Biblia

Comentario de Job 19:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Job 19:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Oh, que mis palabras fuesen escritas! ¡Oh, que fuesen grabadas en un libro!

que mis palabras fuesen escritas. Job 31:35; Isa 8:1; Isa 30:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La ironía de este versículo en el contexto del libro es maravillosa. Mas significativo aún, es que hubiera sido mejor que algunas de las palabras de Job ¡no se hubieran escrito!

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

En el momento de la mayor desesperanza de Job resplandece su fe con su mayor esplendor, al afirmar confiado que Dios era su Redentor. Quería que esta confianza quedara registrada para que todos la conocieran (vv. Job 19:23-24). Job quería que las actividades de su vida fueran puestas por escrito, «esculpidas en granito», para que todos supieran que él no había pecado conforme a la magnitud de su sufrimiento. Dios concedió su petición. Dios era su Redentor (cp. Éxo 6:6, Sal 19:14; Sal 72:14; Isa 43:14; Isa 47:4; Isa 49:26; Jer 50:34), que lo vindicaría en aquel último día de juicio sobre la tierra cuando finalmente se hiciera justicia (cp. Jer 12:1-3; Jua 5:25; Jua 5:29; Apo 20:11-15).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El deseo, conocimiento y anhelo de Job. El énfasis principal de estas famosas palabras de Job es su anhelo de que mientras todavía vive (en mi carne, 26) pueda ver a Dios cara a cara, como su contrincante legal en algún tribunal de justicia para poder reclamar que sea escuchada la reivindicación de su buen nombre.

Job no cree que Dios aceptará su ruego de comparecer ante el tribunal, así que su deseo es que su reclamo de inocencia sea asentado en alguna manera permanente que dure más allá de su muerte y que pueda ser quizá satisfecho algún día. Pero es un deseo inútil, que sus palabras, sus reclamos legales, pudieran ser cincelados en una inscripción con cincel de hierro (24); porque el único registro permanente de sus reclamos es su juramento de inocencia que ha emitido a los oídos del cielo (cf. 16:19, 20).

Lo que Job sabe es que Dios es su enemigo (cf. 6:4; 10:8-14; 13:24; 16:7-14; 19:7-12), que nunca volverá a ver el bien (7:7), que pronto estará muerto (7:21; 10:20; 16:22), que será asesinado por Dios (12:15; 16:18) y etc. Pero lo que anhela es poder entablar una disputa con Dios (13:3, 22) con la esperanza de ganarse su reivindicación antes de su muerte. Esta es la razón por la que su corazón se consume dentro de él (27). Nunca antes creyó que sería reivindicado al final; pero ahora dice yo sé (15), aunque la reivindicación llegue después de su muerte.

25-27 Estos versículos clave debieran quizá traducirse: “Pero sé que mi campeón vive y que se levantará al final para hablar por mí sobre la tierra, aun después que mi piel me haya sido quitada. Pero, ver a Dios mientras todavía estoy en mi piel ese es mi anhelo, verlo por mí mismo, verlo con mis propios ojos, no como un extraño.” El “campeón” de Job difícilmente sea Dios, quien ha sido su enemigo; ha de ser su propia afirmación de su inocencia que testifica por él en el cielo (16:17). Al igual que en un tribunal de justicia terrenal, donde el último en hablar logra la victoria en la disputa, cree que su propio juramento tendrá la última palabra decisiva. Pero eso, es claro, sólo pasará después que hayan deshecho esta mi piel (26), o sea, después de su muerte. Eso es lo que Job espera. Pero lo que anhela es recobrar su buen nombre mientras todavía vive. [Nota del Editor: A pesar de los argumentos de este autor, la mayoría de los comentaristas opina que “el campeón”, o “vindicador” se refiere a Dios mismo. Cf. Nuevo Comentario Bíblico, Casa Bautista de Publicaciones, 1978.]

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

¡Oh, si mis palabras se escribieran…! Job quiere que la declaración de su inocencia sea grabada permanentemente (vers. 24) para poder seguir proclamando su inocencia después de la muerte.

Fuente: La Biblia de las Américas

Desesperado por la falta de justicia, Job anhela que su caso sea escrito en un libro. Luego, comprendiendo que la escritura ordinaria es perecedera, desea que se escriba con cincel de hierro y con plomo o sobre una piedra.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie