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Comentario de Job 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Job 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Después de esto Job abrió su boca y maldijo su día.

Después de esto. Job 1:22; Job 2:10.

abrió Job su boca. Job 35:16; Sal 39:2, Sal 39:3; Sal 106:33.

y maldijo su día, o el día de su nacimiento. Job 3:3; Job 1:11; Job 2:5, Job 2:9; Jer 20:14, Jer 20:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Job maldice el día y las circunstancias de su nacimiento, Job 3:1-12.

El alivio de la muerte, Job 3:13-19.

Debido a su sufrimiento, Job se queja de la vida, Job 3:20-26.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Cuando Job maldice el día en que nació estuvo cerca de blasfemar. La palabra hebrea para maldecir tiene el sentido de «despreciar» y es la que se usa a veces para maldecir a Dios (Éxo 22:28Lev 24:15) o a los padres de alguien (Éxo 21:17). El dolor de Job lo llevó a expresar una enérgica maldición contra el día de su nacimiento y la noche de su concepción a la que atribuye la responsabilidad de su existencia (vv. Job 3:3-6). Sin embargo, Job no cometió blasfemia. No maldijo ni a los caldeos ni a los sabeos y mucho menos a Dios. Tampoco expresó intención de suicidarse.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

JOB… MALDIJO SU DÍA. Job se sentía desolado, humillado y afligido. Su mayor sufrimiento era que Dios parecía haberlo abandonado.

(1) En su discurso (vv. Job 3:2-26) Job le dijo a Dios exactamente cómo se sentía. Comenzó maldiciendo el día en que nació y su existencia desdichada, pero nótese que entodo esto Job no maldijo a Dios. Su grito era una expresión de dolor y desesperanza, no un grito de obstinación contra Dios.

(2) Siempre es mejor que los creyentes expresen sus dudas y sus emociones sinceras al Señor en oración. Nunca es incorrecto llevar a Dios la aflicción y la angustia a fin de hallarlo e invocar su compasión. Jesucristo mismo le hizo a Dios la pregunta: «Dios mío Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? (Mat 27:46; cf. también Jer 20:14-18; Lam 3:1-18).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Primer Ciclo de Discusiones (c.3-14).
3. Lamentos Desgarradores del Inocente Job.
U na vez presentados los personajes y narrada la tragedia, el hagiógrafo aborda el problema de la justificación de los dolores de un inocente. En primer lugar, el poeta concede la palabra al paciente, que ha sabido recibir de un modo tan ejemplar la prueba enviada por Dios. No pocos autores pretenden que la parte poética del libro – los diálogos – no pertenece a la misma mano literaria que los dos capítulos del prólogo y el epílogo (42:7-17). Las razones lingüísticas no prueban diversidad de autor 1. Generalmente se considera la obra poética actual como una refundición de una tradición anterior en prosa: “En esta transcripción el autor de Job ha respetado el aire popular de la narración, adaptando su estilo al de los relatos de la biografía de los patriarcas. Ha conservado la psicología ingenua de los personajes y mantenido el doble aspecto de la decoración, tan pronto campesina y seminómada, tan pronto real y celeste.” 2
Es un poema moral con fondo profundamente psicológico, basado en una antigua tradición con alguna proyección histórica. El estilo es incisivo, y las expresiones de Job, radicales y extremosas, encuentran su paralelo en los desahogos psicológicos de Jeremías 3.

Job maldice el día de su nacimiento (1-10).
1 Después de esto abrió Job su boca para maldecir su día, 2 y, tomando la palabra, dijo: 3 Perezca el día en que nací y la noche en que se dijo: “¡Ha sido concebido un varón!” 4 Conviértase ese día en tiniebla, no se cuide Dios de él desde lo alto, no resplandezca sobre él un rayo de luz. 5Apodérese de él oscuridad y sombras de muerte; encobe sobre él negra nube, llénelo de terrores la negrura del día. 6 Hagan presa de aquella noche las tinieblas, no se junte a los días del año ni entre en el cómputo de los meses. 7 Sea noche de tristeza, no haya en ella regocijos. 8 Maldíganla los que saben maldecir el día, los que saben despertar al Leviatán. 9Háganse tinieblas las estrellas de su alborada; que espere luz y no le venga, y no vea los parpadeos de la aurora, 10 por no haberme cerrado las puertas del seno materno y no haber sustraído a mis ojos tanta miseria.

Las exclamaciones del doliente Job rompen ex abrupto el silencio ritual de siete días y siete noches de sus amigos: “Después de siete días y siete noches estalla una especie de rugido infernal de bestia herida. En lugar de gritar sus sufrimientos o de hacer oír sus lamentos de una qina (elegía), Job encuentra en el repertorio literario semítico el género poético más áspero y casi más bárbaro, impregnado aún de la antigua magia: la maldición, que resucita las prácticas de los viejos brujos… Infernal, la maldición – como llamada al seol subterráneo – es lo más horrible que los hebreos podían evocar. Ciertamente que Job no maldice a Dios – con lo que decepciona a Satán -, sino la obra de Dios, la vida, su vida.”4
En un arranque poético, el autor juega maravillosamente con las personificaciones del día y la noche, y establece un paralelo antitético entre la luz y las tinieblas, la noche y el día, que sirven de fondo literario a sus vehementes maldiciones. Las expresiones son vigorosas y fuera de serie en la literatura universal.
Job evoca trágicamente el día de su nacimiento, que es el principio de sus desdichas; y enfáticamente declara que hubiera preferido que no hubiera tenido existencia la noche en que se consumó su concepción y el día en que vio la primera luz. Personificando el día y la noche, las considera responsables de sus desventuras, ya que le dieron existencia en el tiempo (v.3). El nacimiento de un varón siempre fue señalado como suceso memorable y gozoso; sin embargo, en su caso debía haberse celebrado con luto su aparición en la tierra; y, en consecuencia, la claridad del día de su nacimiento debía haber sido sustituida por la negra tiniebla; los rayos de luz debían estar ausentes de ese siniestro día, e incluso la Providencia debiera haberse desentendido de él (v.4). La oscuridad y las sombras de muerte 5 y el eclipse o negrura del día deben suplantar a la luz radiante, de forma que, al carecer de la iluminación, no merezca el nombre de día, y, en consecuencia, no debe ser computado entre los días del año ni formar parte de los meses. Y la noche de su concepción debe ser no lúcida – como es normal en el cielo estrellado oriental -, sino llena de tristeza y opacidad, empalmando así con la oscuridad del día maldito de su nacimiento.
Y, no contento con lanzar sus maldiciones personales contra la noche de su concepción, invita a los que por oficio se dedicaban a maldecir el día, provocando los eclipses, es decir, los magos y brujos, expertos en provocar días nefastos o dichosos. Estos expertos en la magia tienen poder para despertar al Leviatan, monstruo marino que, según la leyenda, provocaba los eclipses solares y lunares tragándose el sol y la luna 6. El poeta, pues, invita a los astrólogos y magos a que hagan uso de sus poderes para hacer surgir al Leviatán – símbolo del desorden y del caos – para que haga desaparecer la noche en que fue concebido y el día en que nació. El hagiógrafo, pues, juega con estas leyendas para expresar poéticamente sus ideas, acomodándose a la mentalidad popular de su tiempo 7.
Volviendo de nuevo al día, Job desea que no aparezca la luz ni sus signos precursores, las estrellas de la alborada (Venus) y los parpadeos de la aurora8, es decir, los primeros rayos luminosos. El día del nacimiento de Job y la noche de su concepción son los responsables de la existencia trágica que le espera, y por eso les reprocha el no haber cerrado las puertas del seno materno, substrayendo así sus ojos de tanta miseria (v.10).

Deseos de reposo con los muertos en el “seol” (11-19)
11 ¿Por qué no morí al salir del seno y no expiré al salir del vientre? 12 ¿Por qué hallé rodillas que me acogieron y pechos que me amamantaron? 13 Pues ahora descansaría tranquilo y dormiría en reposo 14 con los reyes y los magnates de la tierra, que se construyen mausoleos, 15 o con príncipes ricos en oro, que llenan de plata sus moradas. 16 O ni hubiera existido, como aborto secreto o como los niños que no vieron la luz. 17 Allí cesan de perturbar los impíos y descansan los extenuados. 18 Allí están tranquilos los cautivos y no oyen la voz del capataz. 19 Allí son iguales grandes y pequeños, y el esclavo está libre de su amo.

Después de haberse desahogado contra el día del nacimiento y la noche de su concepción, corno responsables de haber dado principio a sus desventuras, Job arremete contra los que le recibieron amorosamente al nacer, brindándole los primeros cuidados de la lactancia (v. 11-12) 9. La muerte hubiera sido lo más deseable, dado su trágico destino, pues al menos habría encontrado el reposo en la región subterránea del Seol; allí podría codearse con los reyes y magnates de la tierra 10. En ella todos son iguales – niños abortivos y reyes opulentos -, y, por tanto, sólo allí se da la ansiada nivelación social. Todos allí encuentran reposo, pues los impíos no pueden ya perturbar a los demás; los cautivos pueden descansar, ya que no oyen la voz del capataz que vigila sus trabajos inhumanos (v.18), y el esclavo encuentra su libertad frente a su odiado amo. Todos en la región de los muertos llevan una existencia más tranquila y deseable que la del desventurado Job. En el Seol, los difuntos estaban libres de toda clase de dolores, aunque llevaban una vida lánguida, de “sombras,” sin vigor físico ni alegrías positivas. Pero esta situación era preferible a la trágica del varón de Hus. Por no tener luces sobre la retribución en ultratumba, como se declarará en el libro de la Sabiduría n, el hagiógrafo no coloca en los labios de Job palabras más esperanzadoras. En realidad, la clave para resolver el problema del sufrimiento está en la supervivencia y retribución en ultratumba; pero esta perspectiva sólo aparece en los últimos libros del A.T. (Sabiduría y Macabeos).

¿Por qué dar la vida al desdichado? (20-23).
20 ¿A qué dar la luz al desdichado, dar la vida al amargado de alma, 21 a los que esperan la muerte y no les llega, y la buscan más que exploradores de tesoros; 22 los que saltarían de júbilo y se llenarían de alegría si hallasen un sepulcro; 23 al varón cuya ruta está oculta y a quien cierra Dios (toda salida)?

Con toda crudeza se plantea la razón de la existencia de los que no les espera más que amarguras en esta vida, a los que no les queda otra liberación que la propia muerte. La vida viene de Dios; pero ¿qué sentido tiene para estos desgraciados? ¿Por qué los lanza a la existencia, si no pueden gozar de ella dignamente? Los interrogantes son agudos y desafiadores y plantean al vivo el problema del sufrimiento del hombre. Hay algunos seres a los que parece que Dios persigue, pues les cierra todas las salidas de felicidad (v.23). Las expresiones de Job parecen un eco de los desahogos del atribulado profeta Jeremías:

¡Maldito sea el día en que nací; el día en que mi madre me parió no sea bendito! ¡Maldito el hombre que alegre anunció a mi padre: “Un niño, tienes un hijo varón,” llenándolo de gozo. Sea ese hombre como las ciudadas, que asóla Yahvé sin compasión, donde por la mañana se oyen gritos, y al mediodía alaridos. ¿Por qué no me mató en el seno de mi madre, y hubiera sido mi madre mi sepulcro, y yo preñez eterna de sus entrañas? ¿Por qué salí del vientre de mi madre para no ver más que trabajos y dolor y acabar mis días en la afrenta? 12

Las frases del profeta son lacerantes y plantean el mismo interrogante angustioso que el varón atribulado de Hus.

La triste existencia de Job (24-26).
24 Son los suspiros mi comida y se derraman como aguas mis rugidos. 25 Lo que temo, eso me llega; y lo que me atemoriza, eso me coge. 26 No tengo tranquilidad ni descanso; se ha adueñado de mí la turbación.

El espíritu turbado de Job siente venir sobre él todas las desgracias. Es tanto lo que tiene que sufrir, que su vida está amasada en lágrimas; unas calamidades se suceden a otras. Experto en desdichas, cuando presiente que otra le viene encima, ya la tiene a su lado. Sufre no sólo por las aflicciones presentes, sino por las que le esperan y ya ve de antemano (v.25). Por ello no encuentra sosiego a su espíritu, que está dominado obsesivamente por la turbación y la angustia.
Para valorar moralmente todas estas frases aparentemente teñidas de desesperación, hay que tener en cuenta el género literario oriental, que se expresa en términos extremosos y radicales para impresionar al lector. En todas las lenguas, la poesía tiene sus licencias, pero mucho más en la literatura oriental. El hagiógrafo, pues, quizá inspirado en los escritos de Jeremías, pone en boca del inocente y angustiado Job frases lacerantes para reflejar su íntima tragedia espiritual.

1 Según Delitzsch, “la narración en prosa está escrita en un bello y puro hebreo, mientras que la lengua del poema está muy cargada de arameísmos.” Dhorme sale al paso de tales suposiciones, manteniendo, por razones estilísticas y lexicográficas, la unidad de autor. Véase su obra ya citada, p.Lix. – 2 J. Steinmann, o.c., p.gs. – 3 Cf. Jer 20:14. – 4 j. Steinmann, o.c., ρ·93· – 5 La palabra hebrea (tsalmawet según la puntuación masorética) que traducimos, siguiendo a la Vg, “sombras de muerte” o mortales, es hoy día kída tsalmut, y se traduce simplemente por “sombra,” siguiendo al árabe tdalama y al asirio ísaímu. Véase P. dhorme, o.c., p.24. – 6 En Isa 27:1 se mencionan tres monstruos marinos: el Leviatán, serpiente huidiza, la serpiente tortuosa, y el Tanín o cetáceo. También Rahab aparece como monstruo marino (Job 9:13; Job 26:12). En Job 40:255 (como en Sal 74:14), el Leviatán se identifica con el cocodrilo. – 7 En los textos de Ras Shamra-Ugarit encontramos un texto paralelo al de Isaías sobre el Leviatán: “Tú has herido a Lotan, serpiente huidiza; has destruido la serpiente tortuosa, Shalyat de siete cabezas.” Véase J. steinmann, o.c., 99. – 8 Cf. Job 38:7; Job 41:10. Sófocles habla del “parpadeo de un día dorado” (Antigona 103). – 9 Algunos autores suponen que aquí se alude al rito de adopción (Gen 30:3; Gen 50:2.23) al hablar de rodillas que me acogieron. Este rito de recibir al recién nacido en las rodillas del padre estaba extendido en el antiguo Oriente. Pero en el contexto no parece que se aluda a él, al menos en sentido de adopción. – 10 Cf. Eze 32:21. – 11 Cf. Sab3:1s. – 12 Jer 20:14-18.

Fuente: Biblia Comentada

maldijo su día. Job estaba sumido en un profundo dolor y en la desesperanza. Lo que Dios permitía le hacía sufrir de forma abrumadora, pero en tanto que Job no maldijo a Dios (cp. Job 2:8), sí que maldijo el día en que nació (vv. Job 3:10-11). Deseaba no haber sido nunca concebido (v. Job 3:3) o no haber nacido, porque los goces de su vida no valían todo aquel dolor. Pensaba que sería mejor nunca haber vivido que sufrir de aquella manera. Mejor nunca haber tenido riqueza que perderla; mejor nunca haber tenido hijos que haber sufrido la muerte de todos ellos. No quería que se recordara el día de su nacimiento, y deseaba que hubiera sido eliminado del calendario (vv. Job 3:4-7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Toda esta sección es poesía, un dramático poema de discursos que intentan comprender el sufrimiento de Job.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Comienza el primer ciclo de discursos de Job y de sus tres amigos. Job fue el primero en romper el silencio de toda una semana con un lamento (Job 3:1-26).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3.1ss La respuesta de Job a esta segunda prueba (aflicción física) estuvo en severo contraste con su actitud después de la primera prueba (1.20-22). Job continuó sin maldecir a Dios, pero maldijo el día de su nacimiento. Sentía que hubiera sido mejor no haber nacido que ser desechado por Dios. Job estaba luchando de manera emocional, física y espiritual. Su miseria era profunda e intensa. Nunca subestime lo vulnerable que somos durante tiempos de sufrimiento y dolor. Debemos asirnos fuerte de nuestra fe aun cuando no tengamos alivio.3.8 En los días de Job, se contrataba gente para echar maldiciones. Job dice que le habría gustado que los adivinos hubiesen llamado a Leviatán, el monstruo del mar, para que se lo tragara el día que había nacido.3.11 Job estaba experimentando un dolor físico extremo así como también el dolor de haber perdido a su familia y sus posesiones. No se le puede culpar por desear estar muerto. El dolor de Job colocó su fe en una encrucijada, al desbaratar muchas de las ideas erróneas que tenía acerca de Dios (tales como: lo hará rico, siempre le evitará problemas y dolor, o protege a sus seres queridos). Su desesperación más profunda lleva a Job de regreso a los fundamentos de su fe en Dios. Sólo tenía dos opciones: (1) maldecir a Dios y rendirse, o (2) confiar en Dios, obtener su fortaleza y continuar adelante.3.23-26 Job había tenido cuidado de no adorar a sus posesiones materiales sino únicamente a Dios. Ahora estaba abrumado por todas estas calamidades que se burlaban de su precaución, y se quejó de las pruebas que habían llegado, a pesar de su vida recta. Todos los principios bajo los cuales había vivido estaban desmoronándose, y Job comenzó a perder su perspectiva. Las pruebas y el sufrimiento, ya sean temporales o duraderos, no destruyen el propósito real de la vida. La vida no se nos da simplemente para una felicidad o una realización personal, sino para servir a Dios y honrarle. El valor y el significado de la vida no se basan en lo que sentimos, sino en la única realidad que nadie nos puede quitar: el amor de Dios hacia nosotros. No suponga que porque Dios lo ama, le evitará sufrimientos. Es más, lo opuesto puede ser cierto. El amor de Dios no puede ser medido o limitado por lo mucho o poco que podamos sufrir. Rom 8:38-39 nos enseña que nada nos puede separar del amor de Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 78 Jer 20:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Job…maldijo el día. Job no maldice a Dios, sino que expresa el deseo de no haber nacido para no tener que pasar por todo el sufrimiento que estaba experimentando.

Fuente: La Biblia de las Américas

Mientras que los dos capítulos introductorios fueron escritos en prosa, el Cáp. Job 3:1-26 da inicio a una larga sección poética (Job 3:1Job 42:6), si bien la conclusión (Job 42:7-17) está escrita en prosa. Este capítulo presenta el debate que sigue. En éste Job dice algunas cosas que provocan que sus amigos rompan un prolongado silencio y le sugieren la razón de por qué podría estar sufriendo. Job se refiere a su gran angustia física y mental. Su propia premisa de que Dios siempre bendice al justo y castiga al malo se muestra defectuosa. Si juzga según su experiencia, tiene que concluir que su teología está errada porque no es capaz de armonizar lo que cree que es verdad tocante a Dios con lo que le está sucediendo. Aunque a veces Job reacciona hostilmente, siempre se refugia en Dios. Mucho de lo que dice después es exagerado, irreal y virtualmente blasfemo, pero nunca renuncia a Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., su día

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, el día de su nacimiento.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[1] Expresiones semejantes no conllevan la pérdida de la resignación a la voluntad divina. Jer 20, 14; Hab 1, 2.[10] La forma poética es de queja o lamentación.[19] Allí todos son iguales.

Fuente: Notas Torres Amat