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Comentario de Jeremías 29:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Jeremías 29:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén al resto de los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo, que Nabucodonosor había llevado cautivo de Jerusalén a Babilonia.

Año 597 a.C.

Y estas son las palabras de la carta. Jer 29:25-29; 2Cr 30:1-6; Est 9:20; Hch 15:23; 2Co 7:8; Gál 6:11; Heb 13:22; Apo 2:1-29 Apo 3:1-22.

los ancianos que habían quedado. Jer 24:1-7; Jer 28:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jeremías manda un carta a los cautivos en Babilonia para que vivan en paz, Jer 29:1-7,

y que no crean los sueños de sus profetas, Jer 29:8-9;

y que regresarán con gracia después de setenta años, Jer 29:10-14.

Predice la destrucción de los demás por su desobediencia. Jer 29:15-19.

Muestra el fin de Acab y Sedequias, los dos profetas mentirosos, Jer 29:20-23.

Semaías escribe un carta en contra de Jeremías, Jer 29:24-29.

Jeremías predice la ruina de Semaías, Jer 29:30-32.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Diversas cartas componen la colección de correspondencia con los deportados que fueron llevados cautivos el año 597 a.C incluidos Joaquín y la casa real. El agrupamiento de las cartas con los oráculos contra los falsos profetas de los capítulos Jer 27:1-22 y Jer 28:1-17 sugieren una fecha similar, o el 594 a.C. Las Crónicas Babilónicas y otros documentos contemporáneos indican que la inseguridad territorial plagaba el imperio de Nabucodonosor. Jeremías aconseja a los judíos deportados que se establezcan y no esperen un retorno inmediato a su tierra. El capítulo tiene las siguientes secciones:

(1) introducción (vv. Jer 29:1-3);

(2) establecerse y estar contentos (vv. Jer 29:4-7);

(3) cuidado con falsos profetas (vv. Jer 29:8-10);

(4) buscar a Jehová y Él restaurará (vv. Jer 29:11-14);

(5) destrucción y plagas contra Judá (vv. Jer 29:15-19);

(6) ejecución de los falsos profetas en el cautiverio (vv. Jer 29:20-23); y

(7) una palabra contra el profeta Semaías (vv. Jer 29:24-32).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

palabras de la carta: Desde Jerusalén llevaron un documento escrito a los judíos en Babilonia.

remanente puede implicar a algunos de los líderes aludidos en los vv. Jer 29:21-23, que fueron ejecutados en el 594 a.C.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA CARTA. Es probable que la carta de Jeremías a los exiliados judíos llevados cautivos en 597 a.C. se haya escrito un año o dos después que llegaron a Babilonia. Él les dio las instrucciones siguientes:

(1) Debían llevar una vida normal, edificar casas, casarse y procurar la paz o el bienestar de la ciudad donde Dios los había puesto de modo providencial, porque no volverían a la tierra prometida hasta que terminaran los setenta años (vv. Jer 29:7; Jer 29:10).

(2) No debían escuchar a los falsos profetas que estaban prediciendo que el exilio sería corto (vv. Jer 29:8-9).

(3) Los que permanecieran en Jerusalén sufrirían mucho por su persistencia en rebelarse contra Dios (vv. Jer 29:15-19).

(4) Morirían dos falsos profetas debido a que estaban viviendo en adulterio y representando falsamente la palabra de Dios (vv. Jer 29:21-23).

(5) Al terminar los setenta años de cautiverio, el remanente buscaría fervientemente a Dios pidiéndole renovación; Él respondería su intercesión debido a sus planes para ellos (vv. Jer 29:10-14).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

29. Epístola de Jeremías a los Exilados.
También los exilados de la deportación del 598 mantenían vanas esperanzas en el destierro sobre su próxima repatriación, esperanzas que eran alentadas por falsos profetas y adivinos oportunistas. Jeremías en una epístola les previene contra este excesivo optimismo, anunciando el castigo a los causantes de la agitación entre los deportados. Esta comunicación de Jeremías no fue bien recibida por un sector de los exilados, entre ellos un tal Semeyas, que escribió a su vez al inspector del templo de Jerusalén quejándose de que no hubieran tomado medidas contra el profeta de Anatot. Estas cartas indican que había una comunicación fluída entre los desterrados y los que aún permanecían en Palestina antes de la catástrofe del 586. De tiempo en tiempo iban a Babilonia comisiones de israelitas a llevar los tributos impuestos por los babilonios.
Jeremías está preocupado por la suerte de los exilados, en los que ve el núcleo de la futura restauración nacional. Este c.29 tiene muchos puntos de contacto con el c.24 1. Quizá esta epístola sea del tiempo de la visión del c.24, en la que se habla de higos maduros agradables (los exilados) y de brevas insoportables (los que aún permanecen en Palestina, a quienes les está reservada una suerte más dura). Jeremías aprovechó una legación oficial para enviarles una carta admonitoria. Le preocupaban las noticias que llegaban de la agitación causada por ciertos falsos profetas, y era preciso hacer ver al pueblo que debía pensar en instalarse para permanecer allí mucho tiempo, durante el cual debían procurar habituarse al ambiente en lo económico y hacer prosperar la propia comunidad israelita exilada.

Anuncio de un largo exilio (1-9).
1 Estas son las palabras de la carta que desde Jerusalén envió Jeremías profeta al resto de los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo que de Jerusalén había llevado Nabucodonosor a Babilonia, 2 después de haber salido Jeconías, el rey, la reina, los eunucos, los notables de Judá y de Jerusalén, los herreros y los carpinteros, 3 (llevada) por mano de Elasa, hijo de Safan, y de Gamarías, hijo de Helcías, a quienes mandó Sedecías, rey de Judá, a Babilonia a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Decía: 4 Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los cautivos que yo he desterrado de Jerusalén a Babilonia: 5 Construid casas y habitadlas, plantad huertos y comed sus frutos. 6 Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas. Dad mujeres a vuestros hijos, y maridos a vuestras hijas, y tengan hijos e hijas; multiplicaos allí en vez de disminuir. 7 Procurad la prosperidad de la ciudad adonde os he deportado y rogad por ella a Yahvé, pues su prosperidad será vuestra prosperidad. 8 Porque así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: No os dejéis engañar por vuestros profetas que habitan entre vosotros y por vuestros adivinos. No escuchéis su sueño. 9 Porque mienten cuando os profetizan en mi nombre. Yo no los he enviado. Oráculo de Yahvé.

La epístola va enviada a los ancianos o cabezas de familia, directores espirituales de su pueblo. Era una institución patriarcal que había tenido siempre gran influencia al lado de las otras clases dirigentes, como los sacerdotes, profetas. Sobre todo en Babilonia, privados de las organizaciones oficiales estatales, volvieron a restablecer el régimen del patriarcado, que había perdido mucho durante la monarquía. La palabra resto parece indicar que eran pocos los que quedaban 2. Sabemos que los babilonios concedían cierta autonomía jurídica a los exilados para poder gobernarse conforme a sus propias leyes 3. Los profetas de que se habla parecen ser los falsos profetas, corno traducen los LXX. Precisamente porque fomentan vanas ilusiones de retorno, no eran auténticos profetas, como lo era Ezequiel. Se les asocia maquinalmente a los sacerdotes por procedimiento mecánico redaccional. Estos tres primeros versos son de Baruc, secretario de Jeremías, que quiere situar la epístola en su circunstancia histórica.
El verso puede ser adición posterior redaccional, para destacar que la deportación de que se habla es la del 598 y no la del 586. La reina es la madre de Jeconías, o “reina-madre”4. Los eunucos son los cortesanos en general. Los herreros y carpinteros o cerrajeros son las fuerzas industriales vivas de la nación, llevadas por los babilonios para que no pudieran organizar de nuevo la resistencia5. Los portadores de la epístola son altos dignatarios de la corte, encargados quizá de una misión oficial de llevar los tributos o de informar a Babilonia de las buenas disposiciones de Sedecías hacia los babilonios. Algunos nombres son conocidos, y parece que alguno de los citados era favorable a Jeremías 6. En todo caso, los portadores debían de ser agentes bien mirados en la corte babilónica por sus ideas moderadas y realistas, y, por tanto, no ajenas al pensamiento de Jeremías, que predicaba la sumisión para evitar mayores males. Jeremías, al escribir a sus compatriotas, lo hace en nombre del Dios nacional (v.4). El contenido de la carta es de lo más realista. Los exilados deben hacer sus cálculos como si fueran a ser ciudadanos perpetuos de la nueva tierra, echando las bases de una economía doméstica y aun procurando el aumento demográfico del pueblo (v.5-6). Y añade algo más revolucionario que había de resultar blasfemo para muchos puritanos: procurad la prosperidad de la ciudad adonde os he deportado y rogad a Yahvé por ella (c.7). Estas palabras tenían que resultar inauditas para aquellos cerrados israelitas, que no podían comprender que Yahvé pudiera ayudar a sus enemigos, y, por tanto, que era absurdo orar por ellos a su Dios 7. Para Yahvé, según ellos, no podía haber otros intereses que los de Israel y su ciudad santa. En cambio, para Jeremías, el invasor babilonio es un instrumento de Yahvé para corregir a su pueblo, y, por tanto, los israelitas debían aprovecharse de las buenas cualidades de sus dominadores y convivir pacíficamente con ellos. En estas palabras de Jeremías vemos una cierta insinuación de simpatía, que, sin ser una declaración expresa de amor a los enemigos, lo que es propio del ν. Τ. 8, supone un horizonte universalista que se va abriendo paso en la literatura profética y sapiencial. En el mismo Jeremías encontramos la profecía sobre la participación de las naciones paganas, en los tiempos mesiánicos, de las bendiciones divinas 9. La dispersión de los israelitas en la cautividad sirvió, en los planes divinos, para difundir el conocimiento del Dios universal de las promesas.
El profeta sale al encuentro de las predicciones optimistas de los falsos profetas y adivinos (v.8), que predicaban una resistencia pasiva, basada en la esperanza de un próximo retorno. En realidad mienten, porque no hablan en nombre de Yahvé. Son usurpadores del oficio profético.

La penitencia, condición de retorno (10-14).
10 Pues así dice Yahvé: Cuando se cumplan los setenta años de Babilonia, os visitaré y mantendré para con vosotros mi palabra venturosa de volveros a este lugar. 11 Pues yo conozco mis designios para con vosotros – oráculo de Yahvé – , designios de paz y no de desventura, de daros un porvenir y una esperanza. 12Me llamaréis y vendréis a suplicarme, y yo os escucharé; me buscaréis y me hallaréis. 13Me buscaréis y me hallaréis si me buscareis de todo corazón. 14Y me dejaré hallar de vosotros – oráculo de Yahvé – ; yo haré volver a vuestros desterrados, y os reuniré de entre todos los pueblos y de todos los lugares a que os arrojé – oráculo de Yahvé – y os haré volver a este lugar de que os eché.

No obstante, la condición de exilados rio durará siempre, sino que llegará un momento en que podrán volver a su patria, pero esto después de una larga generación: cuando se cumplan los setenta años de Babilonia (v.10). Lo indicado por esa cifra redonda de setenta es lo que, más o menos, duró el imperio babilónico: desde el 605 (batalla de Carquemis, en la que Nabucodonosor venció definitivamente a los egipcios) al 538, en que Ciro entró en Babilonia.
La repatriación se cumplirá, pues los designios de Yahvé para con su pueblo son designios de paz y no de desventura (v.11). Si los ha castigado, ha sido para salvar los derechos inalienables de su justicia y santidad; pero de nuevo quiere darles un porvenir y una esperanza, es decir, resucitarlos como pueblo, como colectividad nacional. Y por eso, aunque estén en tierra extranjera, lejos del santuario de Yahvé, donde reside oficialmente, los escuchará: me llamaréis. y yo os escucharé (v.12). Pero es necesario que le busquen de corazón. Yahvé entonces no estará lejos de ellos: me dejaré hallar de vosotros (v.14). Y el resultado de ello será que volverán los desterrados (v.14).

Suerte trágica de los moradores de Jerasalén (15.-19)
15 Como vosotros decís: Yahvé nos ha suscitado profetas en Babilonia, 16 pues así dice Yahvé del rey que se sienta en el trono de David y de todo el pueblo que mora en esta ciudad, vuestros hermanos, que no salieron con vosotros al destierro. 17 Así dice Yahvé de los ejércitos: He aquí que yo mandaré contra ellos la espada, el hambre y la peste; los tornaré en higos que de malos no pueden comerse, 18 y los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los haré objeto de terror para todos los reinos de la tierra, maldición, espanto, ludibrio y oprobio entre todos los pueblos a los que los arrojaré, 19 por no haber escuchado mis palabras – oráculo de Yahvé – , que muy pronto y reiteradamente les anuncié por mis siervos los profetas, a quienes yo envié y no los escucharon – oráculo de Yahvé.

Jeremías sale al paso de una falsa ilusión: los exilados creen, ilusionados, que su retorno está próximo, pues tienen profetas suscitados por Yahvé que les aseguran una próxima liberación (v.15).
En realidad son unos impostores, ya que el futuro va a ser muy diferente del anunciado por ellos. La primera deportación no ha sido sino el preludio de otra catástrofe más general. Por eso la suerte de los que quedaron en Jerusalén será peor que la de los actualmente exilados, pues Yahvé desencadenará sobre ellos la espada, el hambre y la peste (v.17) 10.

Contra los falsos profetas (20-23).
20 Vosotros, pues, todos los cautivos que yo he llevado de Jerusalén a Babilonia, oíd la palabra de Yahvé: 21 Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel, a Acab, hijo de Qolayah, y a Sedecías, hijo de Masayah, que mentirosamente os profetizan en mi nombre: He aquí que yo les entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los ajusticiará a vuestros ojos, 22y quedará de ellos, entre los cautivos de Judá que están en Babilonia, la maldición: “¡Haga contigo Yahvé como con Sedecías y Acab, a quienes asó al fuego el rey de Babilonia!” 23Por haber hecho iniquidades en Israel, haber adulterado con las mujeres de sus prójimos y haber hablado mentirosamente en mi nombre, sin que yo les mandara. Yo lo sé y lo atestiguo. Oráculo de Yahvé.

Jeremías se dirige a los exilados para que no imiten la conducta obstinada de sus compatriotas que aún quedan en Jerusalén y así permanezca la venturosa promesa de Yahvé de hacer que retornen algún día a la patria. Los exilados se sentían orgullosos de los profetas que creían había suscitado Yahvé entre ellos, y los engañaban con vanas promesas del próximo retorno (v.15). Pero les va a revelar Jeremías quiénes son esos profetas que los engañan, a los que Yahvé les tiene reservado un deshonroso fin en pago a sus crímenes inauditos en Israel. Precisamente por haber sembrado la sedición entre los exilados, dos de ellos, Acab y Sedéelas, serán ajusticiados por la policía de Nabucodonosor, y morirán con muerte afrentosa y terrible por el fuego, como era usual en Babilonia 11.

Profecía contra el falso profeta Semeyas (24-32).
24 Y a Semeyas el Nejlamita dile: Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: 25 Por cuanto tú has mandado en tu nombre cartas a todo el pueblo de Jerusalén, y a Sofonías, hijo de Masayah, sacerdote, y a todos los sacerdotes, diciéndoles: 26 Yahvé te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Yoyadah, para que, como prefecto, vigiles en el templo de Yahvé a todo demente que quiera hacer el profeta y lo hagas encadenar y poner en el cepo. 27 Ahora, pues, ¿por qué no has reprendido a Jeremías el de Anatot, que anda profetizando entre vosotros? 28 Pues hasta nos ha enviado un mensaje a nosotros a Babilonia, diciendo: “Eso será largo. Construid casas y habitadlas, plantad huertos y comed sus frutos.” 29 Y el sacerdote Sofonías leyó a Jeremías profeta esta carta, 30 y Yahvé habló a Jeremías, dicién-dole: 31 Manda a decir a todos los cautivos: Esto dice Yahvé sobre Semeyas el Nejlamita: Por haberos profetizado Semeyas sin que yo le haya enviado, y haberos hecho concebir falsas esperanzas, 32 por eso dice Yahvé: He aquí que yo castigaré a Semeyas el Nejlamita y a su descendencia. No tendrá descendencia que habite en medio de este pueblo y vea el bien que yo haré a mi pueblo – oráculo de Yahvé – , por haber predicado la rebeldía contra Yahvé.

La epístola de Jeremías había sido mal recibida de los falsos profetas que pululaban entre los exilados de Babilonia. Uno de ellos, Semeyas, se atrevió a enviar una protesta oficial al prefecto del templo por permitir esa libertad de escribir a Jeremías. Sus afirmaciones categóricas sobre un destierro prolongado desmoralizaban a los cautivos (v.24-25). El destinatario de la carta, Sofonías, amigo personal de Jeremías 12, mostró a éste la carta para que se diera cuenta del ambiente que tenía entre muchos de los exilados. Parece que el oficio de prefecto de policía del templo, como Sofonías, era vigilar el orden en las aglomeraciones en los atrios. Por eso Semeyas le echa en cara a Sofonías, prefecto del orden en el templo, que haya permitido a Jeremías hablar en público en los atrios, sembrando la desmoralización en el pueblo. Debía, pues, encarcelarlo y ponerlo en el cepo (v.26), pues para él Jeremías era un simple demente que se las echaba de profeta.
Al oír el contenido de la carta de Semeyas, Jeremías, por orden de Yahvé, envía una segunda carta a los desterrados poniéndoles en guardia contra las actividades del falso profeta Semeyas, que iba a ser castigado inexorablemente por oponerse a los planes divinos sobre su pueblo (v.32). Ninguno de sus descendientes asistirá al retorno de los exilados.

1 Cf. 24:5-7 y 29:10-14. – 2 La palabra “resto” falta en los LXX. – 3 Cf. Dan 13:5. – 4 Cf. Jer 13:18; Jer 22:26. – 5 Cf. Jer 24:1. – 6 Cf. Jer 26:24; Jer 36:10.25; 2Re 22:8; 2Re 22:40, 2Re 22:6. – 7 Sobre el precepto de orar por las autoridades paganas cf. Rom 1:11; 2Ti 2:1. – 8 Cf. Mt 5:44- – 9 Cf. Jer 3:17. – 10 Los v. 16-20 faltan en el texto griego, y son considerados por muchos como adiciones posteriores redaccionales a base de otros textos de Jeremías, especialmente Deu 24:8-10. Sin embargo, sostienen su autenticidad Condamin y Driver. – 11 Cf. Código de Hammurabi art.25.110.157; Dan 3:6; 1955 – 12 Aparece en 21:1 y 37:3 como enviado respetuoso de Sedecías a Jeremías. Murió en el 586. Cf. Jer 52:24; 2Re 25:18. El falso profeta Semeyas de Babilonia le dice que está en vez de Yoyadah sacerdote. No sabemos de ningún Yoyadah en esta época que haya sido prefecto antes de Sofonías. En los primeros años del rey Joaquim lo era Pasjur (2Re 20:1). Quizá Semeyas aluda al famoso Yoyadah que se levantó contra la impía reina Atalía en el 836 a.C., como modelo de celo religioso a imitar.

Fuente: Biblia Comentada

la carta. Jeremías, poco después de la deportación de muchos compatriotas en 597 a.C. (cp. v. Jer 29:2), escribió para consolarlos en el exilio.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— la carta que Jeremías envió a los desterrados: Parece que no había excesivas dificultades para mantener correspondencia con los desterrados. La presente carta se hace eco del falso optimismo de los desterrados que, engañados por pretendidos profetas, creían que faltaba poco para el colapso neobabilónico y para el regreso a Judá.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

29.4-7 Jeremías escribió a los cautivos de Babilonia (en 29.4-23 leemos su carta), instruyéndolos para que siguieran adelante con sus vidas y oraran por la nación pagana que los subyugó. La vida no puede detenerse durante los momentos difíciles. En una situación desagradable o inquietante, debemos ajustarnos y continuar hacia adelante. Puede resultarle difícil orar por las autoridades que son malas, pero allí es donde más falta hacen sus oraciones (1Ti 2:1-2). Cuando se enfrente a momentos difíciles o a un cambio repentino, ore diligentemente y marche hacia adelante, haciendo lo que esté a su alcance en vez de rendirse a causa del temor y la incertidumbre.29.10 Los eruditos difieren en las fechas exactas de estos setenta años en Babilonia. Algunos dicen que se refiere a los años 605-535 a.C., desde la primera deportación a Babilonia hasta el regreso de los primeros cautivos a Jerusalén después del decreto de libertad de Ciro. Otros señalan los años 586-516 a.C., desde la última deportación a Babilonia y la destrucción del templo hasta su reconstrucción. Una tercera posibilidad es que los setenta años son un número aproximado que significan una vida entera. Todos están de acuerdo en que Dios mandó a su pueblo a Babilonia por un tiempo largo y no un cautiverio corto como lo que predijeron los falsos profetas.29.11 A todos nos alienta un líder que nos motiva a seguir adelante, alguien que cree que podemos llevar a cabo la tarea que nos ha encomendado y que estará con nosotros a lo largo del camino. Dios es esa clase de líder. Conoce el futuro y sus planes para nosotros son buenos y están llenos de esperanza. Mientras el Dios que conoce el futuro nos proporcione nuestra agenda y vaya con nosotros cuando realizamos su misión, tendremos esperanza ilimitada. Esto no significa que no tendremos dolor, problemas ni sufrimiento, sino que Dios nos ayudará a llegar a un final glorioso.29.12-14 Dios no olvidó a su pueblo, aun cuando estaba cautivo en Babilonia. Planeó darles un nuevo comienzo con un nuevo propósito: convertirlos en nuevas personas. En momentos de profundos problemas, tal vez parezca que Dios se ha olvidado de usted. Pero quizás lo prepara, como lo hizo con el pueblo de Judá, para un nuevo comienzo con El en el centro de su vida.29.13 De acuerdo al plan sabio de Dios, su pueblo iba a tener esperanza y futuro. Por consiguiente, podrían clamar a El en confianza. A pesar de que los cautivos se encontraban en un lugar y tiempos difíciles, no debían desesperarse porque tenían la presencia de Dios, el privilegio de la nación y la gracia de Dios. Podemos buscar y encontrar a Dios cuando lo buscamos de todo corazón. Tierras extrañas, tristezas, frustración o problemas físicos, no pueden romper esa comunión.29.21 Estos falsos profetas, Acab y Sedequías, no deben confundirse con los reyes que llevan los mismos nombres. Sus conexiones familiares los identifica claramente.29.24-28 Estos versículos describen la reacción de Semaías, un falso profeta cautivo desde 597 a.C., quien protestó acerca de la carta de Jeremías. Para desacreditarlo, Semaías lo acusó de hablar profecías falsas. A pesar de que el mensaje de Jeremías era verdadero y sus palabras provenían de Dios, el pueblo lo odió porque les dijo que sacaran el mayor provecho del cautiverio. Pero la verdad de Jeremías que provenía de Dios ofrecía corrección temporal y un beneficio a largo plazo. Las mentiras de los falsos profetas ofrecían un consuelo temporal y un castigo a largo plazo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1576 2Re 24:15; Jer 24:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

carta. Enviada a los 3.023 judíos que habían sido deportados a Babilonia en el año 597 a.C. (cp. Jer 52:28) para exhortarles a vivir una vida lo más normal posible (Jer 29:4-9), esperar por la liberación de Dios después de 70 años (vv. Jer 29:10-14), y descartar a los falsos profetas tales como Acab y Sedequías (v. Jer 29:21).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[9] Jer 14, 14.[10] 2 Cro 36, 21; Esd 1, 1.[17] Jer 24, 1-8.[22] Este suplicio consistía en meter poco a poco al condenado en una caldera de aceite hirviendo. Tal fue el martirio de los hermanos Macabeos y el de San Juan Evangelista.

Fuente: Notas Torres Amat