EN CONTEXTO

Los fundamentos de la tierra

Los proyectos de construcción de edificios públicos en el antiguo Cercano Oriente comenzaban con rituales religiosos en los que se incluían cantos litúrgicos que alababan a las principales deidades. Los reyes, a través de estos rituales, ayudaron a sentar los fundamentos de los edificios y, simbólicamente, ayudaron a los obreros a levantar las paredes y a fijar las puertas. En Job 38:4-7 se retrata el universo como un gran proyecto divino de construcción. Todos los habitantes del cielo cantan de gozo mientras se colocan los fundamentos de la tierra (Job 38:7).

Los seres celestiales que cantan y gritan son «las estrellas del alba» y los «hijos de Dios» (Job 38:7). En el grupo de lenguas denominadas semíticas del noroeste, que incluyen el hebreo, la frase «hijos de Dios» es una forma normalizada para describir el panteón de las deidades. Esta mención específica de las estrellas del alba reflejarían las nociones egipcias que señalan que la creación comienza nuevamente cada mañana cuando aparece la luz en el horizonte. Así la creación renace cada día cuando las estrellas del alba están en el cielo. Dios le recuerda a Job que no estaba presente; y por lo tanto, no puede saber lo que ocurrió en la creación cuando cantaba ese hermoso coro celestial (Job 38:4).