Biblia

Comentario de Josué 21:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Josué 21:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

La suerte tocó a las familias de los cohatitas. A los hijos del sacerdote Aarón, que eran de los levitas, les dieron por sorteo trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín.

los hijos de Aarón. Jos 21:8-19; Jos 24:33; 1Cr 6:54-60.

la tribu de Judá. Estas tribus aportaron más territorio para vivir a los levitas, en proporción, que cualquier otra de las tribus, porque ellos poseían una heredad más extensa, conforme a lo que Moisés había mandado (Núm 35:8.) Vale mencionar que la parte principal de esta tribu, cuya responsabilidad era ministrar en el santuario, que fue establecido posteriormente en Jerusalén, tuvo su territorio muy cercano a esa ciudad; de modo que siempre estuvieran al alcance del oficio sagrado que Dios les había asignado a ellos.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las ciudades de los levitas se determinaban por sorteo. Esta palabra aparece cinco veces en estos cinco versículos; este era un método dirigido por Dios para elegir las ciudades. Dios controlaba cada aspecto del proceso hereditario.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

coatitas. Bajo la sabiduría de guía de Dios, estos recibieron trece áreas de ciudad en las áreas cercanas a Jerusalén o a una distancia razonable dentro de las porciones de Judá, Benjamín, y Simeón. Esto les daría acceso para llevar a cabo funciones sacerdotales en las que Dios más adelante haría que el arca fuera movida y el templo fuera situado (2Sa 6:1-23).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Núm 3:21-37.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Revisión de las ciudades levíticas. La distribución de las ciudades levíticas se hizo de acuerdo con las tres ramas de Leví. En la revisión, se da primero la secuencia del sorteo, luego el núme ro de ciudades dado a cada rama y la tribu en cuya área se localizaban las ciudades.

El narrador repite dieron varias veces, para poner énfasis en que era el Señor quien asignaba estas ciudades. A juzgar por el primer sorteo, la asignación salió de acuerdo con la importancia y/o tamaño de la rama. En forma apropiada, la suerte le tocó primero a los cohatitas, porque Aarón y la línea sacerdotal pertenecían a esa rama. Dios dio a los sacerdotes ciudades desde Judá, Simeón y Benjamín, esto es, aquellas áreas más cercanas a Jerusalén, donde se localizaría el templo (4). De manera sorpresiva y significativa, no le dieron Jerusalén a los sacerdotes; el Señor reservó ese galardón para la casa de David, protectores del templo. Al resto de los cohatitas, los “sacerdotes menores”, les fueron asignadas ciudades en las áreas de las tribus que seguían en proximidad a Jerusalén, Efraín, Dan y la media tribu de Manasés, al occidente del Jordán (5). A los gersonitas les fueron asignadas ciudades en el extremo norte, en Isacar, Aser, Neftalí y la media tribu de Manasés en Basán (6), y a los me raritas les dieron ciudades al sur de ellos, en el territorio de Zabulón al occidente del Jordán, y de Gad y Rubén al oriente del Jordán (7).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

g 1013 Gén 46:11; Núm 3:27; Núm 3:28; Núm 3:31

h 1014 Jos 15:1; 1Cr 6:55

i 1015 Jos 19:1

j 1016 Jos 18:11; 1Cr 6:60

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los coatitas. Los coatitas tenían una posición más honorable que la de los gersonitas y meraritas. Aarón y Moisés eran descendientes de Coat. Los coatitas tenían la responsabilidad de llevar sobre los hombros el arca, la mesa, el candelabro, los altares y los utensilios del santuario (Nm 3:31; 7:9), pero sólo después que los sacerdotes los hubieran cubierto (Nm 4:5– 15). También participaban en el canto y la música del templo (1 Cr 6:31– 38; 25:4), preparaban el pan de la presencia para el día de reposo (1 Cr 9:31, 32), y estaban encargados de la tesorería (1 Cr 26:23– 31).

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit., salió para

Lit., tuvieron, y así en el resto del cap.

Lit., simeonitas

Fuente: La Biblia de las Américas