Comentario de Job 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
RESUMEN DE JOB
Un gran animal acuático, tal vez el extinto dinosaurio, plesiosauros, el significado exacto es desconocido. Algunos piensan que esto es un cocodrilo, pero por la descripción en Job 41:34 esto es patentemente absurdo. Parece ser un gran animal de respiración de fuego de algún tipo. Así como el escarabajo bombardero tiene un mecanismo productor de explosiones, el gran dragón de mar puede tener un mecanismo de producción de explosivos que le permita ser un verdadero dragón que escupe fuego.Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
tierra de Uz. Gén 10:23; Gén 22:20, Gén 22:21; Gén 36:28; 1Cr 1:17, 1Cr 1:42; Jer 25:20; Lam 4:21.
un varón llamado Job. Eze 14:14, Eze 14:20; Stg 5:11.
perfecto y recto. Job 1:8; Job 2:3; Job 23:11, Job 23:12; Job 31:1-40; Gén 6:9; Gén 17:1; 2Re 20:3; 2Cr 31:20, 2Cr 31:21; Luc 1:6.
temeroso de Dios. Gén 22:12; Pro 8:13; Pro 16:6; 1Pe 3:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La santidad de Job, su riqueza y el cuidado espiritual hacia sus hijos, Job 1:1-5.
Satanás se presenta ante Dios y, por medio de la calumnia, consigue el permiso para afligir a Job, Job 1:6-12.
Asimilando la pérdida de sus hijos y bienes, en medio de su aflicción y duelo, Job adora a Dios, Job 1:13-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
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EN UN MOMENTO U OTRO CASI TODOS NOS HEMOS SENTIDO COMO JOB. Cuando pasamos por pruebas o momentos de sufrimiento sentimos que la auto-compasión nos agobia. Nos preguntamos porqué Dios permite que vivamos experiencias difíciles. El libro de Job registra interrogantes inquietantes, dudas terribles y la agonía real de alguien que sufre. Este libro nos ayuda cuando los problemas nos rodean y nos permite echar un vistazo a la perspectiva de Dios ante nuestro sufrimiento. Numerosos detalles del libro indican el marco patriarcal de los hechos:
(1) la riqueza de Job se mide en ganado (Job 1:3; Job 42:12) de la misma manera en que se mide la riqueza de Abraham y Jacob (Gén 12:16; Gén 13:2; Gén 30:43; Gén 32:5);
(2) se consideraba a los sabeos y caldeos merodeadores nómadas (Job 1:17, Job 1:19) lo que indica una época antigua;
(3) la palabra hebrea para pieza de dinero (Job 42:11) sólo se asocia al patriarca Jacob (Gén 33:19; Jos 24:32);
(4) al no contar con un santuario o sacerdocio, Job le ofrece sacrificios a Dios al estilo patriarcal (Job 1:5);
(5) la longevidad de Job corresponde a la de los patriarcas;
(6) la preferencia por el nombre divino de Shaddai en vez de Jehová en la parte poética del libro podría indicar un período de tiempo anterior al éxodo (Éxo 3:14, Éxo 3:15).
El texto indica que los hechos de Job ocurrieron en la tierra de Uz (Job 1:1), pero no se conoce la ubicación de este lugar. El hecho de que Job fuera el más grande entre el pueblo del oriente (Job 1:3) apunta a que vivió al este del río Jordán. Algunos concluyen que Uz estaba en Siria o al noroeste de Mesopotamia. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos creen que se encontraba cerca de Edom debido a que muchos nombres propios en el libro de Job pertenecen a la genealogía de Esaú, el padre de los edomitas (Gén 36:1-43).
La estructura básica del libro de Job consiste mayormente en un estilo poético (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40; Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24; Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6), y el prólogo (caps Job 1:1-22; Job 2:1-13) y el epílogo (Job 42:7-17) escritos en prosa. Existen diferencias significativas entre el cuerpo poético, el prólogo y el epílogo. Los dos últimos presentan a Job como a un «santo» que soporta estoicamente sus sufrimientos. Por otra parte, el cuerpo poético alude a un Job desesperado por recibir un trato justo de parte de Dios (Job 9:1-3; Job 9:13-21). De acuerdo con algunos críticos, estas diferencias indican que las dos secciones son trabajos separados de autores diferentes. De acuerdo con este punto de vista, el compilador de Job sencillamente no logró reconciliar los «dos Jobs».
Las aparentes contradicciones del libro no deben considerarse como indicio de una pobre edición, sino como el trabajo premeditado de un autor consumado. La tensión entre el Job «paciente» y el «impaciente» contribuye al mensaje global del libro. Nos muestra a Job como una persona real. No era el «santo de yeso» que sufría estoicamente. Más bien, lucha con sus emociones y sentimientos como lo hacemos hoy día. El libro de Job enseña que no está mal que una persona pregunte por qué, como Job lo hacía repetidamente (capítulo Job 3:1-26). Sin embargo, esas preguntas no deben transformarse en acusaciones contra el Señor.
El libro de Job explora todas las explicaciones tradicionales que el Oriente Medio le daba al problema de la «víctima justa». Estas incluyen:
(1) la naturaleza pecaminosa de la raza humana (Job 5:6, Job 5:7; Job 15:14, Job 15:16);
(2) la acusación de que Dios es injusto (Job 9:22-24) y
(3) las limitaciones del entendimiento humano (Job 11:7-9). Pero la gran diferencia de este libro con otros textos antiguos que plantean el mismo problema está en la intervención directa de Dios en la vida de Job. De esta manera, la exclusividad de este libro no radica en la discusión del problema del sufrimiento sino más bien en la revelación de la soberanía de Dios, con quien debemos relacionarnos debidamente. Tanto los que sufren como los que no sufren, deben confiar humildemente en la gracia y soberanía de Dios. Debido a que Job y sus amigos ignoraban el reto de Satanás hacia Dios, el libro de Job contiene mucha teología errada y verdades mal usadas. Es importante leerlo a la luz del mensaje y el propósito que encierra todo el libro. La única respuesta apropiada a la omnipotencia de Dios es la fe y la sumisión.
Este libro enfatiza reiteradamente la omnipotencia y la soberanía de Dios. Por ejemplo, todos los personajes del libro emplean el nombre hebreo divino Shaddai que se traduce por lo general como: «Todopoderoso». Elifaz describe al Todopoderoso como el que controla el destino del mundo (Job 5:17-20) e independiente de la humanidad (Job 22:2, Job 22:3). Bildad sostiene que el Todopoderoso es justo (Job 8:3, Job 8:4) y soberano en gobernar a todo el universo (Job 25:2, Job 25:3). Por último, Zofar describe las formas en que el Todopoderoso está más allá de la comprensión humana (Job 11:7-10). Por lo tanto, los amigos de Job usan el nombre Shaddai para referirse a la trascendencia de Dios así como a su poder soberano.
Este énfasis en la soberanía de Dios refuta el entendimiento simplista de la retribución divina, que supone que hay una conexión automática entre la espiritualidad de la persona y la prosperidad en la tierra. Esa era la base de la acusación de Satanás en el prólogo donde dice que Job sirve a Dios sólo para su beneficio personal (Job 1:9-11). Además, es el fundamento para el consejo que Elifaz y Bildad le dan a Job. Ambos afirmaban que el sufrimiento de Job se debía a un pecado escondido en su vida, pues Dios ciertamente no castigaría a una persona recta (Job 4:7-11; Job 8:11-22; Job 18:5-21). Pero la respuesta de Dios a Job niega esta falsa creencia (Job 38:1-41; Job 39:1-30). El Señor se declara completamente soberano. Él no está obligado a bendecir a quienes lo obedecen. Todas sus acciones se basan en la naturaleza de su gracia y voluntad. De esta manera, el libro de Job es una impugnación extendida al desafío de Satanás de que la prosperidad está relacionada con la bondad de las personas y en consecuencia, que el sufrimiento se relaciona con su pecado.
En este sentido el libro de Job muestra que el Señor no se limita por la teología preconcebida de alguien. El discurso de Eliú sobre la grandeza de Dios y su soberanía majestuosa sobre la naturaleza (Job 36:1-33; Job 37:1-24) sirve como un preludio al clímax del libro: la respuesta del Señor a Job (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6). En su discurso, Dios se pone al nivel de Job para responder sus preguntas. En el proceso, le revela al mundo que Él es completamente libre y bueno en verdad. Él es el Creador supremo y benévolo que determina el curso del universo de acuerdo a sus planes. Al igual que Job, debemos aprender a someternos al Dios Todopoderoso y aceptar por fe que Él tiene un buen plan para nosotros.
No hay consenso sobre quien es el autor del libro de Job ni cuando se escribió. Entre los autores sugeridos se encuentran: Job, Eliú, Salomón e incluso Moisés.
Sobre cuando se escribió, existe amplia evidencia literaria que señala que el libro se escribió y compiló en tiempos de Salomón, cuando floreció la literatura sabia. La mención de herramientas y armas de hierro (Job 19:24; Job 20:24; Job 40:18), e incluso la minería (Job 28:2), da a entender que fue durante la Edad de Hierro (después del 1200 a.C. Mas aún, al menos dos pasajes en el libro de Job podrían aludir a pasajes bíblicos de la era salomónica (cf. Job 7:17, Job 7:18 con Sal 8:4 y cf. Job 28:28 con Pro 3:7; Pro 9:10). Estas pruebas pueden indicar que Job se escribió durante el reinado de Salomón.
Bosquejo
I. Prólogo en prosa Job 1:1-22; Job 2:1-13
A. Piedad y prosperidad de Job 1:1-5
B. Perseverancia de Job durante las dos pruebas Job 1:6-22; Job 2:1-13
II. Cuerpo poético Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40; Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24; Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6
A. Monólogo inicial de Job 3:1-26
B. Diálogo en tres ciclos Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23
1. Primer ciclo de discursos Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22
a. Primer discurso de Elifaz Job 4:1-21; Job 5:1-27
b. Respuesta de Job 6:1-30; Job 7:1-21
c. Primer discurso de Bildad Job 8:1-22
d. Respuesta de Job 9:1-35; Job 10:1-22
e. Primer discurso de Zofar Job 11:1-20
f. Respuesta de Job a Zofar y a sus amigos Job 12:1-14 –Job 12:22
2. Segundo ciclo de discursos Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34
a. Segundo discurso de Elifaz Job 15:1-35
b. Respuesta de Job 16:1-22; Job 17:1-16
c. Segundo discurso de Bildad Job 18:1-21
d. Respuesta de Job 19:1-29
e. Segundo discurso de Zofar Job 20:1-29
f. Respuesta de Job 21:1-34
3. Tercer ciclo de discursos Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23
a. Tercer discurso de Elifaz Job 22:1-30
b. Respuesta de Job 23:1-17; Job 24:1-25
c. Tercer discurso de Bildad Job 25:1-6
d. Respuesta de Job 26:1-14
e. Respuesta de Job a sus tres amigos Job 27:1-23
C. Interludio: un poema de sabiduría Job 28:1-28
D. Monólogos de conclusión de Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40
E. Discursos de Eliú Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24
F. Discursos de Dios y respuestas de Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6
1. Primer discurso de Dios Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-2
2. Respuesta inicial de Job 40:3-5
3. Segundo discurso de Dios Job 40:6-24; Job 41:1-34
4. Respuesta final de Job 42:1-6
III. Epílogo en prosa Job 42:7-17
A. Amonestación de Dios a los tres amigos de Job 42:7-9
B. Restitución divina a Job de su prosperidad
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Los dramáticos sucesos del prólogo dan pie a los complejos diálogos del cuerpo poético (Job 3:1-26 al Job 42:1-6).
Uz: se desconoce la ubicación precisa pero se cree que estaba cerca de Edom. Se destacan dos aspectos en las acciones y la personalidad de Job.
Perfecto y recto, que significa honesto y moralmente correcto, o sea, enfatizando una personalidad intachable. Al igual que Daniel (Dan 6:4), Job era perfecto ante las críticas humanas pero no completamente libre de pecado ante Dios. Más adelante defendió su integridad personal (Job 31:5, Job 31:6). Job era temeroso de Dios y apartado del mal, lo que muestra que su apropiada relación con Dios lo motivaba a alejarse del mal. Esta frase descriptiva indica que Job era el epítome de la sabiduría (Job 28:28; Pro 3:7; Pro 14:16 y también Pro 1:7; Pro 9:10).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JOB. Al parecer Job vivió en la época de los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob, ca. 2100-1800 a.C.). La mayoría de los eruditos creen que la tierra de Uz estaba situada al sureste de Palestina y del mar Muerto o en el norte de Arabia (véase introducción a Job). Otros creen que la tierra de Uz estaba ubicada al noreste del mar de Galilea, próxima a Damasco.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
PERFECTO Y RECTO, TEMEROSO DE DIOS Y APARTADO DEL MAL.
(1) El temor de Dios y e! apartarse del mal son el fundamento de la perfección y rectitud de Job (cf. Pro 1:7). «Perfecto» se refiere a la integridad moral de Job y a su sincera consagración a Dios; «recto» denota rectitud en palabra, pensamiento y acción.
(2) Dios mismo reafirma esa declaración tocante a la rectitud de Job en el v. Job 1:8 y en Job 2:3, ratificando con toda claridad que mediante su gracia Dios puede redimir a los seres humanos caídos a fin de hacerlos genuinamente buenos, justos y victoriosos sobre el pecado. Esa declaración avergüenza y revela como error las enseñanzas evangélicas actuales que aseguran que
(a) ningún creyente en Cristo, ni siquiera con la ayuda del Espíritu Santo que ahora está a su plena disposición, puede jamás esperar ser perfecto y recto en esta vida (véanse Job 9:2, nota, y Job 33:9, nota, respecto a lo que se quiere decir con «perfecto»); y
(b) se ha de esperar que los creyentes pequen cada día en palabra, pensamiento y acción sin esperanza alguna de vencer la carne en esta vida.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Introducción a Job
Bosquejo
I. Prólogo en prosa: La crisis (Job 1:1-22; Job 2:1-13)
A. Job, hombre recto y temeroso de Dios (Job 1:1-5)
B. Conversación entre el Señor y Satanás, y calamidades subsiguientes de Job (Job 1:6-22; Job 2:1-10)
C. La visita de los tres amigos de Job (Job 2:11-13)
II. Los diálogos entre Job y sus amigos: En busca de respuestas intelectuales (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
A. Primer ciclo de diálogos: La justicia de Dios (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
1. Job lamenta el día de su nacimiento (Job 3:1-26)
2. Respuesta de Elifaz (Job 4:1-21; Job 5:1-27)
3. Contrarréplica de Job (Job 6:1-30; Job 7:1-21)
4. Respuesta de Bildad (Job 8:1-22)
5. Contrarréplica de Job (Job 9:1-35; Job 10:1-22)
6. Respuesta de Zofar (Job 11:1-20)
7. Contrarréplica de Job (Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
B. Segundo ciclo de diálogos: La suerte del malvado (Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34)
1. Respuesta de Elifaz (Job 15:1-35)
2. Contrarréplica de Job (Job 16:1-22; Job 17:1-16)
3. Respuesta de Bildad (Job 18:1-21)
4. Contrarréplica de Job (Job 19:1-29)
5. Respuesta de Zofar (Job 20:1-29)
6. Contrarréplica de Job (Job 21:1-34)
C. Tercer ciclo de diálogos: La pecaminosidad de Job (Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
1. Respuesta de Elifaz (Job 22:1-30)
2. Contrarréplica de Job (Job 23:1-17; Job 24:1-25)
3. Respuesta de Bildad (Job 25:1-6)
4. Contrarréplica de Job (Job 26:1-14)
5. Compendio final de Job de su posición fundamental (Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
III. Los discursos de Eliú: El comienzo del discernimiento (Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24)
A. Introducción de Eliú (Job 32:1-6 a)
B. Primer discurso: Instrucción de Dios a los humanos por medio de la aflicción (Job 32:6-22; Job 33:1-33)
C. Segundo Discurso: La justicia de Dios y la presunción de Job (Job 34:1-37)
D. Tercer discurso: La rectitud no queda sin provecho (Job 35:1-16)
E. Cuarto Discurso: La grandeza majestuosa de Dios y la ignorancia de Job (Job 36:1-33; Job 37:1-24)
IV. El Señor responde a Job: Revelación directa (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6)
A. Dios habla de la ignorancia de Job (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-2)
B. Humildad de Job (Job 40:3-5)
C. Dios desafía la crítica de Job acerca de su gobierno justo del mundo (Job 40:6-24; Job 41:1-34)
D. Job confiesa su falta de conocimiento de los caminos de Dios (Job 42:1-6)
V. Epílogo en prosa: La crisis termina (Job 42:7-17)
A. Job ora por sus tres amigos (Job 42:7-9)
B. La porción doble de Job (Job 42:10-17)
Autor : Anónimo
Tema : ¿Por qué sufre el justo?
Fecha : Incierta Trasfondo
Job está clasificado como uno de los libros de sabiduría y poesía del AT. De «sabiduría» porque trata profundamente importantes preguntas universales de la humanidad; «poético» porque casi todo el libro está en verso. Su poesía, sin embargo, se basa en una persona real e histórica (véase Eze 14:14; Eze 14:20) y en un suceso real e histórico (véase Stg 5:11). El ambiente del libro es «la tierra de Uz» (Job 1:1) que después llegó a ser el territorio de Edom situado al sureste del mar Muerto o en el norte de Arabia (cf. Lam 4:21). Así que el trasfondo histórico de Job es árabe, no hebreo.
Hay dos importante fechas a considerar en relación con Job:
(1) La fecha para Job y los sucesos descritos en el libro, y
(2) la fecha para la escritura inspirada del libro. Ciertos hechos indican que Job vivió cerca del tiempo de Abraham (2000 a.C.) o antes.
Los hechos más significativos son:
(1) El haber vivido 140 años después de los sucesos del libro (Job 42:16), lo cual supone una vida de casi 200 años (Abraham vivió 175 años);
(2) su riqueza se mide por su ganado (Job 1:3; Job 42:12);
(3) su servicio sacerdotal para la familia, como Abraham, Isaac y Jacob (Job 1:5);
(4) el hecho de que la familia-clan patriarcal era la unidad social básica, como en los días de Abraham (Job 1:4-5; Job 1:13);
(5) las incursiones de los sabeos (Job 1:15) y caldeos (Job 1:17), que encajan en la era abrahámica;
(6) el uso frecuente (treinta y una veces) del nombre patriarcal común para Dios, Shaddai («el Todopoderoso»); y
(7) la ausencia de referencias a la historia israelita o la ley mosaica indican una época premosaica (antes de 1500 a.C.).
Tres puntos de vista principales existen en lo concerniente al período de tiempo en que se escribió el libro. Tal vez fue escrito
(1) durante la época patriarcal (ca. 2000 a.C.), poco después de que ocurrieron los sucesos y quizás por el propio Job;
(2) durante los días de Salomón o poco después (ca. 950-900 a.C.), pues la forma literaria y el estilo del libro son similares a los de la literatura de sabiduría de aquel período; o
(3) durante el tiempo del exilio (ca. 586-538 a.C.), cuando el pueblo de Dios se esforzaba por comprender el significado teológico de su calamidad. El autor desconocido, si no fue Job, debe de haber tenido fuentes orales o escritas detalladas del tiempo de Job que usó bajo impulso e inspiración divinos para escribir el libro en la forma actual. Es evidente que ciertas partes del libro debieron provenir de revelación directa de Dios (e.g. Job 1:6-22; Job 2:1-10).
Propósito
El libro de Job trata de hallar la respuesta a la antigua pregunta: «Si Dios es justo y amante, ¿por qué permite que un hombre verdaderamente justo como Job (Job 1:1; Job 1:8) sufra tanto?» Al tratar este asunto, el autor revela las siguientes verdades:
(1) Satanás, siendo adversario de Dios, recibió permiso de poner a prueba la autenticidad de la fe de un hombre justo, por medio de la aflicción; pero la gracia de Dios triunfó sobre el sufrimiento porque Job, por la fe, permaneció firme e inmutable, aun cuando no parecía haber beneficios temporales ni físicos en su continua consagración a Dios.
(2) Dios se conmueve por consideraciones demasiado vastas para la plena comprensión de la mente humana (Job 37:5); como el hombre no ve con la amplitud y visión del Todopoderoso, necesita la revelación misericordiosa de Dios de sí mismo.
(3) El verdadero fundamento de la fe no está en las bendiciones de Dios, las circunstancias personales, ni las respuestas intelectuales, sino en la revelación de Dios de sí mismo.
(4) Dios a veces le permite a Satanás que pruebe al justo con la adversidad para purificar su fe y su vida, así como se refina el oro con el fuego (Job 23:10; cf. 1Pe 1:6-7); tal prueba da como resultado una medida mayor de integridad y humildad espiritual en su pueblo (Job 42:1-10).
(5) Aunque el trato de Dios a veces puede parecer oscuro y cruel (como pensaba Job), al fin Dios aparece lleno de compasión y misericordia (Job 42:7-17; cf. Stg 5:11).
Visión panorámica
Hay cinco divisiones claras en la estructura del libro de Job:
(1) El prólogo (caps. Job 1:1-22; Job 2:1-13), que describe la calamidad de Job y su causa;
(2) tres ciclos de diálogos entre Job y sus tres amigos, en que ellos buscan respuestas intelectuales a la aflicción de Job (caps. Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40);
(3) cuatro monólogos de Eliú, un hombre más joven que Job y sus tres amigos, que contienen un destello de discernimiento del significado (aunque no la causa) de la aflicción de Job (caps. Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24);
(4) Dios mismo, que se refiere a la ignorancia y quejas de Job y escucha la respuesta de Job a su revelación (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6);
(5) el epilogo (Job 42:7-17), que relata la restauración de Job. Todo el libro de Job está escrito en forma poética, excepto el prólogo, Job 32:1-6 a y el epilogo.
A Job se le presenta en el cap. Job 1:1-22 como un hombre justo y temeroso de Dios (Job 1:1; Job 1:8) y el más grande de todos los hombres del este (Job 1:3). Una serie de grandes calamidades que destruyeron sus posesiones, hijos y salud invirtieron, de repente, sus circunstancias (Job 1:13-22; Job 2:7-10). Job quedó desconcertado por completo, sin saber que estaba profundamente involucrado en un conflicto entre Dios y Satanás (Job 1:6-12; Job 2:1-6). Los tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, fueron a consolar a Job, pero en vez de eso terminaron debatiendo con él acerca de la razón por la cual habían ocurrido sus miserias. Ellos insistían en que como Dios es justo, los sufrimientos de Job debían de representar el castigo por pecados ocultos, y que su único recurso era el arrepentimiento. Job repudió sus respuestas preparadas, afirmó su inocencia y confesó su incapacidad para comprender (caps. Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40). Eliú presentó otra perspectiva, es decir, que los sufrimientos de Job comprendían el propósito redentor de Dios de purificar más a Job (caps. Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24).
Al fin, todos quedaron en silencio, inclusive Job, mientras Dios le hablaba a Job sobre su sabiduría y poder como Creador. Job reconoció su ignorancia e insignificancia con corazón arrepentido y humilde (caps. Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34). Cuando Job se arrepintió de contender con el Todopoderoso (Job 40:1-4; Job 40:8; Job 42:5-6) y oró por sus amigos que lo habían herido tanto (Job 42:8; Job 42:10), Dios lo libró de su prueba de fuego y le devolvió el doble de lo que había perdido (Job 42:10). Dios lo vindicó cuando declaró que Job había hablado de El alo recto» (Job 42:7). «Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero» (Job 42:12 ss). Aunque Dios nunca le dio a Job una comprensión filosófica de por qué él había sufrido, el lector sí recibe esa importante perspectiva en el prólogo.
Características especiales
Siete aspectos o énfasis principales caracterizan el libro de Job:
(1) Job, natural del norte de Arabia, fue un hombre justo y temeroso de Dios que no era israelita, pues vivió quizá antes de que existiera la familia del pacto de Israel (Job 1:1).
(2) Este libro es el más profundo que se haya escrito acerca del misterio del sufrimiento. Como poesía dramática, el drama del libro contiene expresiones patéticas conmovedoras y diálogos intelectuales estimulantes.
(3) Da a conocer una importante dinámica que opera en toda prueba de fuego de los santos: mientras Satanás procura destruir la fe de los santos, Dios obra para probarla y profundizarla. La firmeza de Job en su fe pura permitió que el propósito de Dios prevaleciera sobre la esperanza de Satanás (cf. Stg 5:11).
(4) Contribuye enormemente a toda la revelación bíblica sobre temas claves tales como Dios, la humanidad, la creación, Satanás, el pecado, la rectitud, el sufrimiento, la justicia, el arrepentimiento y la fe.
(5) Una buena parte del libro registra la evaluación teológica defectuosa del sufrimiento de Job hecha por sus amigos. Tal vez se repita con tanta frecuencia en este libro esa manera errónea de pensar porque refleja un error común que comete el pueblo de Dios y que necesita corrección.
(6) El papel de Satanás como «acusador» del justo (Apo 12:10) se demuestra en Job más que en ningún otro libro del AT. De las diecinueve referencias del AT a Satanás por nombre, catorce ocurren en Job.
(7) Job demuestra en forma dramática el principio bíblico de que los creyentes son transformados por revelación y no por información (Job 42:5-6).
Cumplimiento en el Nuevo Testamento
El Redentor a quien Job confiesa (Job 19:25-27), el Mediador a quien anhela (Job 9:32-33), y las respuestas a sus preguntas y necesidades más profundas hallan su cumplimiento en Jesucristo. Jesús se identificó completamente con el sufrimiento humano (cf. Heb 4:15-16; Heb 5:8) al ser enviado por Dios como Redentor, mediador, sabiduría, sanador, luz y vida. El Espíritu de la profecía en lo concerniente a la venida de Cristo se expresa con mayor claridad en Job 19:25-27. La mención explícita de Job ocurre dos veces en el NT:
(1) Como cita (Job 5:13 en 1Co 3:19), y
(2) como referencia a la firmeza de Job en la aflicción y el misericordioso resultado del trato de Dios con él (Stg 5:11). Job ilustra con claridad la verdad del NT de que cuando los creyentes experimentan persecución u otras pruebas duras de sufrimiento, deben permanecer firmes en la fe y seguir encomendándose a Aquel que juzga con justicia, así como Jesús cuando Él sufrió (cf. 1Pe 2:23). Job 1:6-22; Job 2:1-10 sigue siendo la mejor ilustración del adversario tal como se describe en 1Pe 5:8-9.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
1. Job, Varón Recto y Justo, Probado por la Adversidad.
L a historia del justo Job, probado por tantas adversidades, resulta inverosímil, y por eso el autor, para hacer frente a posibles objeciones, procura situarla en un lugar lejano, fuera del control fácil de sus lectores – allá hacia el misterioso “oriente” -, lo que, por otra parte, contribuía a rodear de misterio al personaje protagonista, por aquello de Tácito: “maior e longinquo reverenda,” y también para presentar a los exclusivistas judíos de su tiempo un dechado de virtud fuera de la órbita israelita. El libro de Job es revolucionario en su tesis y en sus apreciaciones, y ello se refleja en detalles como este de presentar al justo por excelencia desconectado de la tradición judaica. La doctrina del “universalismo” y las preocupaciones por los problemas personales, desconectados de la vinculación nacional hebraica, van tomando relieve en las especulaciones “sapienciales.” Los problemas humanos sustituyen a los clasistas y nacionales a medida que Israel se abre al contacto con otros pueblos.
Situación próspera y feliz de Job (1-5).
1 Había en tierra de Hus un varón llamado Job, hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Naciéronle siete hijos y tres hijas; 2y era su hacienda de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y siervos en gran número, siendo grande aquel varón entre todos los orientales. 3Acostumbraban sus hijos a tener banquetes en sus casas, cada uno en su día, invitando a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. 4 Cuando se completaba el ciclo de los días de convite, los convocaba para purificarlos; y levantándose de madrugada, ofrecía por ellos holocaustos, según el número de todos ellos, pues decía Job: 5 “No sea que hayan pecado mis hijos y hayan maldecido a Dios en su corazón.” Así hacía Job siempre.
Para establecer un contraste vivo entre la situación actual de prosperidad de Job y su familia con su próxima desventura, el autor sagrado carga la paleta, presentando a su protagonista como uno de los más ricos entre todos los orientales. Esto parecía responder a la bendición divina, que correspondía a su conducta intachable de hombre íntegro y recto, conforme a la tesis tradicional de la ecuación entre virtud y prosperidad material. Precisamente la nueva tesis del libro es que esta convicción comúnmente aceptada está contra la experiencia cotidiana, ya que Dios permite que muchas veces los más justos y ejemplares sufran las mayores calamidades, mientras que los impíos prosperan insolentemente en sus negocios, disfrutando de buena salud, de larga vida y de muchas riquezas. Ello prueba que no hay conexión necesaria entre la prosperidad y la virtud ni entre la desgracia y la impiedad.
La narración empieza dando el nombre del protagonista y su lugar de origen fuera de los límites de la Tierra Santa. El nombre Job (en heb. ‘iyób) encuentra su paralelo en el de Aiab, rey de Pella (TransJordania) de los textos de Tell Amarna l, y es de tipo semita occidental2. En Eze 14:14.20 aparece el justo Job, juntamente con Noé y Daniel, como modelos de rectitud que pueden “salvarse por su justicia” 3. Esto indica que en la tradición hebrea existía el recuerdo de un personaje modelo de virtud que podía parangonarse con los otros dos, famosos también por lo mismo. El autor del libro de Job, pues, utiliza el nombre de este justo, que flotaba en el ambiente tradicional, para presentarlo como protagonista del drama teológico que va a desplegar ante sus lectores.
Dechado de virtud bajo todos los aspectos, es presentado como íntegro en sus costumbres, recto en su proceder y apartado del mal, como consecuencia de vivir bajo el temor de Dios. Su patria, Hus, se halla enclavada en territorio de los “hijos de Oriente,” designación que en labios de un israelita cisjordano designa TransJordania o la zona esteparia poblada de nómadas al este del Jordán o del mar Muerto. En otros textos bíblicos se coloca esta región de Hus en la zona de Edom 4, la región de Seir de las cartas del Tell Amarna, es decir, la franja montañosa semiesteparia que se halla al este del Araba o depresión que se extiende del sur del mar Muerto al golfo de Elán5.
En recompensa a su virtud, Dios había otorgado al justo Job siete hijos y tres hijas. El número de hijos es el ideal de perfección, siete. Las hijas son menos, pues si hubiesen sido muchas, sería ello una señal de castigo de parte de Dios, según la mentalidad oriental. En 42:13 se dice que Dios le devolvió doblado el número de hijos, mientras de las hijas sólo le volvió a dar tres. La fecundidad familiar era una señal manifiesta de bendición divina en la tradición israelita6. A Job, pues, no le faltaba nada de lo que podía contribuir a su felicidad.
La hacienda del jeque oriental es fabulosa: 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 500 puntas de bueyes, 500 asnas y sierros sin número. Las cifras son hiperbólicas para resaltar la opulencia del que había sido bendecido por la Providencia en consonancia con su virtud intachable y fuera del común. Es el cumplimiento de la tesis tradicional de la ecuación entre la virtud y la abundancia de bienes temporales. La historia posterior del justo Job será el mentís sangriento a esta convicción comúnmente admitida en la sociedad israelita. El autor, pues, va preparando la dramatización de los hechos para crear crudos contrastes en un convencionalismo dialéctico que se continúa a través de la distribución literaria de toda la narración. Todos sus hijos y sus bienes los perderá el jeque intachable en un solo día, para impresionar más al lector tradicionalista.
La virtud de Job llegaba hasta preocuparse de las posibles faltas de sus hijos, que durante toda la semana se entregaban por turno a convites familiares, a los que asistían también sus hijas como invitadas. Cada hijo tenía su casa, mientras que las hijas vivían con el padre. Job no era sólo padre de familia, sino también – conforme al régimen patriarcal – era sacerdote, y, como tal, ofrecía diariamente sacrificios, holocaustos, a Dios en expiación de las posibles faltas de sus hijos. Estos, al amor del vino, es fácil que se olvidaran de los preceptos divinos, y por eso Job – en calidad de padre y sacerdote – les convoca para purificarlos (lit. en heb. “santificarlos”), es decir, someterlos a las purificaciones rituales para hacerlos entrar en relaciones normales con Dios7. No cabía más perfección en la conducta. El hagiógrafo destaca estos detalles para mostrar que las calamidades que le han de sobrevenir no las merecía bajo ningún concepto, ya que hasta en los más nimios detalles procuraba amolelarse a las exigencias de la santidad divina.
Consejo en la corte celestial (6-12).
6 Sucedió un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yahvé, y vino también entre ellos Satán. 7 Y dijo Yahvé a Satán: “¿De dónde vienes?” Respondió Satán: “De dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella.” 8 Y dijo Yahvé a Satán: “¿Has reparado en mi siervo Job, pues no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” 9 Pero respondió Satán a Yahvé diciendo: “¿Acaso teme Job a Dios en balde?” 10 ¿No le has rodeado de un vallado protector a él, a su casa y a todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos, y sus ganados se esparcen por el país, 11Pero extiende tu mano y tócale en lo suyo, (veremos) si no te maldice en tu rostro. 12 Entonces dijo Yahvé a Satán: “Mira, todo cuanto tiene lo dejo en tu mano, pero a él no le toques.” Y salió Satán de la presencia de Yahvé.
La preparación escénica continúa acentuándose, si bien sobrepasando las lindes de la verosimilitud. Una vez descrita la prosperidad desbordante del gran jeque oriental – confirmación de la tesis tradicional sobre la retribución de la virtud excepcional en esta vida -, el hagiógrafo finge un coloquio en la corte celestial al que asisten los hijos de Dios o ángeles – escolta de honor del Soberano del universo – y un misterioso personaje llamado Satán, que significa “enemigo,” y que por el contexto se deduce que es como el fiscal que tiene Dios para probar la virtud de los suyos. En Rev 22:19-22, el profeta Miqueas de Yemla presenta a Yahvé rodeado del ejército celestial, interrogando a sus ángeles sobre quién será el encargado de ir a inducir a Acab para que ataque a Ramot de Galaad. La escena es muy similar, pues aparece un “espíritu de mentira” que se ofrece para engañar al rey impío: “He visto a Yahvé sentado sobre su trono y rodeado de todo el ejército de los cielos, que estaba a su derecha y a su izquierda; y Yahvé decía: ¿Quién inducirá a Acab para que suba a Ramot de Galaad y perezca allí? Unos respondieron de un modo, y otros de otro; pero vino un espíritu a presentarse ante Yahvé y dijo: Yo le induciré. ¿Cómo? preguntó Yahvé. Y él respondió: Yo iré y seré espíritu de mentira en la boca de todos los profetas. Yahvé le dijo: Sí; tú lo inducirás, y saldrás con ello. Ve, pues, y haz así.” En ambos textos se trata de escenificaciones literarias que no han de tomarse al pie de la letra. En Zac 3:1-2 aparece Satán junto al ángel de Yahvé, dispuesto a acusar al sumo sacerdote Josué, que está en trance de ser purificado de sus pecados para inaugurar el sacerdocio digno en el templo reconstruido en Jerusalén.
En el texto que comentamos, Satán no es todavía abiertamente el “espíritu del mal,” enemigo del reino de Dios, el “diablo,” que trajo la muerte y el pecado al mundo 8. Aquí es el “adversario” jurídico, el “acusador” que tiene por finalidad aquilatar la virtud de los servidores de Dios, enviando calamidades para que renieguen de El. Este carácter de “adversario” de los derechos divinos se acentuará en la tradición israelita, terminando por ser el enemigo declarado de los intereses de Dios, el instigador al mal 9. Los hijos de Dios, al contrario, parecen ser seres angélicos que tienen por finalidad glorificar y acompañar a Dios, colaborando con El en el gobierno del mundo. En 38:7 aparecen en paralelo con las “estrellas de la mañana.” Según Sal 89:7, habitan en los cielos y constituyen el “ejército celeste” 10. Así, pues, se concibe a Dios como un rey oriental rodeado de una esplendorosa escolta de honor. Los LXX y el Targum traducen el término “hijos de Dios” por ángeles 11. Satán, en cambio, en el contexto es el instrumento de Dios para probar y enviar castigos a los hombres. Esta concepción teológica tiene su razón de ser en el deseo de salvaguardar la trascendencia divina, pues el Ser bueno por excelencia no debía tener contacto directo con los males que sufren los hombres, y así se crea un intermediario encargado de enviar calamidades a la humanidad para probarla.
La escenificación adquiere su punto álgido en el diálogo antropomórfico de Dios con Satán. Al llegar éste a la tertulia celeste, Dios le pregunta por sus andanzas sospechosas, ya que tiene por misión molestar a los demás. La respuesta de Satán está en conformidad con su misión exploratoria: ha dado una vuelta por la tierra y no ha notado nada especial; por eso, al dar cuenta a Dios – según costumbre – del cumplimiento de su misión específica, declara que no tiene nada especial que comunicar: ¡Sin novedad por el mundo! En Zac 1:11 se presenta a cuatro caballeros – instrumentos de la Providencia, que van de inspectores por los cuatro ángulos del globo – declarando a Dios que no hay novedad por el mundo, pues todo está en paz. Los hagiógrafos, como orientales, tienen preferencia por estas escenificaciones teológicas a base de diálogos entre múltiples personajes. Es un artificio literario para mantener en suspenso la atención del lector, que tiene también propensión a lo concreto y colorístico.
Dios se extraña de que Satán no haya reparado en su paseo explorador por la tierra en su siervo Job, dechado de virtud, del que se sentía justamente orgulloso: no lo hay como él en la tierra (v.8). Las alabanzas divinas coinciden literalmente con las del narrador: varón íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Irónicamente responde Satán, diciendo que esa virtud de su protegido Job es sospechosa, ya que le ha bendecido desmesuradamente, otorgándole riquezas de toda índole 12. Buena cuenta le tiene a Job ser temeroso de Dios, ya que es el precio de su rica hacienda. Con ello da a entender que Dios es un tanto ingenuo al sentirse orgulloso de la virtud de su protegido. Que cambien las cosas, y la experiencia dirá que Job no podrá soportar el infortunio, y entonces se desmoronará el edificio artificial de su virtud; terminará por maldecir el rostro del mismo Dios, ya que le ha retirado su protección (v.11). “Satán es escéptico sobre la virtud humana. Es un filósofo que no cree en la moral sin obligación y sanción.” 13 Job no teme de balde (v.10), pues sabe que su integridad religiosa es la condición para prosperar.
La respuesta de Satán era una petición implícita para poder probar la virtud del honorable jeque oriental. Si le permitiera Dios quitarle el vallado protector de su hacienda…, entonces sería el momento de probar los quilates de su virtud, que hasta ahora tiene poco de desinteresada. Dios accede a esta insinuación, permitiéndole que le toque en lo suyo (su hacienda), pero no metiéndose con su persona (v.12). Tiene, pues, poder para quitarle sus bienes, aunque por ahora no debe atentar contra su salud y persona.
La primera prueba de Job: la pérdida de sus bienes e hijos (13-19).
13 Y sucedió un día en que estaban sus hijos y sus hijas comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano primogénito, 14 que llegó un mensajero a Job y le dijo: “Estaban arando lo bueyes y pacían cerca de ellos las asnas, 15 y se echaron sobre ellos los sábeos y los tomaron hiriendo a los siervos a filo de la espada. Yo solo he podido escapar para darte la noticia.” 16 Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro, que dijo: “Ha caído del cielo fuego de Dios, que abrasó a las ovejas y a los mozos, consumiéndolos. Sólo he escapado yo para darte la noticia.” 17 Todavía estaba éste hablando, cuando vino otro, que dijo: “Los caldeos, divididos en tres tropeles, han dado sobre los camellos, apoderándose de ellos, y a los siervos los hirieron a filo de la espada. Yo solo he podido escapar para traerte la noticia.” 18 Mientras hablaba éste todavía, llegó otro, que dijo: “Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano, el primogénito, 19 y vino del otro lado del desierto un torbellino y conmovió las cuatro esquinas de la casa, que cayó sobre los jóvenes, y han muerto. Yo solo he escapado para darte la noticia.”
Una vez conseguido por Satán el permiso para probar a Job, no tardó en sentirse su siniestra actuación, pues al punto las mayores desgracias se abatieron sobre la familia del virtuoso jeque oriental: en un solo día perdió toda su hacienda y, sobre todo, lo que más quería, sus propios hijos. No cabía mayor tragedia. Los hechos se suceden con celeridad inverosímil y coniforme a un clisé literario estereotipado según el convencionalismo estructural del libro. Todo se desarrolla como en una pieza de teatro: las calamidades se suceden según el orden de gravedad, y sólo queda uno para contarlo. Primero sobreviene una inesperada razzia de los nómadas – los sábeos o moradores de la región de Sabá, cerca de Medina, al sur de la tierra de Hus, lindando con la Arabia meridional14 -, los cuales se apoderan del ganado mayor, matando a los siervos encargados de ellos. Sólo uno se salvó de la carnicería para transmitir la noticia del desastre. Cuando aún no ha terminado de hablar éste, sobreviene otro con la triste nueva de que en una tormenta ha perecido todo el ganado menor. También ahora se salva un criado para dar la noticia al amo. Apenas ha terminado de comunicar la nueva calamidad, cuando llega otro criado con otra infausta comunicación: los caldeos – los nómadas llamados kaldim de los textos cuneiformes, que se movían desde el golfo Pérsico por el desierto hasta los límites de Arabia 15, y que, por tanto, para los moradores de Hus procedían del este, mientras que los sábeos venían del sur – se han apoderado16 de los camellos, matando a los sierros encargados de guardarlos. Sólo uno se salvó para contarlo al dueño. Por fin, llega la más terrible noticia cuando aún éste tenía la palabra en la boca: un torbellino – el terrible simún del desierto – ha derribado la casa de su primogénito, en que estaban todos sus hijos de fiesta según el turno convenido, y les ha causado la muerte. Todas sus esperanzas familiares se han venido abajo después de haber perdido todos los bienes. Su situación es desesperada; la mano de Dios le ha tocado de modo inexplicable, pues no tiene conciencia de culpabilidad; sin embargo, su reacción está a la altura de su virtud reconocida.
Fidelidad de Job (20-22).
20 Levantóse entonces Job, rasgó sus vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose en tierra, adoró, 21 diciendo: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré allá. Yahvé lo dio, Yahvé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yahvé! 22 fui todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios insipiencia.
Lejos de dejarse llevar de la rabiosa desesperación, el primer acto del probado justo fue reconocer el dedo de la Providencia en todo, haciendo actos externos de duelo por la pérdida de los seres queridos. Conforme a las prácticas usuales de duelo, se rasgó las vestiduras (el manto, signo de honor, que llevaba sobre la túnica) l6 y rasuró su cabeza 17, prosternándose en tierra en signo de humillación y de adoración y acatamiento de los designios secretos de Dios respecto de su vida.
La resignación de Job es total y perfecta: ninguna protesta, sino aceptación total de la voluntad divina: Desnudo salí del vientre de mi madre… La frase juega con la doble maternidad, la que le dio la vida, y la tierra, que recibirá su cuerpo, también desnudo. Las sombras del seol estaban desnudas en la región de los muertos 18. La muerte es como un nacimiento al revés, ya que el difunto, aunque sobrevivía en la región subterránea del Seol, sin embargo, desprovisto de todo vigor, en un estado como de ectoplasma, llevaba una existencia que no merece el nombre de vida 19.
Job tiene conciencia de que ha venido a este mundo desprovisto de todo bien, y se resigna a volver a la tierra sin el acompañamiento de sus riquezas. Ni siquiera tendrá la satisfacción de unas honras fúnebres fastuosas, como era de esperar de su condición social. En realidad, nada tenía suyo, pues todo lo había recibido del Dios que bendecía su trabajo: Yahvé lo dio, Yahvé lo ha quitado. Esta frase, de profundo sentido religioso, tiene su aire de fatalismo oriental, de resignación ante lo irremediable. Es inútil, pues, toda protesta. Siguiendo sus hábitos de acendrada virtud, prorrumpe en una solemne bendición del nombre de Yahvé. La expresión tiene un sabor litúrgico, y aparece en Sal 113:2, resultando extraña en labios del jeque oriental, que, por no ser judío, no conocía el nombre de Yahvé; pero el autor lo hace deslizar inesperadamente en la narración. El hagiógrafo resalta que Job, en medio de su amargura, no lanzó ninguna queja ni impertinencia contra Dios, que le había enviado tales calamidades. Por ello sobrellevó la prueba sin pecar en lo más mínimo, con lo que queda desmentida la hipótesis de Satán de que su virtud era un puro cálculo de mercader: Job es virtuoso en la prosperidad y en la adversidad; los hechos lo prueban. Ha terminado el primer acto del drama: la virtud ha salido triunfante de la prueba; pero la experiencia del rectísimo Job muestra que la tesis tradicional de la ecuación entre el pecado y la adversidad es falsa; el hombre puede sufrir calamidades sin ser culpable ante Dios.
1 Véase-,Thureau-Dangin. “Rev. d’Assyriologie” (1922) p.92. – 2 Cf. P. Dhorme, Le livre de Job (París 1926) p.2. – 3 Según no pocos autores, el “Daniel” de Eze 14:14.20 es el “Danel” de los textos de Ras Shamra-Ugarit. Véase J. Steinmann, Le livre de Job (París 1955) p.?9. – 4 Cf. Gen 36:28; Lam 4:21. – 5 Véase Abel, Géographie de la Palestine I p.284. – 6 Cf. Sam 2:5; Rut 4:15. – 7 El TM lee “bendecir” en lugar de maldecir, que pide el contexto; pero es el conocido cambio de palabras para que no aparezca el término “maldecir” junto al nombre divino. Cf. Job 1:11; Job 2:5.9; Sam 3:13. – 8 Cf. Sab 2:24. – 9 Cf. Par 21:1. – 10 Rev 22:193. – 11 Sobre el sentido de la expresión “hijos de Dios” en Gen 6:1-4 véase Biblia comentada 5 I ρ. 126-128. Tomás, ante los problemas que plantea la presencia de Satán en la corte divina, comenta: “Hoc symbolice… et sub aenigmate proponitur, secundum consuetudinemS.Scripturae, quae res spírituales sub figuris rerum corporalium describit.” Es un modo de ] decir que se trata de una dramatización literaria sin realidad efectiva. – 12 Cf. Gen 1:22.28; Gen 27:27-28; Gen 49:22-26. – 13 J. Steinmann, o.c., p.84. – 14Cf. RB (1910) p.196. – 15 Cf. ibid, p.525. Estos caldeos eran de raza aramea. – 16 Sobre este rito cf. Job 2:12; Gen 38:34; Jos 7:6; Esd 9:3-5; Est 4:1; Me 14:63. Véase M. J. Lagrange, études sur les religions sémitiques p.320s. Tito Livio (I 13) menciona este rito de duelo entre las sabinas. César rasgó su manto al pasar el Rubicón (Suetonio, Div, M. 33). – 17 También el rito de rasurarse la cabeza como señal de duelo es corriente en la antigüedad. Cf. Jer 7:29; Miq 1:16. En los Anales de Sargón (Miq 1:204) se dice que Merodac Bala-dán II “se echó en tierra, rasgó sus vestidos y tomó la rasuradura.” En la Ilíada (XXIII 45S) se dice que Aquiles juró rasurarse el cabello en señal de duelo por su amigo Patroclo. En los trágicos griegos, Príamo aparecía siempre con la cabeza rasurada por sus muchos duelos. Véase M. J. Lagrange, o.c., p.322; P. Dhorme, o.c., p.n. – 18 Istar, al descender a la región de los muertos, tiene que quitarse su vestido (P. Dhorme, Choix des textes religieux assyro-babyloniens p.326-341). Sobre la “madre tierra” véase M. J. Lagrange, Les mystéres: l’Orphisme (París 1937) P-I38. El hombre está formado del polvo de la tierra; luego ésta es su madre y a ella hemos de volver (Gen 3:19). Cf. Sal 139” 13.15; RB (1920) p.468; Eco 40:1. Suetonio (Div. luí. 7): “térra quae omnium parens ha-beretur.” Virgilio llama a la tierra “omniparens.” La frase de Job encuentra paralelo en Ecl 5:14*. “Como desnudo salió del seno de su madre, desnudo se tornará, yéndose como vino, y nada podrá tomar de sus fatigas.” Cf. 1Ti 6:7. – 19 Véase nuestro artículo La vida de ultratumba según la mentalidad popular de los antiguos hebreos: “Salmanticensis” (1954) I p.343-364.
Fuente: Biblia Comentada
El libro de Job
TítuloComo con otros libros de la Biblia, Job lleva el nombre del personaje primordial de la narración. Este nombre pudo haber sido derivado de la palabra hebrea para «persecución», y por esta razón significa «el perseguido», o de una palabra árabe que quiere decir «arrepentirse», y por esta razón significar «el arrepentido». El escritor relata una época en la vida de Job. Los escritores del Nuevo Testamento citaron de manera directa a Job en dos ocasiones (Rom 11:35; 1Co 3:19), además Eze 14:14; Eze 14:20 y Stg 5:11 muestran que Job fue una persona real.
Autor y fecha
El libro no nombra a su autor. Job es un candidato poco probable porque el mensaje del libro descansa en la ignorancia de Job de los acontecimientos que ocurrieron en el cielo con relación a su situación. Una tradición talmúdica sugiere a Moisés como el autor debido a que la tierra de Uz (Job 1:1) era adyacente a Madián donde Moisés vivió durante cuarenta años, y él pudo haber obtenido un registro de la historia ahí. Salomón también es una buena posibilidad debido a la semejanza en contenido con partes del libro de Eclesiastés, como también el hecho de que Salomón escribió los otros libros de sabiduría (a excepción de Salmos, y fue el autor de los Sal 72:1-20 y Sal 127:1-5). Aunque vivió mucho tiempo después de Job, Salomón pudo haber escrito de acontecimientos que ocurrieron mucho tiempo antes de él, de la misma manera en la que Moisés fue inspirado para escribir acerca de Adán y Eva. Eliú, Isaías, Ezequías, Jeremías y Esdras también han sido sugeridos como posibles autores, pero sin apoyo.
La fecha de la escritura del libro puede ser mucho después de los acontecimientos registrados en él. Esta conclusión está basada en:1) la edad de Job (Job 42:16); 2) su período de vida de casi doscientos años (Job 42:16) el cual encaja con el período patriarcal (Abraham vivió ciento setenta y cinco años, Gén 25:7); 3) la familia patriarcal como la unidad social; 4) los caldeos que asesinaron a los siervos de Job (Job 1:17) eran nómadas y aún no se habían vuelto moradores de ciudades; 5) la riqueza de Job siendo medida en ganado en lugar de oro y plata (Job 1:3; Job 42:12); 6) las funciones sacerdotales de Job dentro de su familia (Job 1:4-5); y 7) un silencio básico en asuntos tales como el pacto de Abraham, Israel, el éxodo y la ley de Moisés. Los acontecimientos de la odisea de Job parecen ser patriarcales. Job, por otro lado, parecía saber de Adán (Job 31:33) y el diluvio noéico (Job 12:15). Estas características culturales / históricas halladas en el libro parecen colocar los acontecimientos cronológicamente en un tiempo probablemente después de Babel (Gén 11:1-9) pero antes o contemporáneo con Abraham (Gén 11:27 ss).
Contexto histórico
Este libro comienza con una escena en el cielo que le explica todo al lector (Job 1:6-22; Job 2:1-10). Job estaba sufriendo debido a que Dios estaba en competencia con Satanás. Job nunca supo eso, ni alguno de sus amigos, y por esta razón todos lucharon por explicar el sufrimiento desde la perspectiva de su ignorancia, hasta que finalmente Job descansó en nada más que fe en la bondad de Dios y la esperanza de su redención. El hecho de que Dios defendió la confianza de Job es el mensaje de culminación del libro. Cuando no hay explicaciones racionales y ni siquiera teológicas para el desastre y el dolor, confía en Dios.
Temas históricos y teológicos
La ocasión y acontecimientos que siguen los sufrimientos de Job presentan preguntas significativas para la fe de los creyentes de todas las edades. ¿Por qué sirve Job a Dios? Job es reconocido por su justicia, siendo comparado con Noé y Daniel (Eze 14:14-20), y por su perseverancia espiritual (Stg 5:11). A lo largo de la prueba de Job se hace referencia a varias otras preguntas, p. ej.: «¿Por qué sufren los justos?» Aunque una respuesta a esa pregunta pareciera ser importante, el libro no presenta tal respuesta. Job nunca conoció las razones por las que sufrió y tampoco sus amigos. El justo que sufre no parece saber nada de los debates de la corte celestial que se llevan a cabo entre Dios y Satanás que dieron lugar a su dolor. De hecho, cuando fue finalmente confrontado por el Señor del universo, Job colocó su mano sobre su boca y no dijo nada. La respuesta silenciosa de Job de ninguna manera trivializó el intenso dolor y la pérdida que él había sufrido. Solo enfatizó la importancia de confiar en los propósitos de Dios en medio del sufrimiento porque el sufrimiento, como cualquier otra de las experiencias humanas, es dirigido por sabiduría divina perfecta. Finalmente, la lección aprendida fue que quizás uno nunca pueda conocer la razón específica de su sufrimiento; pero uno debe de confiar en el Dios soberano. Esa es la verdadera respuesta al sufrimiento.
El libro trata dos temas principales y muchos otros menores, tanto en el esquema narrativo del prólogo (caps. Job 1:1-22; Job 2:1-13) y el epílogo (Job 42:7-17), como en el relato poético del tormento de Job que se encuentra entre estos dos polos (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40; Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24; Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-6). Una clave para entender el primer tema del libro es notar el debate entre Dios y Satanás en el cielo y como se relaciona con los tres ciclos de debates terrenales entre Job y sus amigos. Dios quería probar la virtud de los creyentes a Satanás y a todos los demonios, ángeles y personas. Las acusaciones son llevadas a cabo por Satanás, quien cuestionó las declaraciones de Dios acerca de la justicia de Job como algo que no había sido probado, y por lo tanto cuestionable. Satanás acusó a los justos por ser fieles a Dios solo por lo que podían recibir. Debido a que Job no sirvió a Dios con motivos puros, de acuerdo a Satanás, la relación entera entre él y Dios era una farsa. La confianza de Satanás de que él podría volver a Job en contra de Dios vino, sin duda alguna, del hecho de que Satanás había guiado a los ángeles santos en rebelión con él (vea nota sobre Apo 12:3-4). Satanás pensó que podía destruir la fe de Job en Dios al traer sufrimiento sobre él, y de esta manera mostrar en principio que la fe salvadora podría ser sacudida. Dios permitió a Satanás probar su teoría si podía, pero este ultimo fracasó, ya que la verdadera fe en Dios mostró ser inquebrantable. Aun la esposa de Job le dijo que maldijera a Dios (Job 2:9), pero él se rehusó; su fe en Dios nunca fracasó (vea Job 13:15). Satanás trató de hacer lo mismo con Pedro (vea Luc 22:31-34) y no tuvo éxito en destruir la fe de Pedro (vea Jua 21:15-19). Cuando Satanás ha desatado todo lo que puede hacer para destruir la fe salvadora, esta permanece firme (cp. Rom 8:31-39). Finalmente, Dios probó a Satanás que la fe salvadora no puede ser destruida independientemente del número de problemas que sufra un santo, o de lo incomprensible e inmerecido que parezca.
Un segundo tema relacionado con el primero tiene que ver con probar la identidad de Dios a los hombres. ¿Sugiere este tipo de situación, en la que Dios y su oponente Satanás están cara a cara, y usando al justo Job como el caso de prueba, que Dios carece de compasión y misericordia para con Job? En absoluto. Como Santiago dice: «Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo» (Stg 5:11). Fue para probar exactamente lo opuesto (Job 42:10-17). Job dice: «¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?» (Job 2:10). El siervo de Dios no niega que ha sufrido. Él niega que su sufrimiento sea resultado del pecado. Ni tampoco entiende por qué sufre. Job simplemente encomienda su prueba con un corazón devoto de adoración y humildad (Job 42:5-6) a un Creador soberano y perfectamente sabio, y eso fue lo que Dios quiso que él aprendiera en este conflicto con Satanás. En el final, Dios inundó a Job con muchas más bendiciones de lo que él jamás había conocido.
La principal realidad del libro es el misterio inescrutable del sufrimiento inocente. Dios ordena que sus hijos caminen en tristeza y dolor, algunas veces debido a pecado (cp. Núm 12:10-12), algunas veces para disciplinar (cp. Heb 12:5-12), algunas veces para fortalecer (cp. 2Co 12:7-10; 1Pe 5:10), y algunas veces para dar oportunidad para revelar su consuelo y gracia (2Co 1:3-7). Pero hay ocasiones en las que la razón del sufrimiento de los santos no se conoce porque es por un propósito celestial que aquellos que están en la tierra no pueden discernir (cp. Éxo 4:11; Jua 9:1-3).
Job y sus amigos querían analizar el sufrimiento y buscar causas y soluciones. Usando toda su teología sana y entendimiento en la situación, buscaron respuestas, pero solo encontraron ideas inservibles y equivocadas, por las cuales Dios los reprendió al final (Job 42:7). No pudieron conocer la razón por la que Job sufrió debido a que lo que sucedió en el cielo entre Dios y Satanás les era desconocido. Pensaron que conocían todas las respuestas, pero solo intensificaron el dilema por su ignorancia insistente.
Al observar algunos de los elementos de este gran tema, podemos ver las siguientes verdades en la experiencia de Job:
1) Hay asuntos que se están llevando a cabo en el cielo con Dios acerca de los cuales los creyentes no tienen idea; sin embargo, afectan la vida de ellos.
2) Aun el mejor esfuerzo por explicar los problemas de la vida puede ser inútil.
3) El pueblo de Dios sufre. Cosas malas suceden todo el tiempo a buenas personas, por esta razón uno no puede juzgar la espiritualidad de una persona por sus circunstancias dolorosas o por sus éxitos.
4) Aunque Dios parece estar lejos, la perseverancia en la fe es una virtud sumamente noble debido a que Dios es bueno y uno puede dejar con seguridad su vida en manos de Él.
5) El creyente en medio del sufrimiento no debe abandonar a Dios, sino acercarse a Él, de tal manera que a partir de la comunión puede venir el consuelo, sin la explicación; y
6) El sufrimiento puede ser intenso, pero finalmente terminará para el justo y Dios lo bendecirá abundantemente.
Retos de interpretación
El reto de interpretación más crítico tiene que ver con el mensaje primordial del libro. Aunque frecuentemente se piensa que es el asunto primordial del libro, la pregunta de por qué Job sufre nunca es revelada a Job, aunque el lector sabe que tiene que ver con que Dios está mostrándole algo a Satanás, un asunto que completamente trasciende la capacidad de Job de entender. El comentario de Santiago en el caso de Job (Job 5:11) llega a la conclusión de que era para mostrar la compasión y misericordia de Dios, pero sin disculparse, no ofrece explicación del sufrimiento específico de Job. Los lectores se encuentran a sí mismos, colocando sus manos llenas de dilemas sobre sus bocas, sin derecho alguno de cuestionar o acusar al Creador sabio y Todopoderoso, que hará como le place, y al hacer esto, por un lado demuestra sus propósitos en la esfera espiritual a ángeles y demonios y por otro lado define su compasión y misericordia. Meterse en la «teodicia», esto es, el intento del hombre por defender la relación de Dios con la calamidad y el sufrimiento, se muestra como apropiado en estas circunstancias, aunque en el fin, es aparente que Dios no necesita ni quiere un abogado humano. El libro de Job incisivamente ilustra Deu 29:29: «Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios».
La naturaleza de la culpabilidad y la inocencia de Job da lugar a preguntas que nos dejan perplejos. Dios declaró que Job era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Pero los consoladores de Job hicieron una pregunta crítica basada en el sufrimiento de él: ¿No había pecado Job? En varias ocasiones Job prontamente admitió haber pecado (Job 7:21; Job 13:26). Pero Job cuestionó hasta qué punto había pecado comparado con la severidad de su sufrimiento. Dios al final reprendió a Job por sus demandas de ser justificado de las acusaciones de los consoladores (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34). Pero Él también declaró que lo que Job dijo era correcto y lo que los consoladores dijeron estaba mal (Job 42:7).
Otro reto viene al mantener separado los preentendimientos que Job y sus consoladores trajeron al sufrimiento de Job. En el principio, todos estaban de acuerdo en que Dios castiga el mal, recompensa la obediencia y no es posible que haya excepciones a la regla. Job debido a su sufrimiento inocente, fue forzado a concluir que son posibles las excepciones ya que los justos también sufren. Él también observó que los impíos prosperan. Estas son más que pequeñas excepciones a la regla, de esta manera forzando a Job a volver a pensar en su entendimiento simple de la interacción soberana de Dios con su pueblo. El tipo de sabiduría que Job llega a adoptar no dependía meramente de la promesa de recompensa o castigo. Las disputas largas e impertinentes entre Job y sus acusadores fueron intentos por reconciliar las desigualdades percibidas de la retribución de Dios en las experiencias de Job. Tal método empírico es peligroso. Finalmente, Dios no le ofreció explicación a Job, sino que más bien llamó a todas las partes a un nivel más profundo de confianza en el Creador, quien gobierna por encima de un mundo confundido por el pecado con poder y autoridad dirigido por sabiduría y misericordia perfectas. Vea las notas sobre Sal 73:1-28 .
Entender este libro requiere 1) entender la naturaleza de la sabiduría, particularmente la diferencia entre la sabiduría del hombre y la de Dios, y 2) admitir que Job y sus amigos carecían de la sabiduría divina para interpretar las circunstancias de Job con precisión, aunque sus amigos seguían tratando mientras que Job aprendía a estar satisfecho en la soberanía y misericordia de Dios. El punto de cambio de dirección o resolución para este asunto se encuentra en Job 28:1-28 donde la identidad de la sabiduría divina es explicada: la sabiduría divina es única y con un valor inestimable; el hombre no puede esperar comprarla; y Dios la posee en su totalidad. Quizá no sepamos qué está sucediendo en el cielo o cuáles son los propósitos de Dios, pero debemos confiar en Él. Debido a esto, el asunto de los creyentes sufriendo toma un lugar secundario al lado del asunto de la sabiduría divina.
Bosquejo
I) El dilema (Job 1:1-22; Job 2:1-13)
A) Introducción a Job (Job 1:1-5)
B) Debates divinos con Satanás (Job 1:6-22; Job 2:1-10)
C) Llegada de amigos (Job 2:11-13)
II) Los debates (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34; Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40; Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24)
A) El primer ciclo (Job 3:1-26; Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 8:1-22; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 11:1-20; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
1. El primer discurso de Job expresa desesperanza (Job 3:1-26)
2. El primer discurso de Elifaz amablemente protesta e insta a la humildad y al arrepentimiento (Job 4:1-21; Job 5:1-27)
3. La respuesta de Job a Elifaz expresa angustia y cuestiona las pruebas, pidiendo compasión en su dolor (Job 6:1-30; Job 7:1-21)
4. El primer discurso de Bildad acusa a Job de impugnar a Dios (Job 8:1-22)
5. La respuesta de Job a Bildad admite que no es perfecto, pero puede protestar contra lo que parece injusto (Job 9:1-35; Job 10:1-22)
6. El primer discurso de Zofar le dice a Job que arregle su relación con Dios (Job 11:1-20)
7. La respuesta de Job a Zofar le dice a sus amigos que están mal, que solo Dios sabe y que tiene la esperanza de que hable con él (Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22)
B) El segundo ciclo (Job 15:1-35; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 18:1-21; Job 19:1-29; Job 20:1-29; Job 21:1-34)
1. El segundo discurso de Elifaz acusa a Job de presunción y de menospreciar la sabiduría de los antiguos (Job 15:1-35)
2. La respuesta de Job a Elifaz apela a Dios en contra de sus acusadores injustos (Job 16:1-22; Job 17:1-16)
3. El segundo discurso de Bildad le dice a Job que está sufriendo exactamente lo que merece (Job 18:1-21)
4. La respuesta de Job a Bildad clama a Dios por compasión (Job 19:1-29)
5. El segundo discurso de Zofar acusa a Job de rechazar a Dios al cuestionar su justicia (Job 20:1-29)
6. La respuesta de Job a Zofar dice que está fuera de la realidad (Job 21:1-34)
C) El tercer ciclo (Job 22:1-30; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 25:1-6; Job 26:1-14)
1. El tercer discurso de Elifaz denuncia la crítica por parte de Job de la justicia de Dios (Job 22:1-30)
2. La respuesta de Job a Elifaz es que Dios sabe que él está libre de culpa, y sin embargo en su providencia y propósito refinador Él permite éxito temporal para los impíos (Job 23:1-17; Job 24:1-25)
3. El tercer discurso de Bildad se burla de la apelación directa de Job a Dios (Job 25:1-6)
4. La respuesta de Job a Bildad de que Dios es de hecho perfectamente sabio y absolutamente soberano, pero no simplista como pensaban ellos (Job 26:1-14)
D) La defensa final de Job (Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
1. El primer monólogo de Job afirma su justicia y que el hombre no puede descubrir la sabiduría de Dios (Job 27:1-23; Job 28:1-28)
2. El segundo monólogo de Job recuerda su pasado, describe su presente, defiende su inocencia, y pide que Dios lo defienda (Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40)
E) Los discursos de Eliú (Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24)
1. Eliú entra en el debate para salir del punto muerto (Job 32:1-22)
2. Eliú acusa a Job de presunción al criticar a Dios, no reconociendo que Él puede tener un propósito amoroso aun al permitir que Job sufra (Job 33:1-33)
3. Eliú declara que Job ha atacado la integridad de Dios al decir que no sirve de nada vivir una vida piadosa (Job 34:1-37)
4. Eliú alienta a Job a esperar pacientemente en el Señor (Job 35:1-16)
5. Eliú cree que Dios está disciplinando a Job (Job 36:1-21)
6. Eliú discute que los observadores humanos difícilmente pueden esperar entender adecuadamente los tratos de Dios al administrar justicia y misericordia (Job 36:22-33; Job 37:1-24)
III) La liberación (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34; Job 42:1-17)
A) Dios interroga a Job (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24; Job 41:1-34)
1. La primera respuesta de Dios a Job (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-2)
2. La respuesta de Job a Dios (Job 40:3-5)
3. La segunda respuesta de Dios a Job (Job 40:6-24; Job 41:1-34)
B) Job confiesa, adora y es vindicado (Job 42:1-17)
1. Job emite juicio de sí mismo (Job 42:1-6)
2. Dios reprende a Elifaz, Bildad y Zofar (Job 42:7-9)
3. Dios restaura la familia, riqueza y larga vida de Job (Job 42:10-17)
ANEXOS
Bosquejo biográfico de Job |
1. Un hombre espiritualmente maduro (Job 1:1; Job 1:8; Job 2:3) 2. Padre de muchos hijos (Job 1:2; Job 42:13) 3. Dueño de muchos rebaños (Job 1:3; Job 42:12) 4. Un hombre rico e influyente (Job 1:3 b) 5. Un sacerdote para su familia (Job 1:5) 6. Un marido amoroso y sabio (Job 2:9) 7. Un hombre importante en los asuntos comunitarios (Job 29:7-11) 8. Un hombre benevolente (Job 29:12-17; Job 31:32) 9. Un líder sabio (Job 29:21-24) 10. Agricultor (Job 31:38-40) |
El guión
– | Referencias |
1. Job | Job 3:1-26; Job 6:1-30; Job 7:1-21; Job 9:1-35; Job 10:1-22; Job 12:1-25; Job 13:1-28; Job 14:1-22; Job 16:1-22; Job 17:1-16; Job 19:1-29; Job 21:1-34; Job 23:1-17; Job 24:1-25; Job 26:1-14; Job 27:1-23; Job 28:1-28; Job 29:1-25; Job 30:1-31; Job 31:1-40; Job 40:3-5; Job 42:1-6 |
2. Elifaz | Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 15:1-35; Job 22:1-30 |
3. Bildad | Job 8:1-22; Job 18:1-21; Job 25:1-6 |
4. Zofar | Job 11:1-20; Job 20:1-29 |
5. Eliú | Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24 |
6. Dios | Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-2; Job 40:6-24; Job 41:1-34 |
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La muerte en vida de Job |
1. Sarna maligna desde la cabeza hasta los pies (Job 2:7; Job 2:13; Job 30:17) 2. Irritación / comezón severa (Job 2:7-8) 3. Mucho dolor (Job 2:13) 4. Perdió el apetito (Job 3:24; Job 6:6-7) 5. Incomodidad agonizante (Job 3:24) 6. Insomnio (Job 7:4) 7. Carne infestada de gusanos y polvo (Job 7:5) 8. Sarna drenando continuamente (Job 7:5) 9. Alucinaciones (Job 7:14) 10. Piel desgastándose (Job 13:28) 11. Piel arrugada y consumida (Job 16:8; Job 17:7; Job 19:20) 12. Mal aliento severo (Job 19:17) 13. Perdió los dientes (Job 19:20) 14. Dolor continuo (Job 30:17) 15. La piel se le ennegreció (Job 30:30) 16. Fiebre intensa (Job 30:30) 17. 17. Drástica pérdida de peso (Job 33:21) |
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
[[Nota del Editor: Esta sección originalmente forma parte de LA ETAPA PATRIARCAL (Gén 12:1-20—50; Job)]]
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V. Job (Job 1:1-22 — Job 42:1-17).
Introducción:
1. Este es uno de los libros más antiguos de la Biblia.
Nótese:
a. Sus alusiones a hechos históricos muy antiguos; por ejemplo: las pirámides (Job 3:14), las ciudades de la llanura (Job 15:28), y el diluvio (Job 22:16).
b. La misión de la historia de Israel. No se hace ninguna referencia a la ley, el éxodo, el cruce del mar Rojo, Canaán, ni a ninguno de los reyes de Israel.
2. Job fue un personaje histórico, mencionado más tarde por Ezequiel (Eze 14:14; Eze 14:20) y Santiago (Stg 5:11).
3. La versión griega del Antiguo Testamento, llamada la Septuaginta, identifica a Job con Jobab, el segundo rey de Edom (Gén 36:33).
4. La tierra de Uz puede ser ubicada en la zona del noreste del mar de Galilea, que va hacia el río Éufrates. (Véanse Gén 36:28; Lam 4:21.)
5. La enfermedad de Job bien pudo ser la lepra, complicada con elefantiasis, una de las enfermedades más nauseabundas y dolorosas que se conocían en el mundo de entonces.
6. Los sufrimientos de Job son intensificados por tres falsos amigos, una esposa amargada y un joven impetuoso.
a. Elifaz, quien basa su consejo en experiencia personal. (Véanse Job 4:8, Job 4:12-16; Job 5:3, Job 5:27; Job 15:17.) Elifaz era un descendiente de Esaú. (Véase Gén 36:11.)
b. Bildad, que basa su consejo en la tradición. (Véanse Job 8:8-10; Job 18:5-20.) Bildad era un descendiente de Abraham y Cetura. (Véase Gén 25:2.)
c. Zofar, que basa su consejo en puro dogmatismo. (Véanse Job 11:6; Job 20:4.) Zofar era de la tierra de Naamah.
d. Eliú, quien parece basar su consejo sólo sobre la juventud. (Véase Job 32:6-10.) Eliú era un descendiente de Nacor, el hermano de Abraham. (Véase Gén 22:20-21.)
e. La esposa de Job, quien basa su consejo en pura incredulidad. (Véase Job 2:9.)
7. Las declaraciones de los diferentes «amigos» de Job no se pueden usar con propósitos doctrinales, porque son frecuentemente erróneas.
a. Dios les reprende por no decir la verdad acerca de él (Job 42:7).
b. También estaban equivocados en llamar a Job hipócrita. (Véanse Job 8:12; Job 15:34; Job 20:5; Job 34:30.) Dios, por el contrario, no ha encontrado falta en él (Job 1:8; Job 2:3).
8. El libro de Job es un comentario extenso sobre Luc 22:31-32 y Heb 12:7-11.
9. Las siguientes opiniones han sido expresadas en relación con el libro de Job:
a. Víctor Hugo: «El libro de Job es quizá la más grande obra maestra de la mente humana.»
Thomas Caryle: «Considero a este libro … una de las más grandes obras que jamás se haya escrito. Creo que no hay nada escrito de igual mérito literario.»
b. Alfred, Lord Tennyson: «Es el más grande de los poemas, tanto de la literatura antigua como de la moderna.»
A. Las terribles pruebas de Job (Job 1:1-22 — Job 2:1-13).
1. La naturaleza de sus pruebas.
a. Primera prueba: los sabeos le roban sus bueyes y asnas y matan a los criados que trabajaban la tierra.
b. Segunda prueba: sus ovejas y pastores son consumidos por fuego.
c. Tercera prueba: unos escuadrones de caldeos incursionan en el territorio, le roban los camellos y matan a los criados.
d. Cuarta prueba: sus hijos perecen a consecuencia de un fuerte vendaval que abate la casa donde se encontraban.
e. Quinta prueba: Job mismo cae víctima de una terrible enfermedad en su piel.
2. La razón de estas pruebas.
Dios y Satanás mantienen una conversación en los cielos relacionada con Job. El diablo, con desprecio, acusa a Job de que sólo sirve a Dios por dos beneficios que recibe:
a. Porque Dios le ha dado mucha riqueza.
b. Porque Dios le ha dado a su siervo buena salud. Satanás argumenta que, si él pudiera quitarle estas dos cosas, Job maldeciría a Dios en su cara. A fin de callar al diablo, Dios le da permiso para que le quite a Job su riqueza y su salud. Debemos hacer notar aquí que Satanás no puede tentar al creyente sin el permiso específico de Dios.
B. La esposa quejosa (Job 2:9-10).
«Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.»
C. Los amigos volubles (Job 4:1-21 — Job 37:1-24).
Se ha señalado que sus amigos fueron para condolerse con él, pero que lo que hicieron fue sermonearle. Estos tres «amigos» de Job le predicaron al afligido patriarca ocho sermones completos, todos con tres puntos y un poema. Elifaz predicó tres de ellos (Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 15:1-35; Job 22:1-30); Bildad otros tres (caps. Job 8:1-22; Job 18:1-21; Job 25:1-6); Zofar, quizá el menos elocuente, pronunció sólo dos (Job 11:1-20; Job 20:1-29). Sin embargo, apenas había terminado aquel tedioso trío, cuando empezó «un joven predicador« llamado Eliú que se lanza a un discurso de seis capítulos (Job 32:1-22 — Job 37:1-24). ¡Quizá no ha habido nunca una conferencia bíblica con tantos predicadores predicando a una concurrencia tan escasa y que la congregación lo disfrutara menos!
Damos a continuación un breve resumen de los discursos de estos hombres y de las respuestas de Job.
Los discursos de Elifaz (caps. Job 4:1-21, Job 5:1-27, Job 15:1-35, Job 22:1-30).
Véase Gén 36:10.
1. Afirmó que Job sufría a causa de sus pecados. «Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos? Como yo he visto, los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan» (Job 4:7-8).
«Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti» (Job 15:6).
El entonces acusa a Job de lo siguiente:
a. Que había engañado a los pobres (Job 22:6).
b. Que había retenido el pan a los hambrientos (Job 22:7).
c. Que había maltratado a las viudas y a los huérfanos (Job 22:9).
d. Que hablaba mucho y vanamente (Job 15:2).
2. Basaba sus conclusiones en la experiencia personal. (Véanse Job 4:8, Job 12:1-25—16; Job 5:3, Job 5:27; Job 15:17.)
3. Relata sus visiones nocturnas de «fantasmas» (Job 4:12-17).
4. Insta a Job a que se arrepienta y se vuelva a Dios (Job 22:21-28). «Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción» (Job 22:23).
Los discursos de Bildad (caps. Job 8:1-22; Job 18:1-21; Job 25:1-6).
5. Afirma que Job sufría a causa de sus pecados. «He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni apoya la mano de los malignos» (Job 8:20).
6. Basa sus conclusiones en la tradición. «Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas, y disponte para inquirir a los padres de ellas» (Job 8:8) (Véase también Job 8:9-10.)
7. Apremia a Job para que se arrepienta y se vuelva a Dios. «Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; y fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará prosperar la morada de tu justicia» (Job 8:5-6).
Los discursos de Zofar (Job 11:4-5).
8. Declaró que Job sufría a causa de sus pecados. «Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos. Mas, ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo, y te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece» (Job 11:4-6).
«¿No sabes esto, que así fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, que la alegría de los malos es breve, y el gozo del impío por un momento?» (Job 20:4-5). ‘
9. Basa sus conclusiones en simple dogmatismo. (Véanse Job 11:6; Job 20:4.)
10.Exhorta a Job a que se arrepienta y se vuelva a Dios. «Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos; si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás» (Job 11:13-15).
El discurso de Elihú (Job 32:1-22 — Job 37:1-24)
11. El espera por algún tiempo antes de pronunciar su discurso a causa de su juventud (Job 32:4-7).
12. Sin embargo, una vez que ha empezado se siente tan capaz y calificado para arreglar a Job como se sintieron los otros tres. En realidad, llega a sugerir que él es a quien anda buscando Job. «Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; de barro fui yo también formado» (Job 33:6).
13. Eliú se muestra enojado con los cuatro. Con Job a causa de que se justificaba a sí mismo, y con los tres amigos porque «no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job» (Job 32:2-3).
14. Acusa a Job tanto de hablar neciamente (Job 34:35-37; Job 36:16) como de falsa justicia (Job 35:2).
15. Exhorta a Job a que considere la gloria y la grandeza de Dios (Job 37:14-24).
D. La defensa y los diálogos de Job.
El afligido patriarca responde a sus acusadores mediante nueve discursos separados.
Primero: capítulo Job 3:1-26;
segundo: capítulos Job 6:1-30 — Job 7:1-21;
tercero: capítulos Job 9:1-35 — Job 10:1-22;
cuarto: capítulos Job 12:1-25 — Job 14:1-22;
quinto: capítulos Job 16:1-22 — Job 17:1-16;
sexto: capítulo Job 19:1-29;
séptimo: capítulo Job 21:1-34;
octavo: capítulos Job 23:1-17 — Job 24:1-25;
noveno: capítulos Job 26:1-14 — Job 31:1-40.
Job discute, mediante estos nueve discursos, catorce diferentes tópicos, y son:
1. Soy justo y, por tanto, no sufro a causa de mis pecados (Job 27:6; Job 31:1-30). «Mi justicia tengo asida, y no la cederé; no me reprochará mi corazón en todos mis días» (Job 27:6).
2. En el pasado llevé a cabo muchas obras buenas (Job 29:12-17; Job 30:25).
3. ¡Oh, aquellos días buenos ya pasados cuando gozaba de salud, riqueza y respeto! (Job 29:1-11, Job 20:1-29 — Job 25:1-6).
4. Pero ahora estoy siendo injustamente castigado por Dios (Job 9:16-17, Job 9:30-33; Job 13:26-27; Job 10:2; Job 10:7-8; Job 19:6-11; Job 30:20-21).
5. Mis tres supuestamente amigos son consoladores molestos (Job 12:2; Job 13:4; Job 16:2; Job 19:3).
6. Si ellos estuvieran en mi lugar, yo los ayudaría y no los acusaría injustamente (Job 16:4-5).
7. Incluso mis vecinos, asociados y criados se han vuelto contra mí (Job 19:13-22; Job 30:1; Job 30:9-10).
8. Quisiera encontrar las respuestas para todo esto (Job 28:12-28).
9. Quisiera encontrar a Dios (Job 23:8-9).
10. Mi carne está vestida de gusanos (Job 7:5; Job 30:17-18; Job 30:30).
11. Quisiera no haber nacido (Job 3:3-11; Job 3:16; Job 10:18).
12. Desearía estar muerto (Job 6:8-9; Job 7:15-16).
13. No tengo esperanza (Job 10:20-22).
14. A pesar de todo, confío en Dios (Job 13:15; Job 16:19; Job 23:10).
E. Su glorioso Dios (Job 38:1-41 — Job 41:1-34)
De repente, de entre el torbellino, sale la poderosa voz de Dios. El triste y hosco Job es entonces sometido por Dios a un cuestionario de sesenta preguntas. Veamos la primera serie de preguntas que Dios le hace (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24).
1. Job 38:4 : «¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia?»
2. Job 38:18 : «¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.»
3. Job 38:19 : «¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?»
4. Job 38:24 : «Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el viento solano sobre la tierra?»
5. Job 38:28 : «¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?»
6. Job 40:2 : «¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.»
Job responde (Job 40:4-5): «He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar.»
Segunda serie de preguntas de Dios (Job 40:6-24; Job 41:1-34).
7. Job 40:15 : «He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; hierba come como buey.»
8. Job 41:1 : «¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?» Nota: estas dos criaturas bien pudieran ser una referencia a dinosaurios terrestres y marinos.
Job contesta (Job 42:1-5):
«Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.»
F. Sus generosas bendiciones (Job 42:7-17).
Job había sido sometido a cinco temibles pruebas y había participado en cinco dolorosos debates, pero ahora recibe de la mano de Dios abundantes bendiciones.
1. Le es permitido ver la gloria de Dios.
2. Se ve a sí mismo como Dios le ve. (Esto es siempre una bendición.)
3. Job es reivindicado por Dios ante sus tres críticos amigos.
4. Descubre el gozo de orar por aquellos tres amigos.
5. Su salud es completamente restaurada.
6. Es confortado por sus hermanos y hermana.
7. Le es dado el doble de riqueza de lo que antes tenía.
8. Le son dados siete hijos más y tres hijas más.
9. Vive para ver y gozar a sus nietos y biznietos.
10. Llega a vivir 140 años más, doble que el número de años que normalmente vivía un hombre. (Véase Sal 90:10.)
DECLARACIONES CLÁSICAS QUE ENCONTRAMOS EN JOB
1. «Que prende a los sabios en la astucia de ellos…» (Job 5:13). Citado por Pablo en 1Co 3:19.
2. «He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso» (Job 5:17). Citado en Heb 12:5-6.
3. «No hay entre vosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos» (Job 9:33). La palabra árbitro se refiere a un mediador. En el Nuevo Testamento, por supuesto, todo esto cambiaría. Véase 1Ti 2:5.
4. «El hombre nacido de mujer, corto de días y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece» (Job 14:1-2).
5. «Abrieron contra mí su boca, hirieron mis mejillas con afrenta; contra mí se juntaron todos. Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo caer» (Job 16:10-11).
Estas palabras las encontramos repetidas, parafraseadas, en los Sal 22:13; Sal 35:21, en referencia a los sufrimientos de Cristo en la cruz.
6. «Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas» (Job 16:19).
7. «Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro» (Job 23:10).
8. «El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada» (Job 26:7).
«¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!» (Job 23:3). El problema se resolvió mediante la encamación de Cristo. Véase Jua 1:18; Jua 1:45.
9. «¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?» (Job 25:4). Problema que se resolvió mediante la muerte de Cristo. Véanse Rom 4:24-25; Rom 5:1.
10. «Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?» (Job 14:14). Problema resuelto por medio de la resurrección de Cristo.
11. «Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios» (Job 19:25-26).
ALGUNAS RAZONES DEL SUFRIMIENTO DE JOB
1. Para acallar a Satanás (Job 1:9-11; Job 2:4-5).
2. Para que Job pudiera ver a Dios (Job 42:5).
3. Para que Job pudiera verse a sí mismo (Job 40:4; Job 42:6).
4. Para que los amigos de Job pudieran aprender a no juzgar (Job 42:7).
5. Para que Job pudiera aprender a orar por sus críticos, en vez de censurarlos (Job 42:10).
Para demostrar que, con el tiempo, todos los planes de Dios para los Suyos tienen un final feliz.
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
[[Nota del Editor: Esta sección originalmente forma parte de LA ETAPA PATRIARCAL (Gén 12:1-20—50; Job)]]
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V. Job (Job 1:1-22 — Job 42:1-17).
Introducción:
1. Este es uno de los libros más antiguos de la Biblia.
Nótese:
a. Sus alusiones a hechos históricos muy antiguos; por ejemplo: las pirámides (Job 3:14), las ciudades de la llanura (Job 15:28), y el diluvio (Job 22:16).
b. La misión de la historia de Israel. No se hace ninguna referencia a la ley, el éxodo, el cruce del mar Rojo, Canaán, ni a ninguno de los reyes de Israel.
2. Job fue un personaje histórico, mencionado más tarde por Ezequiel (Eze 14:14; Eze 14:20) y Santiago (Stg 5:11).
3. La versión griega del Antiguo Testamento, llamada la Septuaginta, identifica a Job con Jobab, el segundo rey de Edom (Gén 36:33).
4. La tierra de Uz puede ser ubicada en la zona del noreste del mar de Galilea, que va hacia el río Éufrates. (Véanse Gén 36:28; Lam 4:21.)
5. La enfermedad de Job bien pudo ser la lepra, complicada con elefantiasis, una de las enfermedades más nauseabundas y dolorosas que se conocían en el mundo de entonces.
6. Los sufrimientos de Job son intensificados por tres falsos amigos, una esposa amargada y un joven impetuoso.
a. Elifaz, quien basa su consejo en experiencia personal. (Véanse Job 4:8, Job 4:12-16; Job 5:3, Job 5:27; Job 15:17.) Elifaz era un descendiente de Esaú. (Véase Gén 36:11.)
b. Bildad, que basa su consejo en la tradición. (Véanse Job 8:8-10; Job 18:5-20.) Bildad era un descendiente de Abraham y Cetura. (Véase Gén 25:2.)
c. Zofar, que basa su consejo en puro dogmatismo. (Véanse Job 11:6; Job 20:4.) Zofar era de la tierra de Naamah.
d. Eliú, quien parece basar su consejo sólo sobre la juventud. (Véase Job 32:6-10.) Eliú era un descendiente de Nacor, el hermano de Abraham. (Véase Gén 22:20-21.)
e. La esposa de Job, quien basa su consejo en pura incredulidad. (Véase Job 2:9.)
7. Las declaraciones de los diferentes «amigos» de Job no se pueden usar con propósitos doctrinales, porque son frecuentemente erróneas.
a. Dios les reprende por no decir la verdad acerca de él (Job 42:7).
b. También estaban equivocados en llamar a Job hipócrita. (Véanse Job 8:12; Job 15:34; Job 20:5; Job 34:30.) Dios, por el contrario, no ha encontrado falta en él (Job 1:8; Job 2:3).
8. El libro de Job es un comentario extenso sobre Luc 22:31-32 y Heb 12:7-11.
9. Las siguientes opiniones han sido expresadas en relación con el libro de Job:
a. Víctor Hugo: «El libro de Job es quizá la más grande obra maestra de la mente humana.»
Thomas Caryle: «Considero a este libro … una de las más grandes obras que jamás se haya escrito. Creo que no hay nada escrito de igual mérito literario.»
b. Alfred, Lord Tennyson: «Es el más grande de los poemas, tanto de la literatura antigua como de la moderna.»
A. Las terribles pruebas de Job (Job 1:1-22 — Job 2:1-13).
1. La naturaleza de sus pruebas.
a. Primera prueba: los sabeos le roban sus bueyes y asnas y matan a los criados que trabajaban la tierra.
b. Segunda prueba: sus ovejas y pastores son consumidos por fuego.
c. Tercera prueba: unos escuadrones de caldeos incursionan en el territorio, le roban los camellos y matan a los criados.
d. Cuarta prueba: sus hijos perecen a consecuencia de un fuerte vendaval que abate la casa donde se encontraban.
e. Quinta prueba: Job mismo cae víctima de una terrible enfermedad en su piel.
2. La razón de estas pruebas.
Dios y Satanás mantienen una conversación en los cielos relacionada con Job. El diablo, con desprecio, acusa a Job de que sólo sirve a Dios por dos beneficios que recibe:
a. Porque Dios le ha dado mucha riqueza.
b. Porque Dios le ha dado a su siervo buena salud. Satanás argumenta que, si él pudiera quitarle estas dos cosas, Job maldeciría a Dios en su cara. A fin de callar al diablo, Dios le da permiso para que le quite a Job su riqueza y su salud. Debemos hacer notar aquí que Satanás no puede tentar al creyente sin el permiso específico de Dios.
B. La esposa quejosa (Job 2:9-10).
«Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.»
C. Los amigos volubles (Job 4:1-21 — Job 37:1-24).
Se ha señalado que sus amigos fueron para condolerse con él, pero que lo que hicieron fue sermonearle. Estos tres «amigos» de Job le predicaron al afligido patriarca ocho sermones completos, todos con tres puntos y un poema. Elifaz predicó tres de ellos (Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 15:1-35; Job 22:1-30); Bildad otros tres (caps. Job 8:1-22; Job 18:1-21; Job 25:1-6); Zofar, quizá el menos elocuente, pronunció sólo dos (Job 11:1-20; Job 20:1-29). Sin embargo, apenas había terminado aquel tedioso trío, cuando empezó «un joven predicador« llamado Eliú que se lanza a un discurso de seis capítulos (Job 32:1-22 — Job 37:1-24). ¡Quizá no ha habido nunca una conferencia bíblica con tantos predicadores predicando a una concurrencia tan escasa y que la congregación lo disfrutara menos!
Damos a continuación un breve resumen de los discursos de estos hombres y de las respuestas de Job.
Los discursos de Elifaz (caps. Job 4:1-21, Job 5:1-27, Job 15:1-35, Job 22:1-30).
Véase Gén 36:10.
1. Afirmó que Job sufría a causa de sus pecados. «Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos? Como yo he visto, los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan» (Job 4:7-8).
«Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti» (Job 15:6).
El entonces acusa a Job de lo siguiente:
a. Que había engañado a los pobres (Job 22:6).
b. Que había retenido el pan a los hambrientos (Job 22:7).
c. Que había maltratado a las viudas y a los huérfanos (Job 22:9).
d. Que hablaba mucho y vanamente (Job 15:2).
2. Basaba sus conclusiones en la experiencia personal. (Véanse Job 4:8, Job 12:1-25—16; Job 5:3, Job 5:27; Job 15:17.)
3. Relata sus visiones nocturnas de «fantasmas» (Job 4:12-17).
4. Insta a Job a que se arrepienta y se vuelva a Dios (Job 22:21-28). «Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción» (Job 22:23).
Los discursos de Bildad (caps. Job 8:1-22; Job 18:1-21; Job 25:1-6).
5. Afirma que Job sufría a causa de sus pecados. «He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni apoya la mano de los malignos» (Job 8:20).
6. Basa sus conclusiones en la tradición. «Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas, y disponte para inquirir a los padres de ellas» (Job 8:8) (Véase también Job 8:9-10.)
7. Apremia a Job para que se arrepienta y se vuelva a Dios. «Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; y fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará prosperar la morada de tu justicia» (Job 8:5-6).
Los discursos de Zofar (Job 11:4-5).
8. Declaró que Job sufría a causa de sus pecados. «Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos. Mas, ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo, y te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece» (Job 11:4-6).
«¿No sabes esto, que así fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, que la alegría de los malos es breve, y el gozo del impío por un momento?» (Job 20:4-5). ‘
9. Basa sus conclusiones en simple dogmatismo. (Véanse Job 11:6; Job 20:4.)
10.Exhorta a Job a que se arrepienta y se vuelva a Dios. «Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos; si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás» (Job 11:13-15).
El discurso de Elihú (Job 32:1-22 — Job 37:1-24)
11. El espera por algún tiempo antes de pronunciar su discurso a causa de su juventud (Job 32:4-7).
12. Sin embargo, una vez que ha empezado se siente tan capaz y calificado para arreglar a Job como se sintieron los otros tres. En realidad, llega a sugerir que él es a quien anda buscando Job. «Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; de barro fui yo también formado» (Job 33:6).
13. Eliú se muestra enojado con los cuatro. Con Job a causa de que se justificaba a sí mismo, y con los tres amigos porque «no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job» (Job 32:2-3).
14. Acusa a Job tanto de hablar neciamente (Job 34:35-37; Job 36:16) como de falsa justicia (Job 35:2).
15. Exhorta a Job a que considere la gloria y la grandeza de Dios (Job 37:14-24).
D. La defensa y los diálogos de Job.
El afligido patriarca responde a sus acusadores mediante nueve discursos separados.
Primero: capítulo Job 3:1-26;
segundo: capítulos Job 6:1-30 — Job 7:1-21;
tercero: capítulos Job 9:1-35 — Job 10:1-22;
cuarto: capítulos Job 12:1-25 — Job 14:1-22;
quinto: capítulos Job 16:1-22 — Job 17:1-16;
sexto: capítulo Job 19:1-29;
séptimo: capítulo Job 21:1-34;
octavo: capítulos Job 23:1-17 — Job 24:1-25;
noveno: capítulos Job 26:1-14 — Job 31:1-40.
Job discute, mediante estos nueve discursos, catorce diferentes tópicos, y son:
1. Soy justo y, por tanto, no sufro a causa de mis pecados (Job 27:6; Job 31:1-30). «Mi justicia tengo asida, y no la cederé; no me reprochará mi corazón en todos mis días» (Job 27:6).
2. En el pasado llevé a cabo muchas obras buenas (Job 29:12-17; Job 30:25).
3. ¡Oh, aquellos días buenos ya pasados cuando gozaba de salud, riqueza y respeto! (Job 29:1-11, Job 20:1-29 — Job 25:1-6).
4. Pero ahora estoy siendo injustamente castigado por Dios (Job 9:16-17, Job 9:30-33; Job 13:26-27; Job 10:2; Job 10:7-8; Job 19:6-11; Job 30:20-21).
5. Mis tres supuestamente amigos son consoladores molestos (Job 12:2; Job 13:4; Job 16:2; Job 19:3).
6. Si ellos estuvieran en mi lugar, yo los ayudaría y no los acusaría injustamente (Job 16:4-5).
7. Incluso mis vecinos, asociados y criados se han vuelto contra mí (Job 19:13-22; Job 30:1; Job 30:9-10).
8. Quisiera encontrar las respuestas para todo esto (Job 28:12-28).
9. Quisiera encontrar a Dios (Job 23:8-9).
10. Mi carne está vestida de gusanos (Job 7:5; Job 30:17-18; Job 30:30).
11. Quisiera no haber nacido (Job 3:3-11; Job 3:16; Job 10:18).
12. Desearía estar muerto (Job 6:8-9; Job 7:15-16).
13. No tengo esperanza (Job 10:20-22).
14. A pesar de todo, confío en Dios (Job 13:15; Job 16:19; Job 23:10).
E. Su glorioso Dios (Job 38:1-41 — Job 41:1-34)
De repente, de entre el torbellino, sale la poderosa voz de Dios. El triste y hosco Job es entonces sometido por Dios a un cuestionario de sesenta preguntas. Veamos la primera serie de preguntas que Dios le hace (Job 38:1-41; Job 39:1-30; Job 40:1-24).
1. Job 38:4 : «¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia?»
2. Job 38:18 : «¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.»
3. Job 38:19 : «¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?»
4. Job 38:24 : «Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el viento solano sobre la tierra?»
5. Job 38:28 : «¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?»
6. Job 40:2 : «¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.»
Job responde (Job 40:4-5): «He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar.»
Segunda serie de preguntas de Dios (Job 40:6-24; Job 41:1-34).
7. Job 40:15 : «He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; hierba come como buey.»
8. Job 41:1 : «¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?» Nota: estas dos criaturas bien pudieran ser una referencia a dinosaurios terrestres y marinos.
Job contesta (Job 42:1-5):
«Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.»
F. Sus generosas bendiciones (Job 42:7-17).
Job había sido sometido a cinco temibles pruebas y había participado en cinco dolorosos debates, pero ahora recibe de la mano de Dios abundantes bendiciones.
1. Le es permitido ver la gloria de Dios.
2. Se ve a sí mismo como Dios le ve. (Esto es siempre una bendición.)
3. Job es reivindicado por Dios ante sus tres críticos amigos.
4. Descubre el gozo de orar por aquellos tres amigos.
5. Su salud es completamente restaurada.
6. Es confortado por sus hermanos y hermana.
7. Le es dado el doble de riqueza de lo que antes tenía.
8. Le son dados siete hijos más y tres hijas más.
9. Vive para ver y gozar a sus nietos y biznietos.
10. Llega a vivir 140 años más, doble que el número de años que normalmente vivía un hombre. (Véase Sal 90:10.)
DECLARACIONES CLÁSICAS QUE ENCONTRAMOS EN JOB
1. «Que prende a los sabios en la astucia de ellos…» (Job 5:13). Citado por Pablo en 1Co 3:19.
2. «He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso» (Job 5:17). Citado en Heb 12:5-6.
3. «No hay entre vosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos» (Job 9:33). La palabra árbitro se refiere a un mediador. En el Nuevo Testamento, por supuesto, todo esto cambiaría. Véase 1Ti 2:5.
4. «El hombre nacido de mujer, corto de días y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece» (Job 14:1-2).
5. «Abrieron contra mí su boca, hirieron mis mejillas con afrenta; contra mí se juntaron todos. Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo caer» (Job 16:10-11).
Estas palabras las encontramos repetidas, parafraseadas, en los Sal 22:13; Sal 35:21, en referencia a los sufrimientos de Cristo en la cruz.
6. «Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas» (Job 16:19).
7. «Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro» (Job 23:10).
8. «El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada» (Job 26:7).
«¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!» (Job 23:3). El problema se resolvió mediante la encamación de Cristo. Véase Jua 1:18; Jua 1:45.
9. «¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?» (Job 25:4). Problema que se resolvió mediante la muerte de Cristo. Véanse Rom 4:24-25; Rom 5:1.
10. «Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?» (Job 14:14). Problema resuelto por medio de la resurrección de Cristo.
11. «Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios» (Job 19:25-26).
ALGUNAS RAZONES DEL SUFRIMIENTO DE JOB
1. Para acallar a Satanás (Job 1:9-11; Job 2:4-5).
2. Para que Job pudiera ver a Dios (Job 42:5).
3. Para que Job pudiera verse a sí mismo (Job 40:4; Job 42:6).
4. Para que los amigos de Job pudieran aprender a no juzgar (Job 42:7).
5. Para que Job pudiera aprender a orar por sus críticos, en vez de censurarlos (Job 42:10).
Para demostrar que, con el tiempo, todos los planes de Dios para los Suyos tienen un final feliz.
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
La tercera colección del Antiguo Testamento, tras la Ley y los Profetas (Anteriores y Posteriores), tiene en la Biblia hebrea la denominación genérica de Escritos (en hebreo Ketubim) y está integrada por doce títulos, correspondientes a trece libros, pues Crónicas se desdobla en dos. Tal como la recogemos, la lista comprende: Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar, Eclesiastés, Lamentaciones y Ester (estos últimos cinco libros son conocidos como los “cinco rollos” o Meguillot), Daniel, Esdras, Nehemías y 1-2 Crónicas.
Sin embargo, mientras que Ley y Profetas han mantenido siempre el mismo orden, la clasificación de los Escritos ha sufrido alternativas. Por un lado, la versión griega de los LXX (y la Vulgata con ella) coloca a Rut tras Jueces y a Lamentaciones tras Jeremías, sitúa a Crónicas, Esdras-Nehemías y Ester tras Reyes, coloca juntos los libros salomónicos — Proverbios, Eclesiastés y Cantar — entre Salmos y Job y, finalmente, sitúa a Daniel tras Ezequiel al final de los Profetas. Por otro lado, algunas fuentes judías, como el Talmud, intentan un orden supuestamente cronológico: comienzan con Rut — contextuado en la época de Jueces y rematado con la genealogía de David — , siguen con Salmos, atribuidos a David, y con los escritos relacionados con Salomón: Job (que algunos pretenden remontar a la época de la reina de Sabá, por la mención de Job 1:15), y la denominada “colección salomónica”, formada por Proverbios, Eclesiastés y Cantar; prosiguen con Lamentaciones, atribuido a Jeremías, con Daniel ambientado en tiempos del exilio, y culminan con Ester, Esdras-Nehemías y Crónicas, ambientados en la época persa. Estos tres últimos títulos constituyen un caso excepcional y particularmente llamativo, pues Crónicas es colocado frecuentemente al final, siendo así que Esdras y Nehemías aparecen claramente como la continuación cronológica de 2Cr 36:1-23. Es más que probable que esta ubicación conclusiva tuviera que ver con un intento de correspondencia entre los libros primero (Génesis) y último (Crónicas) del Antiguo Testamento.
Finalmente, hay que resaltar que, si bien la colección de los Escritos cierra lo que se ha denominado el canon hebreo de la Biblia, tanto la traducción griega de los LXX, que añade nuevos libros hebreos y griegos, como la utilización cristiana de los escritos judíos, ofrecerán nuevas y variadas alternativas a las tres colecciones judías de Ley, Profetas y Escritos, dando nuevos nombres — Pentateuco, Libros Históricos y Libros Proféticos — a las antiguas colecciones y distribuyendo parte de los Escritos entre estos nuevos bloques e incorporando los más novedosos en una nueva colección denominada “Libros didácticos o Sapienciales”.
1. La entrada en el Canon
No es fácil determinar cuándo quedó definitivamente cerrada la colección de los Escritos, tal como ahora la conocemos. Hacia el 132 a. C. el traductor del Eclesiástico al griego, presentado en el Prólogo como nieto del autor, Jesús Ben Sira, cita la colección en su actual denominación, aunque sin más referencias a su contenido, convirtiéndose así en el primer testimonio de la división tripartita de la Biblia hebrea y de los títulos de cada colección. Sin embargo, la denominación de los Escritos sufre variaciones, pues también se habla, junto a los escritos de Moisés (la Ley) y de los Profetas, de los escritos de David, de David y Salomón, o simplemente de los Salmos. Y así es como se citan en el NT: “Moisés, los profetas y los Salmos” (Luc 24:44).
En relación con la extensión de esta tercera colección, parece que hubo fluctuaciones desde finales del s. II a. C. hasta finales del I d. C. Sabemos que entre la comunidad de Qumrán se conocía la mayoría de los libros de los Escritos, ya que se han encontrado fragmentos de todos ellos, excepto de Ester. Posiblemente entre las dos rebeliones judías de los años 70 y 135 d. C. se fijaron los criterios de aceptación de los libros canónicos. Acotando un poco más sabemos que entre los años 90 y 105 d. C. la asamblea de Yabné o Yamnia cerró las dudas sobre el carácter inspirado de Cantar y Eclesiastés. Finalmente un pasaje del Talmud (Baba Batra 14b-15a), fechado a finales del siglo II, recoge claramente todos los libros de la Biblia hebrea en su actual extensión.
2. Géneros literarios de los Escritos
En las anteriores colecciones de la Ley y los Profetas encontrábamos una serie de géneros literarios que, además de ser dominantes en cada una de ellas (material legislativo y narrativo en la Torá; relatos en Profetas anteriores y material profético en Profetas posteriores), daban cohesión a la colección respectiva. Por el contrario, en la colección de los Escritos no podemos hablar ni de género o géneros dominantes, y mucho menos de cohesión u homogeneidad. En cuanto a su identificación, en Escritos encontramos desarrollos o nuevas formas de géneros ya conocidos en las colecciones anteriores, como la historiografía de Crónicas, Esdras y Nehemías, o los relatos breves y ejemplarizantes de Daniel, Rut y Ester.
Con todo, lo que más llama la atención es la presencia notable de dos géneros hasta ahora casi desconocidos o excepcionalmente presentes, como son la lírica y los escritos sapienciales.
Aunque las colecciones anteriores incluían ocasionalmente himnos, lamentaciones y súplicas (estas dos últimas formas, más extendidas en los libros proféticos), Salmos, Cantar y Lamentaciones constituyen los más logrados exponentes de la lírica sagrada, en sus respectivas variantes de lírica religiosa, amorosa y luctuosa.
Tampoco era desconocida la preocupación sapiencial, bien como dichos aislados, bien como propósito de unidades más amplias, como la Historia de José (Gén 37:1-36 — Gén 50:1-26) o la historia de la Sucesión (2Sa 9:1-13 — 2Sa 20:1-26; 1Re 1:1-53 — 1Re 2:1-46). Sin embargo, la literatura específicamente sapiencial aparece en Proverbios, Job, Eclesiastés y algunos salmos. Estos libros conforman un primer corpus con precisos perfiles literarios y temáticos, a los que más tarde se unirán los deuterocanónicos Eclesiástico y Sabiduría.
JOB
INTRODUCCIÓN
1. Características generales y autoría
El libro de Job permite que cualquier lector mínimamente atento descubra la existencia de más de una mano en su proceso de redacción. En efecto, en el libro de Job conviven prosa (prólogo y epílogo) y poesía (resto de la obra), y resaltan a cada paso ciertas tensiones narrativas y de contenido. A pesar de estos desajustes, propios de una obra que refleja la presencia de más de una tradición narrativa y poética, existió sin duda una personalidad anónima, poeta excepcional y soberbio teólogo, que dotó al libro de Job de una calidad literaria que lo convierte sin discusión en una de las cumbres de la literatura universal.
El intento de precisar el período de composición obliga al estudioso a barajar varios datos: el abundante léxico arameo; la ambientación patriarcal del prólogo y del epílogo; la presencia de figuras como Satán o los dioses de la asamblea de Job 1:6 y Job 2:1; y la teología del libro en general. Con estos datos en la mano, los expertos han ofrecido soluciones diversas. Sin embargo, la mayor parte de los críticos coloca la composición del libro en el período postexílico, época que conoció el florecimiento de la lengua aramea y que explicaría la presencia de Satán en la épica narrativa (período persa). Por otra parte, el mencionado trasfondo patriarcal de la obra, unido a la antiquísima teología reflejada en la mítica asamblea de los dioses, impulsó en décadas pasadas a ciertos expertos a postular un origen más primitivo para el libro. Claro que estos últimos datos sólo obligan a presuponer la existencia de una antiquísima épica de Job, que de hecho puede constatarse en especímenes afines de la literatura de Babilonia (hay un ejemplar sumerio que se remonta al año 2000 a. C.) y de Egipto. De hecho, el aspecto de la obra que más puede ayudarnos a localizar su redacción en el tiempo es su teología, en concreto la exposición hipercrítica de la doctrina de la retribución. Este dato presupone la superación de la culpabilidad ética colectiva en favor de la responsabilidad individual. Y una vez más tendríamos que fijar la mirada en el período postexílico. Toda esta mezcla de aspectos (trasfondo patriarcal, elementos de una mitología arcaica, presencia de Satán, léxico arameo, visión crítica de la retribución), de los que algunos se pierden en la noche de los tiempos, constituyen un indicio de que el libro de Job ha incorporado elementos de diverso origen y distintas épocas. En consecuencia, actualmente se tiende a hablar de los siglos VI-III a. C. como amplio período dentro del cual ha podido ser redactado el libro. Precisando un poco más, podríamos aventurarnos a decir que los evidentes puntos de contacto del libro de Job con el Eclesiastés (finales del siglo III a. C.) sitúan la redacción final de Job algunas décadas antes.
2. Características literarias y estructura del libro
El texto hebreo del libro de Job presenta, en algunas de sus partes, tal cantidad de dificultades que su reconstrucción resulta altamente hipotética. Sin embargo, a pesar de su oscuridad en ciertos puntos y de ofrecer un estilo poético de alta densidad, dicho texto sigue siendo la fuente más fiable para el estudio de la obra.
Una de las primeras impresiones que impactan al lector de esta obra es la evidente tensión entre prosa y poesía. Si prescindimos del cuerpo poético, el relato en prosa de prólogo y epílogo podría constituir en sí una entidad relativamente coherente (a excepción de la disposición negativa de Yahvé respecto a los tres amigos de Job en Job 42:7-9, que presupone las intervenciones de estos en la parte poética). En tal caso, nos encontraríamos en presencia de un antiguo relato popular utilizado por algún teólogo hebreo postexílico para transmitir sus ideas sobre la retribución. Sin embargo, este aislamiento de prólogo y epílogo no podría añadir nada nuevo desde el punto de vista teológico, pues quedaría anclado en la visión tradicional de la retribución.
Por otra parte, al lector le asalta con frecuencia la impresión (errónea, por otra parte) de que el diálogo poético carece de coherencia argumentativa, dado que algunas de las intervenciones de los tres amigos de Job parecen pasar por alto los argumentos esgrimidos previamente por este. Sin embargo, hemos de pensar que la retórica oriental tiene unas características peculiares, que no se corresponden con los hábitos retóricos de Occidente. El narrador o el poeta oriental no aborda un problema linealmente, conforme a los patrones retóricos greco-latinos, sino que arranca su discurso con la presentación conjunta de todos los temas, y, utilizando una especie de raciocinio cíclico, va saltando inarmónicamente de una cuestión a otra, tratando así de dar sensación de profundidad.
Es evidente que el poeta que dio forma final al libro de Job conocía a la perfección todos los recursos estilísticos de la poesía hebrea, desde el paralelismo en todos sus aspectos, los juegos de palabras, dobles sentidos y analogías, hasta el recurso a ciertas polivalencias de las metáforas animales, vegetales y medioambientales, que él trabaja y reelabora de forma magistral. Todo ello hace del libro de Job una obra única. Sin embargo, como ha quedado dicho, la densidad de las formulaciones poéticas hace de esta obra una de las más difíciles de traducir de todo el AT.
Por lo que respecta a la estructura de la obra, convendrá antes de nada que nos centremos en algunos aspectos llamativos. Ya hemos hablado de la distribución entre prosa (cps. Job 1:1-22 — Job 2:1-13; Job 42:7-17) y poesía (Job 3:1 — Job 42:6), elementos importantes para intentar diseñar la arquitectura del libro. En primer lugar, y centrándonos sólo en la prosa, el relato popular primitivo podría acabar sin duda en Job 2:10. En efecto, Satán ha maltratado inútilmente a Job, que en ningún momento se ha rebelado contra su Dios. El Señor tenía razón, y ha ganado la apuesta de Satán: Job no ha maldecido a Dios. Pero ya que la obra pretende hacer una revisión crítica de la doctrina tradicional de la retribución, y para ello hace falta un diálogo, había que introducir a otros personajes, en este caso los tres amigos del protagonista principal: Elifaz, Bildad y Sofar (Job 2:11-13). Si paramos mientes en el diálogo poético, este podría acabar en Job 31:40. Pero he aquí que el lector se siente sorprendido por la intervención de otro personaje desconocido hasta el momento, un tal Elihú (cps. Job 32:1-22 — Job 37:1-24). Se trata, sin duda, de un personaje introducido tardíamente en la obra (ver la correspondiente nota en el texto), a quien ni Job ni después el Señor prestan atención. Y desde luego sorprende la intervención del Señor en los cps. Job 38:1-41 — Job 41:9-34. Pero la presencia del Dios hebreo es exigida desde el punto de vista retórico, ya que su justa preocupación por el ser humano ha sido puesta en tela de juicio por Job, con blasfema crudeza, a lo largo de la obra. Finalmente sorprende la presencia del cp. Job 28:1-28, dado que interrumpe la última intervención de Job. Tal vez este capítulo fue elaborado en una de las últimas etapas de redacción del libro, pues su contenido parece querer dar la respuesta teológica correcta a la problemática expuesta en la obra. El problema está en la situación que ocupa: ¿tiene alguna razón para interrumpir el discurso de Job, o quizás su colocación se deba a circunstancias fortuitas de la recopilación?
Ante todo este cúmulo de dificultades textuales, no resulta fácil ensayar una propuesta de estructura coherente. Habremos de limitarnos a decir que el libro de Job se compone, en líneas generales, de tres partes, que se hacen eco de las partes elementales que integran habitualmente una narración o un cuento popular, a saber: planteamiento del problema (el Señor somete a Job a una situación crítica); complicación o nudo de la narración (Job y el Señor se retan mutuamente); y desenlace (el Señor reconoce públicamente la honradez de Job); este último tiene lugar cuando el protagonista retira sus acusaciones contra el Señor (Job 42:2-6). A grandes rasgos, la prosa de los cps. Job 1:1-22 — Job 2:1-13 está relacionada con la prosa final (Job 42:7-9), de modo que, si se prescindiera de la mención de los tres amigos en el epílogo, podrían constituir una pieza narrativa cabal. La posibilidad de recurrir a los tribunales para acusar al Señor, vislumbrada en los cc. Job 9:1-35 — Job 10:1-22, tiene como contrapartida el rechazo a contemplar dicha posibilidad en Job 42:1-6. El reto de Job en el cp. Job 13:1-28, donde desafía abiertamente al Señor, obtiene su respuesta en el reto que este le lanza en los cps. Job 38:1-41 — Job 41:9-34. La solicitud de un juez en Job 16:18-21 y Job 19:21-29 es retomada en el veredicto del “juez” Elihú en los cps. Job 32:1-22 — Job 37:1-24. Y el testimonio del acusado en cps. Job 29:1-25 — Job 30:1-31 responde el juramento y reto del acusado en cp. Job 31:1-40.
3. Contenido doctrinal
Un lector medianamente crítico observará que el cliché del “Job paciente” necesita una urgente revisión. Si algo caracteriza al protagonista es su rebeldía y su resistencia a plegarse a los convencionalismos teológicos, por muy anclados que estos estuvieran en la praxis oficial del antiguo judaísmo. Por otra parte, un lector con una formación literaria y humanista sólida advertirá sin duda que el problema del mal no constituye el núcleo del libro de Job, sino que es solamente el “medio” utilizado por el poeta para la cruda exposición del problema fundamental planteado por esta llamativa obra.
El prólogo plantea un problema acuciante, que afecta a muchas manifestaciones religiosas: la posibilidad de encontrar entre los seres humanos un solo ejemplo de religiosidad y honradez desinteresadas, al margen del práctico pero irreligioso do ut des (“te doy para que me des”). El problema está indirectamente planteado en la cínica pregunta que Satán formula al Señor cuando este pondera las virtudes de su siervo Job: ¿Y crees que Job respeta a Dios sin motivo? Tú mismo lo has rodeado de seguridad; lo has protegido… (Job 1:9-10). La duda de Satán, no exenta de realismo, es fruto de la contemplación de un hecho habitual: las personas suelen ser religiosas cuando cuentan con las bendiciones divinas; Job contaba con ellas de manera sobreabundante (ver Job 1:2-3). Y Satán advierte irónicamente al Señor: Pero te apuesto que si extiendes tu mano y dañas sus posesiones, te maldecirá a la cara (Job 1:11). ¡Un dios al que sus fieles le honran sólo por interés no es un dios “serio”! Satán abandona la presencia del Señor dispuesto a ganar la apuesta divina. El drama está servido.
Mediante una serie de rápidas pinceladas, el escritor nos presenta a Job desposeído de todo, hasta de su salud. Y tanto el honrado Job como el impresionado lector se hacen automáticamente la misma pregunta: ¿De qué sirve la honradez si, a fin de cuentas, tienes que compartir el mismo destino que los malvados, si el ser humano está sometido a la actuación de un dios caprichoso e injusto en apariencia? Este es en definitiva el problema que aborda y al que trata de responder el autor del libro de Job: la desolación que se cierne sobre el ser humano cuando comprueba la inexistencia práctica de la retribución divina; la sospecha, convertida en acusación, de injusticia por parte de un dios caprichoso. Estamos ante una crítica demoledora de la teología convencional, representada en este caso por las intervenciones de Elifaz, Bildad y Sofar.
Los tres amigos de Job se limitan a confirmar y exacerbar la doctrina tradicional sobre los respectivos destinos del honrado y del malvado, del justo y del injusto: sólo los malvados fracasan vitalmente y arruinan su existencia. Frente a su falta de honradez se alza la justicia divina, que los castiga merecidamente, haciendo de su vida un fracaso y obligando a que su existencia se malogre. Pero Job no se ve contemplado en este esquema tan simple. Todo lo contrario, sabe que su vida ha sido extremadamente coherente con sus creencias. De ahí que el protagonista del libro arremeta violentamente contra la exposición de sus amigos, dejando al descubierto los fallos básicos de la doctrina de la retribución. Ante la idea de Elifaz de que el Señor no saca provecho alguno de la recta conducta del ser humano, pues nada bueno que este haga puede afectarle, se pregunta: ¿Por qué castiga entonces a los malvados, si es de suponer que tampoco la conducta de estos puede perjudicarle? Bildad, por su parte, opina que si ni siquiera los astros y constelaciones son puros a los ojos del Señor, ¿qué puede esperar el ser humano, que sólo es un gusano, una larva? (ver Job 25:5-6). Y Job se pregunta con amargura: ¿cómo se puede hablar de justicia en el modo de actuar de la divinidad, cuando los humanos estamos sometidos a una debilidad culpable por naturaleza? ¿Para qué ser honrado si el Señor da por supuesto que no vales para nada? Job llega a parodiar de forma dramática y casi blasfema los más sagrados contenidos de la fe y la teología israelitas. Un claro ejemplo Esd 7:17, donde Job rechaza amargamente la visión que ofrece el Sal 8:1-9.
Tras la reiterada petición de Job para que el Señor dé la cara y pleitee con él, el Dios israelita hace acto de presencia con dos discursos (cps. Job 38:1-41 — Job 39:1-30; Job 40:1-24 — Job 41:9-34). Pasando por alto aparentemente las aceradas críticas de Job y su agria visión de la justicia divina, el Señor se centra en la descripción de los misterios de la naturaleza, al tiempo que pone de relieve indirectamente la insuficiencia de la sabiduría de Job, incapaz de dominar las fuerzas de la naturaleza y de regir los destinos del universo. El Señor responde así tangencialmente, ofreciendo una reflexión teológica sobre la creación, elemento típico de la literatura sapiencial (ver Pro 8:1-36; Job 28:1-28; Sir 24:1-34). De todos modos, en el segundo discurso, la divinidad reconoce de buen grado que no le resulta fácil regir el cosmos, pero reprende a Job por haber tratado de justificarse a sus expensas. El ser humano podrá salvarse a sí mismo sólo cuando sea capaz de vencer el mal en todos sus órdenes (Job 40:9-13).
Por una parte, el Señor responde a las amargas quejas de Job, aunque sólo sea indirectamente; por otra, no le imputa los delitos que le atribuían sus amigos. Si para Job el mundo era un caos en manos de la injusticia divina, el Señor le muestra con paciencia, incluso con afecto, que se trata de un cosmos conducido por su sabiduría y su justicia, cualidades divinas que escapan a la comprensión humana. La aclaración a tan espinosa cuestión la ofrece Job al final de los discursos de Yahvé: antes conocía sólo de oídas al Señor, pero ahora te han visto mis ojos (Job 42:5). Y no se trata de meras frases para quedar bien, pues Job se descubre de pronto situado en un nuevo nivel de conocimiento. La experiencia vivida desde la “intemperie” ha aumentado su sabiduría.
Ya había adelantado la respuesta el autor del soberbio poema dedicado a la Sabiduría (cp. Job 28:1-28). Sólo el Señor se hizo con ella en la aurora de la creación y la concede a los que le son fieles y se apartan del mal (Job 28:28). El ser humano sólo puede desarrollar su proyecto de homo sapiens desde la alteridad religiosa, como ocurre al final del libro de Job. Pero a la postre, el lector sigue nutriendo en su interior una duda: ¿temía y respetaba realmente Job al Señor, y se mantenía de verdad apartado del mal, antes de verse privado de la ayuda divina?
Al final, el Señor da por buenos los discursos de Job: su fiel siervo ha hablado rectamente de él, y rechaza con incomprensible dureza la teología de los tres amigos. Según estos, la divinidad se halla ciegamente comprometida con la justicia, hasta el punto de quedar reducida prácticamente a una “reacción”. Elifaz, Bildad y Sofar cultivaban más una convicción religiosa que una relación vital con el Dios vivo.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Job 1:1-22; Job 2:1-13 : Los dos primeros capítulos del libro constituyen un prólogo estructurado en cinco actos, con la tierra y el cielo como escenarios alternantes. Los tres actos que tienen lugar en la tierra (Job 1:1-5; Job 1:13-22; Job 2:7 b – Job 2:8-13) son testigos de la progresiva degeneración económica y física del protagonista.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— respetuoso: Lit. temeroso. Ver notas a Sal 19:9 y Pro 1:7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Eze 14:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Escena 1: Job y su integridad
Job no es israelita, es uno del “pueblo del oriente” (ver nota de la RVA), es decir, al oriente del Jordán (Uz es Edom, al sudeste de Israel). Es, sin embargo, un adorador del Dios verdadero, aunque lo llama Elohim (Dios), no Jehovah, el nombre personal de Dios. Job es un hombre íntegro; esto significa que era sin reproche, no que fuera impecablemente perfecto. Una consecuencia de su integridad es que tiene una familia ideal: los números siete y tres, que suman diez, simbólicamente sugieren lo completo (los mismos números simbólicos aparecen en el recuento de sus posesiones). En el mundo de los patriarcas, las asnas, valiosas por su leche, y sus crías eran más preciadas que los asnos. Pero, ¡qué distinto el caso de hijos e hijas! Cada uno de los hijos varones de Job vive en su propia casa; teniendo un padre tan rico como Job, pueden vivir como príncipes. Cuando se reúnen para celebrar sus cumpleaños, Job se asegura de que nada incorrecto suceda entre los participantes. Como cabeza de la familia, Job actúa como sacerdote, ofreciendo sacrificios en caso de que sus hijos accidentalmente hayan dicho o hecho algo irreligioso. Toda la escena es de armonía y tranquilidad doméstica, pero la figura de extrema riqueza, extrema comodidad y extremos escrúpulos ya sugiere alguna violencia que pronto interrumpirá esta perfección.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
1.1 Al leer el libro de Job, contamos con información que los protagonistas de la historia no tenían. Job, el personaje principal del libro, pierde todo lo que tenía sin haber cometido falta alguna. Mientras lucha por entender por qué le está sucediendo todo esto, se hace evidente que no conocería las razones. Enfrentaría la vida sin respuestas ni explicaciones. Solo entonces se desarrollaría plenamente su fe. Debemos experimentar la vida como lo hizo Job: un día a la vez y sin respuestas completas para todas las preguntas de la vida. ¿Confiaremos nosotros en Dios, como lo hizo Job, sin importar lo que suceda? ¿O nos rendiremos ante la tentación de decir que realmente no le importamos a Dios?1.1 La ubicación de la tierra de Uz es incierta. Solo sabemos que Uz tenía muchos pastizales y campos de cultivo (1.3), que estaba localizada cerca de un desierto (1.19), y estaba lo suficientemente cerca de los sabeos y de los caldeos como para ser atacada (1.14-17). Además de en Job, se menciona a Uz en Jer 25:19-20. La mayoría de los eruditos piensan que Uz estaba localizada al este del río Jordán, cerca de Canaán (Israel), donde vivían los judíos (aquellos a quienes Dios se les había revelado antes).1.1ss Cuando vemos calamidad y sufrimiento en el libro de Job, debemos recordar que vivimos en un mundo caído donde no siempre es recompensado el buen comportamiento ni castigadas las malas acciones. Cuando vemos prosperar a un notorio criminal o a un niño inocente sufrir, decimos: «Eso está mal». Y lo está. El pecado ha torcido la justicia y ha hecho que nuestro mundo sea imprevisible y feo.El libro de Job nos muestra a un buen hombre sufriendo sin ninguna razón aparente. Tristemente, nuestro mundo es así. No obstante, la historia de Job no termina en la desesperación. A lo largo de la vida de Job podemos ver que tener fe en Dios tiene sentido, aun cuando nuestras situaciones parecen no tener esperanzas. La fe basada en recompensas o prosperidad es una fe hueca. Para ser firme, la fe debe ser edificada sobre la confianza de que se llevará a cabo el propósito supremo de Dios.1.5 No se sabe con certeza, pero probablemente Job vivió durante los días de los patriarcas (Abraham, Isaac, Jacob) antes de que Dios diera su Ley o designara a los sacerdotes como líderes religiosos. Durante los días de Job, el padre de familia era el líder religioso. Debido a que no había sacerdotes que lo instruyeran en las leyes de Dios, Job actuaba como el sacerdote y ofrecía sacrificios a Dios para pedir perdón por los pecados que él y su familia habían cometido. Esto significa que Job no se consideraba a sí mismo como alguien que no pecaba. Job hacía esto por convicción y por amor a Dios y no únicamente porque era su obligación como cabeza del hogar. ¿Llevamos a cabo los deberes espirituales debido a que se espera que los hagamos, o nos brotan de una manera espontánea desde un corazón devoto?1.5 Job mostró una gran preocupación por el bienestar espiritual de sus hijos. Temeroso de que hubieran pecado por ignorancia, ofrecía sacrificios por ellos como parte de sus celebraciones de cumpleaños. Los padres de familia de la actualidad pueden mostrar el mismo interés al orar por sus hijos. Esto significa «sacrificar» algún tiempo cada día para implorar que Dios los perdone, los ayude a madurar, los proteja y los auxilie para llevar una vida agradable a El.1.6 La Biblia habla de otros concilios celestiales en donde los ángeles planean sus actividades en la tierra y donde se requiere que los ángeles den cuenta de sus acciones (1Ki 22:19-23). Debido a que Dios es el Creador de todos los ángeles, tanto de los buenos como de los malos, tiene el poder y la autoridad total sobre ellos.1.6, 7 Satanás era originalmente un ángel de Dios, sin embargo, su propia soberbia lo corrompió. Ha sido malo desde su rebelión en contra de Dios (1Jo 3:8). Satanás considera a Dios como su enemigo. Trata de obstaculizar la obra de Dios en la gente, pero está limitado por el poder de Dios y sólo puede hacer lo que le es permitido (Luk 22:31-32; 1Ti 1:19-20; 2Ti 2:23-26). A Satanás se le llama el adversario, o el acusador porque busca activamente a las personas para atacarlas con la tentación (1Pe 5:8-9) y porque quiere hacer que la gente odie a Dios. Esto lo lleva a cabo por medio de mentiras y engaños (Gen 3:1-6). Job, un hombre justo e irreprochable que había sido grandemente bendecido, era el blanco perfecto para Satanás. Cualquier persona que esté comprometida con Dios debería esperar los ataques de Satanás. Este odia a Dios y también a su pueblo.1.6-12 De esta conversación, aprendemos mucho sobre Satanás. (1) El debe rendir cuentas ante Dios. Todos los seres angelicales, buenos y malos, tienen obligación de presentarse delante de Dios (1.6). Dios sabía que Satanás quería atacar a Job. (2) Satanás puede estar sólo en un lugar a la vez (1.6, 7). Sus demonios lo ayudan en su trabajo, pero como ser creado es limitado. (3) Satanás no puede penetrar en nuestra mente o predecir el futuro (1.9-11). Si pudiera, hubiera sabido que Job no se quebrantaría bajo presión. (4) Debido a que Satanás no puede hacer nada sin el permiso de Dios (1.12), la iglesia puede vencer sus ataques por medio del poder de Dios. (5) Dios siempre pone limitaciones a lo que Satanás puede hacer (1.12; 2.6). La respuesta de Satanás a la pregunta de Dios (1.7) nos dice que Satanás es real y muy activo en la tierra. Saber esto acerca de nuestro adversario debe hacer que permanezcamos cerca del único que es mayor que él: Dios mismo.1.7ss Algunas personas sugieren que este diálogo fue inventado por el autor de este libro. ¿Pudo haberse llevado a cabo realmente esta conversación entre Dios y Satanás? Otros pasajes bíblicos nos dicen que Satanás tiene, indudablemente, acceso a Dios (véase Rev 12:10). Recuérdese que según Zec 3:1-2 incluso fue ante la presencia de Dios para hacer acusaciones en contra de Josué, el sumo sacerdote. Si esta conversación no se llevó a cabo, entonces las razones del sufrimiento de Job no tienen sentido y el libro de Job no es más que una ficción.1.8, 12 Job era un modelo de confianza y obediencia a Dios. Por lo tanto, Dios permitió que Satanás lo atacara de una manera especialmente severa. Si bien Dios nos ama, nuestra fe y obediencia a El no nos protegen de las calamidades de la vida. Los reveses, las tragedias y las penas golpean de igual manera a los cristianos como a los inconversos. Pero en medio de esas pruebas, Dios espera que expresemos nuestra fe al mundo. ¿Cómo responde usted a los problemas? ¿Le pregunta a Dios «por qué yo»? ¿o le dice «¡úsame!»?1.9 Satanás atacó las motivaciones de Job al acusarlo de ser recto sólo por no tener razón alguna para volverse en contra de Dios. Desde que comenzó a seguir a Dios, todo le había salido bien. Satanás quería probar que Job adoraba a Dios no por amor, sino porque Dios le había dado mucho.La declaración de Satanás a Dios es un análisis preciso del porqué mucha gente confía en Dios. Estos son creyentes por interés, siguen a Dios solo cuando todas las cosas van bien o por lo que puedan obtener. La adversidad destruye esta fe superficial. Pero también fortalece la fe verdadera al hacer que los creyentes profundicen sus raíces en Dios para poder soportar las tormentas.1.12 Esta conversación entre Dios y Satanás nos enseña un hecho importante acerca de Dios: El está absolutamente consciente de cada uno de los intentos de Satanás para hacernos sufrir y provocarnos dificultades. Aun cuando Dios nos permita sufrir por alguna razón más allá de nuestro entendimiento, nuestros problemas nunca lo toman por sorpresa y siempre tiene misericordia de nuestra situación.1.15-17 Los sabeos eran del sudoeste de Arabia. Los caldeos eran de la región al norte del Golfo Pérsico.1.16 «Fuego de Dios» puede ser una frase poética para describir rayos (1Ki 18:38; 2Ki 1:10-14). En este caso, tuvo que ser inusualmente poderoso para matar siete mil ovejas.1.20-22 Job no ocultó el pesar que lo abrumaba. La demostración de sus sentimientos no significó que había perdido su fe en Dios. Más bien, mostró que era humano y que amaba a su familia. Dios creó nuestras emociones, y no es pecado o inapropiado expresarlas como lo hizo Job. Si ha experimentado una gran pérdida, una desilusión o angustia, admita sus sentimientos ante usted y ante los demás, y deje salir la aflicción.1.20-22 En la primera prueba de Satanás, Job perdió sus posesiones y a su familia, pero reaccionó correctamente hacia Dios al reconocer su soberana autoridad sobre todo lo que El le había dado. Satanás perdió el primer asalto. Job pasó la prueba y demostró que la gente puede amar a Dios por lo que El es, no por lo q
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Hombre.” Heb.: ’isch.
(2) “Job.” Heb.: ’I·yóhv, que significa: “Objeto de Hostilidad”. No es lo mismo que weYóhv, “y Yob”, en Gén 46:13.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 Jer 25:20; Lam 4:21
b 1 Eze 14:14; Eze 14:20; Stg 5:11
c 2 Job 2:3
d 3 Gén 6:9; 2Re 20:3
e 4 Neh 5:15; Pro 8:13; Pro 16:6
f 5 1Ts 5:22; 1Pe 3:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
la tierra de Uz. Esta región estaba al este de Canaán (1:3). En Lamentaciones 4:21 y Génesis 36:28 está relacionada con Edom (al sudeste de Canaán), mientras que en Génesis 10:23 y 22:21 es relacionada con Aram (al nordeste de Canaán). Como Elifaz era de Temán, región al sur de Edom (2:11), Edom probablemente sea la correcta localización de Uz.
intachable, recto. Job era hombre de integridad espiritual y moral. Esto lo hace destacar el autor del libro (1:1) y es confirmado por Dios (1:8). Desde el principio se indica que Job no sufrió a causa del pecado.
temeroso de Dios. En el A.T., el temor es una cualidad básica en la persona que adora y sirve a Dios apropiadamente; que reconoce quién es Dios (37:22– 24; Ex 20:18– 20), y que vive conforme a la luz de tal conocimiento. El temor al S eñor es comunicado por la Palabra de Dios (Dt 17:18– 19) y se caracteriza por la obediencia a sus instrucciones (28:28; Gn 22:12).
Fuente: La Biblia de las Américas
INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE JOB
AUTOR: DesconocidoFecha: Se desconoce
Paternidad literaria Si bien se reconoce que el título de este libro procede de su personaje principal y que la historicidad de Job es apoyada por la Biblia (Eze 14:14; Eze 14:20; Stg 5:11), no se sabe con certeza quien escribió el libro. Algunos sugieren al mismo Job, Eliú, Moisés y Salomón.
Fecha La fecha de los sucesos en el libro y la de su composición son dos cuestiones diferentes. Los hechos registrados pudieron haber ocurrido en una sociedad patriarcal en el segundo milenio antes de Cristo por los tiempos de Abraham. Varios hechos apoyan esa posible fecha:
(1) Job vivió más de 140 años (Job 42:16), algo frecuente durante el período patriarcal;
(2) el sistema económico en los tiempos de Job, cuando la riqueza se media por la cantidad de ganado poseída (Job 1:3), era el que existía en ese tiempo;
(3) tal como Abraham, Isaac y Jacob, Job era el sacerdote de la familia (Job 1:5); y
(4) la ausencia de cualquier referencia a la nación de Israel o a la ley mosaica sugiere una fecha pre-mosaica (antes del 1500 a.C.).
Hay tres puntos de vista principales respecto a la fecha de la composición de Job:
(1) en la era patriarcal, poco después de sucedidos los hechos,
(2) en tiempos de Salomón (950 a.C.), y
(3) durante o después del cautiverio, si bien la mención de Job por Ezequiel (Eze 14:14) no permitiría una fecha tan tardía. El relato detallado de los discursos de Job y sus amigos parece favorecer la postura de que el libro fue escrito poco tiempo después de que sucedieron los hechos. Por otro lado, el libro comparte las características de los otros libros sapienciales (p.ej.. Sal 88:1-18; Sal 89:1-52) escritos durante la era de Salomón y debe considerarse como un poema dramático que describe sucesos históricos en vez de una narración oral.
Tema El libro debate la milenaria pregunta: ¿Por qué sufre el justo si Dios es un Dios de amor y misericordia? Job enseña claramente la soberanía de Dios y la necesidad que el hombre tiene de reconocer dicha soberanía. Los tres amigos de Job ofrecieron básicamente la misma respuesta: todo sufrimiento se debe al pecado. Eliú, sin embargo, declaró que con frecuencia el sufrimiento es un medio para purificar al justo. El propósito de Dios, por lo tanto, era deshacer toda la auto-justicia de Job y colocarlo en el lugar de la completa confianza de Él.
Contenido El libro proporciona un juicio penetrante de la obra de Satanás (Job 1:6 – Job 2:10). El pasaje mejor conocido del libro es Job 19:25-26.
BOSQUEJO DE JOB
I) Los desastres de Job, Job 1:1 – Job 2:13
A) Las circunstancias de Job, Job 1:1-5
B) Las calamidades de Job, Job 1:6 – Job 2:10
1. La propuesta de Satanás, Job 1:6-11
2. El permiso de Dios, Job 1:12-22
3. La persistencia de Satanás, Job 2:1-6
4. La paciencia de Job, Job 2:7-10
C) Los consoladores de Job, Job 2:11-13
II) Los diálogos con Job, Job 3:1 – Job 42:6
A) El lamento de Job, Job 3:1-26
B) El primer discurso de Elifaz, Job 4:1 – Job 5:27
C) La respuesta de Job a Elifaz, Job 6:1 – Job 7:21
D) El primer discurso de Bildad, Job 8:1-22
E) La respuesta de Job a Bildad, Job 9:1 – Job 10:22
F) El primer discurso de Zofar, Job 11:1-20
G) La respuesta de Job a Zofar, Job 12:1 – Job 14:22
H) El segundo discurso de Elifaz, Job 15:1-35
I) La segunda respuesta de Job a Elifaz, Job 16:1 – Job 17:16
J) El segundo discurso de Bildad, Job 18:1-21
K) La segunda respuesta de Job a Bildad, Job 19:1-29
L) El segundo discurso de Zofar, Job 20:1-29
M) La segunda respuesta de Job a Zofar, Job 21:1-34
N) El tercer discurso de Elifaz, Job 22:1-30
O) La tercera respuesta de Job a Elifaz, Job 23:1 – Job 24:25
P) El tercer discurso de Bildad, Job 25:1-6
Q) La tercera respuesta de Job a Bildad, Job 26:1-14
R) La última respuesta de Job a sus amigos, Job 27:1 – Job 31:40
1. Una aseveración de su inocencia, Job 27:1-23
2. Una declaración acerca de la sabiduría, Job 28:1-28
3. Un panorama de su vida, Job 29:1 – Job 31:40
S) Los discursos de Eliú, Job 32:1 – Job 37:24
1. Su primer discurso, Job 32:1 – Job 33:33
2. Su segundo discurso, Job 34:1-37
3. Su tercer discurso, Job 35:1-16
4. Su cuarto discurso, Job 36:1 – Job 37:24
T) Los discursos de Dios, Job 38:1 – Job 42:6
1. El primer discurso de Dios: Su conocimiento, Job 38:1 – Job 40:2
2. El sabio silencio de Job, Job 40:3-5
3. El segundo discurso de Dios: Su poder, Job 40:6 – Job 41:34
4. El arrepentimiento de Job, Job 42:1-6
III) La liberación de Job, Job 42:7-17
A) En relación con sus amigos, Job 42:7-9
B) En relación con su familia, Job 42:10-17
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
en tierra de Uz. Job vivió en la región al SE del mar Muerto. En Lam 4:21, Uz es reconocida como equivalente a Edom. Esa región fue identificada con Uz por Ptolomeo, uno de los generales griegos de Alejandro el Magno en el siglo III a. C.
Job. El significado de dicho nombre es algo incierto. Podría significar «el que se vuelve a Dios» o «el asediado o perseguido».
perfecto. Job no era perfecto en sentido de ser sin pecado. La Biblia enseña (y la experiencia apoya el hecho) que el hombre es incapaz de alcanzar el criterio de perfección de Dios (Rom 3:23). El escritor asegura aquí que Job no podía ser justamente acusado de alguna falta moral por sus contemporáneos. Desde la perspectiva humana Job era libre de culpa.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, íntegro
O, que reverencia a
Fuente: La Biblia de las Américas
[=] *Ez 14:14 *Sant 5:11
[.] Job tiene una situación muy envidiable es un jefe de nómadas, algo como Abraham, a quien nada le falta. Sin embargo, no es más que un peón en la política mundial, mejor dicho, en la política celestial. Dios tiene su consejo con los hijos de Dios es decir, con los dioses o ángeles que forman su corte, y ve lo que a Job se le escapa. En el caso presente, Yavé es desafiado por Satán es decir, el adversario, el espíritu que incita a la rebelión, y a pesar suyo tiene que probar a Job para defender su propio honor. Así, pues, de entrada se pone al hombre en su verdadero lugar. No es el centro del mundo ni puede exigirle a Dios que detenga por él la marcha de los acontecimientos. Esta intervención de Satán es uno de los recursos de los que los creyentes echan mano espontáneamente para justificar a Dios. Pues aquí está la dificultad mientras no se cree en Dios, nadie más que nosotros es responsable por el mal, y si se tiene a la vez buenos y malos dioses, sabemos a quién acusar. Pero si no hay más que un solo Dios, él lleva toda la responsabilidad, y para él también vale la palabra de Job en 2,10.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[1] Territorio de Idumea.[5] Hacía que se purificasen.[6] Esta parábola explica la providencia paternal de Dios, el oficio de los ángeles buenos y la malicia de Satanás. La escena tiene lugar en los cielos y Dios aparece como un príncipe oriental que recibe informes y da órdenes.