Comentario de Josué 24:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales. Ellos se presentaron delante de Dios,
Reunió Josué Esto debe haber sido una asamblea diferente a la mencionada en el capítulo anterior, aunque probablemente no mucho después de la primera.
… en Siquem. Como se agrega inmediatamente, que «se presentaron ante Dios», lo que se supone que significa en el tabernáculo; algunos son de la opinión de que Josué hizo que se transmita desde Shiloh a Siquem en esta ocasión, para dar la mayor solemnidad a su último encuentro con el pueblo. Las copias de la Septuaginta en el Vaticano y en Alejandría, sin embargo, leen σηλω, tanto aquí como en Jos 24:25; que muchos suponen haber sido la lectura original. El Dr. Shuckford supone que el pacto fue hecho en Siquem, y que la gente fue a Shiloh para confirmarlo. Pero la opinión más probable parece ser la del Dr. Kennicott, que cuando todas las tribus se reunieron como Siquem, Josué llamó a los jefes a él en ese monte, que antes había sido consagrado por la ley, y por el altar que tenía erigido. Gén 12:6; Gén 33:18, Gén 33:19; Gén 35:4; Jue 9:1-3; 1Re 12:1.
y llamó a los ancianos. Jos 23:2; Éxo 18:25, Éxo 18:26.
se presentaron delante de Dios. 1Sa 10:19; Hch 10:33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Josué reune a las tribus en Siquem, Jos 24:1.
Una breve historia de Dios, Jos 24:2-13.
Renueva el pacto entre ellos y Dios, Jos 24:14-25.
La piedra de testimonio del pacto, Jos 24:26-28.
muerte de Josué, Jos 24:29-31.
los restos de José, Jos 24:32.
muerte de Eleazar, Jos 24:33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Esta sección revisa el pasado en términos de las provisiones misericordiosas de Dios para su pueblo. Los versículos Jos 24:1 y Jos 24:2 indican la naturaleza más formal de este capítulo ya que los líderes se presentaron delante de Dios y se presenta un examen histórico con la fórmula tradicional profética para los discursos: así dice Jehová, Dios de Israel.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Siquem es un lugar con una antigua tradición de significado religioso, donde Israel realizó su pacto, y se remonta hasta los días de Abraham (Jos 8:30-35; Gén 12:6; Gén 33:18-20; Gén 34:1-31; Gén 37:12-17; Deu 11:26-32; Deu 27:1-26; Jue 9:31-57). Excavaciones realizadas descubrieron una serie de templos, santuarios y pilares ceremoniales en casi todos los períodos de su existencia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
REUNIÓ JOSUÉ A TODAS LAS TRIBUS. Al final de su vida, Josué reunió a todo el pueblo por última vez para guiarlos en una ceremonia de renovación del pacto en la cual ellos se comprometieron a servir al Señor en fidelidad y leal devoción. No se concentró en sí mismo como el líder de ellos; más bien, llamó la atención a la pasada bondad de Dios y a su cuidado de Israel (vv. Jos 24:2-13), y reiteradamente los exhortó a que permanecieran fieles al Señor (vv. Jos 24:14-28). Los genuinos líderes del pueblo de Dios deben compartir el interés de Josué por el honor de Dios. Deben exhortar al pueblo a amar al Señor, a servirle sólo a Él y a permanecer separado del mundo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Josué se despide del pueblo (24:1-15).
1Josué reunió en Siquern a todas las tribus de Israel y convocó a los ancianos, a los jefes, a los jueces y a los oficiales. Todos se presentaron ante Dios, 2y Josué dijo a todo el pueblo: “He aquí lo que dice Yahvé, Dios de Israel: Vuestros padres Taré, padre de Abraham y de Najor, habitaron al principio al otro lado del río y servían a otros dioses. 3Yo tomé a vuestro padre Abraham del lado allá del río, y le conduje a través de toda la tierra de Canaán, y multipliqué su prosperidad, dándole a Isaac. 4 A Isaac le di a Jacob y Esaú, y yo di a Esaú en posesión la montaña de Seír, y Jacob y su hijos bajaron a Egipto. 5Después envié a Moisés y Aarón y herí a Egipto con mi mano, como en medio de él lo hice, y os saqué de allí. 6Saqué de Egipto a vuestros padres, y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con carros y caballos hasta el mar Rojo. 7Clamaron ellos a Yahvé, y Yahvé puso tinieblas entre vosotros y los egipcios y redujo sobre éstos las aguas del mar, que los cubrió. Vuestros ojos han visto lo que yo hice en Egipto y habéis estado largo tiempo en el desierto. 8Yo os traje a la tierra de los amorreos, que habitaban del otro lado del Jordán, y ellos combatieron contra vosotros. Yo os los entregué en vuestras manos y os posesionasteis de su tierra, y yo los destruí delante de vosotros. 9Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, se alzó para luchar contra Israel, e hizo llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera. 10 Pero yo no quise dar oídos a Balaam, y él os bendijo repetidamente y yo os libré de las manos de Balac. 11Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Las gentes de Jericó combatieron contra vosotros, los amorreos, los fereceos, los cananeos, los jéteos, lor guergueseos, los jeveos y los jebuseos, y yo os los puse en vuestras manos.12Mandé delante de vosotros tábanos, que los echaron delante de vosotros. No ha sido vuestro arco ni vuestra espada. 13Yo os he dado una tierra que no habéis cultivado, ciudades que no habéis edificado, y en ellas habitáis, y coméis el fruto de viñas y olivares que no habéis plantado. 14Temed a Yahvé y servidle con integridad, y en verdad, quitad los dioses a quienes sirvieron vuestros padres al otro lado del río y en Egipto y servid a Yahvé. 15Y si no os parece bien servirle, elegid hoy a quien queréis servir, si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres al lado allá del río, si a los dioses de los amorreos, cuya tierra habéis ocupado. En cuanto a mí y a mi casa toca, nosotros serviremos a Yahvé.”
El argumento de este último capítulo del libro de Josué abarca los siguientes puntos: 1) Josué convoca a Israel en Siquem; 2) habla al pueblo en nombre de Yahvé (v.2-1s); 3) diálogo entre Josué y el pueblo (v. 16-24); 4) renovación de la alianza (v.25-28).
La alocución que hemos visto en el capítulo anterior tuvo lugar en Silo, en donde se encontraba el tabernáculo con el arca de la alianza. Esta vez la asamblea se reúne en Siquem. Ningún otro lugar más a propósito que éste por estar la ciudad unida a los orígenes del pueblo israelita (Gen 12:8; Gen 33:18-20; Gen 35:4; Exo 13:19). La ciudad estaba emplazada en el lugar llamado hoy día Tell Balata, al pie del monte Ebal y a un kilómetro y medio de la actual ciudad de Naplusa. El lugar fue excavado durante los años 1913-1914, reanudando los trabajos E. Sellin en 1926 y G. Welter en 1928. Siquem era considerada como una ciudad santa; fue destruida por Juan Hircano el año 128 a.C.
No todo el pueblo reunióse en Siquem, sino los jefes, jueces, oficiales de la nación. “Todos -dice el texto- se presentaron ante Dios.” La expresión da a entender que estaba allí presente el arca de la alianza, que habitualmente residía en Silo. ¿Fue trasladada a Siquem con motivo de la concentración? Puede ser, y tenemos análogos ejemplos en textos más tardíos (1Sa 4:3; 2Sa 15:24). Los LXX leen Silo en vez de Siquem, por creer que fue la asamblea un cultual delante del tabernáculo. Con la frase “ante Dios” puede autor sagrado aludir a la santidad del lugar en el que se desarrollo en escenas religiosas en tiempos de los patriarcas y del mismo (2Sa 8:30). En este supuesto no sería necesario admitir la presencia del arca en la ceremonia.
Con un rápido bosquejo histórico describe Josué los designios de Dios sobre su pueblo elegido. No pudo Yahvé hacer más en favor de su pueblo a partir de aquel momento trascendental en que arrancó a Abraham del politeísmo (Gen 11:26-32; Gen 12:1-6) hasta el presente, en que conquistó y entregó generosamente a su pueblo una tierra que Israel no había cultivado y unas ciudades que no había construido. Todas estas muestras de afecto y predilección obligan por sí solas a la justa correspondencia. Dice que Tare y su familia servían a los dioses falsos. Que Abraham antes de su vocación fuese idólatra, no se desprende claramente del texto. Josué deja vislumbrar que la campaña de Jericó fue dura, ganándose gracias a la ayuda divina. Otro dato nuevo es que los tábanos facilitaron a los israelitas la conquista del país. Existía la promesa de que Dios mandaría tábanos contra los enemigos del pueblo, hasta hacer perecer a los sobrevivientes o a los que se escondiesen (Exo 23:28; Deu 7:20). Pero la palabra sireah, tábano, puede interpretarse en el sentido de temor, pánico, que obligó a los enemigos a abandonar el combate (Deu 10:10). Esta es la interpretación de San Agustín (Quaest. in Hept.: PL 34:630).
Diálogo entre Josué y el pueblo (24:16-24).
16El pueblo respondió, diciendo: “Lejos de nosotros querer apartarnos de Yahvé para servir a otros dioses, 17porque Yahvé es nuestro Dios, el que nos sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre; el que ha hecho a nuestros ojos tan grandes prodigios; el que nos ha guardado durante todo el largo camino que hemos recorrido y entre todos los pueblos por en medio de los cuales hemos pasado. 18Yahvé ha arrojado delante de nosotros a todos los pueblos, a los amorreos, que habitaban en esta tierra. También nosotros serviremos a Yahvé, porque El es nuestro Dios.” 19Josué dijo al pueblo: “Vosotros no seréis capaces de servir a Yahvé, que es un Dios santo, un Dios celoso; El no perdonará vuestras transgresiones y vuestros pecados; 20cuando os apartéis de Yahvé y sirváis a dioses extraños, El se volverá, y después de haberos hecho el bien, os dará el mal y os consumirá.” 21El pueblo respondió: “No, no; queremos servir a Yahvé.” 22Y Josué dijo al pueblo: “Testigos sois hoy contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahvé para servirle. 23Quitad, pues, los dioses ajenos que hay entre vosotros y volved vuestros corazones a Yahvé, Dios de Israel.” 24Y el pueblo dijo a Josué: “Serviremos a Yahvé, nuestro Dios, y obedeceremos su voz.”
De la simple enunciación de los hechos se deducía que Israel no podía reconocer ni adorar a otros dioses que a Yahvé. Todavía el culto a los dioses falsos existía en Israel en el momento en que Yahvé le acababa de entregar la tierra que manaba leche y miel. Cuáles fueran estos dioses, no lo especifica el texto; pero, aparte de algún contacto esporádico en este tiempo con el culto idolátrico de los cananeos, es probable que muchos conservaran los famosos terafim, o dioses lares, tutelares de las casas, a los que se rendía culto en secreto. Josué, como más tarde Elías (1Re 18:21), conmina al pueblo para que se decida de una vez a favor o en contra de Yahvé. La comunidad se decide por Yahvé. Josué reconoce que nunca se podrá servir a Dios tal como se merece, porque es un Dios santísimo; es, además, un Dios celoso, que no admite competidor (Exo 20:5; Exo 34:14; Deu 4:24; Deu 5:9; Deu 6:15) y que castiga duramente el pecado de idolatría.
Renovación de la alianza (Deu 24:25-28).
25Josué concluyó aquel día una alianza con el pueblo y le dio en Siquem leyes y mandatos; 26y escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios, y, tomando una gran piedra, la alzó allí debajo de la encina que hay en el lugar consagrado a Yahvé. 27Dijo a todo el pueblo: “Esta piedra servirá de testimonio contra vosotros, pues ella ha oído todas las palabras que Yahvé os ha dicho y será testimonio contra vosotros para que no neguéis a vuestro Dios.” 28Y Josué mandó al pueblo que se fuese cada uno a su heredad.
En el c.8 se habló de una reunión en Siquem, junto al altar de Yahvé, edificado sobre el monte Ebal, en donde se concertó una alianza entre Dios y su pueblo. Al término de su reúne de nuevo Josué al pueblo en el mismo lugar. Quizá la renovación de la alianza de que se habla en el c.8 sea idéntica a la que se narra en el presente capítulo. A este pacto de la alianza sigue una nueva imposición de leyes y mandatos que se añadían a la legislación mosaica anterior. La primera parte del v.26: Y escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios, ha sido interpretada diversamente. En concreto, ¿qué escribió Josué? Muy probablemente las repetidas afirmaciones del pueblo de obligarse con juramento a servir a Dios y obedecerle y observar las leyes de la alianza. Este libro es distinto del “libro de la Ley de Moisés” (8:31; 23:6); se trata probablemente de un libro en que se anotaban los dichos y hechos de Josué.
Las promesas hechas de palabra fácilmente podían olvidarse y tergiversarse; escritas, en cambio, recordarían a la posteridad el solemne compromiso de sus padres para con Dios. Para perpetuar la memoria de aquel solemne acto, tomó Josué una gran piedra, que colocó debajo de la encina (Gen 12:6; Gen 35:4; Deu 11:30) que había en aquel lugar sagrado. Era frecuente levantar una piedra para perpetuar la memoria de un hecho o de un pacto (Gen 31:46-48; Jos 22:34); Pero esta piedra, como se dice de manera retórica en el texto tiene oídos y ha escuchado todas las palabras del pueblo (Jue 9:6); de ahí que en el día de mañana dará ella testimonio contra el puéblo en el caso de que falte a su juramento.
Muerte de Josué (Jue 24:29-31).
29Después de esto, Josué, hijo de Nun, siervo de Yahvé, murió a la edad de ciento diez años. 30Fue sepultado en la tierra de su posesión, en Tamnat Saré, en la montaña de Efraím, al norte del monte Gas. 31Israel sirvió a Yahvé durante toda a vida, de Josué y durante toda la vida de los ancianos que le Sobrevivieron y conocían cuanto había hecho Yahvé a favor de Israel.
Murió Josué a la edad de ciento diez años. Este número de años pasaba en Egipto por el tiempo perfecto e ideal de vida. El sabio Ptahhotpe dice de sí mismo: “No es poco lo que he cumplido en esta tierra; he vivido ciento diez años.” Un agradecido discípulo augura a su maestro, como premio dado por la divinidad, ciento diez años de vida. Considerando, con relación a esto, la indicación sobre los años de la vida del José egipcio y tomándola, además, en relación con las indicaciones de edad de los patriarcas y sobre las genealogías de Gen 5 y 11, parece claro que los números de los años de José y de Josué no tienen valor cronológico, sino simbólico. Tocante a Josué, la cifra quiere significar que él había logrado la talla de su antepasado, pues ambos han cumplido con la importante tarea que Dios les había confiado1.
Josué fue sepultado en Tamnat Saré, lugar que se identifica generalmente con Jirbet Tibneh, a unos veinte kilómetros al nordeste de Lidda y a veintinueve de Jerusalén, correspondiendo al emplazamiento de la antigua Thamna o Thammatha (1 Mac 9:50).
Sepultura de los restos de José (24:32).
32Los huesos de José, que los hijos de Israel habían traíc de Egipto, fueron enterrados en Siquern, en el trozo de tierra que Jacob había comprado por cien quesitas a los hijos de Jamor, padre de Siquern, y fueron propiedad de los hijos de José.
Quiso José que sus restos recibieran sepultura en Canaán (Gen 50:25). Moisés cuidó de cumplir el juramento que se le hizo en este sentido, al ordenar que los israelitas, al salir de Egipto, llevaran consigo sus huesos (Exo 13:19). Que recibieron sepultura en Siquem, en el trozo comprado por Jacob por el precio de cien que-sitas (Gen 33:18-19). La palabra hebraica quesita, moneda en curso en los tiempos patriarcales (Job 42:11), significa propiamente cordero, pecus, de donde se ha derivado el término pecunia (Dhorme). Según otros, quesita significaba un determinado peso de oro o plata. Al pie del monte Ebal, en Siquem, se enseña todavía hoy el sepulcro de José.
Muerte y sepultura de Eleazar (Job 24:33).
33 Eleazar, hijo de Aarón, murió y fue sepultado en Gueba ciudad de Finés, su hijo, a quien había sido dada, en la montaña de Efraím.
Eleazar ocupa un lugar destacado en la distribución de Canaán, No indica el texto el tiempo y el lugar de su defunción. El autor sagrado, en fuerza del carácter esquemático del libro, consigna el hecho de su muerte para señalar el fin de un glorioso período en la historia del pueblo de Israel, cuyos protagonistas principales fueron Josué y Eleazar. Fue sepultado Eleazar en la colina de Finés, en la montaña de Efraím. El libro de Josué se acaba con la triple sepultura de José, Josué y Eleazar.
1 The List of Levitic Cities: “Louis Ginzberg Volume” (New York 1945) 49-73.
1 Sobre este capítulo véase J. De Fraine, De Alian Rubenitarum: VD 25 (1947) 301-313·
1 Schildenberger, Los Géneros Literarios l.c., 138-139.
Fuente: Biblia Comentada
Josué repasó la historia registrada en Gén 11:1-32 a Éxo 15:1-27.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Era tiempo de adorar y agradecer por todo lo que Dios había hecho llevando a e incluyendo la conquista de Canaán.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— Siquén: En arameo, Sicar. Era ciudad de asilo (ver Jos 20:7) y lugar sagrado apropiado para la reunión de las tribus. Se menciona en Gén 12:6; Gén 33:18-20; Jos 17:7; 1Re 12:1-2; Jua 4:5.
— se presentaron ante Dios: Parece probable la referencia a un posible santuario erigido allí en honor del Señor.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
24.15 La gente tenía que decidir si obedecía a Dios, que había comprobado su fidelidad, o si obedecía a los dioses locales, que solo eran ídolos hechos por los hombres. Es fácil caer en una rebelión silenciosa, siguiendo con nuestra vida a nuestra propia manera. Pero llega el momento en que tenemos que decidir quién o qué nos controlará. La elección es suya ¿Será Dios, su propia personalidad limitada u otro sustituto imperfecto? Una vez que ha decidido ser controlado por el Espíritu de Dios, debe reafirmar esta decisión todos los días.24.15 Al declararse definitivamente del lado del Señor, Josué de nuevo demostró su calidad de líder espiritual. No importa lo que otros hubieran decidido, Josué tuvo que hacer un compromiso con Dios y estaba dispuesto a dar el ejemplo de vivir de acuerdo con esa decisión. La manera en que vivimos les demuestra a los demás la seriedad de nuestro compromiso para servir a Dios.24.16-18, 21 Toda la gente de la nación proclamó valientemente que nunca abandonaría al Señor. Pero no cumplieron esa promesa. Muy pronto Dios les acusaría de violar su propio pacto con El (Jdg 2:2-3). Hablar es fácil. Es fácil decir que seguiremos a Dios, pero es más importante cumplirlo con nuestras vidas. Sin embargo, la nación siguió a Dios a lo largo de la vida de Josué, lo cual fue un gran tributo a la fe en Dios de Josué y su liderazgo poderoso.24.23 Josué les mandó a los israelitas a desechar los dioses extranjeros o ídolos. Seguir a Dios exige la destrucción de cualquier cosa que impida nuestra adoración a El. Nosotros tenemos nuestra propia versión de ídolos en nuestras vidas -avaricia, prioridades equivocadas, celos, prejuicios- que impiden nuestra adoración a Dios. Dios no está satisfecho si simplemente escondemos estos ídolos. Tenemos que eliminarlos totalmente de nuestras vidas.24.24-26 El pacto entre Israel y Dios era que el pueblo adoraría y obedecía sólo al Señor. El propósito de ellos era convertirse en una nación santa que tendría una influencia para Dios en el resto del mundo. La conquista de Canaán representaba un medio para lograr este propósito, pero Israel se preocupó por la tierra y perdió de vista a su Señor y Dios.Lo mismo puede suceder en nuestras vidas. Podemos gastar tanto tiempo en los medios que nos olvidamos del fin que perseguimos: glorificar a Dios. Las iglesias también cometen este error. Por ejemplo, la congregación puede invertir todas sus energías en un nuevo edificio y volverse satisfechos de sí mismos o temerosos de dejar que otros grupos lo usen. Si esto sucede, se han concentrado en el edificio y han perdido de vista su propósito: traer a otros a Dios.24.29-31 El libro de Josué comienza con un nuevo líder que recibe una tarea que parece imposible: poseer la tierra de Canaán. Al seguir a Dios muy de cerca, Josué guió al pueblo por medio de victorias militares y de una obediencia y fidelidad espiritual. En 24.16 leemos que el pueblo estaba seguro de que nunca abandonaría al Señor. La respuesta de toda la nación durante estos largos años es un tributo tanto al liderazgo de Josué como al Dios al cual sirvió con tanta fidelidad.24.33 Josué y Eleazar habían muerto, pero no antes de exponerle al pueblo los fundamentos de lo que significa tener fe en Dios. Debemos temer y servir sólo al Señor (24.14). Esto se basa en una decisión: de obedecerle a El en lugar de seguir a otros ídolos (24.15). Somos incapaces, sin embargo, de adorarlo de manera apropiada a causa de nuestra rebelión y pecado (24.19). Al escoger a Dios como Señor entramos en un pacto con Dios (24.25) en el cual El promete no sólo perdonarnos y amarnos, sino también darnos el poder de su Espíritu para hacer su obra aquí en la tierra. También significa que debemos renunciar a los principios y costumbres de la cultura que nos rodea que se oponen al plan de Dios (24.23). Esto no lo debemos hacer solos sin apoyo, sino por medio de unirnos con otros que poseen nuestra misma fe en Dios. (Véase Deu 30:15-20 para un mensaje similar de Moisés.)EL DISCURSO FINAL DE JOSUE : Josué llamó a todos los israelitas a Siquem a oír sus palabras finales. Desafió al pueblo a hacer una decisión consciente de servirle a Dios siempre. Poco tiempo después, Josué murió y fue sepultado en la ciudad de Timnat-sera.NOMBRES DE DIOS Elohim Dios Gen 1:1
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Siquem”, MSyVg; LXX: “Siló”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1223 1Re 12:1
b 1224 Éxo 18:25; Núm 1:16; Jos 23:2
c 1225 Isa 44:8; 1Co 8:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Josué reunió al pueblo en Siquem para que reafirmara su compromiso con el pacto mosaico. El discurso incluía un preámbulo (vers. 1, 2), un prólogo histórico donde se detallaba las provisiones y bendiciones del Señor para con su pueblo (vers. 2– 13), las estipulaciones del pacto (vers. 14, 15), la respuesta del pueblo (vers. 16– 25), la inscripción del pacto (vers. 26), los testigos del pacto (vers. 27), y las maldiciones si el pueblo no guardaba el pacto (vers. 19, 20).
Fuente: La Biblia de las Américas
Josué hizo un llamado al pueblo a reafirmar su compromiso con Dios y Su pacto. Este capítulo Jos 24:1-33 tiene la estructura normal de un pacto feudal (entre un rey y sus vasallos; véanse notas en Éxo 19:3 y Deu 31:9-14). Dicha estructura contiene un preámbulo (vv. Jos 24:1-2), un prólogo histórico (vv. Jos 24:2-13), las estipulaciones del pacto (vv. Jos 24:14-24) y la escritura y entrega del pacto (vv. Jos 24:25-28). La reafirmación fue hecha en Siquem (v. Jos 24:1), donde Abraham edificó su primer altar a Jehová en Canaán (véase nota en Gén 12:6).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[.] En el momento en que Josué va a desaparecer, la presencia de Israel en los cerros y mesetas de Palestina es un hecho. Por infiltración pacífica o por sus conquistas se impusieron y, lo que es más, tienen conciencia de su común destino. Las doce tribus se reúnen en Siquem, en el centro de Palestina, donde se establecieron las tribus de Josué, más fuertes, que más cuidadosamente guardan la memoria de Moisés. Aquí se renueva la Alianza celebrada por Moisés (ver Ex 24). Esta profesión de fe de Siquem es la imagen y el anuncio de todas las profesiones de fe solemnes a que serán invitados los israelitas en tiempos posteriores. Anuncia igualmente la profesión de fe que la Iglesia les pide a los cristianos la noche de Pascua.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[3] De manera solemne se reúne el pueblo en Siquem para escuchar las últimas palabras de Josué.[7] Es posible que vivieran algunos de quienes, cincuenta y siete años antes, al salir de Egipto, no habían cumplido los veinte años de edad y habían sido testigos de las maravillas del Señor contra el faraón.[14] Los ídolos de oro y plata tomados en la guerra.[25] La renovación de la alianza y su constancia escrita es el último hecho de Josué como conductor del pueblo hasta la tierra prometida.[26] En el fin del Deuteronomio, que se guardaba dentro del arca. Se cree que el arca se había llevado a Siquem y colocado en un pabellón erigido cerca de una gran encina, que algunos opinan era la misma junto a la cual apareció Dios a Abrahán. Gen 12, 6, y donde Jacob enterró los ídolos de Labán, Gen 12, 6; 35, 4; Deut 17, 18; 31, 26.