Comentario de Jeremías 21:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah, cuando el rey Sedequías envió a él a Pasjur hijo de Malquías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que le dijesen:
cuando el rey Sedequías envió a él. Jer 32:1-3; Jer 37:1; Jer 52:1-3; 2Re 24:17, 2Re 24:18; 1Cr 3:15; 2Cr 36:10-13.
a Pasur. Jer 38:1; 1Cr 9:12; Neh 11:12.
y al sacerdote Sofonías. Jer 29:25; Jer 37:3; Jer 52:24; 2Re 25:18-21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Sedequias pide a Jeremías que consulte acerca de la guerra de Nabucodonosor, Jer 21:1-2.
Jeremías predice de la dura y miserable cautividad, Jer 21:3-7.
Les aconseja que se rindan a los caldeos, Jer 21:8-10;
hace enojar a la casa del rey, Jer 21:11-14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jer 22:1-30; Jer 23:1-40
Esta sección comienza una serie de oráculos basados en encuentros de Jeremías con los reyes y líderes religiosos de Judá, y concluye con el relato de una visión (Jer 24:1-10) paralela a la sección previa, terminada con el relato de un acto simbólico.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El nombre Pasur vincula este capítulo con el anterior (Jer 21:1; Jer 20:1), aunque no sea la misma persona. La fecha del oráculo de juicio es 589 a.C. o 588 a.C cuando Nabucodonosor comienza el sitio de Jerusalén en represalia por la rebelión de Sedequías. En conexión con el prometido apoyo de Egipto, Sedequías trató deliberarse de su vasallaje a Babilonia. Pero como Jeremías declaró, la rebelión traería como resultado la devastación final de Jerusalén.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Pasur hijo de Malquías había arrojado a Jeremías a un calabozo por la supuesta deslealtad del profeta con el reino (Jer 38:1-6).
Sofonías hijo de Maasías era un oficial del Templo, que con otros funcionarios buscó la dirección divina por medio del consejo de Jeremías (Jer 37:3, Jer 37:4).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SEDEQUÍAS. Sedequías, el último rey de Judá, estaba reinando cuando cayó Jerusalén. Su rebelión contra Babilonia causó la invasión de Judá y la subsiguiente destrucción de Jerusalén; sin embargo, la causa espiritual implícita de la caída de la nación fue el decreto de Dios contra su pueblo a causa del pecado de Manasés y de la apostasía de Judá (Jer 15:4).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
21. Embajada de Sedecías a Jeremías.
La justicia social.
Los c.21-24 constituyen como un apéndice a la primera colección de oráculos de Jeremías. En ellos se refieren intervenciones de Jeremías en diversas circunstancias relacionadas con problemas nacionales. El c.21 se divide en dos partes: a) respuesta de Jeremías al rey Sedecías (1-10); b) exhortación a la justicia (11-14).
Embajada del rey Sedecías al profeta (1-2).
1 Palabra de Yahvé que llegó a Jeremías cuando el rey Sedecías le envió a Pasjur, hijo de Malaquías, y a Sofonías, sacerdote, hijo de Maasías, para que le dijeran: 2Consulta a Yahvé acerca de nosotros, pues Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos hace la guerra. Quizá haga Yahvé con nosotros según todos sus prodigios, y (aquél) tenga que retirarse de nosotros.
Las circunstancias históricas en que se desenvuelve este relato son muy diferentes de las de los capítulos anteriores. Ha muerto el rey Joaquim, que trató siempre hostilmente y con desprecio a Jeremías. Las tropas de Nabucodonosor habían obligado a rendirse al rey Joaquín (o Jeconías), hijo del anterior, llevando en cautividad a una gran masa de la población. Durante doce años reina en Judá – con anuencia del vencedor babilonio – Sedecías (o Matanías), hermano de Joaquim, hijo de Josías. Los anuncios punitivos de Jeremías se han cumplido en parte con la deportación del 598, y con ello el profeta gana más crédito entre los que rodean a Sedecías, si bien siguen su política humana de buscar alianzas extranjeras, en contra de las advertencias del profeta de Anatot. A éste se le considera como un perpetuo aguafiestas; pero, cuando llegan las circunstancias críticas, los ojos del rey y de la corte se vuelven hacia él como intérprete de la voluntad divina. Es un reconocimiento pasajero de su cualidad de enviado de Dios y una ligera compensación a las incomprensiones que había tenido que hacer frente en años anteriores.
El recuerdo de la liberación milagrosa de Jerusalén, asediada por las tropas de Senaquerib (701), hacía concebir fundadas esperanzas en una nueva intervención de la omnipotencia divina. Por eso, el rey envía una embajada para que Jeremías interviniera ante Yahvé por su pueblo. El enemigo está cerca y amenaza caer como una tromba sobre el país. Es, pues, hacia el 588 cuando tuvo lugar esta embajada. Entre los comisionados figura un tal Pasjur, distinto del mencionado en 20:1. Aparece más tarde como oficial de la corte 1. Sofonías vuelve a aparecer más tarde 2. Los dos comisionados piden al profeta que consulte a Yahvé sobre los asuntos del rey y del pueblo. No se trata sólo de una consulta sobre el resultado de la guerra, que ya es inevitable, sino que le insinúan que interceda ante Yahvé por ellos para que use de misericordia 3. Un siglo antes, el rey Ezequías había enviado una embajada en el mismo sentido al profeta Isaías 4. Sin duda que Sedecías pensaba en este hecho cuando envió a sus emisarios, y esperaba que el resultado fuera semejante: la liberación de Jerusalén de sus enemigos. En efecto, la situación era muy crítica, pues las tropas de Nabucodonosor se acercan hostiles al reino de Judá (v.2). Esta vez su ataque es más temible, y no tendrá conmiseración con los habitantes de Judá, pues se han rebelado contra él, sin haber sacado lección del escarmiento del 598. El gran conquistador babilónico, hijo de Nabopolasar (625-605), después de haber vencido a los asirios, había extendido las fronteras hasta Egipto, y era de capital importancia el dominio de la costa siró-fenicio-palestina, como avanzada contra los faraones, replegados a sus fronteras. Ante un tal enemigo, vencidos o alejados los ejércitos egipcios, no le queda al rey Sedecías, confiado en éstos, sino recurrir a la omnipotencia de Yahvé para que renueve sus prodigios (v.2), alusión a la liberación de Jerusalén del ejército de Senaquerib en el 701.
Respuesta de Jeremías (3-10).
3 Y Jeremías les respondió: “Así diréis a Sedecías: 4Esto es lo que dice Yahvé, Dios de Israel: He aquí que yo haré volver las armas que lleváis en vuestras manos, con las cuales peleáis contra el rey de Babilonia y los caldeos, que os asedian fuera de las murallas, y las reuniré en medio de esta ciudad. 5Y yo, yo mismo lucharé contra vosotros con mano extendida, con poderoso brazo, con ira, cólera e indignación grandes. 6Y heriré a los moradores de esta ciudad, hombres y animales, y morirán de una gran peste. 7 Y después de esto – oráculo de Yahvé – , a Sedecías, rey de Judá, y a sus servidores y al pueblo, a cuantos en esta ciudad se salven de la peste, de la espada y del hambre, los pondré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan su vida, que los pasarán a filo de espada sin compasión, sin piedad, sin misericordia. 8Y a ese pueblo le dirás: Así habla Yahvé: Mirad, os doy a elegir entre el camino de la vida y de la muerte. 9Los que se queden dentro de esta ciudad, morirán por la espada, por el hambre y por la peste. Los que se salgan y se entreguen a los caldeos que os cercan, vivirán, y tendrán por botín la vida salva. 10Porque he puesto mi rostro sobre esta ciudad para mal, no para bien – oráculo de Yahvé – , y la haré caer en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que la dará al fuego.”
La respuesta de Jeremías es totalmente diferente de la dada por Isaías a los enviados del rey Ezequías 5. La maldad del pueblo elegido ha llegado a su colmo, y la paciencia divina a su límite. Ha llegado la hora en que desaparecerá Jerusalén como desapareció Samaría, capital del reino del Norte bajo Sargón (721). Yahvé, lejos de ayudarles y salvarlos, en esta ocasión hará volver las armas que los soldados llevan, luchando fuera de la ciudad contra los invasores, a Jerusalén (v.4). Es decir, que tendrán que replegarse dentro de los muros. Y no sólo tendrán como enemigos a los soldados de Nabucodonosor, sino que Yahvé mismo luchará contra ellos con mano extendida, e.d., amenazadora6, enviándoles la peste (v.6). Naturalmente, aquí no se excluyen las causas segundas naturales. En la mente profundamente religiosa de los profetas es siempre Yahvé el que envía directamente los flagelos, y entre ellos los clásicos de peste, hambre y espada 7. Esto por lo que se refiere a los asediados, aunque los que logren salir no tendrán mejor suerte, pues todos perecerán. La respuesta, pues, a los emisarios del rey no pudo ser más descorazonadora. Los de la corte eran los principales responsables de la catástrofe, y debían sufrir el castigo divino en toda su crudeza.
En cambio, al pueblo sencillo, Jeremías todavía le da una esperanza de salvación: la de someterse a los invasores caldeos sin hacer resistencia. Les da a elegir el camino de la vida o de la muerte (v.8). La frase está calcada en Deu 30:15, aunque con diferente sentido, ya que en este lugar se trata de la entrega a la alianza de Yahvé, para ser feliz, o de seguir los caminos de la idolatría, con las consecuentes maldiciones de Yahvé. En Jeremías se trata de salvar la vida o morir. Si se entregan, tendrán la vida por botín (v.9), salvando lo que el hombre más aprecia, aunque pierda todas las demás cosas 8; en dichas circunstancias críticas, salvar la vida se considerará como la máxima ganancia o botín. Y después añade el profeta que la catástrofe se debe al mismo Yahvé, que ha enviado el castigo. La expresión he puesto mi rostro sobre esta ciudad (v.10), aquí tiene un sentido de amenaza, como si Dios fijara especialmente, su atención sobre Jerusalén para mal9. En otras ocasiones es, para bien10. Ahora Yahvé tiene un interés especial, pero para su desventura: la haré caer en manos de Nabucodonosor., que la dará al fuego, predicción que se verificó a la letra 11.
Invitación a la justicia (11-14).
11 Y a la casa del rey de Judá (d1): Oíd la palabra de Yahvé, 12 casa de David: Así dice Yahvé: Haced de mañana justicia, librad al expoliado de la mano del opresor, no sea que brote como fuego mi ira y se encienda, y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras. 13 He aquí que a ti me dirijo, morada del valle, roca de la llanura – oráculo de Yahvé – . A vosotros que decís: ¿Quién descenderá sobre nosotros y quién penetrará en nuestras guaridas? 14 Yo os daré la paga según el fruto de vuestras obras – oráculo de Yahvé – , y prenderé fuego a su bosque y devorará todos sus alrededores.
Los v.11-12 son una invitación a los cortesanos para que administren justicia diariamente sin desmayar. La expresión de mañana (v.12) indica la presteza con que deben ejercer la justicia, preocupándose desde la aurora de ella como la cosa más importante y acuciante del día. De lo contrario no se hará tardar la ira divina, ya que la maldad de sus obras está clamando imperiosamente por una intervención justiciera.
Los v.13-14 incluyen una profecía contra Jerusalén. La capital de Judá, asentada sobre un promontorio rocoso, rodeada de valles por todas partes, menos por el norte, se sentía segura ante cualquier expugnación enemiga: ¿Quién descenderá sobre nosotros? (v.13b). Se la llama moradora del valle y roca de la llanura porque se levanta como una roca sobre la llanura y está rodeada de los valles del Cedrón, al este, y el Er-Rababy, al occidente, que se juntan al sur de la ciudad, siendo por ello inexpugnable por la parte de estas depresiones profundas 12. Sus habitantes, pues, se creían seguros. Pero será su mismo Dios el que abrirá sus puertas a los enemigos y prenderá fuego a su bosque (v.14). Jerusalén, con sus casas y palacios cuajados de columnas de cedro, es presentada como un bosque, en el que fácilmente hacen presa las llamas, quemando todos sus alrededores.
1 Cf. Jer 38:1. – 2 Cf. 29:253; 37:3. – 3 Cf. 37:3. – 4 Isa 37:36, – 5 Cf. Isa 37:6ss. – 6 Cf. Exo 6:6; Deu 4:34; Deu 5:15; Deu 26:8; Isa 9:11; Isa 16:20. – 7 Cf. Rev 6:3-8; Jer 14:12; Jer 24:10; Jer 27:13; Eze 6:11; – 8 Cf. Job 2:4; Jer 38:2; 45:5- – 9 Cf. Lev 17:10; Amo 9:4; Jer 44:11.; Jer 12:16. – 10 Cf. Jer 24:6. – 11 Cf. Jer 39:8. – 12 Cf. Lam 4:12; Jer 5:12. Véase también vincent, Jérusalem antigüe p.122.
Fuente: Biblia Comentada
el rey Sedequías. Cp. 2Re 24:17-20; 2Re 25:1-7, detalles de su reino entre ca. 597-586 a.C. Pasur. Este sacerdote era diferente del hombre de Jer 20:1-6 que tiene este mismo nombre (cp. Jer 38:1).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
21.1 Los capítulos 21-28 narran los mensajes de Jeremías concernientes a los ataques de Nabucodonosor a Jerusalén entre 588 y 586 a.C. (véase también 2 Reyes 25). El rey Sedequías decidió rebelarse en contra de Nabucodonosor (2Ki 24:20) y los nobles aconsejaron que se aliara con Egipto. Jeremías pronunció juicio sobre los reyes (21.1-23.8) y sobre los falsos profetas (23.9-40) por llevar al pueblo por el mal camino.21.1, 2 El rey Sedequías quizás se refería al momento en que Dios liberó a Jerusalén de Senaquerib, rey de Asiria, en los días de Ezequías (Isaías 36-37). Pero las esperanzas de Sedequías se vieron frustradas. Fue el último gobernante de Judá durante el cautiverio en 597 a.C.21.1, 2 Pasur vino al profeta buscando ayuda (este no es el mismo Pasur que aparece en 20.1). Dios aún tenía trabajo para Jeremías. Al vivir nuestra fe, podemos encontrar que el rechazo, la desilusión o el trabajo arduo nos han llevado hasta el punto del desaliento. Pero aún somos necesarios. Dios tiene un trabajo importante para nosotros también.21.1-14 Jeremías predijo la destrucción de Jerusalén. Los líderes de la ciudad rechazaron su palabra y se burlaron de sus advertencias. En su desesperación, el rey Sedequías se volvió a Dios para pedirle ayuda, pero sin reconocer las advertencias de Dios ni admitir su pecado. Muy a menudo esperamos que Dios nos ayude en nuestros momentos difíciles aun cuando lo hayamos olvidado en los tiempos de prosperidad. Sin embargo, Dios quiere una relación duradera. ¿Está tratando de construir una relación duradera con Dios o lo utiliza solo en ocasiones para escapar de sus problemas? ¿Qué pensaría de su familia o de sus amigos si solo pensaran en usted como un recurso temporal?21.13 Jerusalén estaba construida sobre una meseta con valles en tres de sus lados. Sus habitantes creían estar seguros debido a su ubicación estratégica.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Véase Jer 1:3, n.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1148 Eze 33:30
b 1149 2Re 24:18; 1Cr 3:15; 2Cr 36:10
c 1150 1Cr 9:12; Jer 38:1
d 1151 2Re 25:18; Jer 29:25; Jer 37:3; Jer 52:24
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el rey Sedequías. Fue el último rey de Judá, entronizado por Nabucodonosor como gobernante títere después de su primera conquista de Jerusalén en el 597 a.C. (2 R 24:17). A pesar de las advertencias repetidas de Jeremías, Sedequías se rebeló contra los jefes babilónicos (2 R 24:20) que resultó en la destrucción de Jerusalén en el 586 a. C. (cap. 37– 39; 52). Desconsolado y mutilado, el lamentable rey fue desterrado a Babilonia donde murió (2 R 25:6, 7).
Pasur, hijo de Malquías. Este es el segundo Pasur mencionado en el libro (v. coment. en 20:1). Este Pasur acusó de traición a Jeremías y recomendó que muriera (cp. 38:1, 4).
Maasías. Tal vez el gobernador de Jerusalén, nombrado por Josías para que reparara el templo (2 Cr 34:8). Su hijo fue el falso profeta Sedequías (29:21).
Fuente: La Biblia de las Américas
Este mensaje, dirigido a Sedequías (Jer 21:1 – Jer 22:9), fue proclamado durante la parte final de su reinado (597-586). Jeremías exhortaba al rey a someterse a Nabucodonosor a pesar de que la nobleza le aconsejaba que siguiera una política pro-egipcia.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Pasur ben Malquías… No debe confundirse con Pasur ben Imer → Jer 20:1.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
No se confunda con Pasur ben Imer g 20.1.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[2] Sedecías, el rey, esperaba que se repitiera lo sucedido cuando Sennaquerib sitiaba Jerusalén. 2 Re 19, 35; Jer 15, 19.[3] Después de haber consultado al Señor.[9] Jer 38, 2.