Biblia

Comentario de Jeremías 29:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Jeremías 29:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Procurad el bienestar de la ciudad a la cual os hice llevar cautivos. Rogad por ella a Jehovah, porque en su bienestar tendréis vosotros bienestar.”

Y procurad la paz. Dan 4:27; Dan 6:4, Dan 6:5; Rom 13:1, Rom 13:5; 1Pe 2:13-17.

rogad por ella a Jehová. Esd 6:10; Esd 7:23; Dan 4:19; 1Ti 2:1, 1Ti 2:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los desterrados fueron instruidos para procurar la paz y rogar por ella, y el bienestar de Babilonia y las otras ciudades donde estaban deportados. Como resultado, ellos mismos vivirían en paz y con los beneficios de la gracia de Dios soberana sobre las naciones (Jer 27:5, Jer 27:6).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ARTÍCULO

La paz de Dios

Jer 29:7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.

DEFINICIÓN DE PAZ. La palabra hebrea para paz es shalom. Denota mucho más que la ausencia de la guerra y del conflicto; el significado fundamental de shalom es armonía, integridad, firmeza, bienestar y éxito en todas las esferas de la vida.

(1) Puede referirse a la calma en las relaciones internacionales, tal como la paz entre naciones en conflicto (e.g., 1Sa 7:14; 1Re 4:24; 1Cr 19:19).

(2) También puede experimentarse como una sensación de estabilidad dentro de una nación, durante tiempos de prosperidad y sin guerra civil (2Sa 3:21-23; 1Cr 22:9; Sal 122:6-7).

(3) La paz puede verse asimismo como integridad y armonía en las relaciones humanas, tanto dentro del hogar (Pro 17:1; 1Co 7:15) como fuera del hogar (Rom 12:18; Heb 12:14; 1Pe 3:11).

(4) Y la paz puede referirse a la sensación personal de integridad y bienestar, de ser libre de ansiedad y de estar en paz con la propia alma (Sal 4:8; Sal 119:165; cf. Job 3:26) y con Dios (Núm 6:26; Rom 5:1).

(5) Por último, aun cuando la palabra shalom no se emplea en Gén 1:1-31; Gén 2:1-25, shalom describe el mundo creado originalmente que existía en perfecta armonía e integridad. Cuando Dios creó los cielos y la tierra, creó un mundo en paz. El bienestar total de la creación se refleja en la breve afirmación: después que Dios había terminado de crear el mundo, «todo… era bueno en gran manera» (Gén 1:31).

LA INTERRUPCIÓN DE LA PAZ. Cuando Adán y Eva escucharon la voz de la serpiente y comieron del árbol prohibido (Gén 3:1-7), su desobediencia introdujo el pecado y se interrumpió la armonía original de la creación.

(1) En aquel momento, Adán y Eva experimentaron, por primera vez, la culpa y la vergüenza delante de Dios (Gén 3:7) y pérdida de la paz interior.

(2) El pecado de Adán y Eva en el huerto del Edén destruyó su armoniosa relación con Dios. Antes de comer de esa fruta, ellos tenían íntimo compañerismo con Dios en el huerto (cf. Gén 3:8), pero después de eso «se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto» (Gén 3:8). En vez de anhelar el hablar con Dios, ahora tuvieron miedo de su voz (Gén 3:10).

(3) Además, se interrumpió la relación armoniosa de Adán y Eva como esposos. Cuando Dios comenzó a examinar con ellos el pecado que habían cometido, Adán culpó a Eva (Gén 3:12), y Dios afirmó que continuaría la rivalidad entre hombre y mujer (Gén 3:16). Así comenzó todo el conflicto social que ahora forma parte de las difíciles situaciones humanas, desde las discusiones y la violencia en los hogares (cf. 1Sa 1:1-8; Pro 15:18; Pro 17:1) hasta los conflictos y guerras internacionales.

(4) Por último, el pecado interrumpió la armonía y la unidad entre el género humano y la naturaleza. Antes que Adán pecara, trabajaba alegremente en el huerto del Edén (Gén 2:15) y caminaba libremente entre los animales, dándole un nombre a cada uno (Gén 2:19-20). Parte de la maldición de Dios después de la caída incluía la enemistad entre Adán y Eva y la serpiente (Gén 3:15), así como también la realidad de que el trabajo causaría sudor y fatiga (Gén 3:17-19). Donde había habido armonía entre la raza humana y el medio ambiente, ahora había lucha y conflicto, de modo que «toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora» (véase Rom 8:22, nota).

LA RESTAURACIÓN DE LA PAZ. Aunque el resultado de la caída fue la destrucción de la paz y del bienestar para el género humano y en realidad para todo el mundo creado, Dios ha planeado restaurar el shalom. Por eso la historia de la recuperación de la paz es la historia de la redención en Cristo.

(1) Debido a que Satanás inició la destrucción de la paz en el mundo en el huerto del Edén, el restablecimiento de la paz debe implicar la destrucción de Satanás y su poder. Así que muchas de las promesas del AT con respecto a la venida del Mesías eran promesas de una victoria y una paz venideras. David profetizó que el Hijo de Dios gobernaría a las naciones (Sal 2:9; cf. Apo 2:27; Apo 19:15). Isaías profetizó que el Mesías reinaría como el Príncipe de Paz (Isa 9:6-7). Ezequiel predijo que el nuevo pacto que Dios se propoma establecer por medio del Mesías sería un pacto de paz (Eze 34:25; Eze 37:26). Y Miqueas, al profetizar el nacimiento del gobernante venidero en Belén, declaró que «éste será nuestra paz» (Miq 5:5).

(2) En el nacimiento de Jesús, los ángeles proclamaron que ahora la paz de Dios había venido a la tierra (Luc 2:14). Jesús mismo vino a destruir las obras del diablo (1Jn 3:8) y a derribar todas las barreras de conflicto que forman parte de la vida, haciendo así la paz (Efe 2:12-17). Jesús les dio a sus discípulos su paz como una herencia permanente antes que fuera a la cruz (Jua 14:27; Jua 16:33). Mediante su muerte y resurrección, Jesucristo despojó a los hostiles principados y potestades, y con eso hizo posible la paz (Col 1:20; Col 2:14-15; cf. Isa 53:4-5). Por lo tanto, cuando se cree en Jesucristo, se es justificado por fe y se tiene paz con Dios (Rom 5:1). El mensaje que proclaman los cristianos es las buenas nuevas de paz (Hch 10:36; cf. Isa 52:7).

(3) El sólo saber que Cristo vino como el Príncipe de Paz no quiere decir que la paz llegará automáticamente a formar parte de la vida; para sentir la paz hay que estar unido con Cristo en una fe activa. El primer paso es creer en el Señor Jesucristo. Al creer, la persona es justificada por la fe (Rom 3:21-28; Rom 4:1-13; Gál 2:16) y así tiene paz con Dios (Rom 5:1). Junto con la fe, se debe andar en obediencia a sus mandamientos a fin de vivir en paz (Lev 26:3; Lev 26:6; Jua 15:21-27). Con frecuencia los profetas del AT afirman que no hay paz alguna para los impíos (Isa 57:21; Isa 59:8; Jer 6:14; Jer 8:11; Eze 13:10; Eze 13:16). Para conocer la continua paz de Dios, Él ha dado el Espíritu Santo, que comienza a obrar su fruto en el creyente, un aspecto de lo cual es la paz (Gál 5:22; cf. Rom 14:17; Efe 4:3). Con la ayuda del Espíritu, se debe orar por la paz (Sal 122:6-7; Jer 29:7; 1Ti 2:1; véase Flp 4:7, nota), pedir que la paz gobierne en el corazón (Col 3:15), buscar la paz y seguirla (Sal 34:14; Jer 29:7; 2Ti 2:22; 1Pe 3:11), y hacer todo lo posible para vivir en paz con los demás (Rom 12:18; 2Co 13:11; 1Ts 5:13; Heb 12:14).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

— oren por ella: Es decir, por Babilonia; sin duda que el mensaje de los vv. 4-7 tenía que resultar extraño y escandaloso a los oídos de los patriotas. Se explica así que la gente intentara acabar con el profeta.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

k 1586 Esd 6:10; Esd 7:23; 1Ti 2:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

O, paz

Fuente: La Biblia de las Américas