Comentario de Isaías 55:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Oh, todos los sedientos, ¡venid a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

A todos los sedientos. Isa 41:17, Isa 41:18; Sal 42:1, Sal 42:2; Sal 63:1; Sal 143:6; Jua 4:10-14; Jua 7:37, Jua 7:38; Apo 21:6; Apo 22:1, Apo 22:17.

venid comprad y comed. Mat 13:44; Apo 3:18.

comprad sin dinero. Isa 52:3; Rom 3:24; Efe 2:4-8.

vino. Cnt 1:2, Cnt 1:4; Cnt 5:1; Zac 9:15; Zac 10:7; Mat 26:29; Jua 2:3-10.

y leche. Joe 3:18; 1Co 3:2; 1Pe 2:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El profeta, con las promesas del Mesías, llama a la fe, Isa 55:1-5,

al arrepentimiento, Isa 55:6-7.

y la felicidad de los que creen, Isa 55:8-13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los capítulos Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13 concluyen con dos invitaciones que están relacionadas:

(1) a venir al Señor para participar en el reino de David (Isa 55:1-5) y

(2) a buscar a Dios con tal de encontrar el perdón (vv. Isa 55:6Isa 55:7). La promesa está asegurada debido a que la gracia de Jehová es inconmensurable (vv. Isa 55:8Isa 55:9), y su palabra se cumplirá sin lugar a dudas (vv. Isa 55:10-13). Estas invitaciones del Señor que primero se dirigían a los cautivos, son ahora también para todo el mundo (Apo 21:6Apo 22:17).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

A todos: Primero se dirige a la nación con quien tenía el pacto, el remanente que respondió a Dios. Pero ellos serían el medio por el cual se trasmitiría el mismo mensaje de la salvación de Dios a todas las naciones (v. Isa 55:5).

sedientos es una metáfora que representa el deseo que satisface el espíritu de una persona (Isa 41:17; Isa 44:3; Sal 42:1, Sal 42:2; Sal 63:1; Mat 5:6).

aguas es una metáfora que alude a la alegría de la salvación en Dios (Jua 4:10-14; Jua 7:37). El vino y la leche son símbolos de la satisfacción absoluta (v. Isa 55:2). No sólo la salvación de Dios provee lo que es necesario para la vida, sino también entrega lo que trae felicidad.

los que no tienen dinero … comprad expresa la salvación que no se puede comprar porque es un regalo libre para aquellos que la desean (Isa 52:3; Deu 8:3; Rom 6:23).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

OÍDME. Estos capítulos contienen muchas profecías acerca del «Siervo de Jehová», que en definitiva es Jesucristo. Su ministerio resulta en la expiación por el pecado, la salvación para todas las naciones, la restauración de Israel y el juicio sobre los impíos.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

A TODOS LOS SEDIENTOS. Son esenciales para la salvación el hambre y la sed espirituales del perdón y de una buena relación con Dios (cf. Jua 4:14; Jua 7:37), basada en la muerte expiatoria del Siervo-Mesías (cap. Isa 53:1-12). Hay que arrepentirse de los pecados y acercarse a Dios con fe. Además, el hambre y la sed de la justicia de Dios y del poder de su reino siguen siendo condiciones esenciales para recibir la plenitud de su Espíritu (véase Mat 5:6, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

VENID. A los israelitas, que han abandonado a Dios y su justicia, Dios los invita a volverse a Él y a ser restaurados a la comunión y a la bendición.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

55. Invitación a volver a Yahvé.
El profeta invita a todos los que se sientan necesitados a dirigirse a Yahvé, que les colmará en todo. Sólo se exige como condición para incorporarse a la nueva comunidad mesiánica, en la que se cumplirán las promesas hechas a David, la obediencia y fidelidad a Yahvé.

Llamada a los sedientos y hambrientos (1-5).
1¡Oh vosotros los sedientos, venid a las aguas, aun los que no tenéis dinero! Venid, comprad y comed; venid, comprad sin dinero, sin pagar, vino y leche. 2¿A qué gastar vuestro dinero no en pan, y vuestro trabajo no en hartura? Escuchadme y comeréis lo bueno y os deleitaréis con manjares suculentos. 3Dadme oídos y venid a mí, escuchadme y vivirá vuestra alma, y haré con vosotros un pacto sempiterno, el de las firmes misericordias de David. 4De él he hecho un testimonio para las gentes, un jefe y maestro de los pueblos, 5He aquí que llamarás a pueblos que te son desconocidos, y pueblos que no te conocen correrán a ti i por Yahvé, tu Dios; por el Santo de Israel, que te glorifica.

La invitación se dirige a todos los que padecen alguna necesidad. En el fondo, el profeta piensa en las necesidades y angustias morales de su pueblo, simbolizadas en las necesidades más perentorias humanas, de comer y beber. Todos están invitados a formar parte de la nueva comunidad mesiánica, aun los desprovistos de todo bien material (v.1). Por otra parte, el profeta invita, en nombre de Dios, a que busquen los verdaderos bienes que sacian el alma, y no los materiales: ¿a qué gastar vuestro dinero no en pan? (v.2); e.d., ¿para qué andar tras de cosas baladíes, que no proporcionan felicidad al hombre, dejando los valores ético-religiosos, que son como el pan insustituible para comer y que da verdaderamente hartura? (v.2). Si los hambrientos y sedientos se acercan a Dios con sinceridad y docilidad (dadme oídos, ν.3), entonces surgirá un nuevo pacto sempiterno (v.3), continuación del de las firmes misericordias de David (v.3), el de las promesas hechas a David sobre la permanencia de su dinastía y la protección que sobre su casa dispensaría a través de todos los tiempos1. David ha quedado como un testimonio para las gentes (v.4), en cuanto simboliza a su pueblo, objeto de las bendiciones divinas, que aquí se prometen como eternas, y a la vez es prototipo del futuro Mesías, nacido de su dinastía, que iba a ser realmente un jefe y maestro de pueblos (v.4). Las perspectivas histórica y futura se confunden, y el tipo y el antitipo se superponen en planos que se interfieren mutuamente. La idea mesiánica es una idea tan metida en la perspectiva profética, que instintivamente aflora de modo inesperado en cualquier versículo. La idea de un pacto eterno con la futura comunidad de Sión trae a la memoria del profeta el pacto hecho por Dios con David, cuya continuación iba a ser el ahora anunciado.
Después de proyectarse sobre la figura histórica de David, como tipo del Mesías, el profeta vuelve a dirigirse al pueblo israelita, que se verá acrecentado por pueblos que te son desconocidos (v.5). De nuevo los vislumbres mesiánicos universalistas, que aparecen entreverados en los escritos proféticos 2. El profeta, al hablar del “Santo de Israel” (v.5), quiere recordar a su pueblo la alta vocación a que ha sido llamado, por la que está muy por encima de los otros pueblos, pues ésta exige santidad de costumbres y de vida en conformidad con “el Santo,” que es su Dios protector: “sed santos como yo soy santo” 3, había dicho Dios en el desierto, haciendo una llamada al pueblo para que se elevara en sus puntos de vista y viviera con la conciencia de estar en una atmósfera santa, con todas sus exigencias y riesgos, ya que la santidad de Yahvé, ofendida, exige satisfacción justiciera contra el pueblo ingrato prevaricador.

El tiempo de la reconciliación con Yahvé (6-11).
6 Buscad a Yahvé, mientras pueda ser hallado; llamadlo en tanto que está cerca. 7Deje el impío sus caminos, y el malvado sus pensamientos, y vuélvase a Yahvé, que tendrá de él misericordia; a nuestro Dios, que es rico en perdones. 8Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni mis caminos son vuestros caminos, dice Yahvé. 9 Cuanto son los cielos más altos que la tierra, tanto están mis caminos por encima de los vuestros, y por encima de los vuestros mis pensamientos, 10 Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y 110 vuelven allá sin haber empapado y fecundado la tierra y haberla hecho germinar, dando la simiente para sembrar y el pan para comer, 11 así la boca que sale de mi boca no vuelve a mí vacía, sino que hace lo que yo quiero y cumple su misión.

Ante la glorificación próxima de Israel, se anuncia un período de gracia y de reconciliación. Puesto que Dios se apresta a inaugurar una era de justicia y salvación para Sión, deben todos prepararse para acercarse a El, ya que ofrece la gracia y el perdón. Desaprovechar la ocasión es llegar demasiado tarde. Yahvé está ahora cerca (v.6), y es preciso aprovecharse de su presencia. Es el tiempo propicio para la salvación; por eso deben obviarse todos los obstáculos que puedan oponerse a esa efusión del perdón divino: los impíos deben dejar sus caminos (v.7). Dios está dispuesto a recibirlos con tal de que se vuelvan a El, que es rico en perdones (v.7). Y la razón de esta magnanimidad divina radica en que sus pensamientos y caminos (v.8) son de todo punto diferentes de los cálculos y módulos de los hombres. Dios planea con su inteligencia sobre la historia, y sus designios misteriosos están fuera de todo cálculo estrecho humano. Por eso, en su misericordia, se extiende a todos los que de buena voluntad quieran acercarse a El. Los designios de redención están fuera de toda comprensión humana 4.
Y este designio redentivo sobre todos se expresa por la palabra de Yahvé (v.10), cuya eficacia es tan manifiesta como la de la lluvia, que empapa la tierra haciéndola fructificar. Siguiendo la mentalidad popular, supone que la lluvia proviene realmente de los cielos. Precisamente este origen superior le da pie para la comparación con la palabra que sale de la boca de Dios. Aunque la eficacia inmediata de la lluvia no es perceptible, sin embargo, a la larga da simiente para sembrar y pan para comer (v.10); así la palabra divina no vuelve vacía (v.10), sino fructifica, plasmando sus designios de salvación. La imagen parece ser la de un dependiente que sale a cumplir una misión y vuelve a su superior a comunicar que se ha cumplido la misión (no vuelve a mí vacía, v.11). Aquí palabra es el designio de salvación de Dios, que no queda burlado 5.

El retorno glorioso (12-13).
12 Sí, partiréis con regocijo y seréis conducidos en paz. Montes y collados prorrumpirán en gritos de júbilo ante vosotros, y todos los árboles del campo batirán palmas. 13 En vez de los espinos crecerá el ciprés; en vez de las ortigas, el mirto. Y servirá esto de renombre a Yahvé, de señal eterna, imperecedera.

El profeta se transporta en espíritu para contemplar el solemne cortejo de los que vuelven de la cautividad. También aquí, como en otros lugares, aparece el tópico poético de la transformación de la naturaleza para hacer más grandiosa la comitiva de retorno. Los cautivos serán conducidos en paz (v.12), libres de todo temor a ser invadidos como las ovejas bajo la solicitud del pastor 6. Y la naturaleza (montes y collados) se asociará a este retorno triunfal: todos los árboles batirán palmas, Y este hecho del retorno triunfal del pueblo de la cautividad con transformaciones milagrosas de la naturaleza servirá de renombre a Yahvé (v.13); como los milagros del éxodo y la protección especial que Yahvé dispensó a su pueblo durante la peregrinación por el desierto, al salir de Egipto, quedaron en la memoria del pueblo como un monumento perenne de gratitud, así la nueva liberación de la cautividad servirá de señal eterna, imperecedera (v. 13). Con estas palabras se cierra este libro de consolación que se abre en el c.4o, y a cuyo principio hace alusión. Aquellas palabras enternecedoras: “consolad, consolad a mi pueblo,” de 40,1, tienen un digno colofón en esta descripción del retorno glorioso y triunfal del pueblo de la cautividad. Se ha cerrado la etapa del duelo para abrirse la de la esperanza y de la gloriñcación.

1 Cf. 2Sa 7:11-16. – 2 Cf. Isa 2:2-4. – 3 Cf. Lev 20:26; Lev 21:8. – 4 Cf. Jer 29:11. – 5 Cf. Isa 40:8. – 6 Cf. Isa 40:11; Jer 52:12.

Fuente: Biblia Comentada

A todos. La obra redentora del Siervo y su reino glorioso es para beneficio de todos los que estén dispuestos a venir (Isa 53:6). El profeta invita a sus lectores a participar en los beneficios obtenidos por el sufrimiento del Siervo en el capítulo Isa 53:1-12 y descritos en el capítulo Isa 54:1-17. dinero … sin dinero y sin precio. Los beneficios del reino del Siervo serán gratuitos en virtud de su obra redentora (Isa 53:6; Isa 53:8; Isa 53:11; Efe 2:8-9). vino y leche. Símbolos de abundancia, satisfacción y prosperidad (Cnt 5:1; Joe 3:18).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección define las funciones proféticas y sacerdotales del Mesías y siervo de Jehová, así como los recursos que tiene para cumplir su misión, sus sufrimientos y humillación, y su exaltación final. La palabra «siervo» ocurre unas veinte veces en esta porción, lo cual ratifica a Jesucristo como el Cordero de Dios quien fue sacrificado para redimir a los elegidos de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Sal 36:8-9; Jua 7:37; Apo 21:6; Apo 22:17.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— coman… comerán: Es evidente que el verbo “comer” no tiene el mismo sentido en ambos casos. El lenguaje aparentemente obvio de la primera recurrencia es elevado al plano de la metáfora por influencia de la segunda. Adviértase el tono sapiencial de estos versículos.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Pobreza, abundancia, misión. 1-3 La cuádruple repetición de venid es tan imperiosa como la necesidad humana (obsérvese el énfasis de ansias insatisfechas en los vv. 1, 2, como p. ej. en Ecl. 1:3 y Juan 4:13) y tan estrecha como un solo individuo. La Biblia termina con un eco de esa invitación (cf. Apoc. 22:17), y en Juan 6:35 Jesús hizo la misma identificación de venid … y comed con “el que a mí viene”. La paradoja de comprad sin dinero pone de relieve los dos hechos mellizos de segura posesión y total dependencia que van implícitos en la gracia (cf. la unión de lo seguro con lo inmerecido en Heb. 4:16).

3-5 Extienden la invitación a un plano totalmente personal, comprometiendo a la mente y a la voluntad y atrayendo a los oyentes al pacto, para participar en la misión universal del Mesías. David es nombrado solamente aquí en los caps. 40-66, pero es suficiente para identificar al Mesías real de 7:14, etc., con el Siervo de 42:1, etc., por quienes esperan las naciones. (La sugerencia de algunos de que la promesa hecha a David en 2 Sam. 7:12-16 se transfiere aquí del rey al pueblo, no coincide con el énfasis del v. 3b en su permanencia. Más bien, la visión de David en el Sal. 18:43-45, 49 de naciones sometidas como testimonio al Señor, es ampliada por la posibilidad de naciones convertidas: cf. v. 5 con Zac. 8:20-23; 9:9, 10.)

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

55.1-6 La comida cuesta dinero, dura poco tiempo y solo satisface necesidades físicas. Pero Dios nos ofrece alimento gratuito que nutre nuestra alma. ¿Cómo lo obtenemos? Vamos (55.1), oímos (55.2), buscamos y clamamos a Dios (55.6). La salvación de Dios se ofrece gratuitamente, pero para que nutra nuestras almas debemos recibirla con vehemencia. Moriremos de hambre espiritual sin su alimento, como sin duda moriremos de hambre física sin el pan diario.55.3 El pacto que hizo Dios con el rey David fue la promesa de una tierra permanente para los israelitas, donde no habría ninguna amenaza de naciones paganas, ni guerra (2Sa 7:10-11). Pero Israel no cumplió con su parte del pacto de obedecer a Dios y permanecer apartados de los ídolos. Aun así, Dios estaba dispuesto a renovar su pacto una vez más. ¡El es un Dios perdonador!55.6 Isaías nos dice que clamemos al Señor mientras esté cerca. Dios no planea apartarse de nosotros, pero a menudo somos nosotros los que nos apartamos o construimos una barrera entre ambos. No espere hasta que se haya apartado de Dios para buscarlo. Es probable que más tarde en la vida nos resulte mucho más difícil volvernos a El. O a lo mejor Dios venga a juzgar la tierra antes de que usted decida volverse a El. Busque a Dios ahora, mientras pueda, antes de que sea demasiado tarde.55.8, 9 Israel fue muy necio al actuar como si supiera lo que Dios pensaba y planeaba. Su conocimiento y sabiduría son mucho mayores que los del hombre. Somos tontos al querer encajar a Dios en nuestro molde, al querer que sus planes y propósitos se conformen a los nuestros. En vez de ello, debemos esforzarnos para poder encajar en sus planes.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2828 Sal 42:2; Sal 63:1; Amó 8:11; Mat 5:6; Rev 21:6

b 2829 Isa 41:17; Rev 22:17

c 2830 Sal 22:26

d 2831 Pro 9:5

e 2832 Joe 3:18; 1Co 3:2; 1Pe 2:2

f 2833 Rom 3:24; 1Co 9:18; Rev 22:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

venid. Se anima a los judíos en Babilonia a buscar su fuerza y vida en Dios, la fuente de « agua viva» , es decir, de vida espiritual (cp. Jer 2:13; Jn 7:38; Ap 7:17).

Fuente: La Biblia de las Américas

La vida eterna no se puede comprar, sólo se recibe como un regalo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., Oh, todos

Fuente: La Biblia de las Américas

[1] Jn 7, 39; Ap 22, 17.[3] Hech 13, 34.[4] Jn 18, 37.[6] 2 Cor 6, 2; Mat 10, 7.[13] Nardo.

Fuente: Notas Torres Amat