Biblia

Comentario de Joel 2:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Joel 2:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces Jehovah tuvo celo por su tierra y se apiadó de su pueblo.

solícito, o se llenará de celo por su tierra. Isa 42:13; Zac 1:14; Zac 8:2.

perdonará a su pueblo. Deu 32:16, Deu 32:36, Deu 32:43; Jue 10:16; Sal 103:13, Sal 103:17; Isa 60:10; Isa 63:9, Isa 63:15; Jer 31:20; Lam 3:22; Ose 11:8, Ose 11:9; Luc 15:20; Stg 5:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

solícito por su tierra: El profundo amor de Dios por la tierra de Israel se une a su constante amor (manifestado en perdón) por el pueblo. En cada ocasión en que Dios trajo juicio sobre la tierra, existía la esperanza de que algún día su celo por la tierra trajera consigo una renovación de la bendición. El arrepentimiento genuino es el requisito previo para la bendición de Dios. En respuesta al arrepentimiento, Dios traerá restauración y bendición.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

JEHOVÁ… PERDONARÁ A SU PUEBLO. Cuando el pueblo de Dios se humilla, busca su rostro en oración y se aparta de sus malos caminos (véanse 2Cr 7:14, notas), Dios oye desde el cielo, anula su juicio temporal, renueva la tierra y derrama su bendición (vv. Joe 2:18-20). En otras palabras, Dios responde a las oraciones humildes de su pueblo que provienen de corazones arrepentidos. Además, la oración persistente y sincera por el avivamiento dará por resultado el derramamiento del Espíritu de Dios sobre su pueblo (véase vv. Joe 2:28-32).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

A partir del v. Joe 2:18, el texto hace una transición decisiva y el resto del libro se dedica al tema de la restauración. Se da por sentado un intervalo de tiempo entre el v. Joe 2:17 y el v. Joe 2:18 durante el cual Israel se arrepintió. Como resultado de su arrepentimiento, los tres motivos de preocupación que se expresan en Joe 1:1-20; Joe 2:1-17 son respondidos en ese mismo orden por el Señor: restauración física (Joe 2:21-27), restauración espiritual (Joe 2:28-32) y restauración nacional (Joe 3:1-21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Victoria sobre las langostas

Los verbos del v. 18 y el verbo introductor del v. 19 han sido traducidos correctamente en el tiempo pasado porque es una pequeña narración introductora. Si los vv. 15-17 encontraron un paralelo en la narración de 2 Crón. 20:1-13, ahora hay correspondencia con 2 Crón. 20:14-17. Entre los vv. 17 y 18 ocu rre un retraso. Se implica que los sacerdotes y la gente tomaron en serio a Joel, cumplieron debidamente un servicio de lamentación y alcanzaron en realidad la etapa hipotética del v. 17. En ese punto Joel pudo cambiar su papel de diagnóstico de juicio a proclamación de salvación. En el nombre de Jehovah él tenía el poder para emitir un oráculo de salvación. Dios podría haber dicho que “no” en contestación a la oración; pero de hecho él contesta con un glorioso “sí”. Los celos, como un atributo divino, denotan interés apasionado y amor celoso cuando el objeto de ese interés amoroso es amenazado (cf. Eze. 36:5, 6). Apiadó es el mismo verbo que “perdonar” en el v. 17. Repite la petición como una respuesta específica a la oración. Por eso el v. 18 presenta el oráculo siguiente como un ejemplo de la fidelidad de Dios. Lo que el arre pentimiento humano hizo posible, la gracia divina lo realizó.

19, 20. El mensaje inicial está lleno de interés pastoral. Es sensible a las necesidades físicas y psicológicas del pueblo de Dios. Jehovah promete restaurar el alimento básico destruido por las langostas (cf. 1:10), a un nivel mucho mayor que el de la mera subsistencia, y de esa manera quitar la burla de los extranjeros paganos (19, cf. v. 17). El asunto de salvar el prestigio es tan crucial que em pieza y termina la primera respuesta a la oración (19, 26, 27). Jehovah ahora se presenta como aliado de su pueblo en la guerra contra las langostas. Ellas serán empujadas lejos del territorio judío y destruidas, indudablemente por medio de fuertes vientos (cf. Exo. 10:19). Repitiendo el lenguaje militar de 1:6 y 2:1-11, las langostas son descritas como lo que viene del norte (BA al ejército del norte). El término recuerda el tema de Jeremías de “del norte se ve venir el mal”, con el que él describía el ejército enemigo lanzado providencialmente contra Israel por Dios (p. ej. Jer. 6:1). Al fin del v. 20 “ello” debe ser el sujeto del verbo. El ejército de langostas había actuado demasiado salvajemente, y esto era la garantía de su juicio. Hay reminiscencia del oráculo de Isaías acerca del doble papel de Asiria, primero el instrumento del juicio de Dios contra su pueblo y luego su víctima, por sobrepasar los límites de Dios (Isa. 10:5-12). La mención de la hediondez de sus restos putrefactos sirve para sellar la promesa de destrucción.

21-24. Una serie de llamados retóricamente dirigidos a la tierra, a los animales del campo y a los hijos de Sion se presenta en los vv. 21-23. Los hijos de Sion son la congregación de Israel, reunida en los atrios del templo de Jerusalén. Los llamados son una feliz contraparte a la serie de desafíos temibles del cap. 1. Hay vínculos de vocabulario entre los dos pasajes. La correspondencia expresa la reversión del juicio y enseña que Dios satisface las necesidades de su pueblo. La seguridad de que no hay necesidad de temer es típica en una promesa divina que sigue a un clamor de lamento (cf. 2 Crón. 20:15, 17; Lam. 3:57). También típico en tales promesas es el uso de seis tiempos verbales pasados, dos de los cuales la RVA los ha traducido lit. (ha hecho, ha dado). El tiempo pasado se usa para acción futura, que es como decir que la promesa de Dios es tan buena como si ya estuviera cumplida. Los llamados funcionan como himnos proféticos de alabanza que invitan al pueblo de Dios a confiar en lo que él hará y a regocijarse aun ahora (cf. Rom. 5:2). Como en el Sal. 35:26, 27 los que (lit.) “dicen grandes cosas contra” Dios encuentran su rival en el gran Dios, de modo que aquí en los vv. 20, 21 el poder negativo de las langostas pierde ante el poder positivo de Jehovah. El pueblo de Dios podía esperar (23) su don de las lluvias sanadoras de finales de otoño y de la primavera y así el reverdecimiento del desolado paisaje. Por consiguiente, disfrutarían de una cosecha de higos y uvas, en marcado contraste con 1:7, 12. Hay alborozo por la perspectiva de la lluvia, que solamente los que viven en climas cálidos pueden apreciar.

La BAtraduce el v. 23b: “Porque él os ha dado la lluvia temprana para vuestra vindicación”, con la acotación: “El os ha dado maestro para justicia.” Esta acotación se relaciona con un malentendido extendido en el antiguo judaísmo, del que la secta de Qumram derivó el título de su fundador, el “Maestro de Justicia” o “maestro verdadero”, por asociación con Ose. 10:12. En el siglo IV a. de J.C. Jerónimo lo aprendió de sus maestros rabínicos y lo incorporó a la Vulgata Latina como una promesa mesiánica. Sin embargo, tanto el contexto como la apelación fundamental a las bendiciones del pacto de Lev. 26:4 y de Deut. 11:14, con referencia a la lluvia, favorecen la interpretación usual. Aquí justicia se refiere a la armonía del pacto: la lluvia significaría una relación correcta entre Dios y su pueblo. El v. 24 mira hacia atrás al v. 19 y detalla las consecuencias de esta bendición, un exceso bien recibido de trigo, vino nuevo y aceite.

25-27. Un oráculo de bendiciones viene directamente de Dios. Como compensación de gracia por los malos años de cosecha después de los estragos de las langostas, Dios dará cosechas que compensarán por la pérdida. Hay un vistazo retrospectivo al vocabulario negativo de 1:4 y 2:11, al principio y al fin de las instancias de Joel, pero sólo como una seguridad de que la pesadilla ha terminado. Los gritos de lamento serán reemplazados por ale luyas, en respuesta a la escritura de un nuevo cap. del poder de Dios en acción en Israel (cf. Exo. 15:11; Miq. 6:15). Al terminar, la sanidad del daño psicológico mencionado en el v. 19 se repite dos veces. Nunca más o “ya no”, funciona en la literatura profética como un término pastoral que suaviza ansiedades asentadas en lo profundo (cf. Eze. 34:28, 29; 26:30). También viene consuelo del título protector mi pueblo, al que el profeta se refiere orgullosamente en su introducción al v. 18. Dios probaría ser una ayuda bien presente, el campeón de su pueblo del pacto. Entonces ellos podrían dar una respuesta positiva a la burlona pregunta del v. 17: “¿Dónde está su Dios?” Ellos también estarían convencidos de su exclusivo reclamo de su lealtad, porque el privilegio nunca viene sin responsabilidad. Las referencias a la finalización de la vergüen za reflejan triunfantemente el mismo verbo heb. usado repetidamente en 1:10-12 (“se seca”, “se ha perdido”, y “se ha desvanecido”, y así trae el problema de la langosta a una conclusión satisfactoria.

La respuesta de Dios está relacionada con la teología del AT basada en la tierra, por la cual la tierra es el barómetro de la relación de Israel con Jehovah. El catálogo de bendiciones del pacto relacio nadas con la tierra sirve para subrayar la enseñanza de que la plaga de langosta era el resultado de una maldición del pacto sobre un pueblo rebelde.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

s 90 Zac 1:14; Zac 8:2

t 91 Deu 32:36; Sal 103:13; Isa 60:10; Lam 3:22; Ose 11:8; Luc 15:20; Stg 5:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

De aquí en adelante el profeta habla, primero, de la esperanza del futuro cercano (vers. 21– 27), y después, de lo que ocurrirá en tiempos lejanos (2:28– 3:21). No se hace mención de que el pueblo se arrepintiera, pero el mensaje es explícito en cuanto a la respuesta del S eñor cuando hay un genuino arrepentimiento.

Fuente: La Biblia de las Américas

O, se llenó

O, tuvo

Fuente: La Biblia de las Américas