Biblia

Comentario de Isaías 5:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Isaías 5:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Cantaré a mi amigo la canción de mi amado acerca de su viña: Mi amigo tenía una viña en una fértil ladera.

Ahora cantaré. Deu 31:19-22; Jue 5:1-31; Sal 45:1; Sal 101:1.

por mi bien amado. Cnt 2:16; Cnt 5:2, Cnt 5:16; Cnt 6:3.

a su viña. Isa 27:2, Isa 27:3; Sal 80:8; Cnt 8:11, Cnt 8:12; Jer 2:21; Mat 21:33; Mar 12:1; Luc 20:9; Jua 15:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Por medio de la parábola de una viña, Dios explica su juicio severo, Isa 5:1-7.

Sus juicios sobre la codicia, Isa 5:8-10;

sobre la lascivia, Isa 5:11-12;

sobre la impiedad, Isa 5:13-19;

y sobre la injusticia, Isa 5:20-25.

Quienes ejecutarán el juicio de Dios, Isa 5:26-30.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La «parábola de la viña» de Isaías se estructura en tres partes:

(1) una introducción a la alegoría (vv. Isa 5:1Isa 5:2);

(2) una acusación y una sentencia (vv. Isa 5:3-6); y

(3) una interpretación de la alegoría (v. Isa 5:7; véase el Sal 80:8-16). El cuerpo consiste de una acusación hecha por Isaías (vv. Isa 5:3Isa 5:4) y la sentencia la dictó el Señor en persona (vv. Isa 5:5Isa 5:6).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Se compara a Judá con una viña que tiene todos los beneficios, pero falla en la producción, lo que provoca la ira de Dios (Isa 1:2, Isa 1:3).

mi amado … mi amado: Isaías se refiere en términos cariñosos al Señor.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

UNA VIÑA. Esta parábola de la viña prueba que Dios hizo todo lo posible por hacer de Judá una nación justa y fructífera. Dios destruyó su viña sólo cuando no lograron ser lo que Él quería que ellos fueran (compárese con la parábola de los labradores malvados en Mat 21:33-44). La parábola de Isaías anticipa históricamente la destrucción de Jerusalén y del reino de Judá en 586 a.C.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

5. La Solicitud de Yahvé.

La parábola de la viña (1-4).
1 Voy a cantar a mi amado el canto de mi amigo a su viña: Tenía mi amado una viña en un fértil recuesto. 2 La cavó, la descantó y la plantó de vides selectas. Edificó en medio de ella una torre, e hizo en ella un lagar, esperando que le daría uvas, pero le dio agrazones, 3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad entre mí y mi viña. 4 “¿Qué más podía yo hacer por mi viña que no lo hiciera? ¿Cómo, esperando que diese uvas, dio agrazones?”

El profeta, para captar la imaginación popular, se presenta ante el pueblo como un rapsoda que va a cantar en forma rimada y parabólica las relaciones amorosas entre Dios e Israel; y quizá la ocasión del cántico fuese la celebración de las fiestas de la vendimia en otoño, cuando cundía el bullicio popular en la fiesta de los Tabernáculos, que cerraba la época de recolección de frutos, con la acción de gracias a Dios por ello por las lluvias otoñales para iniciar la sementera. Al mismo tiempo, estas fiestas, durante las cuales vivían en el campo, en tiendas rústicas a base de ramaje, simbolizaban la estancia de los israelitas en el desierto en tiendas de campaña. Quizá, pues, el profeta, con motivo de esta afluencia de público y de los regocijos populares, expuso esta alegoría de la viña, cuyo contenido serviría, más que ningún discurso, para expresar sus ideas sobre las relaciones entre Yahvé e Israel.
Este trozo es, desde el punto de vista literario, una de las mejores piezas del libro de Isaías. La imagen de la viña es un tópico en la literatura del A.Τ.1 El mismo profeta la explica, y quizá en este fragmento se inspiró nuestro Señor para la parábola de los viñadores, si bien dándole otro alcance doctrinal.2
El profeta comienza reclamando la atención del auditorio, prometiéndole una canción rimada (v.1); así, con toda delicadeza se presenta como haciéndose eco de la situación decepcionante de su amigo, con lo que excitaba más la imaginación del auditorio. El no es más que un rapsoda que se encarga de hacer conocer la tragedia de su Amigo 3 despreciado; y presenta de tal forma el asunto, que los oyentes mismos pronuncien espontáneamente el veredicto sobre la suerte de la viña. Su Amigo ha plantado una viña en un terreno feraz y de la mejor calidad, y la plantó de cepas escogidas, sin que faltara la labor previa de limpiarla de piedras y construir en ella una torre de vigilancia contra las incursiones de las fieras y ladrones, como aún se ve en Palestina. Puso todas las providencias para que diera frutos sazonados, y el resultado fue todo lo contrario. Por ello, el profeta, en nombre del amigo, se dirige a sus oyentes (vecinos de Jerusalén y varones de Judá, congregados allí quizá a propósito de la fiesta) y los invita a que den el veredicto sobre la conducta a seguir sobre esta viña desagradecida y estéril, que no merece se invierta trabajo y dinero en ella, pues nada de ello se ha ahorrado por parte del dueño.

Explicación de la parábola de la viña (5-7).
5 Voy, pues, a deciros ahora lo que haré de mi viña: Destruiré su albarrada, y será ramoneada. Derribaré su cerca y será hollada. 6 Quedará desierta, no será podada ni cavada; crecerán en ella los cardos y las zarzas, y aún mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella. 7 Pues bien, la viña de Yahvé de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su amado plantío. Esperaba de ellos juicio, pero sólo hubo sangre vertida; justicia, y hete aquí gritería.

El dueño de la viña, Yahvé, dejándose ya de lamentaciones, va a obrar como Juez justo. Puesto que no le ha dado el fruto esperado, la va a derribar totalmente, porque no merece la pena que nadie se preocupe de ella, ni se la preserve de las incursiones de los animales. Y como Dios (ahora adelanta el profeta la explicación de la parábola, como hará en el v.7), incluso le negará las nubes propicias. La viña es Israel y Judá (particularmente esta última: los varones de Judá son su amado plantío), y el dueño, Yahvé, que la protegió desde que comenzó a ser como nación en el desierto. Nada le faltó para que cumpliera fielmente su misión de pueblo privilegiado entre todos, dando ejemplo de su alta moral religiosa; pero, en vez de dar frutos de justicia y equidad, lo que ha hecho es producir malestar social con opresiones injustas, sin excluir los homicidios, y, en consecuencia, en vez de reinar la justicia, hubo gritería general por el dolor de los oprimidos,4 sometidos a la crueldad de las clases directoras de la sociedad.

Amenazas contra los avaros (8-10).
Empieza una serie de invectivas, precedidas de un “¡ay!” contra los abusos de las clases altas de la sociedad. Nada seguro se puede decir sobre la época de su composición. No pocos autores suponen que este fragmento sería de la época inicial del profeta, hacia el 736, cuando, gracias a la opulencia material, las conciencias se hallaban totalmente encallecidas y olvidadas de sus deberes sociales.

8 Ay de los que añaden casas a casas, de los que juntan campos y campos, hasta acabar el término, siendo los únicos propietarios en medio de la tierra! 9 A mis oídos ha llegado, de parte de Yahvé de los ejércitos, que las muchas casas serán asoladas, las grandes y magníficas quedarán sin moradores, 10 y diez yugadas de viña producirán un “bath,” y un “jómer” de simiente sólo dará un “efah.”

La voracidad de las clases pudientes era insaciable. Poco a poco, con sus préstamos, iban apropiándose todas las tierras cultivables, sin dejar nada de valor a las clases débiles (v.8).
Según la legislación tradicional mosaica, cada familia tenía su parcela que cultivar, y el único propietario era Yahvé, señor de la Tierra prometida; y para evitar el acaparamiento había ciertas disposiciones, de modo que cada familia conservara siempre su herencia 5, como aparece en el caso de Nabot, que no quiso abdicar de sus derechos sagrados patrimoniales ante las exigencias del mismo rey Acab 6. Dios no puede tolerar más estos abusos, y por eso el castigo no se hará esperar; las casas serán asoladas, y la escasez va a adquirir proporciones desorbitadas 7.

Amenazas contra los disolutos (11-17).
11 Ay de los que se levantan con el alba para seguir la embriaguez, y se quedan por la noche hasta que el vino los caldea 12 En cuyos banquetes hay arpas, cítaras, panderos, flautas, vino, y no reparan en las obras de Yahvé ni ven las obras de sus manos. 13 Por eso mi pueblo será llevado cautivo, sin que se dé cuenta, y sus grandes serán consumidos por el hambre, y su vulgo se secará de sed. 14 Por eso el “seol” ensanchará su seno y abrirá su boca sin medida, y allá bajará su nobleza y su plebe, su bullicio y alegría; 15 y el hombre será humillado, y abatidos los varones, y bajados los ojos altivos, 16 y Yahvé de los ejércitos exaltado en el juicio, y el Dios santo santificado en la justicia. 17 Corderos pacerán allí como en su pastizal y cabritos devorarán las destruidas posesiones de los ricos.

Continúa la diatriba contra los que abusan de sus bienes entregándose a una vida disoluta y desenfrenada. La consecuencia de todo será la cautividad y la destrucción total de las fuerzas vivas de la sociedad. La muerte se relacionará en el pueblo escogido; por eso el seol, o la región subterránea adonde iban los muertos, en la que imperaba la tristeza y la nostalgia de la vida,8 aparece personificado abriendo sus fauces insaciables (v.14). A su tiempo no han querido ver las obras de Yahvé (v.12), es decir, la acción de Dios en la historia que va preparando el castigo, y que culminará en la devastación y el destierro del pueblo.9
A causa de la deserción de las clases dirigentes, las clases bajas están en la mayor ignorancia religiosa, y no comprenden el fin que les espera. Y cuando llegue la hora del castigo, Dios será ensalzado en el juicio y santificado en la justicia (v.16), es decir, Dios, al ejercer la justicia, hará que se reconozca su santidad y pureza, revelándose como “el Santo de Israel.”

Amenazas Contra Los Insolentes (18-19).
18¡Ay de los que se arrastran el pecado con cuerdas de falsedad y corno (con) coyundas de carro! 19 Ay de los que dicen: Que venga pronto, que se dé prisa su obra, para que la veamos; que venga, que llegue, acabe su plan el Santo de Israel, y sepámoslo nosotros!

El tercer “¡ay!” es contra los frivolos y escépticos, que se burlan de la predicación de los profetas, pues al no haber llegado el juicio contra ellos tantas veces anunciado, no creían en el día del castigo, y no sabían que con su conducta estaban acelerando la llegada de tan fatídico día. Están tan ciegos, que se han vinculado a un destino fatal y tiran por él, arrastrándole como si lo hicieran con las cuerdas de un carro (v.18),10 y desafían impúdicamente a Dios para que descargue de una vez su ira, acabe su plan y así sean testigos del “día del castigo,” tantas veces anunciado por los profetas. Dios, en su misericordia, iba dando prórrogas al castigo, y esto era interpretado como impotencia de Dios y alucinación de los profetas.

Amenazas contra los autosuficientes (20-24).
20 Ay de los que al mal llaman bien, y al bien mal; que de la luz hacen tinieblas, y de las tinieblas luz; y dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo 21 Ay de los que son sabios a sus ojos y son prudentes delante de sí mismos 22 Ay de los que son valientes para beber vino, y fuertes para mezclar licores; 23 de los que por cohecho dan por justo lo impío, y quitan al justo su justicia 24 Por eso, como la lengua de fuego devora el rastrojo y como se consume en la llama la hierba seca, su raíz se tornará podredumbre, y su flor será arrebatada como el polvo. Porque han rechazado la Ley de Yahvé de los ejércitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel.

La última conminación se dirige a ciertos sofistas de su época que se permitían jugar con los conceptos morales, sin hacer mayor distinción entre sus principios. Eran los esprits forts de la época, que sembraban con su escepticismo la confusión intelectual entre el pueblo. En realidad, a ellos sólo les movía su utilidad y egoísmo. Quizá el profeta se refiera a los magistrados civiles y a los falsos profetas y sacerdotes, que no daban beligerancia a Isaías para que los orientara en su conducta.
Quizá estos mismos son los que en los v.22-23 son recriminados por su gula exorbitada, pues se muestran muy habilidosos y valientes en mezclar licores (v.22), y, en cambio, abdican de sus deberes fundamentales al administrar la justicia, dejándose llevar por la avaricia y la parcialidad (v.23). La glotonería y la embriaguez no sirven sino para embotar sus facultades y sus conciencias.12 Se acerca el día en que recibirán su merecido y serán exterminados totalmente, como la lengua de fuego devora el rastrojo, y quedarán sin descendencia.13

Anuncio de la Invasión del Reino del Norte, Israel (25-30).
Con el v.25 se inicia un nuevo fragmento, según la generalidad de los críticos, en el que se predice de modo dramático la inminencia de la invasión asiría del reino del norte, Israel, aunque no se nombre expresamente al invasor.14

25 Por eso se ha encendido la cólera de Yahvé contra su pueblo, y ha tendido contra él su mano, y le ha herido, y tiemblan los montes, y yacen los cadáveres en medio de los caminos como estiércol. Mas con todo esto no se ha aplacado su cólera, y su mano queda tendida. 26 Alzará pendón a gente lejana y llamará silbando a los del cabo de la tierra, que vendrán pronto y velozmente. 27 No hay entre ellos cansado ni vacilante, ni dormido ni somnoliento. 28 No se quitan de sus lomos el cinturón, ni se desatan la correa de sus zapatos. Sus flechas son agudas, y tensos sus arcos. Los cascos de sus caballos son de pedernal, y las ruedas de sus carros un torbellino. 29 Su bramido es de león; ruge como cachorro de león, gruñe y arrebata la presa y se la lleva, sin que nadie pueda quitársela. 30 Habrá aquel día un bramar contra ellos, como bramido del mar; mirarán a la tierra, y no habrá sino tiniebla y tribulación; se oscurecerá la luz en los cielos.

El profeta describe vigorosamente el avance fulminante de un ejército invasor que no nombra, y presenta a las montañas temblando y sembradas todas de cadáveres (v.25), quizá aludiendo a un terremoto que haya precedido a la invasión; pero la cólera de Dios no se da por satisfecha, y por eso su mano queda aún tendida, dispuesta a descargar de nuevo. Y en efecto, como el apicultor con el silbido hace salir las abejas de sus colmenas, así El llamará silbando a los del cabo de la tierra (v.26),15 levantando a su vez una bandera como punto de concentración para llamar a las armas al ejército invasor,16 que vendrá desde el extremo de la tierra (Asiría y Babilonia),17 respondiendo como una máquina de guerra perfecta; sus soldados, llenos de vigor y embriagados de triunfo, ni siquiera se tomarán el necesario reposo (v.27-28), y, siempre con los arcos tensos, avanzarán sin detenerse, mientras que la caballería con sus carros volará sobre las rocas calcáreas, sacando chispas con sus cascos (v.28) y arrollándolo todo como un torbellino.
La descripción es ideal, pero refleja la impresión que a aquellas pequeñas naciones daba el ejército imperial asirio en sus avances fulminantes 18. Precisamente los asirios habían puesto de moda el uso combinado de la caballería y de los carros acorazados en las batallas, como se ve en los bajo relieves asirios. El ν.30 es considerado por algunos como adición posterior, y tendría por sujeto a Yahvé, que se encargaría de castigar a los mismos invasores asirios para que no exterminaran totalmente al pueblo elegido,19 como parece indicarse en el verso anterior: sin que nadie pueda quitársela.

1 Cant 8:1 iss; 4:16; 5:1; 6:2.11, etc. – 2 Cf. Mat 21:41. – 3 Difieren los autores al traducir el versículo. Así, unos leen: “mi cántico de amor” (Skinner), “el canto de su amor” (Condamin), “mi cántico amistoso” (Cersoy). – 4 En el texto hebreo hay un juego de palabras: “esperaba juicio (mishpat), pero sólo hubo sangre vertida (mishpaj), justicia (tsedaqah), y hubo sólo gritería” (tsa’qah). – 5 Lev 25:8ss; Num 28:11.36; Deu 27:17. – 6 1 Re 21; cf. Miq 2:2.9; Amo 2:6s. – 7 Es difícil determinar el valor de las medidas que da el texto, pues la metrología bíblica varía mucho según los tiempos. El bath era una medida de líquidos, y equivalía a la décima parte del jómer o kor (Eze 45:11.14); efah, medida de sólidos equivalente al bath. Se suele calcular el bath Deu 36:44 litros (Denzinger) a 39,348 (Barrois). Cf. RB (1931) 212. – 8 La morada del seol de los hebreos es similar al arallu asiro-babilónico y al hades de los griegos, en cuanto que es una región oscura donde los muertos llevan una vida lánguida de^sombras (los rephaim), dependiendo de los vivos en su alimentación; dentro de esa región hay jerarquía (Isa 14:95), según la clase social a la que hayan pertenecido en vida (Ose 13:14 ; Jon 2:2; Cnt 8:6; Pro 1:12; Pro 30:16). – 9 Cf. Amo 6:5-6; Isa 10:12; Isa 28:21; Sal 28:5; Ose 4:6. Los v.15-16 son considerados por algunos como interpolados por razones rítmicas. – 10 El texto griego lee “con cuerdas largas” en vez de “con cuerdas de falsedad” del texto hebreo (v.18), y quizá está mejor en el contexto. Las palabras hebreas son muy parecidas. – 11 Cf. Isa 28:95; Isa 29:145; Isa 30:1.ios; 37,is. – 12 Prov 31,4s. – 13 En la inscripción de Eshmunezar, rey de Tiro, se dice a los que violen su tumba: “Que no tenga (el que entre) raíz abajo ni fruto arriba” (cf. Skinner, o.c., p.41). – 14 Muchos creen que este fragmento formaba parte de 9:7-10:4, donde encaja perfectamente en el contexto. Así Gondamin, o.c., p.38; Skinner, o.c., p.42. – 15 Cf. Isa 7:18; Zac 10:8. – 16 Cf. Isa 13:2; Isa 18:3; Isa 30:17; Isa 30:11.10.12. – 17 Cf. Isa 41:9 – 18 Cf. Isa 21:15; Isa 22:6s; Isa 36:8; Isa 37:33. – 19 Condamin pone 5:26-30 después Deu 7:20; y cree que se trata de la venganza de Yahvé – contra los invasores asirios.

Fuente: Biblia Comentada

mi amado. El Señor es el amigo amado de Isaías y la viña pertenece a Él (Isa 5:7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los capítulos Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30 corresponden a un solo discurso conectado.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La conclusión del discurso extendido que comenzó en Isa 2:1 se da por medio de una comparación del pueblo de Dios a una viña cultivada por Él que sin embargo, no dio fruto.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Isa 5:1-7 : Canción de la viña: Uno de los más hermosos poemas del libro. Empieza como una canción de amor y acaba convirtiéndose, mediante una progresiva dramatización, en un anuncio de juicio.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Isa 27:2-5; Jer 2:21; Eze 17:5-10; Eze 19:10-14; Ose 10:1; Sal 80:8-16; Mat 21:33-43; Jua 15:1-2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La parábola

Esta es una pequeña obra maestra. 1 Su introducción, una canción de amor (BJ) halaga al oído y despierta la imaginación; la viña, al igual que el jardín amu rallado y el vergel del Cantar de los Cantares de Salomón (Cant. 4:12-15) seguramente hablará de una novia y su hermosura, guardada celosamente para el novio. 3, 4 Pero los oyentes quedan boquiabiertos por el anticlímax y por pedírseles su opinión, para descubrir que, al igual que David ante Natán (2 Sam. 12:1-7) habían estado asintiendo a su propio enjuiciamiento (cf. también Mat. 21:40-43). 7 Finalmente, en el lenguaje original se pone énfasis en la acusación valiéndose de una inolvidable última línea, tersa como un epigrama. Su doble juego de palabras desafía toda reproducción, pero en una versión libre diría: “¿Halló rectitud? ¡Sola mente tumultos! ¿Halló decencia? ¡Solamente desesperación!”

La parábola trae a su culminación, como nada podría hacerlo, la sinrazón y lo indefendible del pecado; nos hallamos buscando alguna causa que ex plique el motivo del fracaso de la vid, y no hay ninguna. Solamente los seres humanos pueden ser tan caprichosos.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

5.1-7 La lección de la viña muestra que la nación escogida por Dios debía dar fruto para llevar a cabo su obra, para defender la justicia. Produjo fruto, pero este fue ácido y malo. Este pasaje utiliza un juego de palabras: las palabras hebreas que se traducen juicio y vileza suenan muy parecidas, así como las empleadas para justicia y clamor. Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat 7:20). ¿Ha examinado últimamente su propio «fruto»? ¿Es dulce o ácido?5.8-25 En esta sección, Dios condena seis pecados: (1) explotar a otros (5.8-10); (2) embriaguez (5.11, 12); (3) pecar con orgullo y sarcasmo (5.18, 19); (4) confundir las normas morales (5.20); (5) presunción (5.21); y (6) pervertir la justicia (5.22-24). Debido a estos pecados, Dios castigó a Israel con destrucción mediante Asiria (5.25-30). Un destino similar le esperaba a Judá si no se volvía de sus pecados.5.11-13 Estos hombres pasaban muchas horas bebiendo y festejando, pero Isaías predijo que muchos a la larga morirían de hambre y de sed. Es irónico, pero nuestros placeres, si no tienen la bendición de Dios, pueden destruirnos a la larga. Dejar a Dios fuera de nuestras vidas permite que el pecado entre en ellas. Dios quiere que disfrutemos de la vida (1Ti 6:17), pero que evitemos esas actividades que nos pueden apartar de El.5.13 Los héroes de la nación, «su gloria», sufrirían la misma humillación que la gente común. ¿Por qué? Porque vivieron de acuerdo a sus propios valores y no según los de Dios. A muchos de los héroes actuales de los medios de comunicación y deportivos los idolatran debido a su capacidad para vivir según les place. ¿Son sus héroes los que desafían a Dios o los que desafían al mundo para servir a Dios?5.18, 19 Hay personas que arrastran sus pecados junto con ellas. Algunas lo hacen con orgullo, pero para otras sus pecados se han vuelto una carga que los aplasta. ¿Está usted arrastrando pecados a montones que se niega a abandonar? Antes de que se vea acabado e inútil, vuélvase al Unico que promete quitarle la carga de pecado y reemplazarla con un propósito para la vida que es un gozo cumplir (véase Mat 11:28-30).5.20 Cuando la gente no observa con cuidado la distinción entre el bien y el mal, pronto sobreviene la destrucción. Es muy fácil decir: «Nadie puede decidir por otro lo que es bueno o malo». Pueden pensar que emborracharse no es dañino, que las relaciones extramaritales no son malas o que el dinero no los controla de verdad. Pero cuando damos excusas por nuestras acciones, quebrantamos la diferencia entre el bien y el mal. Si no tomamos la Palabra de Dios, la Biblia, como nuestra regla, pronto toda las alternativas morales de la vida parecerán confusas. Sin Dios, vamos directo al fracaso y a mucho sufrimiento.5.24 El pueblo sufrió debido a que rechazó la ley de Dios. Es muy triste ver que tanta gente en la actualidad anda en busca de significado en la vida mientras que echan a un lado la Palabra de Dios. Podemos evitar cometer el error de Israel y de Judá al hacer que la lectura de la Biblia ocupe un alto lugar en nuestra vida.5.26-30 Este pasaje describe lo que Dios haría si el pueblo lo desobedeciera (Deuteronomio 28). Asiria comenzó a atormentar a Israel durante el reinado de Acaz (735-715 a.C). Este fuerte agresor destruyó el reino del norte en 722 a.C. y dispersó al pueblo en todo su imperio. El pecado tiene sus consecuencias. Si a lo mejor no son inmediatas, vendrán de todas maneras.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Lit.: “un cuerno el hijo de aceite”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 204 Sal 80:8; Isa 5:7; Jer 2:21; Luc 20:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

viña. Es decir, Israel (vers. 7; 3:14; cp. Sal 80:8– 19; Jer 12:10).

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit., en un cuerno, hijo de grosura

Fuente: La Biblia de las Américas

[2] Mat 21, 33.

Fuente: Notas Torres Amat