Comentario de Isaías 50:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Así ha dicho Jehovah: “¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, con la cual yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien os he vendido? He aquí que por vuestras maldades fuisteis vendidos, y por vuestras rebeliones vuestra madre fue repudiada.
Qué es la carta de repudio. Deu 24:1-4; Jer 3:1, Jer 3:8; Ose 2:2-4; Mar 10:4-12.
O quiénes son mis acreedores. Éxo 21:7; Lev 25:39; Deu 32:30; 2Re 4:1; Neh 5:5; Est 7:4; Sal 44:12; Mat 18:25.
He aquí por vuestras maldades. Isa 52:3; Isa 59:1, Isa 59:2; 1Re 21:25; 2Re 17:17; Jer 3:8; Jer 4:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El Señor muestra que el abandono de los judíos no le debe ser imputado, por su capacidad de salvar, Isa 50:1-4;
por su obediencia hasta la muerte, Isa 50:5-6;
y por su confianza en la ayuda de Dios, Isa 50:7-9.
Un exhortación para confiar en Dios, y no en nosotros, Isa 50:10-11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En esta profecía, el Señor se defiende a sí mismo (Isa 42:18-25; Isa 43:22-28) en contra de la implícita acusación de los deportados incrédulos de la segunda generación, en la que se dice que Dios no quiere o no puede salvarlos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Aunque Dios ha llevado a Israel lejos, como un marido manda lejos a su mujer, esto será por muy poco tiempo (Isa 54:5-7; Isa 62:4), no para siempre. Un cautiverio permanente hubiese requerido una carta de repudio (Deu 24:1-4). Si Dios hubiese emitido una, no habría traído de vuelta a Israel (Deu 24:1-4; Jer 3:1, Jer 3:8). Ningún profeta sugiere que Dios ha roto su pacto. Es más, siempre predicen la completa fidelidad del Señor al remanente que retornará (Miq 4:9, Miq 4:10).
vuestra madre se refiere a Jerusalén, más específicamente a los habitantes de las generaciones anteriores que han partido al cautiverio. Si el Señor ha vendido a Israel a los acreedores (Éxo 21:7; 2Re 4:1; Neh 5:5), no tendría ninguna autoridad sobre su destino. Pero los israelitas se han vendido a sí mismos debido a sus propias maldades (Isa 42:23-25). Por lo tanto Dios, como su redentor, puede pagar por su regreso (Isa 41:14; Isa 52:3).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
OÍDME. Estos capítulos contienen muchas profecías acerca del «Siervo de Jehová», que en definitiva es Jesucristo. Su ministerio resulta en la expiación por el pecado, la salvación para todas las naciones, la restauración de Israel y el juicio sobre los impíos.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
50. Consolación de Sión. El Siervo de Yahvé.
Continuación lógica del tema del capítulo anterior: la confirmación de la promesa de la restauración ofrecida a Sión. Los que sentían dudas sobre la realización de la misma no tienen en cuenta que el amor de Yahvé para con su pueblo es más fuerte que el de una madre para con sus hijos.
La omnipotencia de Yahvé, prenda de salvación (1.-3)
1 Así dice Yahvé: ¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual la he repudiado yo? ¿O cuál es aquel de mis acreedores a quien os haya vendido yo? He aquí que por vuestros crímenes fuisteis vendidos, y por vuestros pecados fue repudiada vuestra madre. 2 ¿Por qué, cuando yo venía, no hallaba a nadie, y, cuando llamaba, nadie me respondía? ¿Habráse acortado mi mano para redimir o no tendré ya fuerza para librar? He aquí que con mi amenaza seco el mar y torno en desierto los ríos, hasta pudrirse sus peces por falta de agua y morir de sed sus vivientes. 3 Yo revisto los cielos de negrura y los cubro como de saco.
Los israelitas se consideraban como repudiados por Yahvé. Ya desde Oseas era tradicional el símil del matrimonio para expresar las relaciones amorosas entre Dios e Israel. Pero la tragedia del exilio ha demostrado que Yahvé los ha abandonado. De ahí el ambiente de decaimiento y de desconfianza de los exilados en un próximo día de liberación. Pero Yahvé se encara con ellos y les invita a que le presenten el libelo de repudio (v.1) que les haya podido entregar para justificar esta situación de separación. Para repudiar una mujer, el marido tenía que escribir un libelo de repudio, en el que expresaba su decisión, y la esposa quedaba libre para casarse de nuevo con otro, si bien no podía volver al marido anterior (Deu 24:1-4). Si no le había expedido el libelo, podía tomarla de nuevo. Es el caso de Israel: ha sido echada de su hogar patrio, separándose así de Yahvé, que tenía su templo en Jerusalén. Pero Yahvé, en su misericordia, no le dio el definitivo libelo de repudio, y, por tanto, Israel podía volver a tener relaciones con Yahvé, reintegrándose a su primera condición de desposada. Así, pues, Yahvé, al decir a Israel que le presente el libelo de repudio, la invita a la reconciliación. Y pasa a otro símil jurídico, el de la venta de los hijos. Un padre insolvente podía vender a un hijo suyo, quedando siempre con la posibilidad de rescatarlo cuando tuviera medios de fortuna *. Yahvé, como omnipotente, no puede tener acreedores (v.2); y si vendió a los israelitas, no fue por necesidad, sino como castigo (por vuestros crímenes fuisteis vendidos, v.2), como Israel había sido repudiada por sus pecados (por vuestros pecados fue repudiada vuestra madre, v.2). El exilio ha sido un traspaso temporal para castigarlos. Pero, una vez expiada la culpa, ha llegado la hora de la reconciliación, y Yahvé se sorprende de que el pueblo israelita no responda a sus llamadas. ¿Por qué, cuando yo venia, no hallaba a nadie., y nadie me respondía? v.2). Los exilados se muestran escépticos respecto del poder de Yahvé, como si se hubiera acortado su mano (v.2) y fuera impotente para liberarlos. En realidad, pudiera hacer ahora algunos portentos que demostraran su omnipotencia: con mi amenaza seco el mar y torno en desierto los ríos (v.2). Yahvé es quien hace que el horizonte se oscurezca, dando al cielo un aire de duelo y de penitencia: los cubro de saco (v.3). Yahvé es Señor de todas las fuerzas de la naturaleza.
El Siervo de Yahvé; su resignación (4-6).
4 El Señor, Yahvé, me ha dado lengua de discípulo 2 para saber sostener con palabras al cansado 3. Cada mañana despierta mis oídos para que oiga como discípulo; 5 el Señor, Yahvé, me ha abierto los oídos, y yo no me resisto, no me echo atrás. 6 He dado mis espaldas a los que me herían, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. Y no escondí mi rostro ante las injurias y los esputos.
De nuevo se describe otra fase de la misión del misterioso Sierro de Yahvé, que ya hemos encontrado en 42:1-7 y 49:1-8. En este nuevo fragmento errático se ensalza sobre todo la docilidad y mansedumbre del Siervo de Yahvé, juntamente con su perseverancia, a pesar de todos los malos tratos que le acarrea su ardua misión de pregonar la ley de Dios en medio de su pueblo y entre las gentes. En 52-13-53:14, esta obra culminará en los sufrimientos expiatorios y redentores en beneficio de otros.
El Siervo se ha entregado de lleno a la obra que le ha encomendado el Señor, y por eso repite dócilmente lo que se le ha revelado, pues Yahvé le ha dado una lengua de discípulo (v.4), e.d., dócil, entrenada y experta para transmitir el mensaje que Dios le comunicara a su pueblo. Y su labor en esta fase se va a concretar sobre todo en sostener con palabras al cansado, e.d., al descorazonado y fatigado en la senda de la ley de Dios ante las dificultades y contrariedades de la vida. La misión del Siervo, pues, es confortar al pusilánime, al débil, al que desconfía de las promesas del Señor, a aquellos que en 42:3 llamaba “caña cascada y mecha humeante,” porque todavía tienen un rescoldo de fe y de esperanza. La expresión me ha abierto los oídos (v.6) en la Biblia equivale a recibir una revelación (cf. 1Sa 9:15), una comunicación profética. Cada mañana despierta mis oídos (v.4) es una locución enfática para mostrar que la asistencia de Dios con sus revelaciones es constante y reiterada, y, por otra parte, insinúa la docilidad del Siervo en prestarse desde la mañana a continuar su ardua misión de adoctrinamiento: yo no me resisto (v.6), e.d., no elude el mandato que se le confía, sabiendo que las dificultades serán muchas y grandes, como especifica a continuación: he dado mis espaldas a los que me herían (v.5). Sufrirá toda clase de afrentas. La barba (v.6) era símbolo de dignidad social, y por eso se consideraba como la máxima humillación arrancarla. El Siervo no aparta su rostro ante las injurias y esputos (v.6), lo que literalmente se cumplió en la escena del pretorio de Pilatos con Jesucristo, de quien ciertamente se habla en este poema4.
Confianza del Siervo en Yahvé (7-9).
7 Pero el Señor, Yahvé, me socorre, y por eso no fui confundido, por eso hice mi rostro como de pedernal,sabiendo que no sería confundido. 8 Cerca está mi Justificador; ¿quién contenderá conmigo? Comparezcamos juntos; ¿quién es mi demandante? 5 Que se acerque a mí. 9 He aquí que el Señor, Yahvé, me asiste; ¿quién me condenará? He aquí que todos ellos se gastarán como un vestido, la polilla los consumirá.
Por grave que sea la situación y grandes las dificultades y contradicciones, el Siervo se mantendrá en su puesto, porque sabe que tiene al Señor a su lado. Es consciente de su misión divina, y, por tanto, sabe que al fin ha de triunfar totalmente en su cometido y que nunca será confundido (v.7), ya que Dios no defrauda a sus fieles en sus promesas. Esta seguridad de tener al Señor a su lado le ha dado una fortaleza extrema: hice mi rostro como de pedernal (v.7); e.d., los malos tratos e injurias nada podrán hacer en su temple curtido, como el duro pedernal (cf. Eze 3:9). Allí está cerca su Justificador, e.d., el que le da la razón en todo, y tan seguro se siente, que emplaza a sus litigantes ante el tribunal de Dios: Comparezcamos juntos (v.8).
Está seguro de que, teniendo a Yahvé a su lado, nadie podrá dar un veredicto en contra: ¿quién me condenará? (v.9). Si Yahvé es su Justificador, que de antemano le da la razón, es inútil todo juicio ulterior, porque sabe que saldrá triunfante. Los enemigos desaparecerán sin consistencia alguna, como se gasta un vestido carcomido por la polilla (v.8) 6.
Israel debe confiar en Yahvé (10-11).
10 ¿Quién de vosotros terne a Yahvé, escucha la voz de su Siervo? 7El que ande en tinieblas, privado de resplandor, que confíe en el nombre de Yahvé y se apoye en su Dios. 11He aquí que todos vosotros encendéis fuego, encendéis saetas8; caminad a la luz de vuestro fuego y entre las saetas que habéis encendido. Por mi mano os sucederá esto, en tormento yaceréis.
El profeta exhorta a la confianza en Dios, transmitida por su Siervo. El v.10 puede entenderse en sentido interrogativo, como hemos traducido, o en sentido llano, sin interrogación: “quien tema a Yahvé, escuche la voz de su Siervo” 9. En todo caso, el sentido es el mismo. “Temer a Dios” en el Antiguo Testamento equivale a cumplir puntualmente su ley con espíritu de piedad y de entrega a Dios. Se invita a que se imite la confianza del Siervo de Yahvé en Dios: El que ande en tinieblas, privado de resplandor, es decir, que no tiene esperanza, apesadumbrado por las contrariedades (cf. 26:4; Hab 2:4).
Después el profeta se dirige a los impíos israelitas que se dedican a encender la discordia entre sus compatriotas: nosotros encendéis fuego., saetas (v.11), aludiendo con estas últimas probablemente a las calumnias, fuente de discordia. Yahvé hará que sean víctimas de sus mismas maquinaciones y discordias: caminad a la luz de vuestro fuego y entre las saetas que habéis encendido (v. 11). Recibirán el castigo de Dios (por mi mano os sucederá esto, v.11), y de un modo duradero: yaceréis en el tormento. Algunos ven aquí una alusión al tormento después de la muerte en la gehenna, pero esta noción es posterior en la literatura bíblica (Isa 66:24).
1 Cf. Exo 21:7; 2Re 4:1; Neh ζ,ζ. – 2 Otros traducen: “lengua apta para enseñar” (Cantera). – 3 La palabra que traducimos por sostener es de sentido incierto en hebreo; seguimos la versión de la Vg., que se adapta bien al contexto. – 4 Cf. Num 12:14; Deu 25:9; Mat 26:67; Mat 27:30; Mat 26:6-7. – 5 Literalmente, lo que traducimos por demandante, en hebreo es “señor de mi pleito.” – 6 Cf. 51:6; Sal 102:27; Job 13:28. – 7 Muchos entienden esto sin interrogación. – 8 Otros traducen: “vosotros los que encendéis fuego..” Así los LXX.
Fuente: Biblia Comentada
carta de repudio de vuestra madre … mis acreedores. Aunque los sufrimientos de Judá fueron el resultado necesario de su pecado, ningún certificado de divorcio o pago a los acreedores se hizo efectivo porque la separación de Sión del Señor solo fue temporal. De hecho, Dios dio al reino del norte (que no descendía de David) un certificado de divorcio (vea la nota sobre Jer 3:8), en cambio las promesas incondicionales de su pacto con David (2Sa 7:1-29) excluyeron cualquier posibilidad de divorcio para Judá, así tuviera lugar un tiempo de separación (cp. Isa 54:6-7).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección define las funciones proféticas y sacerdotales del Mesías y siervo de Jehová, así como los recursos que tiene para cumplir su misión, sus sufrimientos y humillación, y su exaltación final. La palabra «siervo» ocurre unas veinte veces en esta porción, lo cual ratifica a Jesucristo como el Cordero de Dios quien fue sacrificado para redimir a los elegidos de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Ver Jer 3:6-8; Ose 2:2-7; Bar 4:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
50.1, 2 Dios prometió pelear por Israel, pero este se vendió al pecado causándose sus propios problemas. «¿Se ha acortado mi mano?» significa: «¿No tengo yo poder para ayudarlos?» Israel se olvidó de Dios y confió en la ayuda de otras naciones. Dios no rechazó a Israel, sino que Israel lo rechazó a El.50.10, 11 Si andamos con nuestra luz y rechazamos la de Dios, nos volvemos autosuficientes y el resultado es tormento. Cuando depositamos nuestra confianza en la inteligencia, apariencia o los logros en lugar de Dios, nos arriesgamos a sufrir en gran manera cuando estos puntos fuertes desaparezcan.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2557 Deu 24:1
b 2558 Jer 3:1; Ose 2:2
c 2559 2Re 4:1
d 2560 1Re 21:25; 2Re 17:17; Isa 59:2
e 2561 Jer 3:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
carta de divorcio. Según Dt 24:1, el marido le daría carta de divorcio a su esposa por alguna falla. Aquí el S eñor asemeja la cautividad de Israel con el divorcio; pero al regresar Israel de la cautividad El les hace ver que no « se ha divorciado de ellos.» ¿O a cuál de mis acreedores os vendí? La idea de que el S eñor , que creó todo lo que existe, tenga acreedores a quienes deba algo, debiera haber evocado una imagen absurda para los oyentes del profeta. Según 52:3, Israel se vende por nada, es decir, no por dinero, y en este vers. se especifican los términos: por las iniquidades de Israel. Israel era el que tenía que pagar la deuda pendiente.
Fuente: La Biblia de las Américas
El Señor culpa a Israel de la responsabilidad de su cautiverio y de divorciarse de El.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[2] Jn 1, 11.[3] Ex 10, 22; Mat 27, 45.[4] Jn 7, 46.