Biblia

Comentario de Jonás 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Jonás 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

La palabra de Jehovah vino por segunda vez a Jonás, diciendo:

palabra de Jehová. Jon 1:1.

por segunda vez. Jua 21:15-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jonás, enviado nuevamente, predica al pueblo de Nínive, Jon 3:1-4.

Nínive se arrepiente, Jon 3:5-9,

luego Dios se arrepiente, Jon 3:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jon 4:1-11

La segunda parte del libro de Jonás (caps. Jon 3:1-10 y Jon 4:1-11) presenta al profeta obedeciendo de mala gana el mandato divino de llevar el mensaje de Jehová a Nínive. Esta sección tiene ocho unidades pequeñas:

(1) Jonás recibe una nueva misión de ir a Nínive (Jon 3:1Jon 3:2);

(2) Jonás obedece y hace proclamación en Nínive (vv. Jon 3:3Jon 3:4);

(3) La predicación de Jonás conduce a la salvación del pueblo de Nínive (vv. Jon 3:5-10);

(4) Jonás lamenta la misericordia de Dios para con Nínive y desea morir (Jon 4:1-4);

(5) Jonás acampa bajo una enramada (vv. Jon 4:5Jon 4:6);

(6) Jonás se deprime y desea nuevamente la muerte (vv. Jon 4:7Jon 4:8);

(7) Jonás discute con Jehová (v. Jon 4:9); y

(8) Jonás escucha la proclamación del Señor (vv. Jon 4:10Jon 4:11).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La nueva misión de Jonás era básicamente la misma que había recibido en Jon 1:1, Jon 1:2.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

3. Jonas en Nínive.

Predicación de Jonas (1-4).
1 Llegó por segunda vez la palabra a Jonas, diciendo: 2 Levántate y ve a Nínive, la ciudad grande, y pregona en ella lo que yo te diré. 3 Levantóse Jonas y fuese a Nínive, según la orden de Yahvé. Era Nínive una ciudad grande sobremanera, de tres días de andadura. 4 Comenzó Jonas a penetrar en la ciudad camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí a cuarenta días, Nínive será destruida.

En este capítulo se mostrará de nuevo cómo Yahvé impone su voluntad para extender su voluntad salvífica sobre la nación pagana. Jonas, mero instrumento suyo, anuncia la proximidad del castigo a los ninivitas, aunque Yahvé permanece libre respecto a su cumplimiento, ya que dicho anuncio es condicional, es decir, en el supuesto de que no hagan penitencia.
Es sorprendente la facilidad con que ahora Jonas se traslada a Nínive, como si fuera una ciudad no lejana de Palestina. El hagiógrafo recalca las dimensiones grandes de la ciudad (Era Nínive una ciudad grande sobremanera, lo que parece indicar que el redactor es posterior a la desaparición de la ciudad famosa). La frase tres días de andadura es interpretada por San Jerónimo en el sentido de la circunferencia de la ciudad, lo que se ajusta a las medidas dadas por Diodoro de Sicilia para su perímetro (480 estadios) 6. Según Herodoto7, un día de camino eran 150 estadios8. Diodoro de Sicilia afirma que el diámetro de Nínive era de 150 estadios, justamente el camino de un día (v.4), que anduvo el profeta, según el hagiógrafo, para predicar por toda la ciudad. El autor sagrado quiere ante todo resaltar la extensión de la ciudad, para después valorar la magnitud del efecto conseguido por la predicación de Joñas. Para ello exagera quizá las proporciones.
La predicación conminatoria es taxativa: dentro de cuarenta días Nínive será destruida 9. El profeta obra por inspiración de Dios, sin conocer plenamente los designios divinos. El hagiógrafo se complace en presentar a Jonas implacable con la ciudad pagana de Nínive, para contrastar su mezquino punto de vista judío con la magnanimidad divina, que admite a la penitencia y a la misericordia aun a los gentiles. Es la tesis del libro, que, como hemos indicado en la introducción, tiene todos los visos de una composición imaginaria didáctica al estilo del libro de Job.

Penitencia y perdón de los ninivitas (5-10).
5 Las gentes de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno y se vistieron de saco desde el más grande al más pequeño. 6 Llegó la noticia al rey de Nínive, y, levantándose de su trono, se desnudó de sus vestiduras, se vistió de saco y se sentó sobre el polvo, 7 e hizo pregonar en Nínive una orden del rey y de sus príncipes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no probarán bocado, no comerán nada ni beberán agua. 8 Cúbranse de saco hombres y animales y clamen a Dios fuertemente, y conviértase cada uno de su mal camino y de la violencia de sus manos. 9 ¡Quién sabe si se apiadará Dios y se volverá del furor de su ira y no pereceremos! 10 Vio Dios lo que hicieron, convirtiéndose de su mal camino, y arrepintiéndose del mal que les dijo había de hacerles, no lo hizo.

El éxito de la predicación de Joñas no pudo ser más rotundo. Toda la población, desde el más grande al más pequeño, dio muestras de penitencia, vistiéndose de saco. El mismo rey dio ejemplo a sus subditos con su conducta, mandando asociar hasta los mismos animales a las manifestaciones externas de penitencia de los ninivitas. El hecho es totalmente insólito en la historia de todos los pueblos. Aquí la inverosimilitud desborda todo lo imaginable, pues Nínive, la gran metrópoli asiría, aparece convertida en masa a la sola predicación de un profeta judío. De hecho, en la historia de Asiría no encontramos la más mínima alusión a lo narrado aquí. En el libro de Daniel encontramos relatos parecidos en los que se habla de la conversión de Nabucodonosor ante las maravillas obradas por Dios en beneficio de su siervo Daniel. El estilo convencional de todos estos relatos salta a la vista, y de ahí que muchos autores acudan al género literario bíblico midráshico (enseñanza religiosa en la que se recarga el elemento milagroso para fomentar la piedad) para explicar todos estos portentos del libro de Jonas. La enseñanza fundamental que se quiere hacer resaltar en este libro es la posibilidad que tienen los pueblos paganos de reconciliarse con el Dios verdadero de Israel, único Señor de todos los pueblos. Como veremos a continuación, el hagiógrafo contrapone la mezquina mentalidad judía de Jonas, que se molesta por la conversión de los ninivitas, y la magnanimidad de Dios, que los admite a la penitencia 10.

Fuente: Biblia Comentada

En su gracia abundante, Dios dio una segunda oportunidad a Jonás y lo volvió a comisionar que fuera a Nínive. Jonás es el único profeta que fue enviado por Dios a predicar el arrepentimiento en una tierra extranjera.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Jon 1:1-2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Un Segundo Principio Para la Mision de Predicar a Ninive

La palabra del Señor vino a Jonás por segunda vez. Desde 1:2 Jonás había estado experimentando el control de Dios de los eventos de su vida, pero no había escuchado a Dios hablarle directamente. Ahora él escuchó de nuevo una comisión verbal divina y directa. La segunda comisión era esencialmente igual a la primera. La fraseología en el v. 2, proclámale el mensaje que yo te daré, es una clase común de mandato divino, que indica que Dios inspiraría a Jonás con las palabras apropiadas una vez que hubiera llegado a la escena en Nínive. El v. 3 indica que Jonás obedeció, y ahora estaba preparado para decir cualquier cosa que Dios le ordenara que dijera en Nínive. Ya no se resistiría en comunicar un mensaje positivo a los enemigos de su nación.

Jonás tuvo una segunda oportunidad. Y así, en la misericordia de Dios, que también podamos nosotros tenerla. Pero esto no puede ser interpretado como la moraleja de la historia. No hay aquí un principio enunciado de que Dios siempre obra de esa manera con los que se rebelan contra su voluntad. Jonás no es de ninguna manera una figura típica y su situación en absoluto es típica de todos los creyentes. Su actitud equivocada hacia sus enemigos es definitivamente una advertencia para los creyentes, y su error es francamente tratado en el cap. 4 para nuestro bene ficio. Pero no todas las partes de su vida funcionan como ejemplos para las nuestras. Consecuentemente, no debemos asumir que Dios llegaría hasta tales extremos para corregir nuestra propia rebelión contra él. Y no debemos olvidar que Jonás siguió odiando su divina misión aunque se hubiera sometido a ella, y más tarde sufrió todavía más. Así que esta historia no nos enseña que Dios nunca nos excluirá de su servicio aunque hayamos perdido el camino la primera vez (cf. Luc. 9:57-62).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

3.1, 2 Jonás había huido de Dios, pero recibió una segunda oportunidad de participar en la obra de Dios. Quizás sienta que no está capacitado para servir a Dios debido a errores en el pasado. Pero servir a Dios no es un puesto que se obtiene por méritos. Nadie es digno de servir a Dios, pero aun así Dios nos pide que hagamos su obra. Quizás tengamos otra oportunidad.3.1, 2 Jonás debía predicar solo lo que Dios le decía. Era un mensaje de condenación contra una de las ciudades más poderosas del mundo. No era la tarea más agradable, pero los que llevan la palabra de Dios a otros no deben dejar que las presiones sociales ni el temor dicten sus palabras. Son llamados a predicar el mensaje y la verdad de Dios, por impopular que sea.3.3 El texto hebreo no distingue entre la ciudad misma (cuyos muros eran de solo trece kilómetros de circunferencia dentro de los cuales vivían unas ciento setenta y cinco mil personas) y el distrito de Nínive que tenía de cincuenta a cien kilómetros de diámetro. Era una ciudad «grande en extremo» a la que había que dedicar tres días para recorrerla.3.4-9 La palabra de Dios es para todos. A pesar de su maldad, la gente de Nínive fueron receptivos al mensaje y se arrepintieron inmediatamente. Si simplemente proclamamos lo que sabemos de Dios, quizás nos sorprendamos de cuántos responden.3.10 El pueblo pagano de Nínive creyó el mensaje de Jonás y se arrepintió. ¡Qué efecto tan maravilloso produjo la palabra de Dios en aquella gente perversa! ¡Qué contraste con la terquedad de Israel! El pueblo de Israel había escuchado muchos mensajes de los profetas, y no habían querido arrepentirse. El pueblo de Nínive solo escuchó una vez el mensaje de Dios. Jesús dijo que en el juicio, los hombres de Nínive se levantarán y condenarán a los israelitas por su falta de arrepentimiento (Mat 12:39-41). Lo que agrada a Dios no es que esuchemos su palabra, sino que respondamos con obediencia.3.10 Dios correspondió con misericordia y canceló el castigo. El Señor había dicho que cualquier nación contra la que hubiera dictado castigo escaparía del mismo si se arrepentía (Jer 18:7-8). Dios perdonó a Nínive, como había perdonado a Jonás. Dios castiga para corregir, no para vengarse. Siempre está dispuesto a mostrar compasión a cualquiera que le busque.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 53 Jon 1:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[5] Mat 12, 41; Luc 11, 32.[7] Ayuno, oración y enmienda, expresiones de la conversión. Est 1, 13-21; 8, 8; Dan 6, 8.

Fuente: Notas Torres Amat