante un proceso de refinamiento (1:25), pero aquí les recuerda que el proceso no ha sido ni tan profundo ni tan doloroso.
Fuente: La Biblia de las Américas
no como a plata. O, con plata. «Con plata» significaría que el proceso de derretir (castigo para la nación) no produce plata. «Como a plata» significaría que Dios les castigaría con un fuego más caliente que el requerido para refinar la plata.