Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo: —Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran.
Éxo 1:19; 2Sa 16:18, 2Sa 16:19; 2Sa 17:19, 2Sa 17:20; 2Re 6:19.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Rahab mintió a los hombres que buscaban a los espías, pero esto no constituye una aprobación de la mentira como tal. Las Escrituras la condenan claramente (Lev 19:11; Pro 12:22). A pesar de ello, Rahab hizo lo mejor que pudo para salvar a los hombres que Josué envió.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Cp. los vv. Jos 2:9-11. Mentir es pecado para Dios (Éxo 20:16), ya que el no puede mentir (Tit 1:2). Dios reconoció su fe (Heb 11:31; Stg 2:25) como es expresada en los vv. Jos 2:9-16, no su mentira. Él nunca tolera ningún pecado, sin embargo, nadie está sin algo de pecado (cp. Rom 3:23), y así la necesidad de perdón. Pero Él también honra la fe verdadera, por muy pequeña que sea, e imparte gracia salvadora (Éxo 34:7).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Las acciones de Rahab, si bien no armonizaban con la prohibición bíblica contra la mentira, evidenciaban que ella creía en el Dios de Israel como el verdadero Dios (vv. Jos 2:10-13). La Biblia aprueba su fe, no su mentira (Heb 11:31; Stg 2:25). La gracia de Dios se manifiesta maravillosamente al darle fe, salvarle la vida y en incluirla en la genealogía del Mesías (Mat 1:5).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición