Comentario de Isaías 63:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
—¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, vestido con vestiduras brillantes? ¿Quién es éste de ropa esplendorosa, que marcha en la grandeza de su poder? —Soy yo, que hablo en justicia, grande para salvar.
¿Quién es éste? Sal 24:7-10; Cnt 3:6; Cnt 6:10; Cnt 8:5; Mat 21:10.
que viene de Edom. Isa 34:5, Isa 34:6; Sal 137:7.
de Bosra. Amó 1:11, Amó 1:12.
con vestidos rojos. Isa 63:2, Isa 63:3; Isa 9:5; Apo 19:13.
que marcha en la grandeza de su poder. Sal 45:3, Sal 45:4; Apo 11:17, Apo 11:18.
Yo, el que hablo en justicia. Isa 45:19, Isa 45:23; Núm 23:19.
grande para salvar. Jua 10:28-30; Heb 7:25; 1Pe 1:5; Jud 1:24, Jud 1:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El Mesías se da a conocer, Isa 63:1,
trae victoria sobre sus enemigos, Isa 63:2-6,
y misericordia hacia su pueblo, Isa 63:7-9.
En su justa ira él recuerda su piedad y gracia abundante, Isa 63:10-14.
Su pueblo, en su oración, Isa 63:15-16,
se queja y profesa su fe, Isa 63:17-19.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La palabra viene une este versículo con el anterior.
Edom es el epítome de los enemigos de Israel (Sal 137:7; Lam 4:21; Eze 25:12; Eze 35:1-15; Abd 1:13, Abd 1:14); era famoso por su industria del vino (véase el v. Isa 63:3 para referencias sobre el vino). Nótese que en este texto no se dice que Dios derrotó a Edom, sino a «los pueblos» (vv. Isa 63:3, Isa 63:6).
vestidos: Véase la vestimenta del guerrero en Isa 59:17.
Bosra era la ciudad principal en Edom (Isa 34:6; Jer 49:13). El pronombre Yo se refiere al Señor.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CONSOLAOS. Se escribieron estos capítulos durante los últimos años de la vida de Isaías. Dios reveló estas profecías a fin de brindar esperanza y consuelo a su pueblo durante su cautividad en Babilonia ciento cincuenta años después de la época de Isaías (véase Isa 39:5-8). Están llenas de revelaciones proféticas acerca del Mesías venidero y su reino futuro en la tierra. Algunos acontecimientos profetizados se cumplieron en el cautiverio babilónico y en la restauración de Judá, muchos se relacionan más específicamente con la manifestación de Jesucristo en la tierra, y otros todavía esperan su cumplimiento. En general, los caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22 hacen hincapié en la liberación, los caps. Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13; Isa 56:1-12; Isa 57:1-21 en la redención, y los caps. Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 en la gloria.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
DE EDOM… CON VESTIDOS ROJOS. Estos versículos describen el futuro juicio de Dios sobre un mundo impío. «Edom» representa a. todos los poderes del mundo que se oponen a Dios y a su pueblo. La vestidura del Señor está manchada de rojo con la sangre de los malvados. Nótese en Apo 19:13 que se describe la ropa de Cristo como «teñida en sangre» cuando Él vuelva a la tierra para destruir a los malvados.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
63. El día de la venganza de Yahvé.
Plegaria por la liberación.
La primera parte de este capítulo (1-6) es un oráculo independiente en el que se destaca el triunfo sangriento de Yahvé sobre los enemigos de Israel. La descripción es bellísima y dramática: Yahvé es pintado como un vencedor que viene de Edom con los vestidos teñidos en sangre después de la lucha con los enemigos de Israel.
Yahvé, vengador de su pueblo (1-6).
1 ¿Quién es aquel que avanza de Edom, rojos los vestidos, de Bosra9; aquel tan magnífico en su vestido, avanzando en la plenitud de su fuerza? 10Yo soy el que habla en justicia, el poderoso para salvar. 2¿Cómo está, pues, rojo tu vestido, y tus ropas como las del que pisa en el lagar? 3He pisado en el lagar yo solo, y no había conmigo nadie de las gentes. Los he pisado en mi furor y los he hollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestiduras y he manchado todas mis ropas. 4Porque estaba en mi corazón el día de la venganza, y llegaba el año de mis redimidos. 5Miré, y no había quien ayudara; me maravillé de que no hubiera quien (me) apoyase, 6y salvóme mi brazo, y me sostuvo mi furor, y aplasté a los pueblos en mi ira y los embriagué en mi furor, derramando en la tierra su jugo.
El profeta, en un transporte de admiración, explica una escena dramática: ve venir de la parte de Edom a un guerrero con los vestidos teñidos en rojo. ¿Quién será aquel ser misterioso que avanza, altivo, después de vencer a los enemigos de su pueblo? Parece que el profeta construye el cuadro a base de la descripción hecha en el c.34 sobre la venganza de Yahvé contra Edom, al sur de Transjordania. En este capítulo se presenta a Yahvé con caracteres apocalípticos, interviniendo justicieramente sobre Edom: “la espada de Yahvé chorrea sangre y está cubierta de grasa., porque hace Yahvé un sacrificio en Bosra y gran matanza en Edom, la tierra está borracha en sangre, y su suelo cubierto de grasa. Los torrentes de Edom se convierten en pez, y su polvo en azufre, y será su tierra como pez que arde de día y de noche; nunca se extinguirá, subirá su humo perpetuamente. Será asolada por generaciones y generaciones. Se adueñarán de ella el pelícano y el mochuelo. Echará Yahvé sobre ella las cuerdas de la confusión y el nivel del vacío, y habitarán en ella los sátiros, y todos sus nobles quedarán exterminados. Allí tendrá su morada el fantasma nocturno. Allí hará su nido la serpiente. Y las mismas fuerzas cósmicas multiplicarán este ambiente de desolación. La milicia de los cielos se disuelve, se enrollan los cielos como se enrolla un libro, y todo su ejército caerá como caen las hojas de la vid, como caen las hojas de la higuera. Mi espada se embriagará en los cielos, y va a caer sobre Edom, sobre el pueblo que he destinado al exterminio.” En este contexto estremecedor hay que interpretar el oráculo del c.63, y así se hacen perfectamente inteligibles las menciones de Edom y de Bosra, siendo ésta la capital del reino de Edom. 12
La elección de Edom como símbolo de los enemigos de Israel, sobre los que Yahvé va a hacer un juicio, es perfectamente comprensible teniendo en cuenta que los edomitas eran los enemigos tradicionales del pueblo hebreo. 13 Yahvé, pues, es presentado en el día del juicio sobre los pueblos enemigos de Israel como viniendo de Edom, el enemigo por excelencia. Trae los vestidos teñidos en la sangre de sus enemigos. La frase es fuerte, pero muy conforme a la hipérbole oriental. El color rojo púrpura de la sangre hace que aparezca al profeta magnifico en su vestido (v.1b), mostrando pleno vigor en la plenitud de su fuerza de guerrero invencible. Es el héroe tradicional de la antigüedad.
La intervención de Yahvé se basa en los postulados de “justicia: Yo soy el que habla en justicia (v.1c). La venganza punitiva sobre los enemigos de Israel es una exigencia de la equidad y de la rectitud de Dios.
El profeta establece un diálogo con el vencedor. Se siente asombrado del color rojo sangre de sus vestidos: ¿cómo está, pues, rojo tu vestido, como el del que pisa en el lagar? Yahvé contesta al punto: Ha llegado el momento de la ira divina sobre los pueblos, y a El solo le pertenece el castigar: He pisado en el lagar yo solo (v.3a). Ha intervenido personalmente, sin acudir a otros pueblos como auxiliares: no había conmigo nadie de las gentes (v.3a). En la historia había utilizado como instrumentos de su ira a diversas naciones y personajes, como los asirios y babilónicos; pero ahora la intervención de Yahvé es directa. Ha llegado el juicio sobre los pueblos: los he hollado en mi ira, y su jugo ha salpicado mis vestiduras (v.3bc).
Había llegado el día determinado para la venganza: estaba en mi corazón el día de la venganza (v.4). La expresión en mi corazón es sinónima de determinación de su voluntad. El día de la venganza es exigido por el año de mis redimidos, que es el “año de gracia” del 61:2, la era de la salvación de Israel. Aquí se contrapone el día de venganza al año de mis redimidos. Como siempre, la misericordia de Dios triunfa sobre la justicia: Dios castiga, según la Ley, hasta la cuarta generación, pero ejerce su misericordia por miles de generaciones. Los israelitas son los redimidos de Yahvé, en cuanto que es el valedor y abogado de sus derechos. La palabra hebrea que traducimos por redimidos tiene ese sentido de protegidos oficialmente por Yahvé, que es el go’el, o Redentor de ellos. 14
Antes de intervenir, Yahvé busca una ayuda para realizar sus designios, y no la encuentra: Miré, y no había quien (me) ayudara; me maravillé de que no hubiese quien (me) apoyase (v.6). La frase es casi igual a la Deu 59:16. Yahvé no encuentra auxiliar en su obra de venganza y se maravilla de ello, porque todos estaban contaminados de pecado; entonces se decide a intervenir solo, con su omnipotencia: salvóme mi brazo (v.6a). La consecuencia fue el aplastamiento de sus enemigos: los embriagué en mi furor, haciéndoles beber del cáliz de su ira hasta desbordar, derramando en la tierra su jugo (v.6c), la sangre vertida a raudales como el jugo del mosto en el lagar. En todas estas imágenes no debemos ver sino la inflexibilidad de la justicia divina. Son comparaciones hiperbólicas de autores orientales, que nunca han de tomarse a la letra. Aquí no se exalta el espíritu de venganza, sino el de justicia.
Acción de gracias por los beneficios de Yahvé (7-10).
7 Cantaré las misericordias de Yahvé, las alabanzas de Yahvé, todo lo que ha hecho con nosotros, lleno de bondad para la casa de Israel; lo que ha hecho por nosotros en su misericordia 15 y conforme a la muchedumbre de sus gracias. 8 Dijo: Ciertamente son mi pueblo, son hijos que no engañarán. Y fue su Salvador 9 en todas sus angustias. No fue un mensajero, un ángel16; su faz misma los salvó; en su amor y clemencia, El mismo los rescató, y los soportó y sostuvo todos los días de la antigüedad. 10 Pero ellos se rebelaron y contristaron su santo espíritu, y se les cambió en enemigo y combatió contra ellos.
Este fragmento de tipo salmódico es una efusión del alma del profeta en acción de gracias por los beneficios otorgados por Yahvé en los tiempos antiguos (v.7). Al mismo tiempo reconoce los pecados de su pueblo e implora el auxilio divino de nuevo sobre su nación.
Yahvé había tenido esperanza de que Israel fuera fiel (son mi pueblo, no engañaran, v.8), y por eso se ofreció como Salvador de él en todas sus angustias (v.9a), e.d., en todos los momentos críticos de su historia como pueblo. Tuvo tal providencia de su pueblo, que no lo salvó por medio de un mensajero o ángel (v.8a), sino que le ayudó personalmente; su faz misma los salvó (v.9b). La expresión faz de Yahvé equivale en la Biblia a la persona de Yahvé. 17
Pero se rebelaron y contristaron su santo espíritu. Aquí el espíritu de Yahvé obrando en la historia. Dios es como una energía divina que actúa en la historia de Israel y se manifiesta en su legislación. Oponerse a ésta es atentar contra su espíritu o intención. Yahvé había comunicado a los caudillos del Antiguo Testamento su espíritu para realizar sus intenciones providenciales sobre su pueblo, y algunas veces ese espíritu se manifestaba carismáticamente en determinadas coyunturas de la historia. Israel no fue dócil a este espíritu de Yahvé, y de ahí que incurriera en sus iras. Por eso Yahvé se convirtió en enemigo y combatió contra ellos (v.10), castigándoles y entregándoles a sus enemigos.
El pueblo, arrepentido, suspira por Yahvé (11-14).
11 Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés 19. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu? 12 ¿El que hizo marchar a la diestra de Moisés su brazo glorioso; el que delante de ellos hendió las aguas, haciéndose así un renombre eterno; 13 el que los condujo por los abismos como a caballo por el desierto, sin que tropezaran? 14 Como a la bestia que desciende al valle 20, el espíritu de Yahvé los hizo reposar. Así condujiste tú a tu pueblo para forjarte un renombre glorioso.
En medio de las tribulaciones, el pueblo descarriado se acordó de los antiguos días de Moisés (v.11a), en que se manifestó la protección de Yahvé de un modo palpable sobre sus antepasados. Por eso, al sentirse aislados de Yahvé, y aun teniéndole en contra, por permitir que sus enemigos se apoderaran de su heredad, surgía espontáneamente la pregunta en la boca de todos: ¿Dónde está el que los sacó del mar? ¿Cómo es que Yahvé, que antes se preocupó tanto de Israel, hasta hacer milagros, los tiene ahora abandonados? Por otra parte, ¿no es Yahvé el pastor de su rebaño? Israel pertenece a Yahvé de un modo especial, y El tiene que preocuparse de guiarle en las horas críticas en que se compromete la existencia del rebaño. Por la historia sabían la especial providencia que había tenido sobre ellos, infundiendo espíritu de gobierno a sus jefes; pero ahora, ¿dónde está el que puso en medio de él (rebaño) su santo espíritu? (Deu 1:1b). Ahora parece que ese santo espíritu de Yahvé, que en otro tiempo gobernaba las vicisitudes de la historia de Israel, se halla alejado. El paso del mar Rojo había quedado como prototipo de la especialísima providencia de Yahvé sobre su pueblo (v.12-13).
Esta idea de seguridad y facilidad parece reflejarse en el v.14, sobre el que han dado diversas lecturas y corrección. Según la traducción adoptada, siguiendo el texto hebreo, la idea parece ser que el espíritu de Yahvé condujo al pueblo con la facilidad con que se guía una bestia doméstica para dejarla reposar en los feraces pastos de un valle o depresión de tierra feraz. Por todas estas providencias tomadas con su pueblo, Yahvé se ha forjado un renombre glorioso, e.d., objeto de admiración en las generaciones.
Súplica a Yahvé para que se manifieste como Padre de su pueblo (15-19).
15 Mira desde los cielos y ve desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde está tu celo y tu fortaleza, la emoción de tus entrañas? ¿y tus misericordias hacia mí se han contenido? 16 Porque tú eres nuestro padre, pues Abraham no nos conoce ni Israel nos reconoce, pero tú eres, ¡oh Yahvé! nuestro Padre, y “Redentor nuestro” es tu nombre desde la eternidad. 17¿Por qué, ¡oh Yahvé! nos dejas errar fuera de tus caminos y endureces nuestro corazón contra tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, de las tribus de tu heredad. 18¿Por qué han ultrajado los impíos tu Santo21, nuestros enemigos han hollado tu santuario? 19Somos desde mucho ha como aquellos sobre los que no dominas, sobre los que no es invocado tu nombre.
Después de recordar su providencia en el pasado, el profeta invita a Yahvé a repetir de nuevo sus prodigios con su pueblo. Le pide que contemple desde el cielo, la morada santa y gloriosa (v.15a), la situación actual de su pueblo abandonado. ¿Es que se ha acabado el celo y fortaleza que antes había mostrado en favor de su pueblo ? Y, sobre todo, ¿es que se han acabado sus entrañas y misericordia? (v.15b). Yahvé siempre fue un Dios misericordioso y compasivo. ¿Es que ahora se ha cerrado a toda compasión con Israel?
En realidad, Yahvé es el único Padre de Israel (v.16a), que los puede socorrer, pues los grandes antepasados, Abraham e Israel (Jacob), no tienen actualmente conocimiento de su situación. No pueden ayudarles en nada. Son sólo un recuerdo (v.16a). Por eso, Yahvé solo puede ser el Redentor de su pueblo (v.16b), y ése es el nombre que mejor le conviene desde la eternidad.
El profeta pregunta a Yahvé por qué, siendo Padre de su pueblo y su Redentor, los deja andar errantes fuera de sus caminos (v.17) o leyes, permitiendo que se endurezca su corazón, de modo que no obren conforme al temor de Yahvé. La expresión endureces nuestro corazón hay que entenderla en el sentido radical con que hablan los semitas, sin distinguir entre voluntad permisiva y positiva, pues en sus modos de hablar prescinden de las causas segundas.
Consecuencia de ese abandono de Yahvé de su pueblo ha sido la profanación por los impíos del Santo de Yahvé (v.18), el templo. Quizá aluda a las profanaciones después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor o a alguna incursión de samaritanos en tiempos de la dominación persa, probable época de composición del fragmento.
1 Algunos autores, como Skinner, creen ver en esta frase una alusión a la costumbre gentílica de representar a la divinidad local con la cabeza ceñida por las murallas de la ciudad. El profeta no se atrevería a poner a Jerusalén en la cabeza de Yahvé como irreverente, y suavizaría la imagen diciendo que la tenía en la mano. Cf. o.c., II 210. – 2 Cf. Os c.1-3. – 3 Según la interpretación judaica, esos centinelas son ángeles, que constituyen la guardia invisible de la ciudad. En ese caso, el que habla sería el mismo Yahvé, Para sostener esta opinión se recuerda que en Dan 4:10.20 se da un nombre análogo para significar “ángeles.” En 1Re 22:19 se habla del “consejo” de Dios. Se cita a Zac 1:12 y a Eze 29:16; y Zac 3:1. Cf. Skinner, o.c., II 211. – 4 Cf. Isóo.iS; Zac 61:11. – 5 Cf. Nehs.15; 4:9- – 6 Cf. Deu 12:1735; Deu 14:23. – 7 Skinner ve en la palabra alabaran, en hebreo hillel, una alusión al canto del Hillulim, que se preceptuaba en Lev 19:24; Jue 9:7. – 8 Cf. Is 6a,5ss. – 9 Esta es la lectura exacta del texto hebreo, que tiene un sentido claro. Algunos autores han querido conseguir, con un ligero cambio de vocalización, otra lectura muy bella e insinuante: ¿quién es aquel que avanza enrojecido (Edom: adam), con vestidos más rojos que los de un lagarero (Bosra: Basir) ? Esta lectura hace más fácil la aplicación del cuadro a Jesucristo, teñido en sangre venciendo a los enemigos con su muerte. – 10 En hebreo lit.: “inclinándose en la plenitud de su fuerza”; lo que no parece adaptarse al carácter altivo del vencedor. Con un ligero cambio de vocales tenemos la traducción arriba apuntada. – 11 Isa 34:4-15- – 12 Para la identificación de Edom y de Bosra véase el comentario a Is 34.6. – 13 Cf. Abd iss; Isa 34:515; Eze 35:1ss; Lam 4:21; Sal 137:1. Los edomitas son los que más se ensañaron con los israelitas vencidos después de la destrucción de Jerusalén por Na-bucodonosor. Esto aumentó el odio tradicional entre ambos pueblos, que, según la Biblia, eran parientes de origen, pues Israel procedía de Jacob, y Edom de Esaú, su hermano. Cuando los israelitas quisieron pasar por Edom camino de Canaán, los edomitas se opusieron tenazmente, y ésta fue la primera causa de la odiosidad. – 14 Sobre el go’el cf. Job 19:26. – 15 Así según la traducción de los LXX. El texto hebreo dice: “lo que hizo por el Dios,” que no se adapta bien al contexto. – 16 El texto hebreo dice tribulación en vez de mensajero, que traducimos nosotros con un ligero cambio de vocalización, siguiendo a muchos críticos. Lo que da un excelente sentido en el contexto. Además, es la lectura de los LXX. – 17 Cf. Exo 23:2033; Exo 33:143. – 19 Moisés y su pueblo faltan en los LXX. – 20 Diversas son las traducciones de este texto, que no ha llegado completo a nosotros. La Bible de Jérusalem traduce: “no tropezaron más que un buey que desciende a la llanura,” uniéndolo con lo anterior. Dennefeld y Skinner traducen como hemos puesto arriba en el texto. – 21 Así según una reconstrucción muy verosímil, seguida por numerosos exegetas: Con-damin, Marti, Gesenius, etc. El texto hebreo dice literalmente “por un poco de tiempo, vuestro pueblo santo ha poseído la tierra.” Un cambio de vocalización da la traducción arriba adoptada.
Fuente: Biblia Comentada
Edom … Bosra. Edom representa a un mundo que aborrece a Dios (Isa 34:5). Bosra fue la ciudad capital de Edom en un tiempo (Isa 34:6). El Mesías, quien viene como el Vengador que se acerca a Jerusalén para reinar tras haber vengado a su pueblo de todos sus enemigos, se presenta con la imagen de la destrucción de Edom, que aquí representa a los últimos y más acérrimos rivales de Dios y de su pueblo. Solo Él es «grande para salvar».
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Las profecías de los capítulos Isa 1:1-31 al Isa 39:1-8 iban dirigidas a Judá en medio de su situación durante el ministerio de Isaías (739 a.C. hasta ca. 686 a.C.). Las profecías de los capítulos Isa 40:1-31 a Isa 66:1-24 van dirigidas a Judá como si el cautiverio en Babilonia (Isa 39:5-7) ya fuera una realidad presente, aunque ese cautiverio no sucedió hasta 605-586 a.C. Las palabras «No hay paz para los malos, dijo Jehová» (Isa 48:22; Isa 57:21) marcan la división de esta sección en tres partes: capítulos Isa 40:1-31 a Isa 48:1-22, capítulos Isa 49:1-26 a Isa 57:1-21 y capítulos Isa 58:1-14 a Isa 66:1-24.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección describe la gloria futura para el pueblo de Dios, Israel.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 34:1-17.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— Edom…: Edom se convirtió en enemigo paradigmático de Israel desde que, aprovechando la debilidad de Judá tras la destrucción de Jerusalén (587 a. C.), ocupó parte del territorio meridional de Palestina. El poema, que está estructurado en forma de un diálogo entre el profeta y el Señor, juega con el nombre de Edom que significa “rojo” y las sangrientas imágenes de sangre y violencia.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El vengador solitario
Este es el trozo compañero de 59:15b-21 (cf. v. 5 con 59:16). Al par que ambos tratan del juicio y de la consiguiente salvación, este poema, con su dramático diálogo (cf. Sal. 24:7-10) pone de relieve el día de la venganza (v. 4), tema que se mezclaba en 61:2 con el de la restauración. Las dos actividades están relacionadas casualmente, como la victoria (con su derramamiento de sangre) con la liberación (con su gozo y paz). El NT suscribe la secuencia, al elaborar este poema en Apoc. 19:11-16, donde Jesús es el guerrero. Pero en ambos Testamentos Dios primero ha ofrecido un lugar donde refugiarse de su juicio (cf. 27:5).
1, 2 Edom y su ciudad Bosra ya tipificaron al mundo impenitente en 34:6. Hay un juego de palabras con el nombre de Edom (“rojo”) e indirectamente con Bosra, palabra similar a “vendimiador”. Soy yo, que hablo en justicia (v. 1) se refiere al indefectible cumplimiento de lo que Dios anuncia (cf. 45:23; 55:11). Obsérvese grande para salvar. Este es de interés dominante, aun en este pasaje que trata de juicio. 3 La frase he pisado el lagar yo solo puede recordarles a los cristianos del Calvario, pero su significado (cf. Apoc. 19:15) es que Dios se interesa al máximo y tiene el suficiente poder para llevar a cabo su obra de juicio.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
63.1-4 Edom fue un enemigo constante de Israel a pesar de su antepasado común, Isaac (Gen 25:23). Edom se regocijó con cada problema que enfrentó Israel. El lenguaje figurado en este pasaje narra cómo un vigía en la muralla de Jerusalén ve a Edom que se acerca y teme que el rey edomita en su ropa carmesí dirija un ataque. Pero resulta ser que el Señor, con la ropa ensangrentada, es el que holló y destruyó a Edom. Bosra es una ciudad de Edom (Si desea más información sobre profecías en contra de Edom, véanse Amo 1:11-12; Oba 1:10, Oba 1:11; Mal 1:2-4.)63.10 Hacer enojar (contristar) al Espíritu Santo es frustrar voluntariamente su dirección al desobedecer o rebelarse. Isaías menciona la obra del Espíritu Santo más que ningún otro escritor del Antiguo Testamento. Si desea más información sobre contristar al Espíritu Santo, véase la nota a Eph 4:28-32.63.15-64.7 En nombre del remanente fiel, Isaías pide a Dios dos favores: que les muestre ternura y compasión, y que castigue a sus enemigos. Antes de hacer estas peticiones, Isaías contó los favores pasados del Señor, recordándole su compasión en los días anteriores (63.7-14).
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 3241 Sal 137:7; Isa 34:5
b 3242 Amó 1:12
c 3243 Isa 45:19; Isa 45:24
d 3244 Isa 25:9; Isa 49:26
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Edom. Edom estaba situado al sudeste de Judá. Su pueblo era descendiente de Esaú y habían sido muy viciosos en su odio de Israel y Judá (cp. Sal 137:7; Ez 35:1– 15; Am 1:11, 12). Aquí Edom simboliza a todos los enemigos del pueblo de Dios (v. 34:5).
Fuente: La Biblia de las Américas
Bosra. Capital de Edom. Hay un juego de palabras aquí puesto que Edom significa rojo y Bosra se asemeja al vocablo para vendimiador. Ambas figuras, juntas con la expresión vestidos rojos, destaca el cuadro de la segunda venida de Cristo en gloria (cp. Apo 14:18-20; Apo 19:13).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, carmesí
Lit., inclinándose
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] Impresionante poema que canta el triunfo de Dios sobre el mal. Ap 19, 13.[11] Ex 14, 29; Sal 106 (105), 16-32.[12] Deut 26, 15; Bar 2, 16.[16] Mat 23, 9.